Quito (Ecuador). 04 nov 95. Taiwan es una pequeña isla frente
a la República Popular China. Con sus 11.418 kilómetros
cuadrados es uno de los tigres asiáticos, admirados por su
extraordinario desarrollo relativo.

Pese a su gran poderío económico, que le ha colocado como una
de las primeras naciones en reserva de divisas en el mundo
(para solo citar este dato), con 83.000 millones de dólares en
1993 (Ecuador no llega a los 1.500), Taiwan vive entre el
temor y la esperanza. El temor hacia su hermano mayor, la
República Popular China, a la cual muy respetuosamente llama
"mainland" (el territorio principal), y la esperanza de ser
admitida en las Naciones Unidas y con ello ver asegurada su
viabilidad futura, ya sea como nación independiente (con la
cual sueñan unos pocos ilusos), o ya sea como parte integrante
de una China unificada.

Los actuales gobernantes, con el presidente Lee a la cabeza,
son partidarios de la reunificación china, en tres etapas:
"una fase a corto plazo de intercambio y reciprocidad, una
fase intermedia de confianza mutua y cooperación, y una fase
a largo plazo de consulta y unificación". El proceso ha
avanzado a la primera fase. Según los dirigentes taiwaneses
está estancado, por cuanto la China Popular se opone a
reconocerles "como iguales". La condición fundamental que se
lee entre líneas en Taiwan es que la unificación solo podrá
venir cuando los dos tengan un mismo - muy similar- sistema
político y económico. No lo dicen abiertamente pero Taiwan
quisiera convertirse en la locomotora de un gigantesco tren
productivo que arrasaría con el mundo. Si con 21 millones de
habitantes exportó 84.900 millones de dólares en 1993 y
alcanzó un Producto Interno Bruto de 217.000 millones de
dólares en ese mismo año, ¿qué podría esperar el mundo con
1.200 millones de chinos trabajando y produciendo a ese ritmo?
Esa es la reflexión de la dirigencia taiwanesa que ve en la
reunificación alemana el ejemplo a seguir.

Chi Su, un PHD de formación occidental, el segundo de a bordo
en el Consejo para los Asuntos de China Continental lo dice,
suavizando los términos para ho herir al gigante vecino: "No
exigimos la desaparición del sistema comunista, sino tratar de
aumentar los beneficios para todos los habitantes de China.
Que se reconozca que nuestra experiencia puede ayudar en
muchos aspectos al Continente". Los chinos de Taiwan, lo dice
Chi Su, no confían de la actual dirigencia de China Popular:
"se requiere para la reunificación que cierta forma de
democracia se dé en China Continental, que garantice cualquier
acuerdo".

La dirigencia taiwanesa ve con esperanza los cambios
económicos en China Popular, pero recela de la falta de
cambios políticos. Sobre Deng Xiao Ping, el líder de China
Popular, el funcionario taiwanés opina: "le ha hecho dos
grandes favores a su país, el proceso de reforma económica y
el morir lentamente". Con esto último sugiere que esas
reformas pueden consolidarse con su presencia y que a lo mejor
con un cambio de directriz en la cúpula habrían fracasado.

En su desesperada búsqueda de apoyo internacional los
taiwaneses miden sus aspiraciones -al menos en público-,
quieren ir ganando terreno poco a poco, pues saben de la
presión inmensa que significa la posición internacional de su
hermano mayor. "Nuestro propósito es que un comité de la ONU
estudie el tema, que se reabra el caso, no amenazamos a la
República Popular China, no es justo que esto nos ocurra en la
post guerra fría", dice Chi Su en tono dramático ante unas
tres docenas de periodistas internacionales, invitados a la
conmemoración del Doble Diez, festejo patrio principal en
octubre.

Taiwan es uno de los portaestandartes del libre mercado. Basa
su desarrollo en él. De hecho su filosofía económica
fundamental es simple: liberalización del comercio y
cooperación. Intenta constituirse en un centro de operaciones
para el Pacífico asiático, para lo cual ha desarrollado una
gran infraestructura de transporte, aprovechando su
inmejorable posición geográfica. También es un centro
financiero, pero en eso tiene fuerte competencia en el área.

