Guayaquil. 24 oct 96. PLAGIO: En materia de propiedad literaria,
científica o artística, (es) la copia o imitación que no confiesa el
modelo o el autor seguido". (Diccionario Jurídico Elemental, Dr.
Guillermo Cabanellas de Torres).

"En mi bibliografía cito los libros que he consultado y las citas de
los libros que he tomado están ahí. Para figura de plagio es bien
importante la figura de publicación, y quien no publica una obra no
puede hablar de plagio y quien la publica sí. Y yo la tengo publicada.
Yo no excluyo haber tenido como fuente de consulta la obra de Irene
Pesántez. He consultado tesis, revistas, libros, pero yo cito las
fuentes que en estricta metodología hay que citar, y que son las
obras y libros publicados". (Sandra Correa, ministra de Educación).

La primera confusión en torno a Sandra Correa es sobre su lugar de
nacimiento. Todo el mundo creyó que era cuencana. Así también se
lo dijo a Vistazo cuando se presentaron la hoja de vida y planes de los
nuevos ministros de Estado. Ella misma está confusa. Soy nacida en
el Cañar, dice de manera resuelta, pero luego medita: es que aquí hay
una confusión, se cometen tantos errores, tengo tres partidas de
nacimiento: una me hace nacer en la parroquia Cañar, la otra en
Cuenca y la tercera en Azogues. Unas me hacen nacer el 24 de
diciembre, otras el 22.

El jefe provincial del Registro Civil de Pichincha certifica "que en
el registro de nacimientos del cantón Cañar, correspondiente a
1963, tomo 1, página 7, acta 13, consta la inscripción de Correa
León Sandra Isabel, nacida en la provincia de Cañar, cantón Cañar,
parroquia Cañar, el 22 de diciembre de 1962". Lo mismo dicen sus
únicos datos de filiación.

Son los espejos de Sandra Correa. La sensación que ofrece la
menuda ministra de Educación en la entrevista es la de una persona
acorralada, pero dispuesta a defenderse. La idea que transmite en sus
respuestas es, sin embargo, de inseguridad. No porque le tiemble la
voz, sino porque luego de la confusión sobre su origen, no se sabe si
quien habla es la auténtica Sandra Correa, su espejo, la imagen que
quiere proyectar... o una fotocopia de sí misma.

Mujer de hábil verbo, no dice ni sí ni no a preguntas concretas. Su
agilidad mental para cambiar el tema o envolverlo en los sutiles
vuelos de la retórica es alucinante. Lo que más destaca es su
capacidad para justificar de manera poética la figura de un supuesto
plagio del que se la acusa.

LLANTO Y APLAUSOS

Antes de reunirse con Vistazo la ministra de Educación recibe en
una sala contigua a su despacho la visita masiva de maestros
informales que ese 16 de octubre han acudido a respaldarla. Le
entregan sus quejas sobre la UNE, le ponen un niño esmeraldeño
entre los brazos. Ella llora y lo besa en medio del aplauso moreno.
Correa muestra su mejor sonrisa para los flashes y llama a "la
liberación del alma del magisterio". Su rojo vestido la
destaca entre los oscuros ternos de los profesores.

En el discurso de rigor, su enemigo ya no es Irene Pesántez sino
el MPD. A ese partido lo acusa de complot porque no quieren (el
magisterio y la UNE) la reforma educativa, porque acaba de
incorporar al magisterio a los maestros parvularios, técnicos
docentes y artesanales, bilingües y populares.

Revela que ese complot viene también de parte de grandes
negociantes editoriales a quienes ella habría afectado al negarles
su participación en los textos que se incorporarán en las un millón
200 mil mochilas escolares que se empezarán a repartir desde
noviembre. "Recibo llamadas obscenas a mi casa", dice con un dejo
de desesperación, y dirige su mirada a su guardaespaldas personal:
eso lo estamos viendo con el capitán. El oficial guarda silencio.

