Moscú. 27.12.91. Las últimas fuerzas de paz soviéticas
abandonan Nagorno-Karabaj, dejando que las facciones armenia y
azerí sigan combatiendo en el ensangrentado enclave.
Tropas del ahora difunto ministerio del Interior soviético se
desplegaron en el montañoso territorio transcaucásico durante
cuatro años.
Según el diario moscovita Komsomolskaya Pravda, el jefe de las
tropas del ministerio del Interior, teniente general Vasily
Savin dijo que la retirada ya era completa.
Pero el vice secretario de estado azerí Vagiv Rustanov dijo
por teléfono desde Baku que alrededor del 30 por ciento
todavía seguía allí, aunque pronto se retiraría.
La partida de la única fuerza externa pone tempranamente a
prueba la capacidad de la nueva Mancomunidad de Estados
Independientes - sucesora de la Unión Soviética - para
preservar la paz.
Los nuevos documentos fundantes de la agrupación no preven
ninguna fuerza de paz con autoridad legal para intervenir en
los conflictos.
La mayor parte de los 250.000 habitantes del territorio son
armenios, pero Moscú lo entregó en 1923 a Azerbayán, aunque
con la condición de estado autónomo.
Alrededor de 1.000 personas han sido muertas desde 1988 por
armenios armados, tropas azeríes o la fuerza soviética. Aldeas
enteras fueron desarraigadas, y sus habitantes expulsados. Las
comunicaciones y el transporte están interrumpidos.
Armenia acusó al Kremlin de instigar a Azerbayán a la
persecución de toda la población armenia mediante una
combinación de represión oficial y terror.
Los funcionarios azeríes acusan a los armenios armados que se
infiltran en el territorio a través de una estrecha franja de
Azerbayán de organizar ataques guerrilleros.
Rustanov dijo que una reciente encuesta de opinión mostró que
el 70 por ciento de los armenios en Nagorno-Karabaj querían
quedarse en Azerbayán, y que los trastornos eran provocados
por bandidos armados.
Azerbayán ha reclamado para sí todos los equipos militares
soviéticos que hay en su territorio, pero hizo pocos intentos
de apoderarse de ellos.
Los Estados Unidos, que tienen una comunidad armenia
importante, manifestaron su preocupación ante la perspectiva
de una carrera armamentista entre las repúblicas rivales y
particularizó sobre Azerbayán.
El secretario de estado James Baker dijo en un importante
discurso el 12 de diciembre que había indicios de que
Azerbayán se estaba armando.
Quienes persiguen esas políticas descaminadas y anacrónicas
deben saber que no recibirán aceptación ni apoyo desde
Occidente, dijo.
El ministro azerí de Relaciones Exteriores Hussein Sadujov
escribió a Baker responsabilizando a Armenia del conflicto y
manifestando su preocupación ante la actitud de los Estados
Unidos, según una declaración del ministerio.
Señaló que el parlamento armenio no revocó una resolución de
1989 que declaraba a Nagorno-Karabaj como parte de Armenia.
En una situación en que la seguridad del pueblo azerí está
amenazada, el presidente de la república de Azerbayán tomó la
decisión natural y legítima de formar fuerzas armadas
nacionales, habría dicho Sadujov.
(Esto) no puede considerarse una política descaminada y
anacrónica. Invitó a Baker a visitar Azerbayán.
El dirigente Boris Yeltsin negoció un tratado de paz en
septiembre, que llama a un cese del fuego y a desarmar a los
dos bandos en lucha a fin de año.
Pero los combates no amenguaron, y los grupos armados han
adquirido más armas en lugar de desarmarse.
Los armenios de Nagorno-Karabaj declararon la independencia
del territorio a principios de este mes, pero ningún estado lo
reconoció.
El teniente general Leonid Pody, comandante de un batallón que
acaba de retirarse de Nagorno-Karabaj, dijo a Komsomolskaya
Pravda que la presencia de sus hombres había carecido de sentido.
Ultimamente hemos visto de todo. La gente que nos traía comida
y petróleo de día nos disparaba por la espalda de noche. Hemos
visto a la OMON (policía especial) azerí saqueando aldeas
armenias con el pretexto de controlar los pasaportes. Llegaban
en camiones y los cargaban hasta con ropa de cama, dijo Pody.
