Washington. 02.11.92. Bárbara Bush es actualmente mucho más
popular que su esposo, quien bromea con que ella debería
aparecer en la fórmula republicana en las elecciones del
martes.

Pero a pesar de dar su aliento durante la campaña y de apoyar
al presidente en sus discursos, la primera dama parece
dispuesta a abandonar con agrado la vida de la Casa Blanca si
el demócrata Bill Clinton vence a su esposo.

La señora Bush dijo abiertamente que desea dejar Washington
para pasar más tiempo jugando con sus nietos y cuidando su
jardín.

También cuestionó las constantes exigencias de la vida pública
y protestó por los ataques de la prensa y la falta de
privacidad.

'Simplemente no es divertido participar cuando mentiras y
cosas, mentiras dolorosas (se publican)', dijo la señora Bush
en una reciente entrevista.

Con su figura apacible, su pelo blanco y sus perlas, la señora
Bush, de 67 años, se convirtió en una especie de abuela
nacional y su popularidad aumentó notablemente aún cuando la
de su marido declinó en los últimos mess.

Sin embargo, a pesar de sus modos amistosos, Bárbara Bush es
una política astuta con un perfil duro que a veces se deja
ver.

Bárbara Bush dio un desafortunado paso en falso cuando hizo un
comentario que ponía en duda la moral de Geraldine Ferraro,
candidata demócrata a la vice presidencia en 1984.

En la reciente campaña hizo notar agriamente que Clinton no
negó un denunciado romance extramatrimonial.

Cuando las encuestas revelaron que la dura política contra el
aborto estaba dañando al presidente, la primera dama quebró en
agosto un largo silencio para declarar que el aborto es un
asunto personal y que no tiene lugar en la plataforma del
Partido Republicano.

En los últimos meses la señora Bush fue víctima de algunas
publicaciones desfavorables, incluyendo una larga historia en
la revista Vanity Fair que la presentó como una autócrata
enojada con su marido que no mantiene contacto con su familia.

En un artículo del diario Washington Post, Caperucita Roja
exclama sarcásticamente 'Abuelita, que dientes más grandes
tienes', mientras una gran cantidad de publicaciones hacen
denuncias sobre un supuesto romance de su esposo con una
colaboradora.

Amigos y familiares atacaron acaloradamente las historias
desfavorables que no lograron opacar su brillo entre el
estadounidense medio.

La señora Bush concentró multitudes entusiastas durante la
campaña y a menudo logró más vítores que su marido.

Durante el segundo debate presidencial en octubre, el
presidente declaró; 'Pienso que si Bárbara Bush se hubiese
presentado este año sería elegida, pero es demasiado tarde'.

La señora Bush, nacida como Bárbara Pierce en un importante
suburbio de Nueva York, conoció a su marido en un baile de
Navidad cuando tenía 16 años y dejó sus estudios en el Smith
College cuando estaba en el segundo año para casarse con él.

Se trasladó junto a Bush desde Texas a China por un puesto
diplomático, a Washington donde él ejerció diferentes cargos,
incluyendo la vicepresidencia y la presidencia en la Casa
Blanca.

A lo largo del camino crió cinco hijos y perdió una hija de
tres años enferma de leucemia.

En la mansión vicepresidencial y en la Casa Blanca la señora
Bush fue una enérgica defensora del conocimiento y una mejor
educación.

La elección de la señora Bush como oradora en el acto de
graduación de 1990 en el Wellesley College fue muy criticada
por las alumnas ya que opinaron que una persona que abandonó
el colegio para ser esposa y ama de casa no era un ejemplo
correcto.

Pero la señora Bush consiguió que la vitorearan de pie con un
discurso que defendió su decisión y pidió tolerancia mientras
otras mujeres luchan por tomar las suyas.

'Al final de sus vidas nunca lamentarán no haber pasado un
examen más, no haber ganado un caso más, o no haber cerrado un
trato más. Lamentarán el tiempo que no hayan pasado con un
marido, un hijo, un amigo, y un padre', dijo Bárbara Bush.

Su defensa de la familia y su disposición para aceptar otros
tipos de familias menos tradicionales --'no importa como uno
defina la familia, eso es lo que queremos decir con valores
familiares, afirmó'-- también conquistó a los participantes
de la Convención Nacional Republicana en 1992.

La señora Bush escribió dos libros en la Casa Blanca bajo el
nombre de los dos perros de la familia Bush, Millie y C. Fred.

'La historia de Millie' se convirtió en un best-seller y lo
recaudado se donó a la caridad. (EFE)



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en Ciudad N/D

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