SENDERO LUMINOSO TRAS EL "CINTURON DE HIERRO" DE LIMA

Lima. 15.05.92. Sendero Luminoso intenta dominar a la fuerza los
barrios pobres que rodean Lima para convertirlos en eslabones de
un "cinturón de hierro" que busca cercar y aislar a la capital,
doce años después de emprender una "guerra popular" de tipo
maoísta en Perú.

Esta "táctica" ha cobrado hasta el momento las vidas de por lo
menos cien dirigentes populares, entre hombres y mujeres,
asesinados cruelmente por oponerse a los designios del fanatizado
grupo subversivo, que forman parte de los 25.000 muertos que ha
causado la violencia terrorista en el país.

Como parte de su estrategia para tomar el poder, Sendero Luminoso
privilegia el trabajo de sus militantes en los barrios pobres a
través de tácticas de infiltración, azuzamiento de problemas
derivados del hambre y miseria, invasión de terrenos y, sobre
todo, copamiento de organizaciones vecinales.

En una entrevista que publicó El Diario, vocero senderista, en
julio de 1988, Abimael Guzmán, fundador y líder de la
organización, sostenía que las "inmensas masas barriales son como
cinturones de hierro que van a encerrar al enemigo y que retienen
a las fuerzas reaccionarias".

Guzmán afirmaba que Sendero Luminoso tiene una directiva
consistente en "trabajar en las ciudades, tomar los barrios y
barriadas como bases y al proletariado como dirigente". Como
consecuencia, sus seguidores han tratado de seguir al pie de la
letra esa "directiva" y en los últimos años ingresaron a los
barrios marginales.

Sin embargo, las autoridades peruanas niegan que Sendero Luminoso
tenga el control de los asentamientos humanos, pero admiten que
en esos lugares la situación de pobreza extrema en que viven sus
moradores hacen de las barriadas terreno fértil para la prédica
senderista.

En todo caso, la policía y las fuerzas armadas han optado por
extremar la vigilancia sobre determinados poblados en los que se
tienen claros indicios de proselitismo senderista.

Aunque faltan datos estadísticos precisos, centros especializados
de estudio sostienen que en los dos últimos años insurgieron unos
2.000 asentamientos humanos en los alrededores de Lima, formados
casi todos por migrantes de los Andes que llegaron a Lima huyendo
de la guerra entre Sendero Luminoso y las fuerzas del orden.

Estos barrios pobres se diferencian de los "pueblos jóvenes",
nombre que define a las poblaciones que, surgidas de invasiones,
se formaron a partir de la década del 50, al norte centro y sur
de Lima, muchos de los cuales ya son distritos que cuentan con
alumbrado, agua y luz eléctrica.

Los "pueblos jóvenes", ya cimentados y donde vive el 40 % de los
ocho millones de habitantes de la capital, forman el primer
cinturón alrededor de Lima. A este se agrega otro, el formado por
los asentamientos humanos que tratan de ser capturados por
Sendero Luminoso.

Todos los asentamientos carecen de los elementales servicios
básicos y sus viviendas son hechas de paja trenzada, cartón,
palos y en algunos casos se usa calamina. Un ejemplo de este tipo
de organización social es Raucana, ubicado al este, a unos diez
kilómetros del centro de Lima, donde hace dos semanas tres
personas murieron en refriegas con el ejército.

La policía sostiene que los "raucas" son en su mayoría
senderistas, pero éstos se defienden y afirman que viven el drama
de estar entre el fuego de Sendero Luminoso y el del ejército,
situación que es común en todos los asentamientos.

Lo que genera el recelo de las fuerzas del orden es que los
moradores de estos lugares se resisten a colaborar con el
ejército en el señalamiento de los subversivos que se infiltran
en sus filas, lo que los convierte en "sospechosos de
terrorismo".

Pero los estudiosos de la violencia refieren que se niegan a
colaborar porque temen las represalias de Sendero Luminoso, que
suelen traducirse en intimidaciones y amenazas de muerte a los
opositores y a sus familiares, y que muchas veces llegan al
asesinato.

Sometidos a una doble presión -de los senderistas y de los
militares- los pobladores se sienten desprotegidos por las
autoridades, sobre todo por los militares que, a su vez, "tienen
un estilo vertical de tratarlos", según expresión captada en
Raucana.

Pese a que el senderismo utiliza el terror como método, no ha
impedido la organización vecinal en determinadas zonas, sobre
todo en el distrito de Villa El Salvador, ubicada al sur de Lima
sobre un extenso arenal, y que tiene barriadas de extrema
pobreza.

La fuerte oposición vecinal al terrorismo, llevó a Sendero
Luminoso a perpetrar el asesinato de María Elena Moyano, conocida
como la "madre coraja peruana", una dirigente popular que
enfrentó con valentía al senderismo.

Su muerte, producida con extrema crueldad por un comando de
aniquilamiento en febrero pasado, sacudió los cimientos del país
y unió a todos los sectores en un repudio unánime contra el
terrorismo.

La más reciente incursión senderista a un asentamiento humano se
registró el miércoles último cuando un numeroso grupo terrorista
ingresó al barrio pobre César Vallejo, en el sector de Canto
Grande, 14 km al este de Lima.

Los subversivos levantaron un campamento, asesinaron a un
dirigente y luego de permanecer casi todo el día dando charlas a
los moradores, se retiraron sin que nadie lo impidiera.

Los estudiosos de la violencia afirman que a doce años del inicio
de las acciones terroristas, uno de los capítulos más decisivos
en la guerra antisubversiva que afronta Perú se libra en los
sectores marginales y su resultado puede significar la derrota o
el triunfo de Sendero Luminoso.


EXPLORED
en Ciudad N/D

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