Guayaquil. 15 feb 2000. Son 2 179 hectáreas donde crecen cuatro
clases de mangle, 81 especies de aves y 12 de mamíferos. Por
ahora, solo falta el plan de manejo para la declaratoria.

Su vegetación se puede observar desde cualquier edificio del
Malecón Simón Bolívar. Si la idea es conocerla solo basta tomar
una lancha desde el muelle y en 15 minutos estará en el sitio que
los ecologistas llaman "el último pulmón de Guayaquil: la isla
Santay".

Siendo optimistas la isla será el segundo sitio del Guayas en
ingresar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, en un mes, la
otra reserva de la provincia es la de Manglares-Churute.

Luego de diez años, las organizaciones no gubernamentales (ONG),
como el Comité Ecológico del Litoral (CEL) y la Fundación Isla
Santay, han logrado un consenso inicial con organismos estatales.
Esto es integrar la isla al listado de áreas protegidas
(actualmente son 25), pero todavía se discute con qué categoría
pasará. El sistema considera niveles como parque nacional,
reserva (biológica, ecológica, geobotánica o faunística) refugio
de vida silvestre y área nacional de recreación.

El 25 de enero en Guayaquil se reunieron los actores del largo
proceso. Se conformó una comisión que estudiará el marco legal
que permita la incorporación de la isla al Sistema de Áreas
Protegidas y para diseñar el plan de manejo idóneo.

La comisión la conforman el Banco Ecuatoriano de la Vivienda
(BEV), Fundación Isla Santay, Comité Ecológico y los municipios
de Guayaquil y Durán, quienes en 30 días deberán presentar el
informe.

Es que durante el proceso existió una confusión acerca de la
categoría que se le dará a Santay, por eso se propuso estudiar
la posibilidad de que sea declarada Area Nacional de Recreación.

El punto de la discusión está en que al ser una área de
recreación se permita, no solo la observación de la naturaleza
sino actividades deportivas, explicó José Delgado, coordinador
del proyecto Isla Santay del Comité Ecológico de la isla.

La isla de 2 179 hectáreas ha sorteado varios obstáculos para ser
declarada área protegida. El BEV, como propietario, pensó algún
momento construir un proyecto urbanístico, pero en conversaciones
con el Ministerio de Ambiente se aclaró que las condiciones no
son las adecuadas para esos proyectos. Una de las razones es que
el suelo del lugar no es apropiado para construir grandes
estructuras.

Marcel Feraud, ex subsecretario de Desarrollo Sostenible, dijo
que en la última reunión todos coincidieron en que todos los
involucrados sí están dispuestos a proteger el área.

La isla es considerada como un pequeño reducto paradisíaco pues
cuenta con cuatro especies de manglar: hembra, macho, cholo y
rojo. Santay tiene 45 especies de plantas, 12 clases de
mamíferos, 81 de aves, ocho de reptiles y dos de anfibios.

La flora la compone un bosque de manglar de aproximadamente 998
hectáreas, en esa extensión habitan las cuatro especies de
mangle, y el resto está dedicado a los pastizales.

Pero la creación de una nueva área protegida puede verse opacada
por la falta de un buen plan de manejo. Para Juan Bravo, jefe del
Distrito Forestal del Ministerio del Ambiente y Turismo, la isla
tiene todas las características para introducirla en el sistema
de áreas protegidas.

Pero es necesario que una vez declarada así se escoja la
institución que elabore el plan de manejo equilibrado y a largo
plazo.

La idea es manejar la isla sustentablemente, pues el Ministerio
no cuenta con presupuesto para mantenerla. Según Bravo, la
reserva Manglares-Churute se mantiene por un convenio
internacional con el aporte del Banco Mundial.

"El presupuesto del Estado no da para manejar las áreas
protegidas. Por eso ahora se estudia la forma de designar u
otorgar la administración de éstas áreas a grupos ecológicos",
explicó Bravo.

Andrés Aspiazu, presidente de la Fundación Isla Santay, reconoce
que la declaratoria también implica tener con un plan de manejo
que cuente con financiamiento y eso es lo que ahora están
concentrando los esfuerzos sus impulsores.

Razones para protegerla

Guayaquil no cumple con la norma * La ciudad posee menos de 0,9
metros cuadrados de áreas verdes por habitante, cuando la norma
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece nueve
metros cuadrados.

El único pulmón verde más cercano * Aunque la isla Santay
pertenece al cantón Durán, esta presta servicios ambientales
incuantificables que benefician la ciudad de Guayaquil.

El ecosistema está en peligro * El 44 por ciento de la isla se
encuentra cubierto de manglares. Este ecosistema está en peligro
y necesita ser urgentemente protegido para que su hábitat
sobreviva.

Una vitrina para conservar las especies * La isla Santay es el
sitio ideal para conservar muestras representativas de fauna y
flora guayaquileña y del Golfo de Guayaquil.

Es población de pescadores * Según el CEL, el 96 por ciento de
las familias se dedica a la pesca y solo un 30 por ciento viaja
a otros sectores como Puná para lograr capturar un mayor volumen
de peces que les permita asegurar su subsistencia.

Ahora solo viven 182 personas * Su población ha sido nómada, en
1995 vivían en la isla más de 300 pobladores. Según el último
censo de 1998, viven aproximadamente 182 pobladores, la
emigración - según un estudio realizado por (CEL)- se debe a la
disminución del volumen de captura de peces en los alrededores
de la isla y la búsqueda de bienestar en las zonas urbanas.

Cerca de 21 años de trámite para salvar a un pulmón verde

En 1979 * La historia de la isla Santay empieza cuando el
presidente Jaime Roldós Aguilera decidió expropiarla para de esta
manera convertirla en área de recreación.

En 1982 * El Gobierno de Oswaldo Hurtado expropia la isla y se
paga a sus propietarios la suma de 7,5 millones de dólares.

En 1992 * Se pretende vender la isla pero varios sectores se
oponen. Surgen las primeras propuestas para conservarla como
parque natural o bosque protector. Paralelamente el Comité
Ecológico del Litoral inicia su labor de apoyo a los pobladores.

En 1993 * Los pobladores de la isla denuncian la carencia de
servicios y el descuido por parte de las autoridades de salud y
educación.

En 1994 * Se realiza el primer y único estudio, contratado por
la Fundación Isla Santay. El cual sugiere la necesidad de
conservar.

En 1996 * La Corporación Guayas-Santay propone un proyecto
turístico en la isla.

En 1996 * Se propone la construcción del puente que una
Guayaquil-Santay-Durán. Hay oposición.

En 1997 * El Comité Ecológico del Litoral pide al Inefan que
estudie la declaratoria. Inefan realiza la inspección y
recomienda declarar como Area Protegida de Recreación. La
dirección de Areas Protegidas establece que debe haber acuerdo
con el BEV.

En 1999 * Se concretan varios diálogos y luego se presenta la
propuesta de elevar la isla a la categoría de zona protegida.
(Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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