SITUACION INTERNACIONAL Por Jorge E. Gallardo

Quito. 05.10.92. (Editorial) Los países de la región, han
implantado durante la década de los ochenta, políticas
económicas orientadas a replantear el modelo de desarrollo
vigente, por otro que se sustente en el sector exportador.

Paralelamente a los esfuerzos realizados, se iniciaron una
serie de reformas instituciones, tendientes a adecuar la
normativa y los procedimientos, a las condiciones que demanda
el nuevo modelo de desarrollo.

Para lograr el éxito deseado, es decir para que el sector
exportador se constituye en el verdadero motor del desarrollo,
no solamente se necesita de la aplicación de políticas
internas, sino más importante aún, de un entorno
internacional, que permita la expansión del comercio, para lo
cual se constituye en un imperativo, que los países
desarrollados, apliquen políticas económicas que garanticen la
estabilidad de la economía mundial y acuerden simultáneamente
eliminar, los impedimentos al libre comercio.

Lastimosamente, la situación internacional conspira contra los
esfuerzos realizados por las económicas de la región, para
abrirse exitosamente al mundo exterior.

Los Estados Unidas, considerado como el país con la economía
más grandes del mundo, tiene un déficit fiscal de alrededor de
400 billones de dólares. Además, una deuda de 4 trillones de
dólares, la misma que se ha venido acumulando, en los últimos
doce años de gobiernos conservadores. El ahorro nacional, ha
caído de un nivel promedio de 8.2% del PIB, este país ha
postergado el crecimiento de los próximas años, en nombre del
armamentismo y el consumismo. Simultáneamente, el déficit
fiscal y el nivel de la deuda, presiona adversamente los
mercados financieros y cambiarios, originando una gran
valatilidad e incertidumbre. Hace tres semanas, el sistema
cambiario de la comunidad económica europea colapsó, teniendo
que salirse del mismo, Italia y Gran Bretaña. Los motivos, el
costo de la unificación alemana, ha llevado el déficit de este
país a la suma de 40 billones de marcos en el presente año,
cuando hace apenas dos años atrás, no existían desequilibrios
financieros. El financiamiento de semejante déficit, ha
tenido que hacerse, accediendo a los mercados privados, ante
la imposibilidad política de incrementar los impuestos. La
tasa de interés, ha debido mantenerse alta en términos reales,
para impedir que se desate un proceso inflacionario interno
pero causando desequilibrios en los mercados cambiarios,
forzando la intervención del Bundesbank para sostener al
sistema cambiario de la comunidad europea.

Los especuladores, que apostaron a la fija contra la libra,
peseta y la lira, ganaron en escasos días, la cifra de 4
billones de marcos, al tener que devaluarse, a pesar de la
intervención, las monedas que se pretendían defender.
Por otro lado, la situación de los países más fuertes de la
comunidad, es de graves dificultades económicas y sociales.

La Gran Bretaña, proyecta para el presente año, un crecimiento
negativo de su producto de alrededor de 1.5% del PIB. Francia
y España tienen una tasa de desempleo de 10% y 17%
respectivamente. Italia a lo grande, tiene un déficit
proyectado, de 160 trillones de liras. Inclusive Japón,
experimentará un moderado crecimiento de 1 o 2 por ciento, lo
que ha obligado a las autoridades económicas a invertir 86
billones de dólares, para lograr que la economía japonesa,
vuelva a tener crecimientos aceptables a partir del próximo
año.

Por consiguiente, con esa situación económica, es imposible
garantizar un entorno internacional estable.
Además, con respecto a las restricciones cuantitativas al
comercio exterior, la llamada Ronda de Uruguay concluirá, sin
lugar a dudas, sin poder arribar a un acuerdo sobre los
subsidios a la producción agrícola.

Esta situación, afectará la expansión del sector externo de
los países primarios exportadores, sin tomar en consideración,
los vientos proteccionistas que soplan en Europa con motivo de
la integración. Los países industrializados, aquellos que se
adhieren a la receta de los ajustes estructurales y a las
políticas de libre mercado, no quieren tomarse la dura
medicina que ellos recomiendan a los países del tercer mundo,
ya que de aplicarlas, el costo político sería muy alto. Pero,
si las medidas se dilatan, el costo, ya no solamente será
político, sino social y será pagado por todas las economías, y
los esfuerzos de apertura quedarán como meros ejercicios
intelectuales, que incidirán con mayor dureza en la calidad de
vida de la población, ante al fracaso de la apertura.

El mundo no debe permanecer impasible ante tanta
irresponsabilidad, y exigir por el bienestar de la población y
por las futuras generaciones, que se implanten por parte de
los países desarrollados, políticas económicas y sociales, que
garanticen la estabilidad mundial y permitan que los esfuerzos
realizados por los países en vías de desarrollo, se traduzcan
en crecimientos sostenidos, que garanticen el mejoramiento de
la calidad de vida de la humanidad.

Es hora que los países desarrollados, comenzando por los
Estados Unidos, se adhieran a los principios que ellos
mantienen y que con tanta vehemencia defienden en los foros
internacionales. El momento histórico, así lo exige. 4A
EXPLORED
en Ciudad N/D

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