Santiago. 13 dic 98. Miembros de los grupos de protesta
chilenos y familiares de los detenidos y desaparecidos
apuntan, en forma acusadora, una foto de Augusto Pinochet,
mientras celebran la decisión del Ministro del Interior
británico Jack Straw.

LONDRES, (AFP).- El exilio chileno tuvo un papel protagonista
en el arresto del General Pinochet en Londres: sus militantes
le siguieron la pista, descubrieron su hospitalización,
avisaron de esta al juez español Baltazar Garzón y presionaron
moralmente al Primer Ministro Tony Blair, todo lo cual
desembocó en el arresto del general el 16 de octubre.

"Cuando supimos que Pinochet estaba en Londres, recibimos un
shock y nos esforzamos por descubrir su paradero, que lo
mantenían secreto", dijo a la AFP Nicole Drouilly, una de las
responsables de la coordinación del exilio chileno en la
capital británica.

No les resultó una tarea fácil: tuvieron que llamar a
numerosos hospitales y clínicas, y hasta se hacían pasar por
periodistas para descubrir en las respuestas que recibían
algún índice que pudiera darles una pista.

Dedujeron que también sería lógico que el senador vitalicio
estuviera hospitalizado cerca de la embajada de Chile en
Londres y esa fue la deducción justa; lo encontraron en la
London Clinic, en Devonshire Place, a un paso de la embajada
situada en Devonshire Street.

Simultáneamente, dijo la misma fuente, miembros de la
coordinación del exilio chileno tomaban contacto con el juez
español Baltazar Garzón (que instruía una causa contra
Pinochet) al que le indicaron que el general estaba obligado a
permanecer inmovilizado en Londres, a causa de una operación
quirúrgica, lo que daba suficiente tiempo para lanzar una
acción judicial.

¿Qué respondió Garzón? "Nos dijo simplemente gracias por la
información y nos agregó que deseaba que esta fuera
corroborada por un abogado", dijo Nicole Drouilly, quien
agregó con modestia: "Garzón no estaba proclive a escucharnos
porque éramos insignificantes".

Los chilenos consiguieron que uno de los abogados del equipo
jurídico de Amnesty International de Londres, llamara al juez
español confirmándole la viabilidad de una acción contra
Pinochet.

Una carta para Blair

El jueves 15, es decir, un día antes del arresto del ex
presidente de facto de Chile, en la clínica donde estaba
internado, varios responsables de la coordinación del exilio
chileno llevaron una carta al Primer Ministro Tony Blair,
acompañados por el diputado laborista Jeremy Corbyn.

La carta recuerda a Tony Blair que "los gobiernos democráticos
de todo el mundo, incluyendo al entonces gobierno laborista,
condenaron universalmente los crímenes contra la humanidad"
del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

Enseguida, el documento reprocha a Blair por haber aceptado la
entrada de Pinochet a Gran Bretaña (el general ya había estado
antes en Londres, también bajo el régimen laborista).

"Vemos con gran indignación y preocupación, que el presente
gobierno laborista haya permitido la libre entrada y en
secreto a este país del dictador Augusto Pinochet", decía
textualmente.

Le recuerda al Primer Ministro que la justicia española está
buscando al general, para interrogarlo sobre los crímenes que
cometió contra la humanidad e insiste sobre la responsabilidad
moral del gobierno laborista (que sostiene querer hacer una
diplomacia moral) señalándole:

"Nosotros, los firmantes de esta carta, no tenemos duda alguna
de que la mayoría del público está confundido por las acciones
del presente gobierno laborista hacia ese brutal dictador. Es
obligación moral de aquellos que defienden los derechos
humanos y la democracia, apoyar para que este hombre sea
llevado a la justicia".

Asimismo, agrega el documento, "solicitamos del gobierno
laborista que autorice en forma inmediata que los
representantes de la justicia española puedan interrogar al
general Pinochet durante su estancia en este país, con el
objetivo de iniciar trámites de extradición".

