Guayaquil. 16 feb 99. Altas pérdidas de dinero y de tiempo y
encarecimiento de los productos importados por la lentitud en
los trámites aduaneros debido al exceso de control por un
lado, y por otro orden y disciplina que a su vez permitió
disminuir la corrupción, aumentar las recaudaciones y bajar la
evasión, es en resumen el resultado de un año de rigor militar
en las aduanas, según el sentir de los importadores.

El 19 de febrero de 1998, los robos, la evasión de impuestos y
la corrupción en las aduanas estaban a la orden del día, el
escándalo era tal que el gobierno interino dispuso la
intervención de las Fuerzas Armadas para que estas las
controlen y administren con mano dura. A un año de esa
decisión, ¿cuál es el resultado y en qué condiciones se hallan
hoy?

La respuesta generalizada es: "buenos" en disciplina y orden
pero "malos" en agilidad, tanto que algunos personajes
experimentados en temas aduaneros, comentaron que quizás el
costo que los importadores han tenido que pagar fue demasiado
alto.

La lentitud en los trámites aduaneros persisten y esto es
tremendamente perjudicial para los importadores quienes se
quejan diciendo que para poder desaduanizar una mercadería
pueden pasar 20 días o más.

Aciertos

El Presidente de la Asociación de Depósitos Comerciales
Públicos, Guillermo Guerrero, destacó que en la parte
diciplinaria el trabajo de los militares estuvo muy bien.
"Acostumbrar a la gente a que debe seguirse el procedimiento
correcto, fue un gran trabajo", dijo.

Para Aparicio Valero, Presidente de la Comisión de Aduanas de
la Cámara de Comercio de Guayaquil, los militares efectuaron
muchas cosas positivas en lo que significa el control de la
informalidad, de la evasión y el imponer disciplina.

"El hacer que cumplamos sin errores en la presentación de
documentos, el identificar a la gente de aduanas y sus
ayudantes obligándolos a portar credenciales, es muy bueno
como el control de la evasión tributaria que se redujo
notoriamente", comentó.

Manifestó que los militares pusieron todo su celo y empeño en
aplicar cambios positivos, "hay que valorar ese empeño y esa
fuerza de voluntad para corregir los errores", dijo.

El experto aduanero, Roberto Calderón, resaltó la depuración
de personas que se hizo en las aduanas. "Siempre se comentó la
depuración de ciertos personajes que tramitaban documentos
aduaneros y que era aparentemente cuotas políticas, esa gente
dejó de hacerlo por lo que es un punto a favor de los
miliares", señaló.

La imposición de disciplina militar a la tónica castrense
estuvo bien, pues aunque fue objeto de rechazos originalmente
después hubo adaptación de los agentes de aduana.

Otro punto a favor de los militares fue la puesta en marcha de
toda la tramitología aduanera en un solo departamento,
manejada por dos jefes departamentales.

Desaciertos

Los actores de las aduanas sienten que la inflexibilidad, la
inexperiencia, y el desconocimiento militar de muchos temas
aduaneros junto con el dudar de todos los importadores por
igual, fue el principal cuello de botella para la fluidez del
comercio, convirtiéndose en el mayor de los desaciertos de la
labor militar.

"Poca agilidad y la demora en los trámites, quizás por
desconocimiento de pasos comunes del día a día, posiblemente
por la necesidad de cumplir órdenes de otro tipo", señaló
Guerrero, se puede nombrar como desaciertos militares.

Por ejemplo, explicó, si no está el jefe de un departamento
para dar una orden el trámite se detiene.

Guerrero manifestó que todos los desaciertos seguramente se
deben a que ellos (los militares) no son especialistas en
aduanas y han tenido que aprender, "eso es un costo que hay
que pagar y significa pérdida de tiempo y demoras", agregó.

"Es que no son aduaneros, pueden tener todas las buenas
intenciones del mundo y la disciplina pero han dejado de hacer
muchas cosas que se debieron haber hecho como la falta del
reglamento, estamos con una ley sin reglamento", manifestó
para luego decir que aunque esto no es culpa de los militares
"queda claro que no ha habido la presión suficiente para que
se lo expida".

También se pudo haber uniformado los procedimientos en las
administraciones del país porque no es conveniente que cada
distrito tenga su propio procedimiento y sin embargo no lo
hicieron.

Valero resaltó como desacierto en la labor militar el "medir a
todos por igual" lo cual originó problemas a los importadores
formales, dijo.

Las imposiciones inflexibles militares también trajeron muchos
problemas, afirmó tras detallar que "al importador no le
quedaba más que aceptar lo que el militar decía aún sabiendo
que la Ley de Aduanas lo respaldaba pues lo importante era
sacar la mercadería pronto y después hacer el reclamo".

Para Calderón, los equívocos se dieron cuando se les permitió
a ciertos funcionarios aduaneros civiles proceder con
"discrecionalidad" y "abusando estos de ese poder cambiaron el
procedimiento y entrabaron ciertas partes de la tramitología
dando como resultado la demora en el trámite, que persiste
hasta hoy".

