Washington. 18.02.93. El presidente Bill Clinton reveló anoche
un programa económico más severo de lo esperado, en que pidió un
impuesto energético, aumentos en las contribuciones sobre
ingresos de los ricos y reducciones en una amplia gama de
programas gubernamentales. Las empresas y los ciudadanos más
acaudalados pagarían la mayor parte de loa nuevos impuestos.

'No podemos seguir como vamos', dijo Clinton durante una sesión
fotográfica con la prensa esta tarde. 'De modo que he ofrecido
un rumbo distinto. Pienso que es equilibrado, que es justo, y
creo que mejoraría la situación de todos los norteamericanos'.

El presidente demócrata propuso asimismo gastar 30.000 millones
de dólares para estimular la aletargada economía estadounidense y
crear 500.000 empleos, además de 160.000 millones de dólares
durante cuatro años para 'inversiones a largo plazo'.

El programa de Clinton, creado para frenar el déficit fiscal de
Estados Unidos y mejorar el nivel de vida del pueblo
norteamericano, tendría que ser aprobado por el congreso, que por
vez primera en 12 años está en manos del mismo partido que tiene
la Casa Blanca.

En suma, el paquete económico reduciría casi 500.000 millones de
dólares del déficit proyectado durante cuatro años, siendo el
mayor plan de disminución de gastos federales en la historia de
los Estados Unidos. Aun así, el déficit acabaría al nivel de
200.000 millones de dólares y crecería más si no se contienen los
costos de la atención médica a la población.

El plan de Clinton, que fue preparado para un importante discurso
a una sesión conjunta del Congreso, distribuiría la carga entre
casi todo el pueblo norteamericano, aunque los ricos llevarían la
peor parte.

La economía fue el eje de la campaña electoral de Clinton el año
pasado, y el éxito o fracaso de su programa podría ser el
elemento a base del cual se juzga su presidencia.

La oposición del Partido Republicano tildó el paquete como una
repetición de la tradicional táctica demócrata de gravar y
gastar.

'Nos va a pillar a todos, señores', dijo el representante
republicano Dan Burton. 'Impuestos, impuestos, impuestos... Esa
no es la solución'.

El líder de la minoría en el Senado, Bob Dole, dijo que las
llamadas telefónicas a su despacho eran 17 a 1 contra el programa
de Clinton, pero los demócratas también planearon una enorme
campaña telefónica para respaldar el programa del mandatario.

Los republicanos dijeron que el programa conllevaría por lo menos
250.000 millones de dólares en nuevos impuestos, y criticaron a
Clinton por incluir aumentos para los norteamericanos de clase
media, además de recordar que Clinton prometió en la campaña que
reduciría los impuestos a la clase media.

El programa impondría mayores contribuciones energéticas que,
según ciertos funcionarios, podrían afectar a todo hogar con un
ingreso mayor de 30.000 dólares anuales. La administración
calculó que esto recaudaria 71.400 millones de dólares para 1998.
Los impuestos a los combustibles en Estados Unidos son de los más
bajos del mundo.

Las tasas contributivas sobre ingresos subirían sustancialmente,
de 31 por ciento en la actualidad a 36 por ciento el próximo año,
para las familias con renta gravable de más de 140.000 dólares y
para individuos que ganen más de 115.000 dólares.

El aumento tributario propuesto es más duro que el prometido por
Clinton durante su campaña. Originalmente, había instado a
aumentos para parejas con un ingreso bruto de 200.000 dólares y
para individuos, con 150.000 dólares.

El recargo del 10 por ciento que Clinton había prometido imponer
a los millonarios sería aplicado en base a ingresos gravables por
encima de los 250.000 dólares, aumentando el impuesto máximo
hasta el 46 por ciento.

Una congelación de los sueldos sería impuesta a los 3 millones de
empleados federales durante un año, después del cual se les
concedería incrementos menores que el nivel de la inflación.
Clinton dijo que los miembros del Congreso deberían seguir el
ejemplo.

Los impuestos para los beneficios sociales serán aumentados para
las parejas de jubilados que ganan más de 32.000 dólares y a los
individuos, 25.000 dólares.

Los impuestos para los beneficios médicos gratuitos serán para
todos los ingresos sin limitaciones, comparados con el presente
límite de los 135.000 dólares. Estos servicios benefician a los
ancianos.

Los críticos advierten que los aumentos tributarios de Clinton
podrían poner en peligro la economía que ya se hallaba en proceso
de recuperación.

Clinton y gabinete planeaban una campaña por todo el país desde
mañana para convencer a los estadounidenses que deberían hacer
más concesiones de sus bolsillos. El presidente también instó al
ex candidato presidencial independiente Ross Perot a apoyarlo.

El impacto del programa de Clinton será generalizado.

El máximo impuesto a las corporaciones, que es pagado por las
principales empresas, sería aumentado en un 36 por ciento, del
actual del 34 por ciento. Las deducciones serán negadas para los
cabildeos, cuotas de clubes y pagos de ejecutivos por encima del
millón de dólares, y reducidos para otros gastos de negocios.

Habrá reducciones en asistencia a los estudiantes, subsidios
agrícolas y pagos de progrmas médicos gubernamentales para
médicos y hospitales.

El programa de gastos de 160.000 millones de dólares a largo
plazo sería dirigido a los gastos por transporte, tecnología, el
medio ambiente, conservación de energía, donaciones para vivienda
y desarrollo comunal, desarrollo rural y otras áreas.(AP).


EXPLORED
en Ciudad N/D

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