Sabemos que los combatientes armenios hacen lo mismo...Será
una guerra larga.
abandonan Nagorno-Karabaj, dejando que las facciones armenia y
azerí sigan combatiendo en el ensangrentado enclave.
Tropas del ahora difunto ministerio del Interior soviético se
desplegaron en el montañoso territorio transcaucásico durante
cuatro años.
Según el diario moscovita Komsomolskaya Pravda, el jefe de las
tropas del ministerio del Interior, teniente general Vasily
Savin dijo que la retirada ya era completa.
Pero el vice secretario de estado azerí Vagiv Rustanov dijo
por teléfono desde Baku que alrededor del 30 por ciento
todavía seguía allí, aunque pronto se retiraría.
La partida de la única fuerza externa pone tempranamente a
prueba la capacidad de la nueva Mancomunidad de Estados
Independientes - sucesora de la Unión Soviética - para
preservar la paz.
Los nuevos documentos fundantes de la agrupación no preven
ninguna fuerza de paz con autoridad legal para intervenir en
los conflictos.
La mayor parte de los 250.000 habitantes del territorio son
armenios, pero Moscú lo entregó en 1923 a Azerbayán, aunque
con la condición de estado autónomo.
Alrededor de 1.000 personas han sido muertas desde 1988 por
armenios armados, tropas azeríes o la fuerza soviética. Aldeas
enteras fueron desarraigadas, y sus habitantes expulsados. Las
comunicaciones y el transporte están interrumpidos.
Armenia acusó al Kremlin de instigar a Azerbayán a la
persecución de toda la población armenia mediante una
combinación de represión oficial y terror.
Los funcionarios azeríes acusan a los armenios armados que se
infiltran en el territorio a través de una estrecha franja de
Azerbayán de organizar ataques guerrilleros.
Rustanov dijo que una reciente encuesta de opinión mostró que
el 70 por ciento de los armenios en Nagorno-Karabaj querían
quedarse en Azerbayán, y que los trastornos eran provocados
por bandidos armados.
Azerbayán ha reclamado para sí todos los equipos militares
soviéticos que hay en su territorio, pero hizo pocos intentos
de apoderarse de ellos.
Los Estados Unidos, que tienen una comunidad armenia
importante, manifestaron su preocupación ante la perspectiva
de una carrera armamentista entre las repúblicas rivales y
particularizó sobre Azerbayán.
El secretario de estado James Baker dijo en un importante
discurso el 12 de diciembre que había indicios de que
Azerbayán se estaba armando.
Quienes persiguen esas políticas descaminadas y anacrónicas
deben saber que no recibirán aceptación ni apoyo desde
Occidente, dijo.
El ministro azerí de Relaciones Exteriores Hussein Sadujov
escribió a Baker responsabilizando a Armenia del conflicto y
manifestando su preocupación ante la actitud de los Estados
Unidos, según una declaración del ministerio.
Señaló que el parlamento armenio no revocó una resolución de
1989 que declaraba a Nagorno-Karabaj como parte de Armenia.
En una situación en que la seguridad del pueblo azerí está
amenazada, el presidente de la república de Azerbayán tomó la
decisión natural y legítima de formar fuerzas armadas
nacionales, habría dicho Sadujov.
(Esto) no puede considerarse una política descaminada y
anacrónica. Invitó a Baker a visitar Azerbayán.
El dirigente Boris Yeltsin negoció un tratado de paz en
septiembre, que llama a un cese del fuego y a desarmar a los
dos bandos en lucha a fin de año.
Pero los combates no amenguaron, y los grupos armados han
adquirido más armas en lugar de desarmarse.
Los armenios de Nagorno-Karabaj declararon la independencia
del territorio a principios de este mes, pero ningún estado lo
reconoció.
El teniente general Leonid Pody, comandante de un batallón que
acaba de retirarse de Nagorno-Karabaj, dijo a Komsomolskaya
Pravda que la presencia de sus hombres había carecido de sentido.
Ultimamente hemos visto de todo. La gente que nos traía comida
y petróleo de día nos disparaba por la espalda de noche. Hemos
visto a la OMON (policía especial) azerí saqueando aldeas
armenias con el pretexto de controlar los pasaportes. Llegaban
en camiones y los cargaban hasta con ropa de cama, dijo Pody.
Sabemos que los combatientes armenios hacen lo mismo...Será
una guerra larga.
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