Quito. 19 sep 99. (Editorial) La reflexión del grupo Fuerza Ecuador
Sobre la autonomía de Guayaquil plantea a los quiteños una reflexión
sobre su propia autonomía. Este grupo y un sector de la élite
guayaquileña se reunieron en Puerto Lucía, Salinas, entre el
cinco y el seis de septiembre, para discutir sobre el futuro de
la ciudad y la provincia de cara al siglo XXI.

En el encuentro hubo una percepción común: Guayaquil es distinta
del resto del país; Quito y gran parte de la Sierra le
representan un lastre; la cuenca del Guayas tiene un
extraordinario potencial agrícola. Los líderes analizaron las
limitaciones y ventajas de Guayaquil. Entre las limitaciones está
el no poder competir desde su puerto actual, por lo que los
líderes ven el puerto peruano de Callao como su competidor más
peligroso. Otras limitaciones se asientan en la insuficiencia del
aeropuerto y en la exportación de productos agrícolas primarios
no procesados. Las ventajas radican en la excelente posición
geográfica para el comercio con Asia oriental; los suelos ricos
y bien irrigados para el desarrollo agrícola, base de una futura
industria de procesados; la creación de una zona franca, una
larga tradición bancaria y financiera y la relativa cercanía de
las islas Galápagos, fuente de turismo. Según algunos de ellos,
hay que rescatar esas "expropiadas" por Quito

El siglo de las autonomías regionales

El siglo XXI será el de las autonomías regionales. En estos días,
los europeos andan fascinados con la Copa de la UEFA. Salta a la
vista que resulta más atractivo un juego del Barcelona o del
Milan que no un juego de la selección de España o de Italia.
Ninguno de estos dos países puede alinear en el campo y tener
sentadas en la banca a tantas estrellas internacionales. La
globalización campea en el fútbol europeo. Una globalización al
servicio de las autonomías regionales.

Este hecho simboliza el proceso de la paulatina
"in-significancia" de los antiguos estados nacionales. Para el
respetado historiador usaíta Paul Kennedy, "la ruptura de
fronteras permite el avance de zonas económicas regionales. ...
Eslovenia comercia cada vez más con Austria y menos con Serbia;
Alsacia y Lorena se integra cada vez más con Baden-Württemberg
que con París; el norte de Italia establece vínculos más
estrechos con los Estados alpinos que con Calabria y Sicilia....
Los estados-nación del siglo XXI serán demasiado pequeños frente
a la magnitud de las empresas multinacionales y de los enormes
flujos de capital que salen de mercado en mercado de acuerdo a
la coyuntura; pero al mismo tiempo serán demasiado grandes para
atender de manera concreta las necesidades de ciudades y regiones
específicas. El futuro estará marcado, probablemente, por una
feroz competencia entre ciudades y regiones para atraer la
inversión y los capitales externos". Según un editorial de El
Telégrafo de Guayaquil, el periodista Andrés Oppenheimer cree que
el próximo siglo tenderá a la separación de los Estados
latinoamericanos, sobre todo en áreas más ricas. Y entre ellas
señaló el norte de México, el sur de Brasil y la cuenca del
Guayas.

El mismo nombre de Fuerza Ecuador trae a la memoria el grupo
Forza Italia, agrupación regionalista del norte de Italia. Y
aunque el equipo guayaquileño Barcelona fue fundado mucho antes
de esta tendencia geo-política, su nombre evoca por asociación
al "Barcelona" de Cataluña, región autónoma donde el presidente
Jordi Pujol ni siquiera pelea ya por la independencia, pues está
convencido de que la separación de esa zona es solo materia de
tiempo. Cataluña y el norte de Italia son ricas zonas modernas
atadas a un estado centralista que no entiende las necesidades
de dichas regiones.

Una lectura hipotética

Bajo el supuesto de que Guayaquil marche realmente hacia su
autonomía, varios hechos en apariencia irracionales adquieren un
significado distinto. La oposición de las élites guayaquileñas
a que el Ejecutivo cree más impuestos se vuelve comprensible si
se recuerda que las élites porteñas están convencidas de que
aportan al Estado mucho más de lo que reciben. Pero este hecho
puede leerse como una voluntad de ahorrar dinero para la
formación de capitales futuros cuando llegue la autonomía. La
renuncia abierta del abogado Jaime Nebot a proyectar una imagen
simpática en la Sierra podría interpretarse como un acto de
economía y realismo: en el futuro la Sierra tendrá menor peso
demográfico, y, por tanto, un peso político bastante reducido;
pero también podría leerse como un reconocimiento de que el
verdadero poder político residirá en la Gobernación de la región
autónoma y no en la Presidencia de una República de papel. La
aparente contradicción de los líderes guayaquileños que se quejan
a diario del centralismo, pero que en la práctica no hacen nada
efectivo por impulsar las autonomías, se podría leer como el
reconocimiento implícito de que Guayaquil no está lista todavía
para la independencia económica. Esperan, pues, los líderes que
el Estado les financie un puerto de aguas profundas, un verdadero
aeropuerto internacional, una buena infraestructura de vías de
comunicación pagadas con el petróleo de la Amazonia. Una vez
conseguido esto, impulsarán la autonomía.

Si la autonomía funciona, como seguramente ocurrirá, se volvería
factible la independencia de Guayaquil, sueño recurrente de una
parte de las élites guayaquileñas. En un Guayaquil autónomo y más
en un Guayaquil independiente, los impuestos aumentarán, todos
los guayaquileños los pagarán completos y funcionará el espíritu
que tan buenos resultados le ha dado a la benemérita Junta de
Beneficencia del Guayas.

La Bella Durmiente

Llama la atención que mientras las élites guayaquileñas tienen
claro su futuro, Quito no esté consciente de los retos que se
vienen. ¿Está preparada la ciudad y su zona de influencia para
afrontar el desafiante siglo XX? ¿Cuáles son las ventajas
comparativas y cuáles las desventajas? ¿Caerá, en el supuesto de
una independencia de Guayaquil, en el sopor y estancamiento que
caracterizaron la Sierra nor-central durante la segunda mitad del
siglo XVIII?

El hecho de ser la capital es una desventaja comparativa. Otras
desventajas son la excesiva burocracia, una población
acostumbrada al manto protector del Estado, una élite con
aversión al riesgo, una agricultura de consumo interno, una
población poco cohesionada y muy estratificada, la carencia de
una salida al mar, un aeropuerto insuficiente sembrado como una
mina en plena ciudad. Las ventajas comparativas consisten en una
tradición industrial centenaria, una mano de obra disciplinada
y hábil, una tradición de pago de los impuestos municipales,
atractivos turísticos naturales, históricos y sociales, una élite
en general bien educada, una tierra potencialmente muy productiva
y unas laderas andinas aptas para la silvicultura. Pero, por
ahora, la atención de las élites quiteñas se orienta al Ecuador
y a la crisis nacional; poco tiempo les queda para pensar en una
autonomía regional o en la probabilidad remota de que Quito se
vea forzada -por el retiro de sus socios históricos- a declararse
república independiente.

Así, pues, aunque la reunión de Puerto Lucía no fue destacada en
los medios de la opinión pública quiteña, fue trascendental para
despertar a los quiteños y obligarles a pensar en el mundo del
siglo XXI. (DIARIO HOY) (P. 10-A)
EXPLORED
en Autor: Simón Espinosa - [email protected] Ciudad Quito

Otras Noticias del día 19/Septiembre/1999

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el