OR UNA VIVIENDA EN BARRO, MAS BARATA Y MAS SANA
Quito. 29. 08. 90. (Investigación). El propósito es que el pueblo
empiece a construir con métodos harto más baratos y que han
pertenecido a su cultura desde tiempos inmemoriales.Quienes
persiguen este objetivo sostienen que estos métodos, en los que
se usa la tierra y la madera, pueden ser tanto o más seguros en
los sismos y sobre todo más baratos. También, aseguran, que su
utilización beneficia a la salud de quienes habitan en casas
fabricadas con esos materiales.
Y es que dicen que la casa es la tercera piel. Primero está la
de uno, la propia o dermis, luego la ropa y por último la
vivienda. Y dicen que la salud depende de la calidad de esas
tres pieles.
Quienes están involucrados en esta cruzada por la utilización del
barro y la madera son los que trabajan en FUNHABIT, Fundación
Ecuatoriana del Hábitat.
Su director, Patricio Cevallos, insiste en que ellos quieren
predicar con el ejemplo. Por ello, su trabajo consiste en
presentar proyectos de vivienda popular para que sean financiados
por organismos, sean nacionales o internacionales. Ya lo hicieron
en Cayambe, luego del terremoto y ahora lo hacen en Pujilí y en
la Amazonía.
Pero también se remiten a los datos. Cevallos asegura que
construir en bahareque o tapial es muchísimo más barato que con
esos materiales fríos e inhumanos como el bloque o el hormigón.
Un metro cuadrado construido con materiales tradicionales y
nobles (léase tierra-cemento) cuesta alrededor de 80 mil sucres,
mientras que en hormigón 120 mil.
Una casa construida para campesinos de la zona de Cayambe en el
tiempo del terremoto del 87 costó, con los materiales defendidos
y utilizados por FUNHABIT, 80 mil sucres mientras que exactamente
la misma casa, con los otros materiales, costó 200 mil. De estas
casas, es decir las baratas, FUNHABIT construyó entre 800 y
1.000 en ese entonces.
Cevallos aseguró también que se han detectado casos de úlceras en
poblaciones de indígenas que han empezado a vivir en casas
fabricadas en bloque con techo de zinc. Estas úlceras, dijo, se
producen por el estrés que surge con el ruido provocado por la
lluvia en el zinc y las bruscas variaciones de temperatura,
puesto que el bloque es más vulnerable a esos cambios que los
materiales nobles.
Lastimosamente la gente que trabaja en FUNHABIT se ha encontrado
con que los sectores populares, en especial los que viven en la
ciudad, son reacios a utilizar estas técnicas populares.
"Eso se debe que el bloque y el zinc han sido sinónimo de
estatus", dijo Patricio Cevallos, un ingeniero apasionado y
recontraconvencido de su trabajo, cuya oficina queda en la Pedro
de Texeira, en el tradicional barrio de San Marcos.
"Nosotros hacemos adoquines y tejas que son tanto o más
resistentes que los fabricados con materiales costosos. Sin
embargo, la gente todavía prefiere lo caro aunque los resultados
no sean mejores", aseguró Cevallos.
Los más interesadosCevallos advierte algo que podría parecer
curioso. Es que los sectores altos de la sociedad son los que
mayor interés han mostrado por la utilización de estos
materiales en la construcción de sus casas.
Ingenieros que trabajan en FUNHABIT ya han sido contratados a
título personal para que concreten proyectos de vivienda en la
ciudad, por ejemplo en la exclusiva zona de El Bosque.
Y esto para Cevallos es de gran importancia. Porque la
construcción en tapial se puede convertir en moda e interesar a
los sectores populares urbanos para que empiecen a construir con
costos que les son muchísimo más baratos. "A partir del interés
de las clases altas en estos materiales, el tapial o el bahareque
pasarían a ser estatus", dijo Cevallos para quien el mecanismo
ideológico sería inverso a la política del goteo de abajo para
arriba que propone el actual presidente Borja. "Aquí sería de
arriba para abajo", dijo Cevallos riendo.
