Quito. 14.01.94. ¿Cuál es la situación del teatro en nuestra
ciudad?. ¿Cuál es la situación de la Escuela de Teatro?. La
televisión mete sus tentáculos en esta actividad y produce el
alejamiento del público. Lo liviano versus lo estético. Estos son
algunos aspectos que analizan para HOY, Rafael Herrera (director
de la Escuela de Teatro), Víctor Hugo Gallegos (profesor de
actuación) y los estudiantes de cuarto curso.
¿Teatro-teatro versus Teatro comercio?
Para Rafael Herrera (Director de la Escuela de Teatro de la
Facultad de Bellas Artes, de la Universidad Central) la actividad
teatral se está desarrollando en dos perspectivas, el
teatro-teatro y el teatro- comercio que ligado a los nuevos
rumbos de la economía, estaría poniendo en peligro el avance de
esta actividad.
-¿Cuál es la situación actual de la escuela de teatro?
Esta es una escuela académica y como tal debe someterse a lo
establecido en cualquier carrera.
Las tres materias básicas son actuación, voz y movimiento, y
tenemos que darle la misma importancia a cada una de ellas,
aunque movimiento y voz confluyan en actuación que tiene el 40
por ciento de horas semanales. A esto sumamos materias de
complemento para la formación teórica: historia del teatro,
estética, análisis del texto. Se busca dar al actor la formación
actoral y teórica para sustentar lo que hace.
-En términos de la práctica que se hace
Por nuestra propia estructura no podemos constituir grupos de
teatro a nivel oficial de la escuela, porque nuestro objetivo es
formar actores. Sin embargo para la práctica tenemos dos
instancias, una es el trabajo que realizan los cursos en cada
semestre: los estudiantes hacen un examen público para demostrar
lo aprendido en ese lapso de tiempo. Por otro lado tenemos el
Taller de práctica escénica que desde este año lo hacen los de
tercero y cuarto curso, y que consiste en el montaje de una obra.
Este taller además de la práctica actoral busca hacer extensión
universitaria. Con este taller se han logrado escenificar obras
muy buenas: recordemos "Ubu Rey", "La ópera de tres centavos",
"Fuente ovejuna". En los últimos años se han hecho trabajos como
"Picnic" o "Sueño de una noche de verano", obras que tuvieron
mucho público.
-¿Los profesores tiene alguna práctica actoral?
La mayor parte dirige o trabaja en la actividad teatral: Jorge
Matheus, Antonio Ordóñez, Ilonka Vargas. Todos los profesores del
área de actuación están en la práctica actoral..
-¿Cómo ve la situación del teatro en Quito?
El teatro está viviendo un aparente desarrollo, pero tiene que
ser visto desde una doble perspectiva: hay grupos de teatro que
hacen teatro y otros que hacen teatro comercial. A los primeros
les preocupa más el carácter estético, la calidad, el nivel
actoral; tenemos el grupo "Malayerba", "El callejón del agua",
algunas cosas de lo que está haciendo Cinearte a través del
montaje de obras que en ciertas ocasiones tienen mucho valor a
nivel de propuesta y exigencia de directores y actores. "Cosas de
Mamá y Papá", por ejemplo, que parecería una cosa ligera, tiene
valores pues hay actores formados.
El teatro comercial busca hacer cualquier cosa que atraiga al
público y que naturalmente satisfaga comercialmente los intereses
de la inversión. Es el caso de los grupos guayaquileños que hacen
teatro para la televisión, cuyo nivel de calidad es evidentemente
bajo por la propia formación, porque hay objetivos distintos. El
teatro no puede crecer en la medida en que no haya calidad que se
refleje en lo que se presenta. Si no hay calidad, el público no
va a gustar del teatro, porque se va a divertir y se va a olvidar
y va a hacer del teatro un mero espectáculo de divertimento
-¿El teatro más riguroso, no podría estar pensado también en
términos comerciales?
El problema se presenta cuando se prioriza exclusivamente lo
comercial descuidando la calidad del espectáculo. El actor es
como cualquier otro profesional, tiene que vivir de lo que hace,
ojalá eso sea posible algún día, pero no significa que se va a
denigrar el nivel para buscar el fin económico.
-Cómo analizaría usted la actividad teatral en el 93.