En el Ministerio de Educación sus colaboradores están en pie de
guerra. La figura del complot se agita como bandera. Los autores:
el MPD y socialcristianismo. La unión de los extremos, siempre
peligrosa. "Vamos a sacar toda nuestra artillería, los trapos sucios
de la UNE y el MPD. Esto va a ser peor que el Extra", dice un
funcionario entre los pasillos. El caballo de batalla está listo, y es
poderoso: las denuncias de un grupo de maestros sobre un supuesto
mal manejo del Fondo de Cesantía del magisterio nacional. Habría
68 mil maestros afectados. Algo que, de demostrarse, sería una
puñalada en el corazón de la UNE.

"No voy a renunciar", dice. "No voy a hacerles el juego". Con voz
apagada y monótona habla de sí misma y sus proyectos; no mira a
los ojos de su interlocutor sino al fotógrafo, mueve las manos,
muestra papeles...

Su celular, colocado junto a su mano izquierda, suena a cada
instante. Ella no contesta sino sus asistentes, que, jóvenes por lo
general, revolotean en su despacho y a su alrededor como si ella
fuera la abeja reina. También mira la hora: el reloj en su muñeca
tiene la imagen de Rosalía Arteaga y una frase escrita: "Rosalía
vicepresidenta". Ya es hora de que se lo saque. "No", dice, "a
Rosalía yo la llevo porque la quiero mucho, es mi amiga,
compartimos sueños. Las circunstancias ahora son particulares,
pero para nada afectan una relación".

Sus palabras no corresponden a los hechos. De esa relación con
Rosalía, (cuando juntas negociaban con los candidatos de turno
su participación electoral, cuando Sandra era el filtro y brazo
ejecutor de la entonces ministra de Educación, cuando ella
amorosamente le arreglaba el cabello para las fotos de la tarima)
al son del bolero, nada queda. Pero ella no lo acepta o no lo sabe
o no quiere darse cuenta. Conserva el reloj de Rosalía, pero ella
sonríe cuando se le dice que lo cambie por el de Abdalá: "No voy
a hacerles el juego ni darles la posibilidad de dividir, he recibido el
respaldo frontal del presidente de la República".

Abdalá Bucaram es ahora su poderoso padrino. Como buen pagador
de favores, se juega por Sandra Correa así como ella se jugó contra
Rosalía Arteaga (fuentes reservadas del Ministerio de Gobierno
revelaron que el caso de Sandra Correa se conocía ya en el seno
del Gobierno. Un emisario habría dicho a Sandra Correa que ella
tenía que afiliarse al PRE, o ese mismo partido la denunciaría en
caso de que ella siguiera apoyando a Rosalía Arteaga); tanto que él
amenaza con la cárcel a Irene Pesántez por el "delito" de revelar el
plagio de su tesis. ¿Cuál es la razón de este apoyo? Bucaram mismo
lo dijo: "A los del MPD se les acabó la teta": los rectores de los
colegios y los supervisores educativos serán, de acuerdo a decreto
presidencial, de libre remoción. Ya no serán elegidos por los
Consejos Directivos, en los que la UNE tiene total influencia.
Varias otras reformas, que serán lanzadas a corto plazo buscan
"acabar con la hegemonía administrativa y burocrática del MPD
en la educación ecuatoriana". dice un alto funcionario.

A Vargas Pazzos también se le quiebra la voz para decir que el
asunto del plagio de Sandra Correa es un sinónimo de oposición
"sin respeto a la patria". En un cerco paternal, los duros del Palacio
se agrupan en torno a la ministra. Ella es la nueva "guagua linda".

También la apoya el secretario de la Administración, quien
"denuncia" la desaparición de la tesis doctoral de Sandra Correa
de los archivos de la Facultad de Jurisprudencia de la U. Central,
cuando ese mismo instante esa tesis permanecía en el escritorio
del decano a la espera de una comisión que determine si la
doctora Correa usó toda o una parte de la tesis de Irene Pesántez
para graduarse.

Ese otro lado del espejo lo está investigando el Consejo
Directivo de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad
Central, donde se doctoró Sandra Correa en 1988 con la tesis
titulada "Situación Social y jurídico laboral de la mujer en el
Ecuador": el mismo nombre del libro que publicaría dos años
más tarde y cuyo texto se parece a la tesis de licenciatura
(presentada en 1987) de Irene Pesántez como dos gotas de
agua.