Otro equívoco, recalcó, fue la descoordinación entre la
aduana, los permisionarios (arrendatarios de las bodegas del
puerto) de la Autoridad Portuaria de Guayaquil. "Esto llevó a
que, para el retiro de carga, se forme una nueva inspección de
mercancía que contradice la Ley de Aduanas ya que una vez
otorgado el levantamiento de la mercadería nadie puede detener
y volver a revisar la carga", aclaró.

Alto costo

Los desaciertos y equívocos de la labor militar en las aduanas
originó un alto costo para los importadores pues sus
mercaderías se encarecieron al tener que mantenerlas hasta
semanas embodegadas por la lentitud en los trámites de
desaduanización.

Calderón expresó que las cosas buenas aplicadas por los
militares en las aduanas han tenido un costo tremendo, pues
hasta hoy "hay dos y hasta tres verificaciones de mercancías y
eso encarece todo: el bodegaje, movimiento de carga, tasas, la
estiba y la desestiba".

Sin embargo, Calderón no quiso dar un puntaje de calificación
a la labor militar ya que "no hay cómo hacerlo porque el costo
es muy elevado", señaló aclarando que "la actuación es buena,
con ciertos desaciertos que hoy lo están corrigiendo pero a un
gran costo".

En cambio, Guerrero dijo: "si el costo que se ha tenido que
pagar es demasiado alto se lo tendría que cuantificar más
adelante porque por otro lado está también el costo invisible
que nunca se ha medido en el Ecuador por la falta de
disciplina y orden que es justamente la labor positiva que han
hecho los militares durante un año".

La corrupción en las aduanas fue grande, sin embargo "nunca
nos hemos detenido a meditar su costo y con los militares esta
ha bajado bastante", agregó.

Por su parte Valero, aceptó que el retraso en el trámite,
ocasionó un alto costo financiero, pero no se atrevió a decir
que el costo total es demasiado alto para los beneficios
recibidos.

Hora de partir

Según la apreciación de los importadores y agentes de aduanas,
es innegable que hoy en las aduanas se percibe un ambiente de
orden y disciplina, por ende la corrupción y evasión de
impuestos disminuyó notablemente.

Con estos resultados positivos... ¿llegó la hora de partir?,
¡sí!, fue la respuesta de los actores aduaneros entrevistados.

Guerrero afirmó que "ya llegó el tiempo para que salgan los
militares de las aduanas pues es evidente que no hay una buena
coordinación con la Corporación Aduanera Ecuatoriana, además
ya cumplieron su labor y hay mucha expectativa de lo que logre
la nueva institución".

Aparicio Valero igualmente estimó que los militares ya
cumplieron su función y "han demostrado que cuando se pone
decisión y voluntad sí se pueden hacer las cosas".

Espero, dijo, que los civiles que se hagan cargo de las
aduanas vengan promovidos también con ese deseo de hacer bien
las cosas y que sigan el ejemplo de los militares en cuanto a
disciplina pues no se debe permitir que pierdan el control.

"Aspiramos que con la CAE se mantenga el principio puesto por
los militares de orden, disciplina y combate a la corrupción e
informalidad", concluyó.

Quizás para algunos es mucho y para otros poco el trabajo
realizado por los militares en las aduanas, pero lo cierto es
que hace un año reinaba el caos, la evasión y la corrupción, y
sin duda la situación actual es diferente.

Lascano: Misión cumplida

Los mayores logros conseguidos por los militares en las
aduanas fueron subir las recaudaciones (20% en dólares) y
bajar corrupción (60%), en ese sentido "nos vamos con la
satisfacción del deber cumplido", dijo el General José
Lascano, quien está dirigiendo las aduanas desde el 19 de
febrero de 1998.

En lo que respecta a la recaudación se han logrado los
objetivos e incluso se llegó más allá de las expectativas,
tomando en cuenta los problemas y dificultades que se tuvieron
que afrontar, comentó Lascano.

Cuando los militares se hicieron cargo de las aduanas el
primer objetivo fue la recuperación de tributos y el segundo
tener un cumplimiento apegado a la justicia. "Las metas
trazadas se cumplieron", anotó.

Según la aduana los incrementos en las recaudaciones entre
1997 y 1998 fueron de entre 9% y 40% mensual a excepción de
septiembre y diciembre en que decrecieron hasta un 2% debido a
la recesión económica.

Sin embargo, para Lascano, un 30% de recaudaciones todavía
falta registrar qué se dará cuando la modernización dé sus
frutos.

Por tal razón la evasión bordea el 30% pues la falta de
sistematización permite que se desvíen todavía estos
porcentajes de tributos, señaló.

Pero aseguró que la corrupción ha disminuido bastante y que
aunque es difícil medirla, en parámetro económico bajó entre
el 60% y 70%.

Para Lascano, la evaluación de un año en las aduanas es muy
positiva, pues, "recibimos las aduanas en total caos y
desorganización, era una institución con muchas deficiencias".

