UN MODELO QUE BUSCA EL LIBRE MERCADO

Quito. 16.05.91. El puntal fundamental del proceso de
desgravación andino es el comercio. Mediante el fomento de las
exportaciones, dicen los promotores de este esquema, los
países del Grupo Andino (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y
Venezuela) generarán un excedente comercial que les permitirá
acumular los recursos suficientes como para financiar el resto
de actividades productivas al interior de cada economía.

El libre comercio se convertirá, pues, en el motor central que
promoverá la dinámica económica de la región. Un mercantilismo
con imagen renovada, que impulsará a los países andinos a
intentar competir en los mercados internacionales, con los
productos de los países industrializados, amparados en las
ventajas comparativas que le otorga fundamentalmente el hecho
que su mano de obra sea más barata que las demás.

En estas circunstancias, la evolución de las ventas externas
andinas será uno de los fenómenos que mayor atención
requerirán de parte de los gobiernos que se sucedan en los
próximos años. Por el momento, las exportaciones andinas
prácticamente se han mantenido estancadas durante la década
de los ochenta.

En 1980, las exportaciones de los países del Grupo Andino
fueron de 30.487 millones de dólares, en tanto que en 1988,
esta fueron de apenas 20.638 millones de dólares. En el medio,
en 1985, éstas alcanzaron un monto algo superior a los 22 mil
millones de dólares. En estas circunstancias, el esfuerzo que
deberá hacer la subregión para captar los mercados
internacionales y exportar más, deberá se enorme. Se
requerirán profundas reformas y enormes flujos de recursos
para financiar estas exportaciones.

Pérdida de capacidad adquisitiva en subregión

El Producto Interno Bruto por habitante (asimilable al ingreso
personal de un miembro de una economía durante un año)
registra un promedio negativo entre 1981 y 1989, en todos los
países del área andina, a excepción de Colombia. En efecto,
Bolivia registra una variación porcentual del PIB per cápita
de -26,6 por ciento entre 1981 y 1989; Perú sufrió una caída
de -24,7 por ciento en su PIB por habitante; Venezuela
registró un declive de -24,9 por ciento; y Ecuador sufrió un
decremento del orden del -1,1 por ciento de su PIB per cápita.

Sólo Colombia has registrado un desempeño positivo de su PIB
por habitante, al alcanzar una tasa de 13,9 por ciento entre
1981 y 1989.

Esto significa que la gran mayoría de la población del área
andina ha perdido fuertemente su capacidad adquisitiva durante
la década pasada.

Esta pérdida de la capacidad de compra de los habitantes
andinos obstaculizaría los flujos comerciales al interior de
la subregión, en razón de que la demanda que se originaría en
cada país sería débil. Con una tasa negativa de crecimiento
del PIB por habitante del orden del 12,7 por ciento la
promoción de las importaciones entre cada país del área andina
será dificultosa, en vista que no existirán los recursos
suficientes como para financiar tales flujos de comercio
intrasubrregional.

Fuertes desniveles inflacionarios

El hecho que los distintos países de la subregión andina
registren grandes desniveles en sus tasas de inflación, es uno
de los mayores obstáculos para la integración. El hecho que
existan niveles de precios tan distintos entre los países
podría distorcionar la distribución de los flujos comerciales
al interior de la subregión. Si el precio de la gasolina en un
determinado país miembro es ostensiblemente menor al precio
que de otro país miembro, se producirá una fuga de este
producto, hacia el país donde el precio de la gasolina es
mayor, por los grandes beneficios económicos que se
obtendrían. De hecho, estas fugas ya ocurren en el país; un
sistema de libre comercio no haría sino legalizar estas
prácticas de contrabando.

De otra parte, este fenómeno inflacionario tan dispar
significa que las autoridades económicas de cada país se verán
obligados a aplicar políticas de control de la inflación de
distinta intensidad, aplicando restricciones a la demanda que
afectarán los flujos comerciales entre cada país.

Las cifras sobre inflación a 1989 muestran estos desniveles
inflacionarios: Bolivia registró un ínidce de 16 por ciento;
Colombia de 27 por ciento; Ecuador, una tasa inflacionaria de
59 por ciento; Perú un índice de 2.949 por ciento; y Venezuela
un nivel inflacionario de 90 por cientoLa inversión será uno
de los ingredientes indispensables que deberán concurrir para
que el proceso de desgravación e integración comercial andino
y a nivel internacional sea exitoso.

Las cifras del gráfico adjunto muestran como los niveles de
inversión han ido decreciendo con el tiempo: el coeficiente de
inversión ha declinado de un 20,7 por ciento en 1980, a -13,1
por ciento en 1989.

Cifras que demuestran que las inversiones productivas se
encuentran desmotivadas en las economías andinas. Para
promover nuevamente la inversión serán necesario cambiar las
políticas de tasas de interés y tipos de cambio, entre otros
instrumentos de política económica. (A-2).
EXPLORED
en Ciudad N/D

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