Por resolución del Consejo Directivo, el decano de la Facultad
de Jurisprudencia de la U. Central, Walter Enríquez, pidió a la
Universidad de Cuenca la tesis de Irene Pesántez y el libro
publicado por Correa para compararlos con su tesis doctoral.
De existir la figura de plagio, la Universidad Central del
Ecuador anularía el grado de Sandra Correa y su título
profesional.

Esa tesis fue la base para la publicación del libro que el 19 de
diciembre de 1990 fue lanzado en el Aula Benjamín Carrión
de la Casa de la Cultura, a las siete de la noche, entre vino
tinto y buenos deseos.

INVESTIGADORA PRECOZ

Antes de iniciar sus gestiones ministeriales, ella le dijo a
Vistazo que a los 19 años ingresó a la fábrica La Internacional
como jefa de Personal. Según su hoja de vida oficial, Correa
se inició en esa fábrica como asistente de la Dirección de
Recursos Humanos. ¿Equívoco o mentira? Nadie lo sabe. Lo
único cierto es que esta brillante intelectual logró un
meteórico ascenso en la vida pública. Dos años en la
Universidad de Cuenca para luego terminar su carrera en
Quito. Parte activa de varias agrupaciones entre la que destaca
el club Leo Quito, los Shyris. Bien llevada con sus amigos,
dicen los consultados. Muy trabajadora, agregan.

Entre los 21 seminarios que dice asistió desde 1977 (a la
precoz edad de 15 años siguió -de acuerdo a su hoja de vida
oficial- un curso sobre "Título preliminar del Código Civil y
Derecho Procesal Civil"), sus siete membresías en diversas
agrupaciones, las 14 conferencias que dictó y los
reconocimientos recibidos, ella llegó a ser ministra de
Educación. Su salto político lo dio con su vinculación al
partido Liberación Nacional, del cual fue candidata a la
diputación por Pichincha en 1992.

"Ella siempre quiso ser intelectual de izquierda", dice un
amigo suyo, quien prefiere el anonimato.

Así, él justifica que ella se haya sentido a gusto rodeada
-y admirada- por elementos de la intelectualidad quiteña.

Pero en su camino más pesó la relación con Rosalía
Arteaga, de quien fue compañera de colegio, luego alumna,
después coidearia en la lucha por los derechos de la mujer
y la conformación del MIRA, y finalmente fría colega
de Gobierno.

Sandra Correa quiso arreglar

Por Jorge Durán Figueroa

En Cuenca, en los primeros días de diciembre de 1992,
Sandra Correa, en la oficina jurídica de José Peña Ruiz,
ex profesor de Derecho de la universidad, imploró con
lágrimas en los ojos para que no la enjuiciaran
penalmente y el caso del plagio no se hiciera escándalo
público.

Peña reveló a Vistazo que a ese extremo llegó Sandra
Correa una vez que no logró ponerse de acuerdo con
Irene Pesántez, a quien aseguró no conocer.

El entonces abogado de Pesántez dijo haber insistido a
la hoy ministra de Educación, que la única solución al
problema era reconocer públicamente la autoría del
libro a Irene Pesántez.

Carta Confidencial

Pero hay algo más contundente todavía. El 29 de
diciembre de 1992 la actual ministra de Educación
envió una carta mediante fax a José Peña en la que
presentó un bosquejo de lo que denominó "acta
bilateral consensual", a ser suscrita por ella e Irene
Pesántez. La carta está firmada por ella.

Asustada por las acciones legales que se iban a
emprender en su contra, la doctora Correa, según
esa misiva, explicó que el acta contó con el visto
bueno de la Fundación Friedrich Neuman.

En la carta, Correa expresó que a criterio de esa
fundación, el doctor Peña debía hacerle llegar una
comunicación en la que conste que "la Universidad
de Cuenca no llevará adelante ninguna acción legal".

En los antecedentes del acta transaccional, Sandra
Correa establecía que la Fundación y otra entidad
auspiciante le recomendaron que arregle el
problema con Pesántez personalmente.

