El presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, dialogó, durante su primer día de labores, con sus similares de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Cuba, Fidel Castro; y Perú, Alejandro Toledo, tres de los siete mandatarios que llegaran a Quito para asistir a su investidura la víspera.

Una fuente del Palacio de Carondelet, sede del gobierno nacional en Quito, indicó que Gutiérrez y sus homólogos conversaron sobre temas bilaterales y multilaterales, así como sobre aspectos comerciales con miras a fortalecer sus relaciones.

Agregó que Gutiérrez y Lula da Silva mantuvieron una "amena y cordial" reunión a puerta cerrada durante unos 90 minutos, durante la cual desayunaron juntos y conversaron a puerta cerrada.

La fuente consultada indicó que el mandatario brasileño pidió al ecuatoriano que trabajaran en conjunto para lograr una mayor integración binacional y un incremento de la cooperación para impulsar programas sociales.

Asimismo, Lula da Silva ofreció ayuda a Ecuador en las áreas de la salud y la educación.

Gutiérrez también se entrevistó, en reserva, con Castro en Carondelet. Hablaron durante 30 minutos sin que trascendiera ningún detalle.

El jefe de Estado ecuatoriano también recibió a Toledo en su despacho, en el que dialogaron durante dos horas y suscribieron una declaración conjunta.

Reafirmaron su convicción democrática, la decisión de profundizar y dinamizar la integración y la cooperación binacional y estimaron fundamental acelerar el proceso de integración de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y su convergencia con el Mercosur.

Lula da Silva, Castro y Toledo asistieron la víspera a la investidura de Gutiérrez en el Congreso Nacional, junto a los jefes de Estado de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada; de Colombia, Álvaro Uribe; de Chile, Ricardo Lagos; y de Venezuela, Hugo Chávez. (AFP)

Lucio Gutiérrez asume la tarea de dirigir el país

En los alrededores del Congreso se apostaron cientos de seguidores del actual Presidente. Llegaron de Guayas, Manabí, Los Ríos y de otras provincias. El Pleno del Parlamento estuvo repleto; fueron diputados de varios sectores.

Media hora antes de que se posesione el presidente Lucio Gutiérrez, un ángel apareció cerca del Congreso. Vestía un pantalón de liencillo y las alas eran de madera. Su rostro estaba pintado de blanco. Cargaba un maltrecho acordeón rojo de marca Serenell y un atado de romero.

Despacio, desplegando sus alas, caminó por la Seis de Diciembre, subió por la Clemente Ponce y Piedrahíta. Los empleados de la Función Judicial, extrañados, miraron al ángel que iba a San Francisco. Se mezcló con cientos de partidarios de Salitre, Salinas y Jujan que vivaban al Presidente.

En un instante, el vicepresidente Alfredo Palacio bajó el vidrio de un auto negro para saludar a los seguidores, apostados en la Seis de Diciembre, y el inusual personaje agitó el romero. "Vengo desde las alturas del barrio San Juan para traer un mensaje de esperanza. Con el atado del aromático romero limpiaré las malas energías del pasado, quiero que la patria resurja", dijo en medio del griterío. Cerca de las 11:00 el ulular de las sirenas anunció la llegada del presidente Gutiérrez a la calle Luis Saá, frente a la Contraloría. Previamente arribó, en medio de un enjambre de guardias de seguridad, Luis Inacio Lula da Silva, el presidente de Brasil.

Lucía jovial y alzó su mano derecha cuando decenas de ciudadanos corearon su nombre. Los mismos gritos fueron para el presidente Fidel Castro. Felipe de Borbón, el Príncipe de Asturias, y el presidente Hugo Chávez también fueron ovacionados por los empleados públicos y por la gente que logró evadir el férreo cerco militar y policial. Un pelotón de cadetes de la Escuela Militar Eloy Alfaro rindió honores al paso de los jefes de Estado, que se dirigían al Pleno del Congreso.

Cerca de las 11:00, el presidente Gutiérrez descendió de un lujoso auto plomo, ataviado con un traje negro y corbata roja; un anillo de oro macizo resaltaba en su anular derecho. A su lado, la Primera Dama, de traje verde, apenas sonrió al escuchar los aplausos. El ambiente era festivo y de mucha distensión.

El interior del Congreso hervía. Tanto que Fidel Castro no ocultaba su cansancio y a ratos parecía dormir. Los presidentes invitados se ubicaron a la derecha del Pleno y el Gabinete a la izquierda. En primera fila, Ximena Bohórquez, la primera dama, sus hijas; el padre del Presidente y Gilmar Gutiérrez, el hermano. Lucio Gutiérrez escuchó con atención el discurso del Presidente del Congreso. Alzó el dedo pulgar cuando Guillermo Landázuri ofreció privilegiar la educación. En el juramento, a las 11:40, un emocionado Lucio Gutiérrez dijo que ejercía el cargo por Dios, la patria y el pueblo. Ximena Bohórquez aplaudió, al igual que los familiares más cercanos. Las barras altas no dejaban de gritar: ¡Lucio presidente! La emoción de los seguidores se hizo sentir en la imposición de la banda presidencial, a cargo del Presidente del Congreso. Fue el momento cumbre: Lucio Gutiérrez alzó los brazos y ofreció una amplia sonrisa. Luego se dirigió al país.

Habló con voz enérgica y pasó su mirada por el repleto Congreso cuando tocó las claves de su campaña: enfrentar la corrupción, refundar el país, un nivel de vida digno para todos. El delirio se apoderó de las barras el instante que expresó: O cambio el país o muero en el intento.

El discurso duró un poco más de sesenta minutos. A esa hora acaso el ángel de San Juan habría emprendido su vuelo de suerte.

Las reacciones

Salvador Quishpe
Diputado de Pachakutik


Reconoció su firmeza para luchar contra la corrupción y transparentar el manejo de la deuda pública. Nosotros le respaldaremos en sus esfuerzo para buscar equidad en el desarrollo social.

Ramiro Rivera
Diputado de la DP


El presidente Gutiérrez tuvo un discurso lleno de generalidades y no precisó la forma en la cual llevará adelante sus proyectos anunciados durante la campaña electoral.

Wilfrido Lucero
Diputado de la ID


Felizmente fue una ceremonia digna para el país. Del discurso resaltó su decisión de luchar contra la corrupción y el deseo de impulsar cambios en varios aspectos. También tuvo contradicciones en algunos aspectos.

Luis Fernando Torres
Diputado del PSC


Al discurso le sobraron emociones, pero le faltaron cifras. Como presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales estoy a la espera de la reforma política.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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