‘Mamá, déjame dormir cinco minutos más”... A la mayoría de los niños y adolescentes se les ‘pegan las sábanas’ cada mañana. Se acuestan tarde, duermen poco y se levantan muy temprano a la escuela. A la semana, pierden nada menos que seis horas de sueño, pero ni ellos ni sus padres son conscientes de las consecuencias de no dormir lo suficiente.
Una publicación en elmundo.es, revela que en España los niños están atravesando por una "epidemia de falta de sueño”, así lo indica en el artículo, Gonzalo Pin Arboledas, director de la Unidad Valenciana del Sueño de la Clínica Quirón.
La revista Atención Primaria publicó un trabajo realizado en Cuenca que constata que el horario escolar provoca una ‘deuda de sueño’, que se recupera un poco el fin de semana. “Esto afecta a la capacidad de aprendizaje, los vuelve irritables y reduce la concentración en los estudios”, añade Pin Arboleda.

Los riesgos:

Ricardo Ugarte, pediatra de Atención Primaria en el Centro de Salud Aranbizkarra I, de Vitoria, cree que “los horarios escolares son criminales para los niños. Muchos pequeños entran en las guarderías a las 07:00, lo que implica levantarlos a las 06:00 o antes”.
El trabajo recogido en Atención Primaria, realizado con 1 155 alumnos entre 11 y 18 años de nueve centros escolares públicos y privados de Cuenca, constata que los adolescentes con más cansancio obtenían el peor rendimiento escolar.
Medidas:

Uno de los problemas es inculcar que dormir es una pérdida de tiempo. No es así. Aprender a descansar es una lección para toda la vida: “Los niños que hoy no saben dormir pueden ser insomnes”, añade el especialista Ricardo Ugarte.
Una de las conclusiones de la investigación es la de permitir la siesta a los niños y jóvenes, ya que esta rutina no solo les da la oportunidad de recuperar en algo el sueño perdido a los niños, sino que también reducirá su somnolencia diurna y su nivel de memoria, atención y rendimiento cognitivo aumentarán. Los padres pueden coordinar horarios de sueño con sus hijos, además de otras actividades como las tareas y la televisión. (GCA)


LOS CONSEJOS

Cumplir los horarios

Al igual que el hábito de comer, los niños también tienen que aprender a dormir. El primer paso: hay que acostarlos y levantarlos a la misma hora. La cama también debe ser una rutina.


No vea TV en la cama

Debe acostarlos solo para dormir. Para ver televisión y/o leer es mejor que lo hagan sentados en algún salón. Si el pequeño no puede dormir ayúdele a que se relaje.


Un "duchazo" es ideal

Durante el día se debe realizar actividad física antes de llegar a la cama predispuesto a dormir. También se aconseja tomar alguna bebida caliente o darse un "duchazo" de agua tibia o caliente.


Aliméntese un poco

No se acueste con el estómago vacío, pero tampoco con el estómago lleno, de lo contrario la calidad de su sueño será deficiente y tendrá pesadillas. Tampoco tome muchos líquidos.


La ventilación ayuda

Para tener más horas de descanso, el cuarto debe debe estar ventilado, con buena temperatura y que no tenga exceso de luz, pero tampoco muy oscuro. El colchón: suave.



LOS ESPECIALISTAS

"Hay que ver menos TV"

"Cada día es más frecuente que los niños se renieguen y pidan un poco más de tiempo para dormir. Ahora les cuesta más trabajo levantarse porque se acuestan más tarde. No tienen una disciplina para dormir.
En las familias ecuatorianas se han perdido los hábitos de acostarse más temprano. Los pequeños se quedan jugando en la computadora o viendo la TV, porque los horarios de programación son extendidos. Sin darse cuenta, estas actividades los estan estresando.
Las consecuencias: además del bajo nivel de aprendizaje a causa de una falta de concentración, se presentan alteraciones psicológicas como irritabilidad, neurosis y carácter variable.
Por eso, los padres podrían empezar por limitar el tiempo de TV, que hagan sus tareas en el día, que jueguen en la tarde para que se levanten más temprano". (GCA)
Manuel Torres,
médico general



"La siesta es saludable"

"El sueño es un regulador del equilibrio emocional. A partir de los 6 años se debe dormir por lo menos un tercio del día (ocho horas) para tener ganas de jugar, estudiar o hacer deporte.
Hay que diferenciar entre cantidad y calidad de sueño. Por ejemplo, se puede tomar una siesta cinco minutos y descansar muy bien, otras veces se duerme hasta 10 horas, pero se despierta más cansado. Esto quiere decir que no se ha tenido un sueño profundo, o se altera a cada rato.
La mala calidad de sueño tiene sus consecuencias. Pueden sentir ansiedad, sentimiento de insatisfacción, y cumplir con sus actividades es cansado, porque el sueño les mata. Para evitar los desfases de sueño es necesario que duerman en un horario fijo. Esto puede complementarse con siestas, que también son saludables, pero que no pasen de los 15 minutos". (GCA)
Bruno Stornaiolo,
Psicólogo