"Esto demostrará -concluye- que el gobierno laborista mantiene
su compromiso de llevar a la justicia a los responsables de
crímenes contra la humanidad".

La carta es firmada por Nicole Drouilly, coordinadora de la
agrupación de familiares de los detenidos del Reino Unido,
Julio Vial, Sonia Pizarro y Vicente Alegría, de la
Organización Nacional de Chilenos en el exilio (Onech), David
Miles, de la Comisión de Derechos Humanos y Libertades Civiles
(Hrclc); y Andy Higginbottom, del Comité internacional contra
las desapariciones.

Al día siguiente, viernes 16, Pinochet era visitado en la
clínica por la Policía, que le anunciaba que estaba bajo
vigilancia, pero Nicole Drouilly subraya a la AFP, que otras
organizaciones de derechos humanos estaban atentas y también
se movilizaban en torno al ex dictador.

Un día de triunfo

Subraya que la decisión de los lores fue un "día de triunfo,
acentuado por la decisión de este miércoles de dar curso al
proceso de extradición; es el momento en que nos hemos sentido
más cerca de la justicia", expresó.

Y agregó: "La justicia no es un regalo, hemos luchado y hemos
conseguido que se nos escuche".

Pero, insistió, "nunca pensamos que íbamos a ser tan
suertudos, que íbamos a conseguir tanto, esto no lo habíamos
ni soñado".

Arresto y apoyo costosos

LONDRES, (AFP).- Entre los gastos de hospital, judiciales y el
alquiler de una prisión dorada, la obligada estancia en Gran
Bretaña, de Augusto Pinochet, asciende a varios millones de
dólares para la familia y los partidarios del dictador, al
cabo de menos de dos meses de una batalla jurídica que promete
hacerse eterna.

Pinochet está detenido en Londres, desde el 16 de octubre
pasado y el caso podría durar meses y hasta años.

La factura puede aumentar considerablemente para el nuevo
gobierno democrático de Santiago -determinado a hacer todo lo
posible para contrarrestar la máquina infernal que podría
culminar con la extradición hacia España- y para la Fundación
Pinochet.

Esta última, presidida por el ex ministro de Pinochet, Hernán
Briones, tiene los medios gracias a contribuciones de ex
dirigentes militares o civiles y de simpatizantes de la junta,
pero también de jefes de empresas que sacaron provecho del
ultraliberalismo de los años Pinochet.

También llegaron las donaciones de sociedades británicas
preocupadas por mantener relaciones comerciales con Chile.

Transformada en agencia de viajes, la Fundación Pinochet envió
a Londres a unos 200 contramanifestantes y pagará la totalidad
o parte de los costos judiciales.

Estos últimos, de acuerdo a fuentes judiciales, estaban
estimados en más de 1,5 millones de libras (2,4 millones de
dólares), correspondientes a las dos primeras etapas de la
carrera de obstáculo judicial.

Cuando el 28 de octubre, la alta Corte de Justicia de Londres
invalidó la sorpresiva detención de Pinochet efectuada doce
días antes, condenó al Estado británico a pagar un costo
inicial de 350.000 libras (560.000 dólares).

Pero el 25 de noviembre, la Cámara de los Lores invalidó el
juicio y rechazó la inmunidad del senador vitalicio. Al mismo
tiempo, condenó a Pinochet a pagar la totalidad de los gastos
de justicia, incluyendo aquellos de la primera instancia,
según precisiones de la fiscalía británica.

A estos gastos, se agregan los honorarios de los abogados del
dictador y de hospital cuando se sometió a una operación
lumbar, los cuales superaron con crecen el millón de libras.

Trasladado el 1 de diciembre a una lujosa villa de nueve
habitaciones, ubicada en un elegante barrio londinense, el
senador vitalicio deberá pagar un alquiler mensual que las
agencias inmobiliarias estimaron entre 6.000 y 10.000 dólares.
(Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Santiago

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