SE HACE LA CONSULTA. Por Luis Montoya Andrade *

Quito. 07.05.92. Cambiar la educación y adecuarla a las demandas
del milenio que hemos empezado es uno de las más grandes
preocupaciones en todos los puntos del globo. Frente a este
desafío han aparecido en el mundo iniciativas de todo tipo.

Curiosas como la que trae el Reporte Corporativo. Allí se
transcribe una nota del The Wall Street Journal sobre una curiosa
innovación educativa: "El mercadeo en educación" (más detalles
los encontrará en el recuadro N 1), en donde una buena
hamburguesa puede alcanzar resultados que no consigue la
pedagogía de punta más avanzada; otras, serias y profundas como
las que recoge la revista "Newsweek" del 2 de diciembre de 1992.

Estos dos casos los he recordado, precisamente, cuando ya ha
concluido el proceso de la Consulta Nacional "Educación Siglo
XXI". No hay duda de que este gran empeño se enmarca en ese
esfuerzo mundial por encontrar caminos seguros frente a los
desafíos apenas imaginados del siglo que hemos iniciado. Desde
luego que el cambio educativo tiene su correlato diferente en
cada sitio del mundo. Falta mucho todavía para pensar como
terrícolas simplemente, miembros de una inmensa familia que
habitamos este mundo como nuestra única casa.

No me referiré a la nota del The Wall Street Journal, pues cuando
usted la lea sacará sus propias conclusiones, pero sí al
comentario introductorio a la presentación de las diez mejores
escuelas del mundo que trae la Newsweek y a dos aspectos
fundamentales de la Consulta Nacional Educación Siglo XXI.

El mencionado artículo empieza diciendo que los Estados Unidos
quieren que la educación de sus niños mejore a fin de que sean
capaces de conseguir trabajos de tecnología avanzada porque se
espera que sean ellos quienes guíen el mundo a través de los años
dos mil.

Como podemos ver, la meta es clara y pragmática. Lejos de toda
retórica chispeante de teorización. Para alcanzar esa meta, la
administración Bush ha elaborado un proyecto de reformas
educacionales bajo la denominación de "América 2.000", cuyo
énfasis está en la revisión general (overhaul) de la enseñanza de
las matemáticas y de las ciencias.

No quiero pasar por admirador de lo que hacen los gringos, pero
sí elaborar un paralelo entre el pensamiento que aparece en esa
nota periodística y los esfuerzos que hemos realizado en la
Consulta Nacional.

La argumentación para mejorar la educación estadounidense es
simple como una línea. Ellos dicen: nosotros hemos guiado el
mundo, nuestros hijos también deben hacerlo. Como nuestra
educación ya no responde a los requerimientos del manejo de la
tecnología, que será la clave en los tiempos venideros, es
importante reorientarla enseñanza de la matemática y de las
ciencias.

Nosotros decimos, en cambio, en el Acuerdo Nacional Educación
Siglo XXI, firmado el 15 de abril de 1992, en el numeral quinto,
que para cambiar la educación queremos:

"Aplicar un nuevo modelo educativo nacional en el que se ofrezcan
oportunidades iguales a todos de una educación de calidad, en
correspondencia con la construcción de un modelo de desarrollo
que potencie la producción y promueva la equidad social, el
mejoramiento de la calidad de vida y la vigencia de una
democracia participativa, justa y solidaria".

No cabe duda de que nuestro discurso es emotivo y resumante de
marcos teóricos. No es crítica negativa, pero el Gran Acuerdo
que cerró el proceso de la Consulta, en la mayoría de los
numerales recoge disposiciones que constan en la Constitución y
Leyes de la República. Para ello, desde mi punto de vista, no
había necesidad de consenso pues eran mandatos con fuerza de ley
en espera de alguien que los ejecute.

Salta a la vista de que para renovar la educación (no solo
mejorarla), necesitamos estar claros en quiénes somos y qué rol
queremos jugar en el concierto del mundo. No tener presente esto
en todos los niveles de la sociedad sólo puede conducirnos a
concordar en generalidades, en valiosos conceptos, pero nada más.

Bajar del nivel teórico en el cual se encuentran los puntos del
Acuerdo, a la práctica cotidiana será un trabajo bien labrado.

La lectura, entonces, del Acuerdo, me lleva a pensar que los
gringos, sin andarse por las ramas, llegarán más rápido a
conseguir sus metas que nosotros, pues ellos saben hacia dónde ir
y qué hacer; en cambio nosotros concordamos en el"deber ser",
pero no en lo que "debemos hacer hoy".

Nuestros vecinos gringuitos, contrariamente a lo que está en su
mentalidad de tenerlo todo -y en grande-; poder resolverlo todo
-en todas partes- por sí y ante sí, pues son los epónimos del
mundo, han cambiado su posición. Los educadores estadounidenses
han empezado a abrir sus ojos y encontrar respuestas a sus
problemas en experiencias educativas que ya están vigentes en
otras partes del mundo. (­Desde luego que no recogen ninguna de
Latinoamérica!. Ver recuadro 2).

