Quito. 11 ene 2001. El Conatel negocia la eliminación de la exclusividad
regulada. El ente modernizador tiene planes para Andinatel y Pacifictel.

El Consejo Nacional de Modernización (Conam) modifica las bases para la
selección de la banca de inversión que será contratada para asesorar al
Estado en el proceso de modernización de las telecomunicaciones. En
septiembre pasado, presentó la lista corta de las entidades interesadas;
en diciembre, el Banco Mundial dio su aval para la selección.

¿La razón? Boris Piedra, coordinador del sector en el Conam, afirma que
existe una nueva estrategia centrada en la apertura del mercado y en la
búsqueda de un nuevo operador.

Parte de este proceso es, también, la negociación que el Consejo Nacional
de Telecomunicaciones (Conatel) impulsa con Andinatel y Pacifictel para
la firma de un nuevo contrato que elimine el régimen de exclusividad
regulada.

Esto significa que el sector se abre a la libre competencia. Piedra
explica el proceso que seguirán las dos empresas, que resultaron de
la escisión de Emetel: "inicialmente, entrarían en un esquema de
capitalización en el cual el Estado mantendría la propiedad de las
empresas y se buscaría la inversión extranjera; el esquema es un poco más
largo, pero creemos que es el mejor camino antes de una posible venta".

El papel de la banca de inversión, en la primera etapa sería, eliminada
la exclusividad regulada, el asesoramiento y promoción para las
concesiones de servicios de telefonía móvil, inalámbrica y banda ancha
(transmisión de datos y voz).

En una segunda etapa, apoyaría la estrategia de la búsqueda del operador
y, sobre todo, el proceso de capitalización de las empresas. El cambio de
estrategia, según el coordinador, se debe a que existen experiencias
negativas previas, en el tema privatización, tanto a nivel nacional como
internacional.

Piedra cita un ejemplo: en 1997, el proceso fracasó completamente, y en
1998, quedó inconcluso el intento que llevaban adelante las telefónicas
de Honduras y Bogotá, con esquemas muy similares a la estructura de
telefonía fija ecuatoriana.

Por tanto, sostiene el funcionario, "no podemos ir por el mismo camino
porque no estamos dispuestos a correr el riesgo de un nuevo fracaso. Es
necesario que el país busque esquemas novedosos, la capitalización de las
telefónicas se iniciaría en el 2001".

El objetivo fundamental del proceso de modernización, defiende Piedra, es
que el usuario final se beneficie de un mercado competitivo y abierto
(mejores tarifas, calidad y facilidad en el acceso a los servicios). Lo
óptimo, continúa el experto en el área, es lograr que el inversionista,
mediante esa inyección de capital, otorgue dinamismo a las empresas para
que exista competencia. "El Estado se beneficiaría porque se generan
impuestos y recursos por la concesión de bandas".

Es necesario generar valor

Para Fernando Navarro, presidente de la Cámara de Comercio de Quito
(CCQ), el Estado debe deshacerse de la pertenencia de las acciones de las
telefónicas, pero, en primer lugar, debe incrementar su precio a través
de la creación de valor. Si se empeña en continuar como dueño, debe ser
el accionista minoritario.

La CCQ, según Navarro, no permitirá que se introduzca capital foráneo sin
beneficio de inventario; en el negocio de las telefónicas se obtiene
dinero por las licencias de operación y concesión de frecuencias; no
sabemos el monto que se pretende obtener por la negociación de estas.
El representante del gremio sotiene que el proceso que impulsa el Consejo
Nacional de Telecomunicaciones (apertura del mercado de las
telecomunicaciones y la negociación de la eliminación del régimen de
exclusividad regulada) no es transparente.

"No podemos permitir que se les quite el valor a las empresas del Estado
para luego venderlas a precios ínfimos; esto no es lógico: si se les
quita -a Andinatel y Pacifictel- el derecho de exclusividad regulada, a
pretexto de una libre competencia, se les da un golpe estratégico para
bajarles el precio", acota Navarro.

Puntualiza que la estrategia responde a una visión pueril: "no se puede
pretender que Andinatel, que ahora sí ofrece utilidades, pueda competir
con los gigantes del mundo; el primero que llegue al país borra a la
empresa del espectro".

Intencion

- Dentro del proceso de capitalización de Andinatel y Pacifictel,
"tenemos que encontrar la combinación perfecta: beneficio para el Estado
y para la ciudadanía, se busca generar inversión social (empleo y
desarrollo económico)", sostiene Antonio Peré Ycaza, director ejecutivo
del Conam.

- Otro de los objetivos, según Boris Piedra, coordinador de
telecomunicaciones del Conam, es generar un ambiente dinámico en el
sector de telecomunicaciones.

- Piedra sostiene que al adoptar el esquema de capitalización no se
descuida el ingreso de recursos para el Estado, "se está buscando un
esquema que permita captar dinero fresco".

- Al entrar un tercer operador a competir con Andinatel y Pacifictel se
generaría un cambio de actitud de las empresas frente a la forma de
ofrecer sus servicios.

- Piedra afirma que se establece la estrategia para buscar el tercer
operador, y esta puede ser una etapa previa incluso a la búsqueda de la
banca de inversión. Este operador estaría transitoriamente, mientras se
desarrolla el esquema de capitalización.

Las experiencias de Colombia y Honduras son buenas lecciones

Como resultado de la crisis económica de los años ochenta, la venta
masiva de las empresas telefónicas estatales se convirtió en el mecanismo
clave para financiar los préstamos internacionales en América Latina.
Ahora, sostiene un documento del Centro de Estudios y Análisis (CEA),
tres cuartas partes de los países de la región tienen sus compañías de
telecomunicaciones parcial o totalmente privatizadas en contraste con
otras regiones como Europa o Africa, en donde el grado de penetración
privado alcanza el 55% y el 28%, respetivamente.

No todo el proceso de venta, llevado a cabo en la región fue exitoso,
indica el análisis En los primeros años siguientes a la privatización,
aproximadamente 30% de los hogares latinoamericanos no poseían teléfono,
la falta de competencia mantuvo altas las tarifas de los servicios y la
inversión en la red de líneas fijas cayó.

Afortunadamente -sostiene el CEA-, a medida que han ido finalizando los
períodos de exclusividad, se empiezan a evidenciar estructuras de mercado
más competitivas, acentuadas por la presión tecnológica de los servicios
sustitutos, como la Internet.

El anterior fracaso de la venta de las empresas telefónicas ecuatorianas
y las recientes privatizaciones frustradas de las empresas de
telecomunicaciones de Bogotá (ETB) y de Honduras (Hondutec) demuestran
que a la hora de privatizar, los inversionistas buscan, básicamente, un
negocio en marcha enfocado en segmentos de alto crecimiento y con gran
valor agregado, y no una empresa con lineamientos y objetivos
tradicionales. Según analistas colombianos, la ETB no se pudo vender
"porque es una empresa del pasado" y los inversionistas piensan en un
futuro que solo abre paso a la competitividad. La revolución tecnológica
hacia telefonía móvil, Internet y sistemas de transmisión de banda ancha
no fue incorporada. (IBO) (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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