Quito. 02 dic 98. El Departamento de Riesgos del Trabajo del IESS
ha determinado la responsabilidad en un solo caso. Mientras que
cinco están en proceso de investigación.

En el libro de registro de levantamientos de cadáveres realizados
por la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial (PJ) se
enumeran, de enero de 1998 hasta la fecha, 44 casos de muertes por
caídas.

De ese total, 12 albañiles murieron cuando realizaban su trabajo en
alguna construcción (ver el recuadro). 20 fallecieron
accidentalmente al caer al fondo de una quebrada o precipitarse
desde alguna construcción sin haber estado laborando.

De los restantes 14, los partes de las novedades diarias de la PJ
(ex Oficina de Investigación del Delito), no especifican las
circunstancias en las que se produjeron las muertes ni el tipo de
construcción en la que estaban laborando cuando ocurrió el
percance.

Generalmente, los casos que no se reportan a una entidad pública
son los que se solucionan por acuerdo entre el patrono y el
jornalero, pero nadie sabe dónde terminan, dice el Jefe del
Instituto de Criminalística de la Facultad de Jurisprudencia de la
Universidad Central del Ecuador.

En la Unidad de Riesgos del Trabajo del Instituto Ecuatoriano de
Seguridad Social (IESS) no existen estadísticas procesadas de
muertes en el área de la construcción. Solo se conoce con precisión
que en cinco años, entre 1998 y 1992 se produjo la muerte o
accidentes que dejaron incapacitados a 103 trabajadores: un
promedio de 20 percances por año.

De los 12 albañiles que murieron en el momento que realizaban su
trabajo, según los archivos de la PJ, seis fueron reportados al
Departamento de Inspección y Calificación de Riesgos Profesionales
de la Unidad de Riesgos del Trabajo del IESS. En dos de esos seis
casos ya se determinaron responsabilidades: en el caso Edwin
Fernando Velasteguí, ex técnico en revisiones de TV Cable y, en el
de Luis Segundo Nina Chuglla, del Consejo Provincial.

En los otros cuatro casos recientes de Luis Roberto Vilema Gushque
y de Luis Velva Toapanta -los dos albañiles que murieron en la
construcción de los departamentos "Altos de Guápulo"- y de Luis
Amado Jumbo y Germán Eduardo Uquillas -quienes murieron en el
edificio Nápoli- aún no concluyen las investigaciones respectivas.

En el caso del edificio Altos de Guápulo, la investigación demora
porque "para continuar con el proceso se requiere que, por lo
menos, los familiares se acerquen, hecho que hasta la fecha no ha
ocurrido", dice Alfonso Castellanos, jefe del Departamento de
Inspección y Calificación de Riesgos Profesionales. En el edificio
Nápoli, el inspector ya concluyó la investigación dando un fallo
favorable para que el Departamento de Mortuoria y Montepío calcule
lo que les corresponde cobrar a los familiares del fallecido.

Sobre la actividad que Riesgos de Trabajo del IESS efectúa en esta
área hay muchas críticas por parte de los profesionales y obreros
de la construcción: Luis Anaguano, trabaja en una construcción en
La Mariscal desde hace seis meses. El, como la mitad de los
trabajadores que laboran allí, es afiliado al IESS, pero como
señala durante este tiempo no han constatado la presencia de
personal de esta dependencia. Anaguano enluce interiores y
exteriores: cuando trabaja en los pisos superiores no usa
protecciones.

Los accidentes registrados por la Policía

Marzo 7 * Edwin Fernando Espinosa Velasteguí, de 26 años, trabajaba
en la terraza de un edificio situado por el sector de La Gasca.
Cuando realizaba el mantenimiento a varias instalaciones que la
compañía TV Cable tenía en esa propiedad. Espinosa perdió el
equilibrio y cayó.

Mayo 21 * Luis Oswaldo Barahona de 22 años, realizaba trabajos de
albañilería al interior de la Escuela Politécnica Nacional. El
trabajador murió al romperse el andamio donde trabajaba. Cayó,
desde una altura de dos metros, sobre una varilla que se le
incrustó en el abdomen. Murió instantáneamente.

Mayo 30 * Cristian Richard Sanmartín de 17 años se precipitó desde
una altura de 10 metros, en una construcción ubicada en las
avenidas 10 de Agosto y Jorge Washington, al norte de Quito. El
andamio en el que estaba parado se quebró por la forma antitécnica
que fue construido e instalado.