Por esa razón, Correa hizo un análisis a su manera e
hizo constar en su carta que ella "consultó y tomó
como fuente informática de importancia las citas
especialmente históricas realizadas por la Dra.
Pesántez", y que tampoco nombró en su libro la
información bibliográfica tomada de la tesis de
grado y que "nunca hubo la intención de apropiarse
de ideas o investigaciones...".

Error, solo error

En su carta, Correa reconoció que cometió el "error"
de no haber hecho constar las citas bibliográficas de
la tesis de grado de Pesántez.

Estableció, por tanto, seis cláusulas en un acuerdo
que, en vano, pretendió firmar con su ex compañera de
Facultad.

Mediante este acuerdo Correa se comprometía a hacer
un "público reconocimiento del error de no citar como
parte de la bibliografía consultada el trabajo de la Dra.
Pesántez".

Tal reconocimiento debía hacerse en una hoja anexa al
libro de Sandra Correa, que iría pegado al final de los
ejemplares distribuidos. Además, Correa se comprometía
a publicar la aclaratoria en la prensa.

OTROS PUNTOS

Correa habría propuesto a Pesántez varias formas de
arreglo para evitar el escándalo:

1. Hacer constar su tesis en la bibliografía consultada.

2. Reeditar el libro presentándola como coautora.

3. Presentarla como autora del libro y ejecutar juntas
un proyecto internacional de apoyo a la mujer conseguido
gracias a la publicación del libro.

Se quedo lívida

Irene Pesántez, 34 años, abogada cuencana, debía viajar a
fines de 1991 a Portugal, a un seminario internacional
sobre la mujer, auspiciado por la fundación alemana
Friedrich Neuman. Entre los libros que los organizadores
recomendaron a las asistentes para preparar la conferencia,
Pesántez recibió en Quito el libro "Mujer: situación social
y jurídico laboral en el Ecuador", publicado por Sandra
Correa. Al revisar sus páginas, Pesántez se fue dando
cuenta de un enorme parecido a los textos de la tesis que
ella presentó en 1987 para su licenciatura en Ciencias
Jurídicas llamada "Situación social y laboral de la mujer
en el Ecuador". Inmediatamente envió por su tesis a
Cuenca, e hizo las comparaciones pertinentes. Su familia
también hizo lo mismo, "Y nos quedamos asombradas.
Era idéntico", dice una pariente que pasó toda la noche
comparando los textos.

Lo paradójico es que la misma fundación que auspició el
viaje de Pesántez, en el que se enteró de los hechos, fue
coauspiciante del libro publicado por Correa.

Con esa espina clavada, Irene Pesántez viajó a Portugal,
pero a su regreso, ya en 1992, presentó la denuncia en la
Universidad de Cuenca ante el decano de la Facultad de
Derecho, Jacinto Cordero. El 21 de marzo de 1994 se
presentó el informe del fiscal de la Universidad, Teodoro
Coello. Una Comisión levantó un informe indicando que
efectivamente hubo fraude, y así lo ratificaron las
autoridades de ese centro de estudios el 15 de octubre
de 1996, cuando el escándalo estaba en lo más alto.

De acuerdo a lo relatado por la propia Pesántez, fue la
misma Sandra Correa quien acudió a la Universidad de
Cuenca en busca de una tesis sobre el tema que estaba
investigando. Le recomendaron la tesis de Irene Pesántez
pero no le permitieron que sacara copias. así que averiguó
la dirección de su casa y se la pidió personalmente. "Yo
se la entregué alegre porque había alguien más que se
interesara en la situación de la mujer", dijo Pesántez.
En la Redacción de Vistazo, en Quito, ella comparó su
tesis de licenciatura con la tesis doctoral de Sandra
Correa, y dijo "Ahora me explico que ella, teniendo
tanta bibliografía en Quito, hubiera ido a Cuenca a
buscar una tesis, cuando por lo general hacemos lo
contrario: de Cuenca vamos a Quito o a Guayaquil porque
ahí es donde reposan la mayor parte del conocimiento.
Ella fue a Cuenca con otras intenciones".

COMO DOS GOTAS DE AGUA

Por Christian Zurita

La tesis doctoral de Sandra Correa, con la que en 1988
se graduó en la Facultad de Jurisprudencia de la U.
Central, es igual a la tesis de licenciatura de Irene
Pesántez, con la que se graduó, en marzo de 1987, en
la U. de Cuenca.