Este otro elemento del paralelo, con el cual concluyo, contrasta
con los implícitos que aparecen en las páginas del documento de
la Consulta y en el Acuerdo, que he mencionado: "El modelo
educativo nacional".

Si usted pregunta, particularmente, a los profesionales de la
educación, qué se debe entender por "modelo educativo nacional"
le dirán que con eso se designa, en primer lugar un ejemplar que
por su perfección se debe seguir e imitar. Es decir, en otras
palabras, encontrar La Respuesta, la fórmula al problema, y con
ello, casi, casi la piedra filosofal. Junto a este concepto está
otro más peligroso: ese "modelo" tiene que ser propio, nuestro,
ecuatoriano, no copiado de otras partes. Solo porque suena mal
no decimos: modelo educativo chauvinista nacional.

Pensar en un modelo no es la solución. Intentarlo, en el esquema
antes dicho, es desconocer las características y virtualidades de
la ciencia. Y la educación es una ciencia. Y por tanto estamos
hablando de teorías, metodologías, tecnologías, que rebasan
fronteras.

Dentro de esta concepción, no solo a los maestros estadounidenses
les hará bien incorporar lo que mejor les venga bien para
conseguir sus objetivos, de las diez experiencias que se señalan,
sino también a nosotros.

Por cierto que el esfuerzo de la Consulta es un gran esfuerzo
digno de reconocimiento, pero habiendo terminado, es precisamente
cuando recién empieza. Es ahora cuando los mecanismos de
diseminación del pensamiento de la sociedad ecuatoriana sobre su
educación tienen que ser conocidos, debatidos y asimilados. No
hacerlo sería frustrar las esperanzas que tenemos todos por
renovar la educación.

LAS DIEZ MEJORES EXPERIENCIAS

1. Aprendizaje de la lectura y escritura al propio ritmo de los
niños en la escuela Lake Tekapo de Nueva Zelandia.

2. Profesores y padres de familia involucrados en el jardín de
infantes para favorecer el desarrollo personal de los niños
tomando en cuenta sus diferencias y ritmos en la Escuela Diana en
la ciudad de Reggio Emilia, Italia.

3. Revolucionario sistema para enseñar las matemáticas, que se
las ha denominado Matemáticas Realistas, en la Escuela del
Profesor Greydamus de Zwolle, Holanda.

4. Aprendizaje de la ciencia aplicada, dentro del presupuesto de
primero entretenerse y luego acercarse a los principios, en la
escuela elemental. Tal es el caso de la Escuela Yotsuya N 6 de
Tokio, Japón.

5. Enseñanza del idioma extranjero en el colegio, haciendo
hinchapié en el vocabulario, expresión fluida y comprensión antes
que en la gramática. Son clases de comunicación. Ese es el caso
del Colegio Echnaton de Almere en Holanda.

6. Introducción de las artes como un ingrediente esencial de la
educación de todo joven en los colegios. Un ejemplo es el
Colegio Westinhghouse de Pittsburgh, Estados Unidos.

7. Combinación de altos niveles académicos de los colegios con la
práctica laboral. Este es el caso del Gymnasium Deutz,
Thusneldastrasse de Colonia, Alemania.

8. Capacitación profesional de los maestros de distintas partes
del mundo. Ministerio de Cultura, Colonia, Alemania.

9. Escuela de graduados para profundizar sobre temas científicos.
Instituto de Tecnología de California. Pasadena, California.

10. Educación de Adultos, en el Centro de Estocolmo, Suecia.


ESTUDIA MAS... Y GANA PREMIOS

* Para algunos estudiantes, el valor de aprender guarda relación
con entradas a bailes y parqueos gratis.

Un creciente número de colegios en los EE.UU. están avocando al
uso de incentivos en dinero y premios para combatir la caída en
calificaciones y de la asistencia a clase de los estudiantes.

Los chicos que se registren para estudiar geometría en algunos
colegios obtienen pizzas, pases para parqueos y entradas a bailes
del colegio, ­gratis! Los estudiantes que obtengan notas
sobresalientes en esa materia obtienen días libres, chaquetas,
relojes y bonos de ahorros de los EE.UU.

¿Suena a soborno? Es exactamente lo que es, admiten rápidamente
los educadores, pero está dando resultado para elevar las
calificaciones en evaluaciones, asistencia a clases y promedios
de puntos en muchos colegios a nivel nacional.

Hay muchas razones a favor y muchas en contra. Algunos piensan
que es una idea magnífica que los estudiantes que ordinariamente
no se esforzarían por logros académicos están viendo ahora algo
tangible por su esfuerzo. Otros dicen que obtener una
hamburguesa gratis no es una buena razón para leer Hamlet.
Algunos críticos sostienen que es una solución a corto plazo de
la cual los estudiantes prontamente se cansarán. (1c)

Del The Wall Street Journal en Reporte Corporativo, Ecuador 24
de febrero de 1992 . Vol I N 14.

* Investigador educativo de INSOTEC.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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