Quito. 16.11.93. El Tratado de Libre Comercio entre Estados
Unidos, Canadá y México es, en síntesis, un acuerdo que pretende
crear en Norteamérica el mercado más grande del mundo.
El TLC, conocido en este país por sus siglas en inglés (NAFTA),
está pendiente de ser sometido al Congreso de Estados Unidos. La
primera votación se producirá el próximo miércoles, día 17, en la
Cámara de Representantes.
Si ésta lo aprueba, pasará al Senado para que la Cámara Alta se
pronuncie y, en caso de obtener la mayoría, el Tratado entraría
en vigor el 1 de enero de 1994.
En la única hipótesis favorable, el TLC suprimirá aranceles y
demás barreras comerciales durante la próxima década para
facilitar la libre circulación de mercancías, servicios e
inversiones a 360 millones de consumidores, desde el norte de
Canadá hasta el sur de México, pasando -claro está- por Estados
Unidos.
Los "acuerdos complementarios" que han negociado bilateralmente
EEUU y México permiten, entre otras cosas, que algunos productos
estadounidenses -como cítricos, azúcar, electrodomésticos o
vegetales- dispongan de una moratoria de 15 años para ser
protegidos de la libre competencia.
Quienes defienden el Tratado en Estados Unidos sostienen que -a
medio y largo plazo- las empresas ganarán mercados con sus
productos más competitivos, y los consumidores obtendrán precios
más bajos cuando vayan de compras.
La oposición procede, en líneas generales, del movimiento
sindical y de buena parte de los grupos ecologistas.
Los sindicatos temen que las empresas de EEUU se trasladen a
México para buscar mano de obra más barata al sur del Río Grande.
Esto significaría, a corto plazo, una pérdida de empleo para los
trabajadores estadounidenses que ambas partes reconocen.
Los ecologistas -aunque divididos- denuncian el TLC porque
recelan de la protección, a su juicio escasa, que México dedica
al medio ambiente en comparación al rigor de las normativas que
existen en Estados Unidos.
Para contrarrestar ambos efectos, el Gobierno de Washington ha
acordado con México una serie de claúsulas -anexos de última
hora- dirigidas a paliar tanto el desempleo como el deterioro
ecológico en los estados fronterizos.
Cronología del TLC
Después de dos años y medio de negociaciones entre Estados
Unidos, México y Canadá, el Tratado de Libre Comercio (TLC) entra
en su etapa definitiva con la votación del Congreso
estadounidense, de la cual depende ahora su futuro.
Esta es la cronología de los hechos fundamentales de este
proceso:
10/VI/1990.- Los presidentes de Estados Unidos, George Bush, y
México, Carlos Salinas de Gortari, firman una declaración en
apoyo a la idea de establecer un acuerdo de libre comercio e
instruyen a sus ministros de Comercio a preparar el trabajo.
21/VIII/90.- Salinas propone por escrito a Bush negociar un
Tratado de Libre Comercio, requisito exigido por las leyes de
EEUU.
5/II/91.- Bush, Salinas y el primer ministro de Canadá, Brian
Mulroney, anuncian su intención de lograr un Tratado de Libre
Comercio. Bush informa de ello al Congreso.
1/III/91.- Bush pide dos años para tramitar dicho acuerdo a
través de la "vía rápida", que impide a los legisladores enmendar
su contenido, y sólo les permite aprobarlo o rechazarlo.
23-24/V/91.- El Congreso de EEUU aprueba un plazo de dos años
para que Bush negocie el TLC a través de la "vía rápida".
12/VI/91.- Comienzan formalmente las negociaciones en Toronto con
reuniones entre los tres ministros de Comercio y la creación de
19 grupos de trabajo.
19/IX/91.- EEUU, México y Canadá intercambian las primeras
propuestas sobre reducción de tarifas y barreras no arancelarias
en Dallas (Texas).
14/XII/91.- Bush y Salinas se reúnen en Camp David (Maryland) y
coinciden en la importancia de lograr un TLC amplio.
31/XII/91.- Los negociadores concluyen los textos básicos.
México, que se entrevista con Salinas, Serra y otros miembros del
Gobierno mexicano, además de con líderes empresariales.
17-21/II/92.- Los jefes negociadores de los tres países mantienen
una sesión plenaria en Dallas (Texas).