Las mentes más lúcidas de Taiwan saben que la independencia es
un imposible geopolítico, y prefieren apostar a la
unificación, pero no están dispuestos a compartir su riqueza
así nomás.

El mundo se abre al comercio y a la cooperación con Taiwan,
pero le cierra la puerta a su reconocimiento político. Si
China Continental no dispone otra cosa, este "statu quo" sui
géneris puede durar todavía muchos años, porque una cosa es
cierta: los taiwaneses no están dispuestos a correr la misma
suerte que Hong Kong. Y en el ámbito militar dicen estar
preparados para destrozar buena parte del armamento de China
Popular en la eventualidad de una invasión, que no se descarta
como posibilidad. Le sería bastante costoso a China Popular
recuperar Taiwan por la fuerza, dicen expertos taiwaneses.
Así, entre el temor y la esperanza, viven en esta pequeña isla
21 millones de chinos occidentalizados que han logrado
incorporarse exitosamente al mercado mundial.

Cifras económicas (1993)

PIB: 217.000 millones de dólares

PNB: 220.000 millones de dólares (vigésimo puesto en el mundo)

PNB per cápita: 10.566 dólares (vigésimo quinto puesto en el
mundo)

Tasa de crecimiento anual: 5,9%

Tasa de desempleo: 1,45%

Por sectores:

- Agricultura: 3,46% del PNB

- Industria: 40,6% del PNB

- Servicios: 54% del PNB

Comercio:

Exportaciones: 84.900 millones de dólares (maquinarias,
productos eléctrico y electrónicos 33,3%; textiles 14,2%;
metales básicos y productos metalúrgicos 8,4%; plásticos y
productos de caucho 6,7%.
Mercados principales: Estados Unidos 27,6%; Hong Kong 21,7%;
Japón 10,6%.

Importaciones: 77.100 millones de dólares (materias primas
agrícola e industrial 70,3%; bienes de capital 16,9%; bienes
de consumo 12,8%).

Abastecedores principales: Japón 30,1%; Estados Unidos 21,7%;
Europa 17,6%.

Inversiones extranjeras aprobadas en Taiwan: 1.090 millones de
dólares.

Inversiones taiwanesas en el extranjero: 1.660 millones de
dólares.
Reserva de divisas: 83.600 millones de dólares.

Un nacimiento reciente

La República de China fue fundada el primero de enero de 1912
por Sun Yat Sen. Durante sus primeros 35 años se vio envuelta
en disturbios civiles y amenazada de invasión extranjera. En
1946, un año después del fin de la Segunda Guerra Mundial, una
Asamblea Nacional Constituyente ratificó la Constitución de la
República.

Su capital oficial es Nanking, que se halla en el territorio
continental bajo control de China Popular. En 1949 el gobierno
de la República de China, de Chiang kai Shek, fue derrotado
por los comunistas chinos, y se trasladó a Taiwan y estableció
allí lo que sus dirigentes consideran como la capital
provisional en Taipei.

El Gobierno de la República de China hoy solo ejerce dominio
de facto sobre la provincia de Taiwan y varias pequeñas islas
a su alrededor.

Sus líderes

- Sun Yat Sen, padre y fundador de la República de China.

- Chiang kai Shek, primer presidente de 1948 a 1975.

- Yeng Chia kan (hijo de Chiang Kai Shek), presidente de 1975
a 1978.

- Chiang Ching Kuo, presidente de 1978 a 1988.

- Lee Teng Hui, presidente desde 1988 hasta la fecha.

En 1996 tendrán lugar las primeras elecciones universales y
directas para elegir al nuevo presidente. Muy probablemente
Lee se presentará como candidato a la reelección en lo que los
taiwaneses califican con orgullo como "la primera democracia
del Asia". (Diario HOY) (12A)
EXPLORED
en Ciudad Quito (Ecuador)

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