Quito. 16 mar 97. Los niños que revolotean y se sumergen en
las pestilentes aguas de las playas de Chanduy, no entienden
nada de las disputas y las intrigas que se juegan a un
kilómetro del lugar donde juegan. Ahí, ya casi donde el
horizonte se traga a los navíos, se encuentra el Explorer, un
barco de mediano tamaño que está diseñado para recuperar los
inmensos tesoros que guardan los mares por donde navegaban los
barcos de la corona española.

"Esos gringos llegaron hace unas dos semanas, dicen que están
buscando el galeón hundido", manifiesta Jorge Bravo, un nativo
de Chanduy que hace mucho dejó de jugar en la playa de su
pueblo, pero que recuerda su niñez en la que, junto con sus
amigos, se dedicaba a buscar "ayoras de esas bien antiguas",
que reposaban en las arenas, seguramente mucho más limpias,
hace 20 ó 30 años, del pequeño puerto donde nació.

"Hace unos diez años vinieron otros gringos y con una bomba
sacaron un pocotón de ayoras antiguas, allá junto a la piedra
esa que se ve al final de la playa", agrega Jorge.

Lo cierto es que los miserables habitantes de Chanduy, un
pueblo que sufre los hedores de las fábricas de harina de
pescado que se han asentado en el lugar, saben muy poco, o
nada, de esos buscadores de tesoros que están en el Explorer o
de esos otros, liderados por Rony Almeida, que también dicen
que tienen los derechos sobre el tesoro de la "Capitana Jesús
María", ese galeón hundido en 1654 y, que ha sido titular en
casi todos los medios del Ecuador, por los cerca de 7 millones
de dólares que, en oro, según dicen, guarda entre sus restos.

Los que saben algo del tema es por el contacto que han tenido
con el Explorer. Alvaro, un panguero que trabaja en el lugar,
sostiene que ha laborado para los del Explorer y que cada vez
que sube y baja del barco es revisado minuciosamente.

El día en que se inició la disputa

Todo seguía en absoluto misterio y casi en el olvido hasta el
12 de marzo de 1997, un año después de las denuncias y las
sospechas que se tenían. La prensa internacional informó el
hallazgo, en aguas ecuatorianas, de una embarcación que
contendría un tesoro que alcanzaría los 7.500 millones de
dólares. La empresa que se atribuía el descubrimiento era la
Compañía de Rescates Submarinos de Indias (COIND), compañía
que cuenta con personal de Noruega, Dinamarca y Suecia. COIND
es filial de La Capitana Invest S.A., empresa noruega que
pertenece a miembros de la bolsa de valores de Oslo y que ha
vendido acciones por un valor de sesenta millones de dólares.
Su representante en nuestro país es Ronny Ben Almeida. La
noticia alcanzó repercusión mundial. Inmediatamente, La
Capitana Invest puso en la bolsa noruega acciones por un monto
de diez millones de dólares para financiar el rescate del
tesoro.

El 14 de marzo, dos días después de la noticia del
descubrimiento, la compañía SubAmérica Discoveries se atribuyó
haber encontrado primero a La Capitana. Su abogado en nuestro
país, Xavier Vivas, acusó a Ronny Almeida y a su compañía de
ser unos "piratas" y de engañar a los noruegos para conseguir
"financiamiento para el rescate del tesoro". Además, vinculó
en estos hechos al hijo de Almeida, Ronny Jr., a Mónica
Bolaños, funcionaria del INPC, y a Don Preisler (sería el
mismo Norton Preisler que realizó una denuncia en 1996). Por
todo esto, la Subamérica Discoveries inició un juicio por
injurias en contra de Ronny Almeida, sin conocerse la
sentencia hasta este momento. Vivas presentó un documento con
fecha 20 de noviembre de 1996, en el que se notifica al
Ministro de Defensa, el hallazgo de La Capitana. Por motivos
de seguridad, el Ministro habría pedido mantener la noticia en
reserva.

Las coordenadas exactas de ubicación de La Capitana, están en
poder de la Marina Mercante, aseguró Vivas.

