Naciones Unidas. 23.10.93. El primer informe de la ONU sobre las
transferencias de armas convencionales efectuadas en el mundo en
1992 es muy poco informativo y esclarecedor con respecto al
comercio armamentista de los países de Latinoamérica.
Sólo once países latinoamericanos enviaron información a la ONU
sobre sus compras y/o ventas el año pasado de equipos en siete
categorías de armas convencionales: carros y vehículos blindados
de combate, sistemas de artillería de gran calibre (más de 120
mm), aviones y helicópteros militares, buques de guerra y misiles
y lanzamisiles.
Son Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú.
A nivel mundial, declararon sus transacciones 80 de los 184
países miembros de la ONU, cuya Asamblea General aprobó la
creación de ese registro en 1991 en busca de una mayor
transparencia en el comercio armamentista convencional.
Entre los datos latinoamericanos figura la afirmación de Perú de
que recibió de Sudáfrica 4 vehículos blindados de transporte
(para operaciones antiterroristas y antidrogas en la selva), pese
al llamamiento del Consejo de Seguridad para que no se compre
material militar a los sudafricanos.
Ese llamamiento no era obligatorio, contrariamente al embargo
decretado a Pretoria en 1977 que prohibía las ventas de todo
material militar a ese país debido a la política racista de su
Gobierno de minoría blanca, y que las sigue prohibiendo.
El informe de la ONU recoge una nota de Sudáfrica en el que dice
que "no está en condiciones" de informar debido al embargo.
Con respecto a Latinoamérica, el informe tiene "ausencias", por
ejemplo, Venezuela y Ecuador, que no respondieron pero que
importaron cuatro aviones de combate cada uno de Francia y
Estados Unidos, respectivamente, según consta en los datos de
estos dos últimos países.
Por otra parte, el documento, donde hay graves discrepancias en
general, se presta a graves confusiones porque algunos países no
se ajustaron a las instrucciones.
Así, Colombia aparece con mucho, según su declaración, como el
país latinoamericano que más armas ha importado en 1992:
centenares de carros y vehículos blindados de combate de EEUU y
Brasil, más de 140 aviones y helicopteros bélicos y decenas de
misiles y buques.
Pero las cifras no cuadran con las informaciones de los países
exportadores, y, según dijeron a EFE expertos en control de
armas, parece que Colombia ha listado lo que tenía en su
inventario, en lugar de limitarse a recoger sus adquisiciones de
1992.
Nicaragua, por su parte, dio una enorme lista de armas vendidas
en 1992 y 1993 (helicópteros, radares, equipos de defensa aérea,
fusiles, cohetes, granadas) pero sin decir a quién.
Un tercer factor que limita considerablemente la utilidad del
registro en el frente latinoamericano es que las principales
transacciones en la región son de armas más pequeñas que las
especificadas en las siete categorías.
Para Natalie Goldring, experta en control de armas, esto
demuestra la necesidad de que la ONU amplie las categorías.
Asimismo, dijo Goldring a EFE, la falta de procedimientos para la
verificación de datos contribuye al carácter incompleto del
registro. El informe se limita a recoger los datos ofrecidos por
los países, pero no los contrasta.
Cuba informó de que no importó ni exportó ninguna de las armas
escecificadas; y Paraguay declaró que, según su Ministerio de
Defensa, no tiene los tipos de armas citados en el formulario.
Panamá indicó que, en 1992, importó 7.657 pistolas, revólveres,
rifles y escopetas para uso de su fuerza pública, que a primera
vista no parecen corresponder a las categorías del registro, como
tampoco las 285 pistolas y alguna que otra escopeta que vendió.
La nota de México fue ambigua: "La Secretaría de Defensa nacional
no adquirió en 1992 armamento" de las siete categorías y, "por lo
que respecta al Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, todo el
material bélico disponible es considerado convencional y es el
mínimo indispensable para el cumplimiento de sus misiones".
Argentina afirmó que ha exportado 4 aviones de combate a Sri
Lanka, y Bolivia declaró que adquirió 54 piezas de artillería a
China, que iban a llegar en junio de 1993, lo que quizás explique
que Pekín no las mencione en sus ventas.
Brasil informó de que vendió 50.328 piezas de artillería de gran
calibre (cohetes) a Arabia Saudí y otras 384 a Qatar, y que sólo
compró 4 cañones de 105 mm a Gran Bretaña. Pero Francia señaló
que había vendido a los brasileños 12 misiles y lanzamisiles.
Chile dijo a la ONU que ha importado 10 aviones de combate de
EEUU (de adiestramiento para operaciones anti-insurgencia) y un
buque de guerra de Gran Bretaña.
