Quito. 13 mar 2002. (Editorial) Según el Banco Mundial, al año 2000 en el
mundo se produjeron bienes y servicios por $43.6 trillones. Ese tamaño de
la economía mundial y que corresponde al PIB total del planeta, al ser
comparado con la población total del orbe que llegó a 6 100 millones de
personas, determinó un PIB per cápita de $7 171 millones. Este ingreso
anual por persona que es superior al del Ecuador en siete veces
aproximadamente, muestra una distribución absolutamente desigual entre
las diferentes zonas del mundo.

Estados Unidos representan el 23% del PIB mundial mientras concentran
apenas el 5% de la población total. Una situación similar se observa en
la Unión Europea y en Japón. En el caso europeo, el aporte al PIB mundial
es del 17% con una población que representa el 6% del total, mientras que
el Japón participa con el 11% del PIB mundial y una población de apenas
el 2% del total. Estas tres zonas del mundo representan el 51% del PIB
del orbe con tan solo el 13% de la población.

El caso contrario se observa en la China y en la India. La China aporta
con el 3% del PIB global pero concentra el 21% de la población total,
mientras que la India aporta con el 1% del PIB manteniendo el 17% de la
población mundial. Estos dos países, que abonan en conjunto el 4% del PIB
global, aglutinan el 38% de la población del planeta.

América Latina muestra una distribución población PIB menos desigual,
pues aporta con el 4% del PIB mundial y tiene el 7% de la población
total.

Las cifras anotadas permiten algunas conclusiones. Por una parte, se
evidencia la importancia de la economía de Estados Unidos en el resto del
mundo, con lo que las perspectivas de recuperación económica previstas
para esa economía durante el segundo semestre del año 2002 podrían
también significar una mejoría de la economía mundial para finales de
este año. No debe olvidarse que desde el año 2000 el PIB mundial muestra
menores tasas de crecimiento al pasar del 4.7% en 2000 al 2.2% en el 2001
y al 2.5% en 2002.

Otras estimaciones muestran que la economía europea también recuperaría
su crecimiento a mediados de 2002, con lo que el aporte para la
reactivación de la economía mundial sería aún mayor. El problema radica
en el caso del Japón donde recién en 2003 se espera alguna reactivación,
pues para este año se prevé -1.4% de crecimiento, esto es, contracción
económica y una inflación de -1.2%, es decir, deflación de precios.

En cuanto al nivel de estabilidad macroeconómica, la tendencia en Estados
Unidos y en Europa es a menores niveles de inflación, con porcentajes
inferiores al 2% anual en ambas zonas. Japón, como se dijo, registra
deflación desde 1999 y con tendencia a agudizarse en este año.

América Latina, por su parte, muestra mayor estabilidad de precios
respecto de años anteriores, pues del 12% anual de inflación en 1997,
esta se redujo al 6.5% en promedio en 2002, a pesar de ser una inflación
mayor a las registradas en las zonas del primer mundo. Por tanto, la
reducida presencia de la economía ecuatoriana en el contexto
internacional, vistas estas cifras, permite colegir que la mejor forma de
defenderse de las amenazas de la globalización es identificar las
oportunidades que ella brinda. Mientras mayor estabilidad macroeconómica
logremos, mientras más podamos crecer de manera sostenida y mientras más
perseverantes seamos en el manejo de una política económica prudente,
mayor capacidad tendremos para afrontar los vaivenes de la economía
mundial.

E-mail: [email protected] (Diario Hoy)
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en Autor: Mauricio Pozo - [email protected] Ciudad Quito

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