Las frutas: una buena opción para la lonchera escolar

Otra de las cualidades de estos productos es su alto contenido en fibra y vitamina C y B12

Si desea que su hijo se mantenga activo y con energía durante clases, sin duda las frutas son el alimento que no debe faltar en la lonchera. Es aconsejable darle distintas clases de frutas, ya que ayudan a mejorar la digestión estomacal y a controlar infecciones virales.
Puede alternar. Una semana sírvale frutas dulces que son ricas en vitaminas A,C y E, como la papaya, pera, manzana; a la siguiente, semiácidas por su alto contenido de proteínas: granadilla, naranjilla y durazno. La próxima, productos ácidos (toronja, maracuyá, etc). (JPG)


FRUTAS QUE NO DEBEN FALTAR

Los cítricos

La naranja, la lima o la mandarina, son recomendables para evitar los resfríos y la contaminación del cuerpo. Además ayudan a producir anticuerpos que evitan infecciones. Su composición evita el incremento del colesterol y el ácido úrico


Frutos secos

Las nueces, avellanas o almendras, por su alto contenido de fósforo, azufre y proteínas, ayudan al fortalecimiento de los músculos, a la asimilación de grasas y carbohidratos, además, respalda el sistema inmunológico. Asisten al sistema circulatorio y permiten la limpieza de grasa en las venas y arterias.




DESDE EL CONSULTORIO

La obesidad II parte

¿Cómo es el tratamiento?
El primer paso es evaluar su dieta. Para ayudarle a bajar de peso, su nutrición debe contener las calorías diarias que el cuerpo necesita.
Un nutricionista puede guiarle. Su nueva dieta debe tener menos calorías para que le permita bajar de 1 a 2 libras por semana. sin peligro. No es necesario ayunar, hacer dietas "de moda" ni tomar medicamentos que inhiban el apetito.
El especialista le enseñará a cambiar sus patrones de alimentos. Por ejemplo, algunas personas comen para soportar los problemas emocionales. Para eso, es recomendable recibir la guía del psicoterapeuta.
La actividad física es una parte muy importante de un buen programa para bajar de peso. Una vez que alcance un peso más bajo, el ejercicio también le ayuda a mantenerse en ese peso. Realizar treinta minutos de ejercicio diarios casi todos los días de la semana hará que baje la presión arterial, el pulso, el colesterol y el azúcar en la sangre. El ejercicio regular también aumenta su velocidad metabólica, lo que significa que su organismo quema más calorías.
Un aumento en su actividad física podrá ser el primer paso en su programa para bajar o mantener el peso si aún no está listo para hacer cambios en su dieta. La sensación de bienestar que obtendrá del ejercicio le motivará para elegir alimentos más sanos.
La actividad física puede incluir caminar, trotar, nadar, hacer ciclismo o aeróbicos. Casi todas las actividades que implican un esfuerzo ligero o moderado son buenas. Informe a su médico qué tipo de actividad física puede realizar. Si tiene alguna incapacidad física, el especialista le ayudará a buscar alternativas de ejercicio.
El apoyo de otras personas como la familia y amigos podrá ayudar a motivarlo. Busque también grupos de apoyo para bajar de peso dentro de su comunidad.
Finalmente hay un grupo de pacientes que se beneficiarán de un procedimiento quirúrgico para bajar de peso; el concepto en general es disminuir el volumen del estómago y de esta forma restringir la cantidad de calorías que se consumen.

¿Cómo me puedo cuidar?
Hay varios consejos que podrán ayudarlo: siga su plan de alimentación saludable, tome clases de preparación de comidas de bajas calorías (utilice libros de recetas de cocina de alimentos ligth. Búsquelos en su biblioteca pública o en un programa de extensión cultural del condado local).
Lleve un registro diario de los alimentos y bebidas que ingiere. Tome suplementos vitamínicos y minerales solamente si su nutricionista se los recomienda. Beba como mínimo seis vasos de 8 onzas de agua por día y evite las bebidas alcohólicas.
Aprenda técnicas de relajación como respiración profunda para ayudarle a manejar el estrés y hable sobre sus sentimientos, desafíos y éxitos con sus familiares y amigos para sentirse mejor.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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