¿Y cuál ha sido la repuesta del Estado para sus programas de
vivienda con estos materiales?
Lastimosamente los programas del Estado dependen de lo que
quieren los futuros interesados y por el momento no existe
interés por este tipo de vivienda a nivel popular, aseguró
Cevallos. Sin embargo, Cevallos anotó que por parte del ministro
de Bienestar Social, Raúl Baca Carbo ha existido una gran
apertura y se ha abierto la posibilidad de implementar proyectos
de vivienda con estos sistemas. "Parecía mono con huevo", dijo
riendo al referirse al ministro en su visita al proyecto que
construye FUNHABIT en Guayllabamba donde funcionarán, dentro de
poco, los locales de la fundación.
La creación de una nueva escuela arquitectónica que recoga la
tradición popular y que la enriquezca con las nuevas tendencias,
técnicas e investigaciones propone el director de FUNHABIT,
Patricio Cevallos.
Para Cevallos la existencia de esta nueva escuela transformaría
el panorama de la construcción en el Ecuador dándole una
personalidad propia y creando inmensas posibilidad de masificar
la vivienda con costos mucho menores que los que han prevalecido
hasta hoy.
Para ello, FUNHABIT se ha propuesto normalizar la construcción en
tierra y dictar cursos a nivel de post grado para instruir a los
nuevos arquitectos sobre estas técnicas.
FUNHABIT, por lo tanto, lo que desea es establecer una base
teórica-técnica de lo que podría ser esa nueva arquitectura
ecuatoriana. "Queremos contribuir a la revalorizar del patrimonio
cultural de la colectividad a través de estudios,
investigaciones aplicadas y acciones que permitan que la
comunidad se apropie y revalorice sus valores, elementos,
materiales, técnicas y formas de organización en tanto aspectos
válidos para iniciar un proceso de desarrollo integral del
hábitat", dicen los de FUNHABIT. (C-8).
Quito. 29. 08. 90. (Investigación). El propósito es que el pueblo
empiece a construir con métodos harto más baratos y que han
pertenecido a su cultura desde tiempos inmemoriales.Quienes
persiguen este objetivo sostienen que estos métodos, en los que
se usa la tierra y la madera, pueden ser tanto o más seguros en
los sismos y sobre todo más baratos. También, aseguran, que su
utilización beneficia a la salud de quienes habitan en casas
fabricadas con esos materiales.
Y es que dicen que la casa es la tercera piel. Primero está la
de uno, la propia o dermis, luego la ropa y por último la
vivienda. Y dicen que la salud depende de la calidad de esas
tres pieles.
Quienes están involucrados en esta cruzada por la utilización del
barro y la madera son los que trabajan en FUNHABIT, Fundación
Ecuatoriana del Hábitat.
Su director, Patricio Cevallos, insiste en que ellos quieren
predicar con el ejemplo. Por ello, su trabajo consiste en
presentar proyectos de vivienda popular para que sean financiados
por organismos, sean nacionales o internacionales. Ya lo hicieron
en Cayambe, luego del terremoto y ahora lo hacen en Pujilí y en
la Amazonía.
Pero también se remiten a los datos. Cevallos asegura que
construir en bahareque o tapial es muchísimo más barato que con
esos materiales fríos e inhumanos como el bloque o el hormigón.
Un metro cuadrado construido con materiales tradicionales y
nobles (léase tierra-cemento) cuesta alrededor de 80 mil sucres,
mientras que en hormigón 120 mil.
Una casa construida para campesinos de la zona de Cayambe en el
tiempo del terremoto del 87 costó, con los materiales defendidos
y utilizados por FUNHABIT, 80 mil sucres mientras que exactamente
la misma casa, con los otros materiales, costó 200 mil. De estas
casas, es decir las baratas, FUNHABIT construyó entre 800 y
1.000 en ese entonces.