Junio 10 * Chela Llumiguano Gonzalo, 20 años, un albañil que
trabajaba al norte de la ciudad, se precipitó desde una altura de
cinco metros. El estaba laborando en la Urbanización de el Condado,
calles X y la T, en el lote 1151. No contaba con las seguridades
respectivas para realizar su trabajo.

Junio 24 * José Limaico Limaico de 45 años trabajaba como albañil
para la Constructora Caldario S.A. Ese día se rompió el cinturón de
seguridad que lo sostenía, su cuerpo cayó desde el séptimo piso. El
obrero de la construcción murió instantáneamente.

Agosto 5 * Segundo Luis Nina Chuglla, de 30 años, realizaba la
limpieza de los vidrios en el edificio del Consejo Provincial de
Pichincha. Uno de los peldaños de la escalera de aluminio se dobló
y cayó desde una altura de cinco metros.

Agosto 18 * Luis Cristóbal Toaquiza, de 23 años, murió cuando un
balde de concreto le cayó en la cabeza. En el momento en que
ocurrió el hecho, él estaba haciendo trabajos de albañilería en el
sector de Miraflores Alto. Fue trasladado al área de Emergencia del
Hospital Eugenio Espejo donde murió dos días después.

Septiembre 19 * Manuel Lechón y José Valino, de 20 y 21 años
respectivamente, realizaban trabajos en una alcantarilla cuando
fueron sepultados por la tierra de los bordes del canal que estaban
construyendo. Ellos trabajaban para el consorcio Borja Salazar.

Octubre 13 * José Raúl Quinapalla Lema , de 47 años, estaba en el
techo de una construcción realizando unas mediciones.
Desafortunadamente pisó en la unión de dos planchas de asbesto que
no le soportaron el peso. Cayó al interior de la construcción.

Octubre 30 * Luis Amado Jumbo y Germán Eduardo Uquilla, de 35 y 26
años de edad murieron al caer del piso 13 del edificio Nápoli. El
andamio en el que estaban parados se quebró ya que no soportó su
peso.

Noviembre 10 * Los trabajadores Luis Vilema y Luis Velva de 16 y 21
años laboraban en la construcción del edificio Altos de Guápulo.
Ellos fueron sepultados por una pared de tierra que no estuvo
apuntalada.

Un caso que está concluido

Edwin Fernando Espinosa Velasteguí quiso asegurarse de que la
instalación de TV Cable que acababa de realizar estaba correcta,
por eso regresó a la terraza del Edificio de los Condominios
Pichincha, donde antes estuvo para realizar el trabajo.

En el chequeo se paró en el muro que bordea a la terraza.
Inmediatamente después se sostuvo de un tubo, pero al momento que
hizo un poco de fuerza para sostenerse, éste se desprendió de la
base. Espinosa perdió el equilibrio y cayó desde una altura de
siete metros. El hecho ocurrió el jueves 3 de marzo pasado, a las
10h30.

Una vez que se precisaron los hechos, el Inspector de Riesgos del
Trabajo elaboró un informe favorable para los familiares que dice:
"debido a que este siniestro se trató de un accidente de trabajo,
de acuerdo con el artículo 174 del Estatuto de Calificaciones de la
Institución, se deberá calcular las prestaciones inherentes al
seguro de Riesgos de Trabajo para los deudos del occiso".

El inspector remitió este informe al Departamento de Montepío y
Mortuoria de la Institución.

Sin embargo esta unidad no dio paso al pago de la pensión de
montepío porque comprobó que la madre, con quien aparentemente
Espinosa vivía, no dependía económicamente de él. Es decir, no
cumplía con uno de los requisitos que manda el Estatuto del Seguro
Social Obligatorio para ejecutar el pago.

Si la madre de Espinosa hubiera comprobado que dependía
económicamente de su hijo, habría cobrado no menos de 300.000
sucres mensuales, lo establecido para la pensión mínima en estos
casos.

Sin embargo, puesto que falleció en un accidente de trabajo, la
señora Espinosa recibió por otros rubros, según los registros, dos
millones 400 mil como fondo mortuorio y 350.000 sucres por
cesantía.

Los familiares que no están de acuerdo con lo que decide el
Departamento de Montepío, pueden reclamar a la Comisión de
Apelaciones del IESS.

De igual forma, si los familiares de la persona que fallece en este
tipo de accidentes (o en otros que sean laborales) no se acercan a
Riesgos del Trabajo para continuar con las investigaciones, como
está ocurriendo en el caso de los fallecidos en "Altos de Guápulo",
pueden hacerlo en el lapso de 5 años, al cabo de los cuales
prescribe el caso. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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