El anuncio de la candidatura presidencial de León Roldós, rector de la Universidad de Guayaquil, diputado nacional por el Partido Socialista y ex vicepresidente de la República, ha removido el escenario político que había entrado en una suerte de interminable exhalación luego de que el ex presidente Rodrigo Borja presentara su postulación, y de que el también ex presidente León Febres Cordero desistiera de competir por razones de salud, a pesar de que las encuestas pronosticaban que entraría a la segunda vuelta, sin dudas.
Su presencia en la carrera por la Presidencia de la República causará estragos en todas las fuerzas políticas, debido a la personalidad política de Roldós, a su ubicación ideológica y a su origen regional.
La primera consecuencia es que se desarma la candidatura del coronel golpista Lucio Gutiérrez, quien, hasta tanto, había venido concentrando las simpatías de los sectores más radicales de la izquierda. Incluso se prevé que el Partido Socialista podría marchar escindido en esta contienda. Por la decisión de Roldós, la izquierda se verá obligada a rehacer sus planes, y es muy probable que Gutiérrez constate que su postulación se queda huérfana.
Luego, Roldós, personaje de gran prestigio a nivel nacional, posee una particularidad: a los votos que recibirá de la Sierra se sumarán los de distintos sectores de la Costa, que se deciden por una motivación regional. Quiere decir esto que, desde ya, las candidaturas de Xavier Neira (PSC) y Alvaro Noboa (PRIAN) tienen en Roldós un rival que será capaz de seducir a muchos de sus votantes duros. Y si, acaso, termina de fraguar un pacto de León Roldós con el jefe del bucaramismo, prófugo en Panamá, posibilidad que se mencionó con mucha fuerza la semana anterior, a 76 días del 20 de octubre se puede ver que tiene grandes posibilidades de obtener una importante votación en las provincias costeñas.
Por otra parte, el candidato habrá medido su posibilidad de acopiar voluntades en su favor entre aquellos que simpatizan con dos ex presidentes, Rodrigo Borja (ID) y Osvaldo Hurtado (PS): Roldós no encuentra resistencias en la Sierra, particularmente en Quito, donde se concentra la mayor población electoral; causará estragos, también, en ese espectro político que se mueve entre la centroderecha y la centro izquierda.
¿Cuál es la mayor debilidad de la candidatura de Roldós? La ausencia de una maquinaria electoral que levante y desarrolle su campaña en aquellos sectores que hacen la mayoría de la población, que deciden ante las urnas por motivaciones y en base a una lógica radicalmente distinta de la que se ha expuesto en líneas anteriores. En esta vez, por las limitaciones legales impuestas a la publicidad electoral y por el corto tiempo de campaña, los candidatos que no hayan olvidado a su organización de base o aquellos que no dejaron de interactuar con asistencialismo en los sectores mayoritarios tienen, por lo pronto, una ventaja cualitativa que va a incidir de manera significativa el día en que se cumpla la primera vuelta. Además, el candidato Roldós es una figura de la elite política a la que el imaginario colectivo responsabiliza de las ofertas incumplidas en más de 20 años de democracia. Pero no solo eso, a ella se atribuye la descomposición social, la profundización de la pobreza, la crisis bancaria y la conducta corrupta que ha protagonizado los grandes escándalos en los últimos años. Como todo, Roldós tiene de cal y tiene de arena.
Su presencia en la carrera por la Presidencia de la República causará estragos en todas las fuerzas políticas, debido a la personalidad política de Roldós, a su ubicación ideológica y a su origen regional.
La primera consecuencia es que se desarma la candidatura del coronel golpista Lucio Gutiérrez, quien, hasta tanto, había venido concentrando las simpatías de los sectores más radicales de la izquierda. Incluso se prevé que el Partido Socialista podría marchar escindido en esta contienda. Por la decisión de Roldós, la izquierda se verá obligada a rehacer sus planes, y es muy probable que Gutiérrez constate que su postulación se queda huérfana.
Luego, Roldós, personaje de gran prestigio a nivel nacional, posee una particularidad: a los votos que recibirá de la Sierra se sumarán los de distintos sectores de la Costa, que se deciden por una motivación regional. Quiere decir esto que, desde ya, las candidaturas de Xavier Neira (PSC) y Alvaro Noboa (PRIAN) tienen en Roldós un rival que será capaz de seducir a muchos de sus votantes duros. Y si, acaso, termina de fraguar un pacto de León Roldós con el jefe del bucaramismo, prófugo en Panamá, posibilidad que se mencionó con mucha fuerza la semana anterior, a 76 días del 20 de octubre se puede ver que tiene grandes posibilidades de obtener una importante votación en las provincias costeñas.
Por otra parte, el candidato habrá medido su posibilidad de acopiar voluntades en su favor entre aquellos que simpatizan con dos ex presidentes, Rodrigo Borja (ID) y Osvaldo Hurtado (PS): Roldós no encuentra resistencias en la Sierra, particularmente en Quito, donde se concentra la mayor población electoral; causará estragos, también, en ese espectro político que se mueve entre la centroderecha y la centro izquierda.
¿Cuál es la mayor debilidad de la candidatura de Roldós? La ausencia de una maquinaria electoral que levante y desarrolle su campaña en aquellos sectores que hacen la mayoría de la población, que deciden ante las urnas por motivaciones y en base a una lógica radicalmente distinta de la que se ha expuesto en líneas anteriores. En esta vez, por las limitaciones legales impuestas a la publicidad electoral y por el corto tiempo de campaña, los candidatos que no hayan olvidado a su organización de base o aquellos que no dejaron de interactuar con asistencialismo en los sectores mayoritarios tienen, por lo pronto, una ventaja cualitativa que va a incidir de manera significativa el día en que se cumpla la primera vuelta. Además, el candidato Roldós es una figura de la elite política a la que el imaginario colectivo responsabiliza de las ofertas incumplidas en más de 20 años de democracia. Pero no solo eso, a ella se atribuye la descomposición social, la profundización de la pobreza, la crisis bancaria y la conducta corrupta que ha protagonizado los grandes escándalos en los últimos años. Como todo, Roldós tiene de cal y tiene de arena.
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