25/II/92.- Bush recibe en Los Angeles los informes sobre medio
ambiente en la frontera con México de Hills y el administrador de
la Agencia para la Protección del Medio Ambiente, William Reilly.
26/II/92.- Bush y Hills revisan con Salinas y Serra los avances
en el TLC en San Antonio (Texas), en su "cumbre" sobre las
drogas.
14/VII/92.- Bush, Salinas, Hills y Serra se reúnen para revisar
la marcha de las conversaciones y anuncian la entrada de la
última etapa.
29/VII-12/VIII-92.- Los jefes negociadores se reúnen en
Washington para revisar y finalizar las negociaciones.
2-12/VIII/92.- Los ministros de Comercio se reúnen en Washington
para finalizar el TLC.
12/VIII/92.- Bush y los ministros de comercio de los tres países
anuncian en Washington la conclusión de las negociaciones del
TLC.
18/IX/92.- Bush notifica formalmente al Congreso su intención de
entrar en el TLC.
4/X/92.- El candidato presidencial demócrata de EEUU, Bill
Clinton, expresa su apoyo al TLC si es complementado con acuerdos
paralelos.
7/X/92.- Los ministros de Comercio de los tres países firman con
sus iniciales en San Antonio (Texas), el texto del TLC en
presencia de los jefes de Estado.
17/XII/92.- Bush firma el TLC en una ceremonia en la sede de la
Organización de Estados Americanos (OEA), al tiempo que Salinas y
Mulroney hacen lo propio en sus respectivos países.
20/I/93.- Clinton toma posesión de la Presidencia de EEUU.
17-18/III/93.- Primera ronda de negociaciones de los acuerdos
suplementarios sobre medio ambiente, normas laborales y
mecanismos para evitar fuertes desequilibrios en las
importaciones.
13/VIII/93.- Conclusión de los acuerdos suplementarios al TLC.
14/IX/93.- Clinton firma los acuerdos suplementarios sobre medio
ambiente y normas laborales en Washington frente a los ex
presidentes de EEUU Bush, Jimmy Carter y Gerald Ford.
Paralelamente Salinas y la nueva primera ministra de Canadá, Kim
Campbell, firman estos compromisos en sus países.
25/X/93.- El liberal Jean Chrétien se convierte en nuevo primer
ministro de Canadá después de haber expresado sus intenciones de
renegociar algunos puntos del TLC.
3/XI/93.- Clinton envía al Congreso el proyecto de ley para la
puesta en práctica del TLC.
La votación
La mayoría de los republicanos apoya el TLC. Los demócratas, por
otra parte, están muy divididos por la presión de los
sindicatos, de los ecologistas y de sus propios electores en las
circunscripciones más afectadas.
Según declaración de los miembros de la Cámara de Representantes
a una agencia de prensa internacional, entre los 435 miembros,
164 están a favor, 179 en contra y 92 se mostraron indecisos
aunque la mayor parte de indecisos mostraban tendencias
favorables al TLC.
Como en toda gran campaña, unos y otros han puesto en marcha la
maquinaria de los "lobbies" (cabildeos, grupos de presión). En
Washington, por ejemplo, la propaganda en favor y en contra
aparece en folletos de todo tipo, se sujeta en cartelones que
cuelgan de edificios públicos, o circula en los autobuses
municipales.
El Gobierno sabe que se juega una baza política extraordinaria
para su propia estabilidad y para el futuro del libre comercio.
Clinton tiene por delante -a partir del jueves, día 18- el
Consejo de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que se celebrará
en Seattle (estado de Washington, al noroeste del país).
Y tiene pendiente, sobre todo, el debate crucial sobre la Ronda
Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y
Comercio), que "debe" aprobarse a finales de año.
Varios miembros del Gobierno han señalado estos días que rechazar
el Tratado sería un "insulto" a México y una "malísima señal"
hacia América Latina, pendiente de lo que ocurra el miércoles
para interpretar el "mensaje" de Estados Unidos.
EN TORNO AL TLC
- La bolsa de Nueva York, atenta a las últimas noticias sobre el
Tratado de Libre Comerio (TLC), tenía una ligera tendencia a la
baja a media sesión de hoy, lunes.
