Quito. 24.05.91. Encarecimiento del crédito para los sectores
productivos y elevación de la inflación pueden ser los efectos
inmediatos de las últimas medidas adoptadas por la Junta
Monetaria.

Para el presidente de la Federación Nacional de Cámaras de la
Pequeña Industria (Fenapi), Carlos Ribadeneira, las medidas
forman parte de la política de estabilización que el gobierno
nacional ha mantenido.

Sin embargo, no se evidencia una voluntad para reactivar la
economía nacional y peor aún para iniciar el proceso de
modernización y reestructuración productiva que al momento es
menester afrontar.

El incremento de las tasas de interés del Banco Central
ejercerá presiones inflacionarias y, en el caso de la pequeña
industria, afectará en sus costos de producción.

Los efectos se sentirán fundamentalmente en las unidades de
pequeño tamaño que son las que utilizan el mecanismo de fondos
financieros.

Para el caso de las operaciones de crédito que se realizan en
base del Sistema Nacional de Garantía Crediticia, utilizando
el mecanismo de fondos financieros el impacto será evidente,
lo cual constituye un desestímulo a las actividades
productivas.

A juicio de Ribadeneira, en todo caso, la medida tiende a
uniformar y racionalizar el mercado financiero nacional
eliminando las distorsiones existentes en el sistema de tasas
de interés.

La extensión gradual del mecanismo de encaje legal a los
certificados financieros emitidos por las compañías
financieras permitirá colocar en parecidas condiciones a estos
papeles con el resto de operaciones financieras del sistema.

Según el personero de la Fenapi, la autorización de cupos
adicionales de crédito, por cerca de 5.000 millones de sucres
para operaciones de ciertos sectores productivos, si bien
permitirá mejorar en algo el grado de liquidez del sistema, es
totalmente insignificante dentro del conjunto del crédito del
país y no corresponde de ninguna manera a los requerimientos
efectivos de crédito para reactivar la economía nacional.

La eliminación de las restricciones a las importaciones de
materias primas para el sector de grasas y aceites se enmarca
dentro de la política de liberalización de la economía, pero
causará impactos en sectores productivos nacionales.

Ribadeneira recomendó que para reducir la vulnerabilidad que
tendrá el sector productor de aceites y grasas al gobierno
debería ejecutar acciones inmediatas de asistencia y apoyo a
la producción, especialmente en cuanto a la investigación y
desarrollo tecnológico y el mejoramiento de los niveles de
productividad y calidad de la producción local.

En cambio, para el gerente general de Univest, Fernando
Vivero, las medidas tienden a eliminar las operaciones con
intereses subsidiados. Esta es una tendencia sana y se espera
que a la vez se disminuya la obligación que tienen las
entidades financieras y bancos de liberar recursos sobre
inversiones forzosas.

Eso se podría equilibrar con una consideración en el costo de
intermediación que hay entre la tasa activa y la pasiva.

La decisión de elevar en cuatro puntos la tasa de interés para
operaciones porcentuales del Banco Central tiene una correcta
orientación y se basa en una tendencia mundial, pues en caso
contrario el país se quedaría a la zaga si pretende seguir
manteniendo subsidios a los créditos del Banco Central.

Precisamente una de las causas del déficit cuasi fiscal del
instituto emisor es mantener operaciones a costos financieros
ínfimos de 0 o 12 por ciento y tener que pagar por bonos 42 o
44 por ciento.

En la medida en que se eliminen los subsidios se irá
reduciendo el déficit cuasi fiscal del Banco Central.

Buscan reducir el crédito del Central.

De acuerdo con el ex-secretario de Planificación del Consejo
Nacional de Desarrollo (Conade), Oswaldo Dávila, las medidas
adoptadas por la Junta Monetaria tienden a equipar las tasas
de interés oficiales del Banco Central con las del mercado
libre.

El resultado inmediato serán créditos más caros para el sector
público y encarecimiento de la producción, lo cual se explica
porque las tasas de interés preferenciales se destinaban a
distintas actividades.

El objetivo que persiguen las medidas es tratar de reducir aún
más el crédito del Banco Central y, por otro, aflojar el
crédito a la agricultura y en general al sector productivo.

Se busca una inyección de crédito aunque sea más caro para
paliar los efectos recesivos que se podría tener por la medida
contractiva, opina Dávila. (A-12).
EXPLORED
en Ciudad N/D

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