Durante el 93 se han presentado buenas obras. Uno de los aspectos
esenciales para el desarrollo del teatro es el desarrollo de la
dramaturgia, pero el problema es que esto no vende. No hay
incentivos. Quizá un novelista, un poeta vende lo que escribe,
pero un dramaturgo no. Lo que normalmente se hace en los grupos
es montar obras de autores extranjeros, eso no permite el
desarrollo de dramaturgos ecuatorianos. La Casa de la Cultura
hizo un concurso nacional de obras dramáticas en el 93; nosotros
montamos la obra ganadora del concurso. No se ha vuelto a hacer.
Si este gobierno no desarrolla una verdadera política cultural y
una comprensión de lo que la actividad cultural significa, que no
es lo mismo que hacer un puente o una carretera, una actividad
marginal como el teatro no se desarrollará. En lugar de aumentar
impuestos para cualquier cosa que puede ser productiva también se
podría pensar en crear impuestos para incentivar la actividad
cultural.
-¿Qué responsabilidad le compete a la escuela de teatro en la
educación del público?.
Nosotros somos escuela de formación. Tenemos obligación y la
aceptamos en términos de la difusión cultural. Tenemos un teatro
que tiene de lo mejor a nivel de instalaciones, está a
disposición de los grupos, vienen centenares de niños a mirar lo
que hacemos, difundimos nuestros talleres, pero no podemos hacer
más pues no tenemos los mecanismos ni los medios para hacer una
difusión más amplia.
-¿Cuáles serían los mecanismos entonces?
Hay dos organismos cuya misión es esa, la Casa de la Cultura y la
Subsecretaría de Cultura. No se trata sólo de auspiciar grupos,
sino de promover, de abrirla a todos los sectores. Si el Estado
financia esos organismos ellos deberían devolverle al público con
creces lo que reciben. Deben promover, desarrollar la actividad
teatral. En otros países cuando el Estado dejó de auspiciar, la
empresa privada comenzó a hacerlo; el Festival de Teatro de
Manizales se hace con auspicio de estos sectores. Aquí si se
solicita a 40 empresas, una responderá positivamente. No hay
conciencia de la responsabilidad que todos tenemos con respecto
al desarrollo de la cultura.
Discrepancias a nivel actoral
Los estudiantes de cuarto curso de actuación muestran ciertas
discrepancias con la opinión del Director.
"Sin lugar a dudas, la escuela aporta muchísimo. Sin embargo
existen algunos limitantes: por un lado tiene un programa muy
académico, no muy adecuado para la formación de actores. Por otro
en el caso de los maestros se da la falta de actualización.
Existen materias que no aportan, como por ejemplo Historia del
Ecuador; un estudiante puede estudiarlo por sí mismo pero en la
escuela nos quita 4 horas.
En muchos casos no existe unidad, continuidad y seguimiento entre
los profesores y las materias.
La eterna disyuntiva ente trabajar o estudiar
A nivel actoral hay muchas discrepancias, visiones distintas, el
profesor del segundo curso desvaloriza lo del primero, y así en
todos los años, y esto puede crear un caos dentro del estudiante.
No nos intruyen para formar grupos, salvo algunos profesores que
te inculcan la necesidad del grupo. Salimos actores
individualistas. Hay mucha competitividad entre los compañeros.
El horario de la Facultad no facilita para mantenernos
económicamente y nos encontramos en la disyuntiva de trabajar o
estudiar.
Hay separación de la escuela con las actividades que se hacen
afuera. Por otro lado afuera no hay apertura para recibir a los
alumnos de la escuela, si saben que eres egresado de la escuela
no te aceptan. Los grupos que logran montar obras son
determinados, se necesita palancas para que grupos nuevos puedan
presentarse".
Bellas y bestias en el escenario
Víctor Hugo Gallego, profesor de actuación y director del Teatro
Estudio de Quito, realizó algunas puntualizaciones con respecto
al público teatrero: "Hoy la gente prefiere las obras más
superficiales, no obras en que el disfrute vaya más allá de la
simple carcajada por la carcajada.
Esta frivolización viene de la indiferencia de la televisión y de
los programas que presenta. La ausencia de público tiene una
relación definitiva con el funcionamiento de la sociedad. Si esta
se avoca a cosas de índole empresarial, financiera, otros
aspectos resultan inútiles.
Otro aspecto que incidió es que hasta hace unos 7 años a los
grupos de teatro se nos consideraba comunistas o revolucionarios,
y pudo haber algo de eso porque todo arte es político. Pero un
teatro de esta naturaleza comenzó a cansar.
Quizá también se debe a nuestra forma de ser, todo aquello que
viene de afuera nos interesa más que lo de acá; y por otro lado
la ciudad ha crecido enormemente, se vuelve impersonal, más hosca
y a la gente le resulta difícil movilizarse". (5B)
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