Además de los equipos sudafricanos, la declaración de Perú
incluye la importación de 14 carros de combate y 12 vehículos
blindados de EEUU, de 19 helicópteros de ataque de Nicaragua y
otros 3 de Rusia. (EFE)
transferencias de armas convencionales efectuadas en el mundo en
1992 es muy poco informativo y esclarecedor con respecto al
comercio armamentista de los países de Latinoamérica.
Sólo once países latinoamericanos enviaron información a la ONU
sobre sus compras y/o ventas el año pasado de equipos en siete
categorías de armas convencionales: carros y vehículos blindados
de combate, sistemas de artillería de gran calibre (más de 120
mm), aviones y helicópteros militares, buques de guerra y misiles
y lanzamisiles.
Son Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú.
A nivel mundial, declararon sus transacciones 80 de los 184
países miembros de la ONU, cuya Asamblea General aprobó la
creación de ese registro en 1991 en busca de una mayor
transparencia en el comercio armamentista convencional.
Entre los datos latinoamericanos figura la afirmación de Perú de
que recibió de Sudáfrica 4 vehículos blindados de transporte
(para operaciones antiterroristas y antidrogas en la selva), pese
al llamamiento del Consejo de Seguridad para que no se compre
material militar a los sudafricanos.
Ese llamamiento no era obligatorio, contrariamente al embargo
decretado a Pretoria en 1977 que prohibía las ventas de todo
material militar a ese país debido a la política racista de su
Gobierno de minoría blanca, y que las sigue prohibiendo.
El informe de la ONU recoge una nota de Sudáfrica en el que dice
que "no está en condiciones" de informar debido al embargo.
Con respecto a Latinoamérica, el informe tiene "ausencias", por
ejemplo, Venezuela y Ecuador, que no respondieron pero que
importaron cuatro aviones de combate cada uno de Francia y
Estados Unidos, respectivamente, según consta en los datos de
estos dos últimos países.
Por otra parte, el documento, donde hay graves discrepancias en
general, se presta a graves confusiones porque algunos países no
se ajustaron a las instrucciones.
Así, Colombia aparece con mucho, según su declaración, como el
país latinoamericano que más armas ha importado en 1992:
centenares de carros y vehículos blindados de combate de EEUU y
Brasil, más de 140 aviones y helicopteros bélicos y decenas de
misiles y buques.
Pero las cifras no cuadran con las informaciones de los países
exportadores, y, según dijeron a EFE expertos en control de
armas, parece que Colombia ha listado lo que tenía en su
inventario, en lugar de limitarse a recoger sus adquisiciones de
1992.
Nicaragua, por su parte, dio una enorme lista de armas vendidas
en 1992 y 1993 (helicópteros, radares, equipos de defensa aérea,
fusiles, cohetes, granadas) pero sin decir a quién.
Un tercer factor que limita considerablemente la utilidad del
registro en el frente latinoamericano es que las principales
transacciones en la región son de armas más pequeñas que las
especificadas en las siete categorías.
Para Natalie Goldring, experta en control de armas, esto
demuestra la necesidad de que la ONU amplie las categorías.
Asimismo, dijo Goldring a EFE, la falta de procedimientos para la
verificación de datos contribuye al carácter incompleto del
registro. El informe se limita a recoger los datos ofrecidos por
los países, pero no los contrasta.
Cuba informó de que no importó ni exportó ninguna de las armas
escecificadas; y Paraguay declaró que, según su Ministerio de
Defensa, no tiene los tipos de armas citados en el formulario.
Panamá indicó que, en 1992, importó 7.657 pistolas, revólveres,
rifles y escopetas para uso de su fuerza pública, que a primera
vista no parecen corresponder a las categorías del registro, como
tampoco las 285 pistolas y alguna que otra escopeta que vendió.
La nota de México fue ambigua: "La Secretaría de Defensa nacional
no adquirió en 1992 armamento" de las siete categorías y, "por lo
que respecta al Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, todo el
material bélico disponible es considerado convencional y es el
mínimo indispensable para el cumplimiento de sus misiones".
Argentina afirmó que ha exportado 4 aviones de combate a Sri
Lanka, y Bolivia declaró que adquirió 54 piezas de artillería a
China, que iban a llegar en junio de 1993, lo que quizás explique
que Pekín no las mencione en sus ventas.
Brasil informó de que vendió 50.328 piezas de artillería de gran
calibre (cohetes) a Arabia Saudí y otras 384 a Qatar, y que sólo
compró 4 cañones de 105 mm a Gran Bretaña. Pero Francia señaló
que había vendido a los brasileños 12 misiles y lanzamisiles.
Chile dijo a la ONU que ha importado 10 aviones de combate de
EEUU (de adiestramiento para operaciones anti-insurgencia) y un
buque de guerra de Gran Bretaña.
Además de los equipos sudafricanos, la declaración de Perú
incluye la importación de 14 carros de combate y 12 vehículos
blindados de EEUU, de 19 helicópteros de ataque de Nicaragua y
otros 3 de Rusia. (EFE)
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