Quito. 6 feb 97. Amaneció en el Palacio, reconociendo que quizá
sí era cierto que ésa es la sede del poder. Rodeadas las entradas
de alambre de púas cargadas de electricidad, se apertrechó el
presidente Bucaram para pasar el día del paro.

Cientos de bombas lacrimógenas impideron que cualquier
manifestación llegase hasta Carondolet. Mientras quienes se
tomaron la Catedral, debían abandonarla a través del cerco
policial.

Desde tempranas horas, los ministros, con gran cuidado, burlaron
el cerco de alambres para reunirse en sesión de gabinete, a los
tiempos, también, en Carondelet.

Había nerviosismo en el ambiente.

Bucaram no apareció durante toda la mañana. Según Miguel Salem,
se encontraba atendiendo innumerables llamadas telefónicas y
despachando documentos.

El presidente realizó las primeras declaraciones a la prensa a
las 13h30. En tono tranquilo y sin espacio para las preguntas,
manifestó que es falso que haya ordenado la destitución y orden
de prisión del presidente del Congreso, Fabián Alarcón, aunque
enfatizó que "...por supuesto que hay en el Congreso un grupo
conspirador de cuatro políticos que perdieron las elecciones y
que están intentando vulnerar la constitución de la República".

Sin embargo, el pedido de destitución y encarcelamiento de
Alarcón salió de su propio secretario particular, Oscar Célleri,
quien llamó a Alarcón "un golpista'.

Miguel Salem sostuvo que las palabras de Célleri son de su
exclusiva responsabilidad, así como las de Rosalía Arteaga, que
también tildó a Alarcón "golpista".

Conforme avanzaba el día, grupos de mujeres, niños, jóvenes,
ancianos, hombres de toda condición social, desfilaban por los
alrededores del Palacio portando pancartas y haciendo sonar
silbatos, panderetas, cacerolas, en contra del Gobierno y sus
medidas económicas. Los más radicales exigían la salida del jefe
de Estado. Intentaban romper el cerco policial quevolvía más
aguda la soledad de Bucaram. A pocos metros, una bomba hacía
estallar en pedazos la puerta del ministerio de Educación, sede
hasta hace pocos días, de Sandra Correa.

Al mediodía, decenas de miles de manifestantes intentaron llegar
hasta el centro de la Plaza de la Independencia pero fueron
impedidos por la Polícia que utilizó una gran cantidad de gases
lacrimógenos y lanzó agua desde sus carros antimotines. Los
manifestantes respondieron con piedras. Quedó, como saldo, por
lo menos cinco personas detenidas y, según confirmara un oficial
de Policía a HOY, cuatro oficiales heridos.

Alrededor de cien mil personas, a lo largo de la calle Guayaquil
intentaban llegar al pie del Palacio.

Hasta el fin de la tarde, por los cuatro frentes, los
manifestantes asediaban la Plaza Grande.

Y los ministros hablaban...

¿Los ministros ajenos a los hechos? Procuraron durante el día,
mantener la frialdad... Marcelo Cruz habló de una partida
presupuestaria por mil millones de sucres, para la implementación
del programa de farmacias populares, y de otra por 90 mil
millones de sucres para incrementar los salarios de los médicos,
enfermeras y odontólogos; además, dijo que se creará un bono para
el personal médico que labora fuera de las áreas urbanas.

El canciller, Galo Leoro, no dejó de evidenciar su preocupación
porque apenas falta una semana para que se desarrolle la reunión
en Brasilia.

Mariana Ordóñez también organizó una pequeña rueda de prensa para
informar que su vestimenta, toda de color negro, obedece al duelo
por la muerte de su padre.

El ministro de Trabajo, Hugo Larrea, también salió a los patios
a informar que los diálogos con los sectores empresariales y
laborales continuarán, como si nada.

¿Para qué vino César Gaviria?

¿A qué vino César Gaviria? La pregunta surgió luego de que el
alcalde de Guayaquil dijo que no tenía porqué reunirse con el
secretario de la OEA y de que éste dijo que se reuniría con
Febres Cordero.

"Aquí en Ecuador hay un presidente legítimamente elegido. También
hay contradictorias, y hay un Congreso que, desde luego, puede
ejercer la plenitud de sus facultades. Pero queremos asegurarnos
que cualquier paso que se dé nos asegure la preservación de la
democracia en este país", dijo César Gaviria, secretario general
de la Organización de Estados Americanos.

Gaviria, quien inesperadamente dispensó una visita al país llegó
a Guayaquil, dijo que venía a pedido del presidente Abdalá
Bucaram, y de algunas de las cancillerías de países amigos. "Me
han pedido venir al Ecuador, un poco a expresarle al pueblo la
inmensa preocupación que hay por la suerte de la democracia en
este país. Hay una gran preocupación hemisférica por el lenguaje
de confrontación que se está usando, por la pugnacidad de la
lucha política que se está dando, y muchísimo temor de que
eventualmente esto dé al traste con la democracia ecuatoriana".

La intención de Gaviria, en Ecuador, es hablar con Bucaram, y si
es posible con algunos líderes del Congreso y de la oposición.
Frente a cuestionamientos de su presencia en Ecuador, porque la
situación política es un asunto interno, Gaviria insistió que
solo vino "por solicitud del Gobierno del Ecuador. Ese es el
único requisito. Hay un antecedente: hace un año, en el Gobierno
de Sixto Durán Ballén, cuando hubo situaciones que parecían poner
en peligro a la democracia, también estuve presente".

En la noche, finalmente se reunió con Bucaram en Quito. (DIARIO
HOY) (P. 3-A)
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