Guayaquil. 20 sep 98. En años recientes, los sociólogos y la
sociología parecieron estar fuera de moda en nuestro país.
Pero hoy comienzan a volverse más necesarios que nunca.

¿La supervivencia del populismo tiene algo que ver con el auge
de la televisión?

¿Qué relación existe entre el fracaso de las encuestas
electorales y la falta de una identidad nacional?

¿Cómo impactó la construcción de modernos centros comerciales
al Norte de Guayaquil en los hábitos recreativos de la
población de los barrios suburbanos al Sur?

Preguntas como estas son la materia prima conque trabajan los
sociólogos. Ellos buscan la relación que existe entre aspectos
de la sociedad que en apariencia no tienen nada que ver entre
sí.

No siempre encuentran esa relación, pero cuando lo hacen su
trabajo nos ahorra costosos despilfarros.

Lamentablemente en los últimos años se descuidó la importancia
de la sociología. Ya casi nadie discute, por ejemplo, que
antes de iniciar la construcción de una carretera, una represa
o un paso a desnivel, se requiere de un estudio previo de
impacto ambiental para saber cómo afectará a la naturaleza y
el medio ambiente. Pero a pocos se les ocurre preguntar ¿cuál
será su impacto social?, es decir, cómo afectará nuestras
costumbres y hábitos cotidianos.

Paradójicamente, hoy la sociología parece más necesaria que
nunca, no solo porque hemos sido incapaces de resolver muchos
de los viejos problemas sociales que arrastrábamos, sino
además porque en las dos o tres últimas décadas surgieron
problemas nuevos que reclaman diagnósticos y terapias
urgentes.

Esfuerzo individual

La sociología en Ecuador tuvo su auge a partir de los años 60.
Según el sociólogo Gaitán Villavicencio, fue un proceso algo
tardío en relación al resto de América Latina.
Villavicencio menciona a Agustín Cueva entre los pioneros.

"Luego, sobre todo en la Universidad Central de Quito, en los
años 70, gente como Fernando Velasco, Rafael Quintero y
Alejandro Moreano darán un gran impulso a esta ciencia",
agrega.

Sin embargo, fue un proceso desigual, que siempre tuvo mayor
desarrollo en la Sierra, donde se le dio mucha importancia a
la sociología rural y al análisis de la tenencia de la tierra
y las relaciones interétnicas.

En los estudios de Guayaquil, Villavicencio cree que fue
importante el rol jugado por algunas instituciones estatales,
"sobre todo la desaparecida Junapla (Junta Nacional de
Planificación) cuando estaba dirigida por Gonzalo Abad, que
hizo los primeros estudios sobre el problema de la
informalidad urbana y el estrato popular urbano" del Puerto
Principal.

Villavicencio menciona otras universidades como las de Machala
y Cuenca. "No así la Escuela de Sociología de Guayaquil, que
realmente nunca llegó a cuajar como un centro importante de
investigación".

Pero la sociología ecuatoriana se desarrolló sobre todo a
partir de esfuerzos individuales.
Villavicencio cree que "hubo autores destacados, pero casi no
crearon escuelas, con pocas excepciones como la teoría de la
dependencia o el dualismo estructural de Osvaldo Hurtado.
Era una especie de parricidio permanente: había que destruir
lo anterior para dar paso a lo nuevo, y eso impidió que
hubiera continuidad".

Pasada de moda

-"Pero en los últimos años la Sociología pareció estar fuera
de moda; ¿a qué se debió eso?".

-"Bueno, a partir de los años 80, el impacto de la crisis
económica va a afectar la producción de tipo académico",
responde Villavicencio.

Los ajustes y recortes de presupuesto afectarían no solo a la
sociedad, sino también a la ciencia encargada de estudiarla.

Villavicencio aclara que, la sociología no desapareció sino
que reorientó sus intereses: "Ya no se va a demandar el
análisis social de tipo transformador sino que se va a
recurrir a la ingeniería social. Es decir, cómo aplicar
ciertas metodologías para solucionar los síntomas más graves
de un problema, sin ir al fondo del problema, como ocurre con
la pobreza".

Asimismo, fue surgiendo un nuevo mercado, el de las encuestas
electorales y el marketing político, que llevó a que muchos
sociólogos incursionen en ese campo.

El interés de la sociología también se vio afectado por una
serie de cambios que se produjeron a nivel mundial.
Villavicencio menciona el derrumbe de los gobiernos de Europa
del Este y la revolución tecnológica, que hicieron que "ningún
modelo ni paradigma quede en pie; todo fue puesto en
cuestión".

"Vea usted cómo ahora también el paradigma neoliberal entra en
crisis, comenzando por los países asiáticos".