La Capitana naufragó en medio de una espantosa borrasca

El galeón español "Jesús María de la limpia Concepción",
Capitana de los Mares del Sur, era el más grande y poderoso de
la época, por lo que se lo conocía como "La Capitana'.

En él se transportaban a España los valiosos tesoros que los
conquistadores españoles extraían de los territorios
americanos arrebatándolos a los indígenas para entregárselos
al Rey. Pero el 16 de octubre de 1654, en medio de una
tenebrosa noche de tormenta, La Capitana zozobró luego de
estrellarse contra una columna de arrecifes frente a costas
ecuatorianas, en el trayecto de Lima a Panamá, en aguas no muy
profundas.

Según la leyenda, la nave iba cargada de oro. El capitán de la
nave, Francisco de Sosa, sobrevivió y proporcionó la posición
exacta del galeón, pero en aquella época no existían los
medios adecuados para poder rescatar la carga. Es así, que los
tesoros han permanecido en el lecho del mar, alimentando mitos
y aventuras, durante tres siglos... hasta que llegó 1997.

¿Tesoros a las puertas del siglo XXI?

Toda esta historia fue cobrando visos de leyenda en la
Península de Santa Elena, en la provincia del Guayas. La
historia del galeón naufragado era un atractivo turístico más
para quien llegaba a Punta Carnero. Pero hubo quienes se
tomaron muy en serio el asunto y se propusieron recuperar el
tesoro perdido. A principios de nuestra década, empezaron a
llegar al país grandes empresas extranjeras especializadas en
la recuperación de tesoros. Las leyes ecuatorianas permiten la
concesión a empresas privadas de la búsqueda de tesoros en
nuestro territorio. En el caso de un hallazgo, el 50% de lo
que se encuentre es para el Estado y 50% para los
descubridores.

El buscador, entre banderas

Treinta minutos en una panga, que debe surcar un agitado mar
lleno de rocas que alcanzan incluso la superficie, bastan para
llegar hasta el Explorer, un barco de la empresa Subamérica
Discoveries que llegó el 7 de marzo, para sacar el tesoro de
"La Capitana". Ahí, un soldado ecuatoriano que apenas logra
mantenerse en pie por el mareo que lo aqueja, es el encargado
de llamar a la tripulación que luego de unos minutos sale al
puente. Un negro de acento caribeño dice al equipo de HOY que
no se puede hablar con nadie pues los "jefes" están en
Guayaquil o Salinas. Por atrás, aparece otra persona que,
finalmente, se anima a hablar en inglés. "Vamos a iniciar el
rescate mañana o pasado. Solo esperamos un permiso", dice
receloso. Cuando se le pregunta si es que van tomar solo el 24
por ciento del tesoro como supuestamente dice la Ley, el del
Explorer dice que aspiran a que sea el 50 por ciento, "como ha
sido en los otros países en que hemos trabajado". ¿Y cómo van
a sacar el tesoro? "Con esos aparatos que sirven para empujar
la arena que cubre el tesoro", responde amable pero con la
advertencia que "esa es la única información que puedo
darles". ¿Subir al barco para hacer fotografías? Ni hablar.

La empresa Subamérica Discoveries está segura que es la única
que tiene derecho sobre "La Capitana". Su representante legal,
Xavier Vivas, sostiene que solo se espera el permiso de zarpe
para iniciar las operaciones, lo que podría ser el martes.

Mientras tanto, en Punta Carnero...

En la carretera que une a Salinas con Punta Carnero, sobresale
una casa adornada por varias banderas. Allí vive Rony
Almeida, un ecuatoriano buscador de tesoros, que capitanea un
equipo de científicos noruegos que dicen, también, haber
encontrado la Capitana y ser los únicos con derecho a rescatar
el tesoro.

La prensa noruega ha llegado y Anton Smith, un buzo noruego
que ostenta un récord de inmersión, es el encargado de
anteceder a los nórdicos periodistas. Almeida ha vivido mucho
tiempo en el Uruguay y eso se evidencia en el acento. Asegura
que ha descubierto varios naufragios y que durante muchos años
investigó el destino del más "grande y más bello navío de los
mares del sur". Sobre esas investigaciones, dice, pudo
establecer la zona en la que se produjo el hundimiento y luego
pedir la concesión del área en que trabaja.