Aspiramos, agregó, a entregar una institución orientada, bien
administrada y con un plan a seguir porque "nuestro deseo es
dar facilidades a la nueva administración", indicó.

"Estoy satisfecho del trabajo realizado, me voy tranquilo del
deber cumplido pero triste de lo que no se pudo hacer por no
estar al alcance de nuestras manos, pero queda mucho por
hacer", declaró.

Para ello, anotó, la Escuela Superior Politécnica del Ejército
(ESPE) elaboró un plan maestro de modernización para las
aduanas que abarca un período de marzo de 1999 al 2003, a
través del cual se pretende llegar al fortalecimiento y
globalización total de las aduanas.

Recaudaciones estarían infladas

Aunque para los militares aduaneros su mayor logro fue el
incrementar las recaudaciones a montos de 100 millones de
dólares, para el Presidente Ejecutivo de la Corporación
Aduanera Ecuatoriana (CAE), José Estrada, "no se puede confiar
en los valores proporcionados", según él, no pasan de ser
simples cifras informativas.

Estrada indicó que cualquiera puede decir que lo recaudado
subió el 40% o más, de un año a otro, pero si no se lo
sustenta o demuestra, todo queda en el aire. "A pesar de
haberlo pedido no tengo el desglose completo de las
recaudaciones, por eso no confío de lo que dicen hasta que una
auditoría de mi confianza haga un análisis de ellas",
manifestó.

Aclaró que nadie ha demostrado el incremento de las
recaudaciones y que solicitó el libro de recaudaciones reales
y el de garantías pero no se lo entregaron por lo que "tengo
razones para pensar que se están inflando estos ingresos.

Agregó que hay varias formas de presentar ingresos inflados o
abultados; uno de ellos es dar los montos en dólares pero sin
indicar el tipo de cambio utilizado, pues es fácil, dijo,
mover uno o dos sucres y tener mayor recaudación.

Otra forma es ingresar como recaudaciones a las garantías.
"Estos valores no deben considerarse como recaudación porque
sirven solo para respaldar posibles reclamos de un lado o de
otro, es decir porque es dinero que no significa ingreso para
el Estado", opinó.

De esta manera, como siempre se entregan garantías colaterales
de banca, numéricamente las incluyen y quedan asentadas como
tributos recaudados aunque después se devuelvan.

Según agentes de aduanas, las multas por faltas reglamentarias
o por contravención que deben ser del 5% del valor fob de la
mercadería a veces cobran el 20% como lo dictamina una norma
secundaria, cuyo valor también pasa a inflar las
recaudaciones.

En vista de que los militares no han sustentado ni justificado
los montos recaudados de manera detallada y desglosada "yo no
puedo confiar en esas recaudaciones", dijo, y anunció que
después del retiro de los militares hará un análisis a fondo
de las cifras y que si se detectan "maquillajes en los monos",
las dará a conocer sin ocultar nada.

Sin embargo considera que en el ámbito de organización interna
los militares ejecutaron una buena labor pero no para tener
una calificación sobresaliente porque en los demás aspectos no
tienen grandes logros.

Militares no están para manejar aduanas

Luis Hidalgo Vernaza, nuevo Gerente de la CAE, quien se
posesionará el 1 de abril, expresó que considerando el grado
de corrupción que había en el país, "algún beneficio tiene que
causar el control militar en las aduanas", como el frenar a
las personas dedicadas a la informalidad y a la defraudación.

No obstante, aclaró, el hecho de continuar ellos en su
actividad aduanera, que no es el giro de ellos, podría derivar
que las cosas empiecen a cambiar negativamente, dando a
entender que es tiempo de su retiro. "Ellos están preparados
para otra situación no para manejar las aduanas", agregó.

Verificadoras en observación

Una de las primeras acciones que realizará Hidalgo es observar
a las verificadoras. "Si los militares dicen que se detectó la
impresión de facturas, ¿cuál es la labor que están
desempeñando las verificadoras? porque una de sus labores es
justamente verificar en origen la mercadería y como producto
de eso tienen que verificar la factura. Quiere decir que la
falsificación de facturas se está dando en aquellas
mercaderías cuya verificación se hace en destino", comentó.

Otro de los objetivos del nuevo gerente es continuar con la
automatización y sistematización a pasos acelerados y agilitar
los trámites sin que estos signifiquen descontrol.

En cuanto al incremento de las recaudaciones de un 20%,
Hidalgo dijo que es necesario analizarlas desde el punto de
vista de la inflación y del tipo de cambio. "Muchas veces las
recaudaciones suben por el diferencial cambiario porque el
dólar tuvo fuertes aumentos en los últimos meses y al hacer
los cambios produce más recaudación pero no es que ingresó
mayor cantidad de mercadería al país", explicó.

Además, dijo, si se considera la inflación y esta es igual a
lo recaudado, puede darse el caso de que no hay incremento,
por lo que es necesario analizar los montos. (Texto tomado de
El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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