Quizá la única diferencia es la dedicatoria: Pesántez
se la dedica a su madre, Correa a sus abuelos. Incluso,
el índice y las conclusiones son los mismos, aunque
Correa agrega cuatro conclusiones más a "su" trabajo.

Vistazo tuvo acceso a la tesis doctoral de Sandra
Correa y presentamos varios párrafos comparativos,
si es que cabe el término, de los dos trabajos.

TESIS DE IRENE PESÁNTEZ

"DIVISIÓN DEL TRABAJO.- La mujer indudablemente
queda al margen de las peligrosas tareas. Es el hombre
el que se encarga de las tareas de la caza, es él quien en
definitiva persigue el mundo animal. La mujer, con la
ayuda de una especie de bastón de escarbar se dedica al
otro reino de la naturaleza, al vegetal...". CAPÍTULO 1.
Página 8

TESIS DE SANDRA CORREA

"DIVISIÓN DEL TRABAJO.- La mujer indudablemente
queda al margen de las peligrosas tareas. Es el hombre
el que se encarga de las tareas de la caza, es él quien en
definitiva persigue el mundo animal. La mujer, con la ayuda
de una especie de bastón de escarbar se dedica al otro reino
de la naturaleza, al vegetal...". CAPÍTULO 1. Página 16

TESIS DE IRENE PESÁNTEZ

"EGIPTO.- Un egiptólogo entre los demás eminentes
escribía: "Un rasgo simpático (de la civilización egipcia)
es la igualdad de los sexos. Y una escritora connotada
establece: "Es en Egipto donde la condición de la mujer
presentó mayor ventaja...". Página 13

TESIS DE SANDRA CORREA

"EGIPTO.- Un egiptólogo entre los más eminentes
escribía: "Un rasgo simpático (de la civilización egipcia)
es la igualdad de los sexos. Y una escritora connotada
establece: "Es en Egipto donde la condición de la mujer
presentó mayor ventaja...". Página 23

TESIS DE IRENE PESANTES

"a) RAZONES BIOLÓGICAS DE LA DEPENDENCIA.-
(Párrafo 2) En este punto, precisamente diferimos con
el sicoanálisis que establece que, "la anatomía
determina la vida de la mujer". Es evidentemente obvio
que existe una desigualdad biológica, pero también es
cierto que una gran parte de las características biológicas
de uno y otro sexo han sido "elaboradas
culturalmente"..." Página 37.

TESIS DE SANDRA CORREA

"a) RAZONES BIOLÓGICAS DE LA DEPENDENCIA.-
(Párrafo 2) En este punto, precisamente diferimos con
el sicoanálisis que establece que, "la anatomía determina
la vida de la mujer". Es evidentemente obvio que existe una
desigualdad biológica, pero también es cierto que una
gran parte de las características biológicas de uno y otro
sexo han sido "elaboradas culturalmente"..." Página 70.

TESIS DE IRENE PESANTEZ

1. La igualdad de la mujer en nuestro país, está muy lejos
de ser una realidad, debido principalmente al sistema al
que pertenece nuestra estructura socio-económica.

5. El cambio tendiente a liberar a la mujer se deberá
verificar tanto en ella cuanto en el hombre a través de la
educación apropiada.

7. La legislación ecuatoriana mantiene leyes e
instituciones que someten a la mujer de manera injusta,
por lo que se deberían garantías suficientes,
adecuadas y reales a través de ellas. Pags. 149-150.

TESIS DE SANDRA CORREA

1. La igualdad de la mujer en nuestro país, está muy
lejos de ser una realidad, debido principalmente al
sistema al que pertenece nuestra estructura socio-económica.

5. El cambio tendiente a liberar a la mujer se deberá
verificar tanto en ella cuanto en el hombre a través de la
educación apropiada.

7. La legislación ecuatoriana mantiene leyes e instituciones
que someten a la mujer de manera injusta, por lo que se
deberían garantías suficientes, adecuadas y reales a través de
ellas. Pags. 213 y 214. (FUENTE: REVISTA VISTAZO N. 700,
PP. 6-11)
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