-"¿Quiere decir eso que la sociología todavía tiene algo que
decir en nuestro país?".

-"Hay temas que son recurrentes, como el populismo o la
pobreza, que reaparecen siempre bajo nuevas formas", responde
Villavicencio.

"Uno no termina de escribir sobre ciertos temas cuando ya se
ve obligado a considerarlos de nuevo bajo otra luz".

Nuevos problemas

Aquellos sociólogos que iniciaron el estudio de nuestra
realidad social hace tres décadas, nunca imaginaron muchos de
los nuevos problemas que hoy enfrenta la sociedad ecuatoriana.

Otros son viejos problemas que ellos conocieron y que han
asumido una forma nueva.
Una lista de esos problemas podría incluir los siguientes:
-La insurgencia del movimiento indígena y la toma de
conciencia de la población de que vive en un país multiétnico.

-El resurgimiento del populismo.

-El agravamiento de la pobreza.

-El paulatino giro a la derecha en las tendencias del
electorado.

-El auge del movimiento de mujeres.
-Los linchamientos y otras formas de violencia popular.

Según el sociólogo Roberto Vélez, hay instituciones como la
Flacso (Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales) o la Universidad
Católica de Quito que vienen realizando investigaciones
importantes sobre algunos de estos temas.

"Pero lamentablemente la mayoría de esas instituciones están
en Quito. En Guayaquil arrastramos un evidente rezago", agrega
Vélez.

"Lo contradictorio es que muchos de esos problemas tienen
expresiones de gran impacto en nuestra ciudad".

-¿Podría mencionar un ejemplo?

-"Tiene usted el populismo: muchos estudios se están
realizando en la Capital, aunque sea un fenómeno que tiene su
epicentro en Guayaquil. Todavía no se ha hecho un análisis a
fondo, por ejemplo, del uso que el populismo hace de la
televisión como medio de comunicación privilegiado con los
estratos populares".

Vélez menciona también la necesidad de profundizar en el
llamado "voto vergonzante", es decir, la tendencia de los
electores a ocultar sus preferencias electorales a los
encuestadores y que, según su opinión, tiene mucho que ver con
la falta de una identidad nacional. "Los ecuatorianos nos
sentimos perdedores, y eso alimenta el temor a vernos
defraudados por nuestro candidato. Para evitarlo, muchos
electores se encubren detrás de una máscara que los salve de
ese temor".

Cambios radicales

Un equipo de sociólogos brasileños decidió, hace poco,
estudiar la forma en que los modernos centros comerciales han
cambiado los hábitos recreativos de las familias de estratos
populares. Les llamó la atención la cantidad de personas, en
un país con altos índices de pobreza, que concurre a esos
lugares los fines de semana simplemente a pasear, sin ninguna
intención de compra.

¿Está ocurriendo algo similar en nuestro medio?
Lamentablemente no se ha hecho un estudio sociológico para
saber la respuesta.

Sin darnos cuenta, la vida cotidiana de la población podría
estar cambiando de manera radical: nuestra forma de ver la
vida, nuestras costumbres y hasta nuestras formas de
entretenimiento.

Si es así, los sociólogos tendrán mucho trabajo por delante.

Los sociólogos de
Guayaquil se organizan

Uno de los temas favoritos de los sociólogos es el análisis de
los grupos humanos. Dentro de poco tendrán un grupo más para
analizar, el de ellos mismos, que han comenzado a organizarse
dando nueva vida al Colegio de Sociólogos de Guayaquil.

Roberto Vélez Montesdeoca es Presidente del Directorio
provisional del Colegio.

Según cuenta, el Colegio se fundó en 1981, pero a los pocos
años entró en acefalía. Hace pocos meses un grupo decidió
darle nueva vida, para lo cual ha venido aglutinando a la
mayor cantidad de profesionales.

Como consecuencia de este trabajo de preparación, en julio,
medio centenar de profesionales solicitó al Ministerio de
Bienestar Social la reactivación del Colegio, o su extinción
para dar paso a la creación de uno nuevo.

"Uno de los problemas que tenemos, es que en estos años se
hicieron varios intentos para reactivar el Colegio", explicó
Vélez, "pero todos lamentablemente fracasaron; por lo que nos
toca demostrar que esta vez es en serio".

Vélez cree que lo están logrando puesto que han realizado tres
asambleas sucesivas, por exigencia del Ministerio han podido
cumplir con los requerimientos legales para alcanzar su
propósito.

Vélez hizo un llamado, a través de EL UNIVERSO, a todos los
sociólogos de la ciudad para que concurran a las reuniones que
se están realizando.

Pueden tomar contacto a través de los teléfonos 302035 y
303749. (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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