Según Almeida, no existe razón para el litigio pues las
concesiones están claramente definidas y cada compañía debe
circunscribirse a ella. "Si ellos encuentran algo en su zona,
bien por ellos; pero dudo mucho que encuentren algo, pues
llevan más de 20 años en el lugar y no han hallado nada", dice
Almeida, quien asegura que su equipo localizó el naufragio en
el radar de su barco el 8 de marzo. Según Almeida, la noticia
del descubrimiento se filtró, al parecer, luego de que uno de
los buzos noruegos seguramente se lo comentó a su mujer, quien
se encontraba en Oslo. Eso hizo que los inversionistas lo
comuniquen a la prensa y que la noticia se haga pública. Ahí
comenzó la disputa. Un litigio que Almeida no se explica, pues
las cosas para él están bastante claras: hay tres concesiones,
dos compañías que comparten dos y una tercera, la suya, en la
que asegura está el naufragio.

Tal vez nadie encontró nada

Varias son las interrogantes que flotan en el ambiente tras el
anunciado hallazgo de los restos de "La Capitana".

Si los radares de la empresa de Almeida detectaron el
naufragio el 8 de marzo, como dice el propio Almeida, ¿porqué
el Explorer de Subamérica llegó a las costas de Chanduy recién
el 10?
¿Por qué ninguna de las dos empresas ha iniciado las tareas de
rescate? Almeida dice que por "respeto a los periodistas,
porque sus equipos son caros y que necesita un poco más de
tiempo". Los de Subamérica dicen que lo harán en los días
venideros, pero esto fue desmentido por la Armada con asiento
en Salinas que dijo que la empresa no tiene el permiso para
hacerlo.

Existen personas que creen que no ha habido hallazgo alguno,
sino que las empresas quieren dar un "golpe de efecto" para
garantizarse el derecho a la explotación del tesoro.

La empresa Subamérica dice ser la dueña de "La Capitana" pues
ellos entregaron al Ministerio de Defensa varios objetos que
lo prueban, como son clavos antiguos, balas de cañón y
cerámica. Sin embargo, estas pruebas parecen ser ilegales y no
había entre ellas ninguna pieza de oro, pues para extraerlas
necesitaban de un permiso especial y de la presencia de
funcionarios del Instituto de Patrimonio Cultural.

La Subamérica dice estar lista para iniciar el rescate

La empresa Subamérica Discoveries se presume está a punto de
iniciar las labores de rescate del tesoro de La Capitana. Sólo
faltarían unos detalles legales y empezarían las operaciones,
según el abogado Vivas. Incluso ya se encuentra en nuestro
país el barco "Explorer", de sofisticada tecnología para estas
labores y de propiedad de esta compañía.

La intervención del Estado ecuatoriano

En el caso que se inicien las operaciones, la ley obliga a que
personal de la Marina en un 50% intervenga en los trabajos.
Por su parte, Ronny Almeida de la empresa COIND, se muestra un
poco incómodo con la difusión de esta noticia, información que
la dio un buzo de su empresa, Anton Smith, a la prensa
noruega. Varias veces ha declarado que el tesoro aún no ha
sido encontrado y que lo único que se detectó fue la presencia
de una embarcación que, no obstante, sería muy apresurado
afirmar que se trata de La Capitana. Anton Smith, buzo de la
COIND, declaró a la prensa noruega que "era increíble el
hallazgo" y que "apenas puedo creer que hemos hallado el
barco". Ahora niega tales aseveraciones.

Lo cierto es que mientras la Marina Mercante o el Ministerio
de Defensa no den su versión oficial, todo seguirá en el mundo
de las especulaciones. Sólo se espera que hasta tanto, el
tesoro de La Capitana no sea saqueado, si es que ya no ha sido
ya saqueado desde hace mucho tiempo. (DIARIO HOY) (P. 6-A y
7-A)
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