Quito. 14.12.93. Entre 300 y 400 millones de dólares estima el
Gobierno el "bache" fiscal que se produciría el próximo año por
efecto del descenso en los precios del petróleo crudo en los
mercados internacionales.

La presidenta de la Junta Monetaria, Ana Lucía Armijos, explicó
que si el próximo año el precio promedio del barril de crudo se
ubica en 12 dólares, el Estado tendría una pérdida de 300
millones de dólares, es decir de 600 mil millones de sucres.

De su lado, el Secretario General del CONADE, Galo Abril Ojeda,
dijo a HOY que el déficit presupuestario ascendería a unos 800
mil millones de sucres (400 millones de dólares aproximadamente),
siempre que el precio promedio del barril de crudo se ubique en
la cifra mencionada por Armijos.

La presidenta del máximo organismo monetario dijo que la
disminución de un dólar por barril le significa al país
alrededor de 90 millones de dólares de pérdida.

Añadió que el precio promedio del barril de petróleo en lo que va
del año es de 14.95 dólares. El presupuesto general del Estado
fue elaborado sobre la base de 17 dólares el barril de crudo, lo
que quiere decir que al momento hay una afectación de 200
millones de dólares.

Al respecto, el Secretario General del CONADE señaló que en 1993
prácticamente no habrá déficit fiscal, porque el Gobierno "está
terminando el año con una situación de equilibrio".

Sobre el impuesto que se proyecta a la gasolina, la presidenta de
la Junta Monetaria puntualizó que todavía no está determinado
cómo funcionaría y explicó que la idea es ligar ese impuesto con
las variaciones del precio del petróleo.

Armijos expresó que el impuesto a la gasolina no incidiría en los
precios del los productos ya que la mayoría del transporte pesado
utiliza diesel.

1980 se constituyó en el año que mayor precio logró el Ecuador en
la venta de su crudo en los mercados internacionales con 35,26
dólares en promedio, desde 1974 en que se realizó el primer
embarque del petróleo. Los altibajos en el precio hacen suponer
que en un mercado volátil como el petrolero, influyen no solo los
factores de oferta y demanda sino también los especulativos y
sicológicos.

Solo entre 1980 y 1982, el crudo se vendió por encima de los 30
dólares, precedidos de 23,50 dólares de 1979. En 1983 se
obtuvieron precios de los 28 dólares, 25 en 1985. Bajaron
drásticamente a 12 en 1986 y volvieron a subir en 1990 a 20
dólares. El año que decurre se estima cerrará con un precio
promedio de alrededor de 14 dólares.

POSIBLES ACCIONES

Las siguientes son las medidas que pondrá en vigencia el gobierno
para enfrentar la brecha que se producirá en el Fisco como
consecuencia de la baja de los precios del petróleo, según se
desprende de las declaraciones formuladas por el vicepresidente
de la República, Alberto Dahik, y varios altos funcionarios del
régimen:

- Incorporación como contribuyentes de las personas que tienen
ingresos desde 5.5 millones de sucres anuales para arriba. Hasta
el momento tributan únicamente aquellos que perciben ingresos
desde 7 millones de sucres anuales.

- Eliminación del subsidio al gas licuado de uso doméstico.

- Establecimiento de una compensación para los sectores pobres de
la población.

- Establecimiento de un impuesto a la gasolina en función de los
precios internacionales del petróleo.

- Establecimiento de mecanismos de cobro de tributos a los
profesionales "liberales".

- Selectiva política de inversión pública orientada especialmente
a la construcción y reparación de carreteras y a la construcción
de infraestructura para el sector agropecuario.

VUELVE EL FANTASMA DE LA CRISIS

Veinte años después que estallara el primer shock petrolero en
1973, el fantasma de una nueva crisis se cierne sobre los
productores exportadores del hidrocarburo, que temen que los
precios vuelvan a derrumbarse por debajo de los 8 dólares por
barril.