A las 12.10 locales (17.10 gmt) el promedio de industriales del
Dow Jones bajaba 5,03 puntos y se colocaba en los 3678,48 puntos.
- Ante la proximidad de la votación en el Congreso de los Estados
Unidos sobre el TLC, los inversores están atentos a lo que pueda
ocurrir para embolsarse los posibles beneficios que, a corto
plazo, pueda surgir.
- En Wall Street impera la opinión de que, se apruebe o se
rechaze el TLC, el efecto sobre los mercados financieros va a ser
mínimo pero algunas casas de bolsa están preparadas para intentar
aprovechar cualquier operación especulativa que, en las horas
anteriores y posteriores a la votación, pudiese surgir.
- Por segunda vez en menos de cuatro meses, el presidente de
Estados Unidos, Bill Clinton, afronta un nuevo e importante reto
para su futuro político en la Casa Blanca con una votación
crucial en el Congreso. En agosto fue el plan presupuestario para
reducir el déficit en medio billón de dólares en cinco años, y el
próximo miércoles día 17 de noviembre será el Tratado de Libre
Comercio (TLC) con México y Canadá.
- Clinton necesita 218 votos para lograr su objetivo; a pocos
días de la votación todavía le faltaban una veintena, según los
cálculos de la Casa Blanca, y 50 de acuerdo al recuento del
principal opositor al acuerdo, el demócrata por Michigan David
Bonior.
- El TLC es el segundo tema trascedental de este primer año de
Clinton en la Casa Blanca para medir sus posibilidades de
reelección en 1996, después del plan presupuestario, según
coinciden los analistas y observadores políticos.
- Para muchos observadores, si Clinton fracasa con el TLC perderá
peso político para lograr la aprobación de la reforma sanitaria
en los términos que la ha planteado para universalizar la sanidad
y dar cobertura a 38 millones de estadounidenses que carecen de
seguro médico en Estados Unidos.
- Al mismo tiempo, si la Cámara de Representantes rechaza el TLC,
Clinton se quedará sin argumentos para pedir la apertura de
mercados en Asia durante la cumbre de la Cooperación Económica de
Asia y el Pacífico (APEC) que se celebrará el 19 y 20 de
noviembre en Seattle (Estado de Washington), inmediatamente
después de la votación.
Consecuencias de un posible rechazo
Las consecuencias que tendría un rechazo del TLC, el departamento
formula las siguientes previsiones:
- Los inversionistas perderían alguna confianza en las reformas
económicas mexicanas, y se aceleraría ligeramente la devaluación
del peso. Disminuyen las exportaciones de EEUU a México debido a
la permanencia de altas tarifas aduaneras y a la desaceleración
de las inversiones extranjeras.
- Las pérdidas de empleos a raíz del rechazo del TLC se
concentrarían en las industrias fabricantes de bienes de capital,
altamente sindicalizadas, y en los estados fronterizos con México
y la región industrial del medio oeste.
A mediano plazo, entre dos y diez años:
- Disminuye el ritmo del crecimiento económico en México. Una
proyección econométrica del grupo Wharton estima el crecimiento
del producto interno bruto (PIB) pér cápita mexicano en 2,4% si
el TLC es aprobado, y 1,2% si no lo es.
- México seguiría siendo atractivo como plataforma de bajos
salarios para exportar a EEUU, presionando a la baja los salarios
en las industrias estadounidenses que deban competir con las
importaciones.
- Aumenta la inmigración ilegal de mexicanos. Wharton estima en
600.000 la cifra adicional de mexicanos que emigrarían a EEUU si
el TLC es rechazado.
- Para el año 2003 la competencia de seis millones adicionales de
inmigrantes pondría una fuerte presión a la baja en las
industrias de servicios donde el nivel de salarios es ya el más
bajo.
- Las exportaciones de EEUU a México en el año 2003 podrían ser
de 30 a 40 por ciento inferiores a lo que serían con el TLC. Unos
30.000 millones de dólares menos por año en exportaciones
significarían alrededor de medio millón menos de puestos de
trabajo.
- El 70% de las importaciones mexicanas y del 35 al 45% de las de
América Latina provienen de Estados Unidos, que sería el
principal beneficiado con un despegue económico de sus vecinos
del hemisferio, reitera el análisis del Departamento del Tesoro.
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