Guayaquil. 21 oct 99. Es una dura realidad. El sector industrial
del Ecuador está pasando por el momento más difícil de su
historia.

Las líneas de financiamiento externo están cortadas, en el país
ninguna institución da créditos con tasas de interés razonables
o por lo menos pagables, el código laboral es obsoleto, la
cantidad de impuestos impresiona y por último, competimos
internacionalmente en posición de desventaja cuando los países
con los que hemos firmado acuerdos no cumplen.

Todo eso hace que Francisco Alarcón, presidente de la Cámara de
Industrias de Guayaquil, se sorprenda y se pregunte ¿por qué no
han quebrado más empresas?

La respuesta está a la vista. A pesar de todo lo eficiente que
es la industria ecuatoriana llama la atención, porque sobrevivir
en el medio en que subsiste, sin clientes, sin vender, sin
producir, manteniendo maquinarias y empleados, es casi un
milagro.

En los años 2000 y 2001 será difícil que venga la inversión
extranjera, pero ¿le conviene al empresario nacional invertir en
un país en estas condiciones?

Los únicos que nos vemos obligados a hacerlo somos los que
tenemos las máquinas empernadas en el piso porque no las podemos
dejar morir pues perderíamos mucho dinero, responde.

Para Alarcón el panorama del país para el próximo año es el mismo
que el de este, seguir a la baja.

La espiral maldita

Francisco Alarcón grafica la situación actual como una espiral
maldita.

Explica que las ventas de las industrias se disminuyen por dos
razones: la una es que al haber inflación la gente tiene menos
dinero para comprar; y la segunda, es la vía impuestos: se sube
el 5% de IVA por ejemplo, es 5% más de dinero para compras, es
5% menos de empleo, y así se genera la espiral, a menos compra
menos empleo; a menos empleo menos compra, y esto se va cerrando
hasta que termina en una puntita pequeña de compradores y de
vendedores.

Soluciones

Al pedirle que planteara soluciones para que la situación mejore,
puntualizó que el Estado debe reducir su tamaño; que se encargue
solo de la infraestructura; que haya cuatro o cinco impuestos
bien cobrados y no 60 como hay ahora; que se amplíe la base del
IVA; que sea un Estado facilitador, que los deje trabajar
tranquilamente.

A los industriales, que hoy en día se ven ahogados, les recomendó
no endeudarse con las actuales tasas de interés, que busquen
junto a la Cámara de Industrias la refinanciación de todos sus
pasivos.

Piensen que tienen empernado en el país todo su capital, todos
sus bienes, por lo tanto tenemos que seguir luchando, enfatizó.

Tarea dura para agroindustria

Marta Borja, Subgerenta de Industrias Borja que se dedica a
elaborar puré de banano y néctares de frutas, aseguró que con la
crisis es más duro trabajar.

Entre las razones indica que los créditos internos para comprar
insumos están cerrados, los intereses son altísimos y que los
fletes han subido más de 300 dólares por contenedor.

Indica que el año pasado firmaron un convenio con una empresa
extranjera para elaborar néctares, pero que ha sido difícil
despegar.

La exportación es lo mejor ahora, porque el consumo nacional está
muy bajo, expresó. Según la Ing. Borja, avanzar o realizar nuevos
proyectos es casi imposible.

Como soluciones anotó que el Gobierno debería equipar a Puerto
Bolívar para que pueda manejar contenedores, que bajen los
intereses en los bancos, que incentiven las exportaciones y que
exista un control en el precio de los fletes que imponen las
navieras.

Para colmo la mancha blanca

Luis Villacís, Vicepresidente de la Cámara de Acuacultura,
comentó que este año nos ha ido muy mal, sobre todo en el segundo
trimestre, ya que a partir de abril se empezó a sentir el White
Spot.

Mensualmente la producción era de 22 millones de libras; en
septiembre fueron 12 millones, en octubre esperamos 10 millones
y a fin de año entre 7 y 8 millones.

Suponemos que la reactivación del sector ocurrirá entre enero y
febrero, cuando cambie el clima, ya que el virus ataca más en
frío, según la experiencia de Centroamérica, explicó.

Dijo que hay camaroneros que prefieren perder entre 10 mil y 50
mil dólares mensuales al mantener funcionando sus piscinas con
la esperanza de que en enero la producción se normalice.

Sin embargo, se mostró preocupado porque para ese entonces solo
un pequeño grupo tendrá dinero para poder sembrar las larvas.

Fábricas de plástico paradas

La situación en el sector del plástico se complicó a raíz de
febrero y marzo por la recesión en el país y la congelación de
fondos, según el Ing. Antonio Baduy, de Plásticos Panamericanos,
pero el golpe de gracia lo dio la escasez del etileno, gas
fundamental para la elaboración de ese material.

Eso más la subida del dólar, más los nuevos impuestos, hace que
no podamos adquirir la materia prima, explicó al indicar que
muchas industrias están reciclando botellas, tapas, lavacaras,
etcétera, para bajar el precio de los productos.

El año 2000 estoy casi seguro de que será catastrófico para la
industria plástica por todas las cosas que estamos arrastrando,
dijo.

Recomendó que el Congreso apruebe la reforma tributaria para
lograr equilibrio fiscal.

Otra necesidad es que baje el precio de la materia prima, añadió.


Bajan las ventas de cemento

Al ser suministradores de materiales para la construcción, es
lógico que el impacto del decrecimiento de este sector se vea
reflejado en nuestra actividad, indicó el Ing. Carlos Repetto de
la Cemento Nacional.

Consideró que la caída de la demanda de cemento en 1999 con
relación a 1998 va a ser del orden de 26,5%.

En la Cemento Nacional hemos hecho fuertes reestructuraciones,
tanto en personal como en reducir todos los gastos posibles para
poder pasar la crisis, dijo Repetto.

Entre las causas que les afectan están: la subida del dólar,
inflación, y congelación de los depósitos.

Acotó que la capacidad instalada utilizada cada día es menor.

Sobre proyecciones para el próximo año expresó, que ningún
industrial puede tener un grado de certeza aproximado, de lo que
podría suceder si toma en cuenta los datos inciertos con los que
trabaja el Gobierno central.

Entre las soluciones que plantea están: acuerdo de los sectores
políticos, que dejen la demagogia, plantear metas y leyes a largo
plazo, descentralizar y que utilicen el sentido común para
gobernar.

Sector textil trabaja a pérdida

El Ing. Alberto Dassum, dedicado a las actividades textiles,
define en una sola palabra la situación de ese sector: terrible.

Según él trabajan a pérdida. El sector viene sufriendo los
embates del mal manejo económico del país, particularmente en el
aduanero.

Indica que esta es una industria que con incentivos correctos
puede ser generadora de mano de obra, no solo para confecciones
a nivel nacional sino para la exportación.

El tema de exportación no es fácil, requiere inversión en
equipos, de una política aduanera saludable y transparente, de
una reposición de impuestos que funcione, pero es algo que
requiere de voluntad y aparentemente no existe, dijo.

Asegura que no existe una empresa del sector textil que no haya
reducido personal.

Al pedirle sus proyecciones para el siguiente año, Dassum
respondió: Eso es difícil, porque como están las cosas, no sé ni
qué va a pasar el próximo mes.

Como soluciones dijo que deben buscar nichos de mercado para ser
competitivos; política aduanera coherente, reformas en el Código
del Trabajo, política exterior eficiente, y líneas de crédito.
(Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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