Cevallos aseguró también que se han detectado casos de úlceras en
poblaciones de indígenas que han empezado a vivir en casas
fabricadas en bloque con techo de zinc. Estas úlceras, dijo, se
producen por el estrés que surge con el ruido provocado por la
lluvia en el zinc y las bruscas variaciones de temperatura,
puesto que el bloque es más vulnerable a esos cambios que los
materiales nobles.
Lastimosamente la gente que trabaja en FUNHABIT se ha encontrado
con que los sectores populares, en especial los que viven en la
ciudad, son reacios a utilizar estas técnicas populares.
"Eso se debe que el bloque y el zinc han sido sinónimo de
estatus", dijo Patricio Cevallos, un ingeniero apasionado y
recontraconvencido de su trabajo, cuya oficina queda en la Pedro
de Texeira, en el tradicional barrio de San Marcos.
"Nosotros hacemos adoquines y tejas que son tanto o más
resistentes que los fabricados con materiales costosos. Sin
embargo, la gente todavía prefiere lo caro aunque los resultados
no sean mejores", aseguró Cevallos.
Los más interesadosCevallos advierte algo que podría parecer
curioso. Es que los sectores altos de la sociedad son los que
mayor interés han mostrado por la utilización de estos
materiales en la construcción de sus casas.
Ingenieros que trabajan en FUNHABIT ya han sido contratados a
título personal para que concreten proyectos de vivienda en la
ciudad, por ejemplo en la exclusiva zona de El Bosque.
Y esto para Cevallos es de gran importancia. Porque la
construcción en tapial se puede convertir en moda e interesar a
los sectores populares urbanos para que empiecen a construir con
costos que les son muchísimo más baratos. "A partir del interés
de las clases altas en estos materiales, el tapial o el bahareque
pasarían a ser estatus", dijo Cevallos para quien el mecanismo
ideológico sería inverso a la política del goteo de abajo para
arriba que propone el actual presidente Borja. "Aquí sería de
arriba para abajo", dijo Cevallos riendo.
¿Y cuál ha sido la repuesta del Estado para sus programas de
vivienda con estos materiales?
Lastimosamente los programas del Estado dependen de lo que
quieren los futuros interesados y por el momento no existe
interés por este tipo de vivienda a nivel popular, aseguró
Cevallos. Sin embargo, Cevallos anotó que por parte del ministro
de Bienestar Social, Raúl Baca Carbo ha existido una gran
apertura y se ha abierto la posibilidad de implementar proyectos
de vivienda con estos sistemas. "Parecía mono con huevo", dijo
riendo al referirse al ministro en su visita al proyecto que
construye FUNHABIT en Guayllabamba donde funcionarán, dentro de
poco, los locales de la fundación.
La creación de una nueva escuela arquitectónica que recoga la
tradición popular y que la enriquezca con las nuevas tendencias,
técnicas e investigaciones propone el director de FUNHABIT,
Patricio Cevallos.
Para Cevallos la existencia de esta nueva escuela transformaría
el panorama de la construcción en el Ecuador dándole una
personalidad propia y creando inmensas posibilidad de masificar
la vivienda con costos mucho menores que los que han prevalecido
hasta hoy.
Para ello, FUNHABIT se ha propuesto normalizar la construcción en
tierra y dictar cursos a nivel de post grado para instruir a los
nuevos arquitectos sobre estas técnicas.
FUNHABIT, por lo tanto, lo que desea es establecer una base
teórica-técnica de lo que podría ser esa nueva arquitectura
ecuatoriana. "Queremos contribuir a la revalorizar del patrimonio
cultural de la colectividad a través de estudios,
investigaciones aplicadas y acciones que permitan que la
comunidad se apropie y revalorice sus valores, elementos,
materiales, técnicas y formas de organización en tanto aspectos
válidos para iniciar un proceso de desarrollo integral del
hábitat", dicen los de FUNHABIT. (C-8).
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