Uno de los efectos de la explotación petrolera
ha sido la contaminación ambiental, con sus
secuelas irreversibles de daños a la
naturaleza animal y vegetal, la polución en
los ríos y la consecuente afectación a la
salud de los pobladores de las zonas
lastimadas con los derrames de crudo.

Pese a la técnica y cuidado en las operaciones
petroleras, ninguna compañía escapa de ser
causante de haber atentado contra la ecología
de la amazonía ecuatoriana. La mayor ofensa
que ha recibido esa zona, considerada como la
principal fuente de riqueza para el país, son
los derrames de crudo y las famosas piscinas
construidas para recibir los desechos y
residuos hidrocarburíferos naturales que
provienen de la extracción petrolera.

Durante mucho tiempo permanecieron esas
piscinas como nefastas huellas dejadas por la
actividad hidrocarburífera; algunas de ellas,
por 20 años al punto de haberse solidificado
en una amalgama de petróleo, restos de
vegetación, lodo, desperdicios de toda
naturaleza, apareciendo una superficie negra
en medio de la exuberante vegetación de la
selva.

Poco o nada pudieron realizar las compañías
explotadoras de crudo para solucionar esta
lacra. Ha sido una empresa ecuatoriana,
Ingeniería Ambiental y Ecología, IECONTSA
(PECS DESMI ECUADOR S.A.), con su sistema
"pecs", establecida en 1992, con una
inversión que alcanza a cuatro millones de
dólares en investigación, desarrollo
tecnológico, maquinarias y equipos, la
encargada de devolver la vida a esas áreas
de tierras muertas, quebrando la sólida
capa para recuperar el petróleo, tratar el
agua contaminada y separar los metales
pesados que se encuentran en las piscinas,
a través de inyectar en esos cráteres, el
fluido "pecs" disolvente y separador de los
materiales acumulados y poder rescatar el
suelo, limpiarlo, tratarlo para devolver su
vegetación, habilitándolo para los cultivos
agrícolas.

Paralelamente, la actividad de Iecontsa se
orienta a proveer asfalto para las vías y
carreteras de la región. Este elemento se
obtiene del tratamiento al petróleo pesado
recuperado de las piscinas. Solamente con la
remediación de las piscinas dejadas por
Texaco se han obtenido alrededor de
trescientos mil barriles de asfalto para
cubrir 300 kilómetros de carreteras.

EL PRODUCTO MILAGROSO

Con el sistema "pecs", la empresa
ecuatoriana ha logrado habilitar para la
forestación y para el cultivo agrícola, un
total de 36 hectáreas. La operación
significa haber recuperado doscientos
setenta mil barriles de petróleo pesado.
Esta superficie inútil a la vida vegetal y
animal, estaba ocupada por alrededor de 120
piscinas contaminadas.

La acción del elemento separador no
determina efectos secundarios que puedan
generar nuevos efectos contaminantes. Pecs
está conformado por componentes orgánicos
biodegradables, no tóxicos ni inflamables;
son sustancias elaboradas a partir de
materias orgánicas, que se aplican en la
limpieza y recuperación no solamente de
piscinas de desechos, pantanos y esteros,
sino para limpieza de equipos petroleros.

Las piscinas de crudo residual, resultante
de un manejo inapropiado de la operación
petrolera, han formado una capa asfáltica
de muy difícil remoción, abandonadas por
años, perjudicando la vida silvestre
afectando al bienestar de los habitantes
de esas zonas.

El sistema "pecs" diluyente, actúa con su
efecto justamente en ese elemento mediante
inyección o riego. La operación se
complementa con la técnica de la empresa
danesa Desmi. El petróleo recuperado de las
piscinas por las potentes y especializadas
bombas de esta empresa, es depositado en
centros de recolecciones especiales, de
acuerdo con su grado API (densidad). El
agua residual recibe el tratamiento exigido
por las normas ambientales, antes de ser
enviado al entorno. Los análisis de
laboratorios nacionales y extranjeros y los
de la Universidad Central del Ecuador
señalan que el agua tratada alcanza un
grado de impureza inferior a las 15
partículas por millón determinadas como
aceptables por las normas de las entidades
técnicas internacionales.

Desde 1992, Iecontsa ha realizado diferentes
trabajos de limpieza y recuperación de crudo
de las piscinas de las empresas petroleras,
de los ríos, lagos y en áreas adjuntas a los
derrames del hidrocarburo, en las zonas
afectadas aledañas a la línea del oleoducto,
en los pozos y estructuras de perforación.

Durante el accidente de La Josefina, Azuay,
realizó la limpieza y recuperación de 10 mil
galones de bunker en el embalse, además de
los trabajos en las playas de los ríos,
terrenos, sembríos, casas, con la
participación del Ejército.

Como consecuencia de un sabotaje al
oleoducto transecuatoriano, realizó la
limpieza de ocho kilómetros de afectación,
construcción de piscinas de recolección,
recuperación de 10 mil barriles de petróleo
derramados en el río Chiche, tratamiento e
inyección de crudo limpio a la producción
en las estaciones Papallacta y Guajaló.

El principio de reciclaje permite al
sistema alternativas de utilización del
petróleo recuperado. En el caso de crudos
pesados, solo se los trata para obtener
asfaltos; al hidrocarburo liviano, luego de
someterlo a procesos de purificación se
reincorpora a la producción.

Iecontsa-Pecs Desmi tiene proyectos para
descontaminar áreas en zonas petroleras de
Venezuela y de otros países del continente.
No descarta su intervención en determinados
países europeos donde el medio ambiente se
encuentra afectado por la actividad
hidrocarburífera.

ASFALTAR LAS CARRETERAS

Una buena parte del petróleo recuperado a
través de la descontaminación de las piscinas
se lo trata para asfalto. Es un resultado más
del sistema Pecs-Desmi.

El propósito primario del programa es
asfaltar las vías de la región amazónica con
el crudo obtenido del proceso de remediación
de las piscinas que estuvieron a cargo de la
compañía Texaco, según convenio con el
gobierno ecuatoriano.

Se estima que se producirá alrededor de 300
mil barriles de asfalto que alcanzaría para
300 kilómetros de la red vial de la amazonía.

La obra no implica costo alguno para el
gobierno, más que el procesamiento del
petróleo en asfalto. El crudo se encuentra
en el centro de recolección de la empresa,
en Sacha. La Texaco aportaría con 300 mil
dólares, según consta en el programa de
Iecontsa.

Es importante utilizar ese asfalto en las
carreteras, de lo contrario se tendría que
reinyectar a un costo extremadamente alto y
se dejaría de mejorar las vías a costo cero.

El gerente general de Iecontsa, ingeniero
Germán Ávila mencionó que el lema de la
empresa es "luchar para proteger la
naturaleza". Con justicia se le concedió a
la compañía el premio nacional de ecología
Planeta Azul. (FUENTE: REVISTA VISTAZO N.
705)
EXPLORED
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