Desde ese año, pocas veces el mercado se ha mantenido estable y
las fuertes alzas solo se han visto impulsadas más por factores
sicológicos y especulativos, que por la propia oferta y demanda.
Contingencias como las dos guerras del golfo Pérsico entre
consocios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP), condujeron los precios del crudo a sus niveles más altos
de la historia petrolera mundial, con valores cercanos a los 40
dólares el barril.

Pero ahora, no parece que la OPEP pueda impulsar más arriba los
precios del crudo, con drásticos cortes productivos. Demasiados
factores limitan las esperanzas en el éxito de esta estrategia.

La continua caída de los precios (desde los 35 dólares de 1980
hasta los 10 de las últimas semanas) no pusieron fuera del
mercado a los productores No-OPEP, ni ha estimulado una
recuperación de la demanda. Hoy el crudo cuesta, en términos
reales, lo mismo que en 1973 y tal vez menos todavía.

Para la Organización las perspectivas dependen de algunos
elementos que están fuera de su control. Primero, las necesidades
de energía primaria aumentan más lentamente que el crecimiento
del Producto Interno Bruto (PIB) y ha disminuído el peso del
petróleo en el balance energético mundial, mientras crece el del
carbón y el gas natural.

En segundo lugar, el incremento importante de la oferta y la
incorporación de nuevos productores de fuera de la OPEP, es otro
de los factores decisivos.

En esa situación, que todo hace suponer será de larga duración,
aunque se viene arrastrando desde años atrás, la OPEP tendrá que
afrontar grandes dificultades para plasmar una estrategia de
aumento de los precios, basada en la maniobra de la oferta y en
una fuerte solidaridad interna.

Además, si los doce países miembros del consorcio petrolero
lograran, con drásticos cortes productivos aumentar los precios,
esto podría resultar modesto y/o de corta duración, porque
seguiría verificándose un rápido incremento de la oferta No-OPEP
y un mayor recurrencia a otras fuentes alternas.

Por otro lado, la baja de los precios del petróleo ha contribuido
a aliviar en los Estados Unidos el temor a un rebrote
inflacionario y lo mismo sucede en otras naciones
industrializadas importantes.

En Estados Unidos la inflación bajó en noviembre pese al
encarecimiento de los automóviles nuevos y los alimentos.

Sin embargo, aumentaron las conjeturas de que la Junta Federal de
la Reserva intentará mantener una inflación baja mediante un
aumento de los intereses a corto plazo. El secretario del Tesoro
Lloyd Bentsen reconoció que ello ocurrirá pronto. Pero algunos
banqueros señalan que una declinación adicional de las
cotizaciones del crudo podría perjudicar sensiblemente a
exportadores petroleros del tercer mundo, agobiados por deudas
externas, como Nigeria y Ecuador.

CORTOS

- La reducción de los precios del petróleo en 1993 es de 3,15
dólares por barril para el West Texas Intermediate (WTI), crudo
marcador de los Estados Unidos; 2,96 para el Brent, que marca el
crudo del Mar del Norte; y 3,14 dólares para la canasta de crudos
de OPEP.

- La única posibilidad de estabilizar los precios en el corto
plazo es mediante la reducción generalizada de un 3% a la actual
oferta de crudo.

- Dado el coeficiente inelástico de la demanda internacional con
relación al precio, un movimiento en ese sentido incrementará de
inmediato los ingresos de todos los productores.

- Los índices de rentabilidad de las transnacionales petroleras
está cayendo en los mercados bursátiles. Al concluir noviembre,
la compañía Chevron perdió 4 un cuarto puntos, Texaco 1 cinco
octavos y Exxon 1 y medio.

- También han bajado los activos de la Royal Dutsch Shell y de la
Mobil en 3 tres octavos, de la Amoco en 1 tres octavos y de Arco
en 3 un octavo.

- El crudo árabe ligero (Arabian Light se venía en 1974 a 10,41
dólares por barril (igual a 28,23 dólares de 1993). Diecinueve
años más tarde, durante la última semana de noviembre, el precio
de este crudo es de tan solo 12,95 dólares. (3A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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