José Ayala Lasso y Marcelo Fernández de Córdova, expertos en Derecho Internacional, consideran que el estatus de colombiana no justificaba el asilo



El procedimiento seguido para el asilo político concedido por Nicaragua a Nubia Calderón, alias “la embajadora de las FARC en el Ecuador” o “Esperanza”, fue un acto “arbitrario” e “ilegal” del Gobierno de ese país, según el criterio compartido por dos expertos en Derecho Internacional: José Ayala Lasso y Marcelo Fernández de Córdova.

Según versiones de Inteligencia, Calderón fue la cuarta sobreviviente del bombardeo del Ejército colombiano al campamento de las FARC en Angostura el 1.º de marzo de 2008.

La posibilidad de su presencia en un área de seguridad próxima a ese campamento tomó mayor fuerza con el inesperado anuncio realizado por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a mediados de agosto de 2008, de que su Gobierno aceptó la protección solicitada por Calderón, y decidió traerla para que cure sus heridas y reciba atención a una dolencia crónica que padece por años.

Antes de ese pronunciamiento, la participación de Calderón en Angostura solo se manejó a nivel de rumores en los círculos de inteligencia.

El anuncio oficial de Managua se produjo un mes más tarde de la sorpresiva visita que efectuara al país el presidente Ortega, en el marco de la presentación oficial del proyecto de la Refinería del Pacífico, en Manta, por parte de los presidentes Rafael Correa (Ecuador) y Hugo Chávez (Venezuela).

Las fuentes de Inteligencia sospechan que la salida de Calderón solo pudo haberse dado en las horas en que Ortega estuvo en el país, entre el 14 y 16 de julio. Para que no sea descubierta, señalan, “Esperanza” habría hecho pintar su cabellera y colocar lentes de contacto para alterar el color natural de sus ojos.

La repuesta del Gobierno ecuatoriano al anuncio del asilo dejó mayores inquietudes. La Cancillería dijo no haber recibido una notificación oficial de la Embajada nicaragüense sobre la salida de Nubia Calderón.

Y José Valencia, canciller (e) de ese entonces, señaló que no sabían de la situación particular de Calderón en el país.

Hace unas dos semanas, cuando HOY pidió información del tema a la Embajada de ese país en Quito, se respondió que, a mediados de abril, iba a posesionarse el nuevo responsable de la Embajada y que solo él podía atender a las inquietudes.

Para José Ayala Lasso, ex ministro de Relaciones Exteriores, Calderón no se encontraba en condición de perseguida política, por lo que el asilo que recibió por parte del Gobierno nicaragüense estaba fuera de lugar. Ortega le ofreció la condición de asilada sin que hubiera una persecución: “Solo se procedió a darle refugio por consideraciones políticas”, dice el diplomático.

Por ello, explica que se cometió una irregularidad con las instituciones jurídicas de Derecho, ya que cuando salió del Ecuador ni siquiera contaba con estatus de “requerida por la Justicia”. “En consecuencia, no tenía la condición básica para ser considerada sujeta de asilo”, señala.

Ese criterio es compartido por Marcelo Fernández de Córdova, ex viceministro de Relaciones Exteriores, quien añade que ella se benefició de un refugio, mas no de un asilo, puesto que no es ecuatoriana.

Además, sostiene que se debe solicitar su extradición, bajo una sentencia en firme, por el cometimiento de un delito, para lo cual debe haber un proceso judicial, promovido por la Corte Nacional de Justicia. “Ella ingresó ilegalmente al Ecuador y de eso es lo que la van a acusar”, concluye.

Nubia Calderón, de acuerdo con los datos de Interpol de Colombia, tenía una orden de Difusión Azul, para su respectiva localización y seguimiento. (GCA)
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