Quito. 18 ago 99. Las últimas semanas han sido duras para la
banca, sobre todo para las cuatro entidades que se han visto
forzadas a entrar en un riguroso plan de capitalización.

De acuerdo con el anuncio del Superintendente de Bancos, Jorge
Guzmán, el pasado 30 de julio, los bancos Pacífico, Popular, La
Previsora y Cofiec registraron una deficiencia patrimonial
respecto del nivel requerido por las autoridades: 9 por ciento
con relación a sus activos. De esta manera, los cuatro
establecieron una relación obligada con Filanbanco, propiedad del
Estado, que actúa como prestamista del crédito subordinado
global, por una cifra cercana a 146,5 millones de dólares.

Inmediatamente después del anuncio hecho por Guzmán, una de las
cuatro entidades -Banco Popular- hizo pública su protesta y
cuestionó el trabajo de las auditorías y la decisión del
Superintendente de Bancos. Los dirigentes de los otros tres
bancos no hicieron pronunciamientos públicos similares, aunque
algunos sí protestaron por interno antes de aceptar la decisión
definitiva de la AGD.

¿Qué significa para los mencionados bancos acceder a un crédito
subordinado de Filanbanco? La naturaleza de estos créditos
implica que los fondos solo alimentan el patrimonio de los bancos
con problemas, pero éstos están obligados a dar sus acciones en
garantía. Los costos y condiciones de cada crédito subordinado
de Filanbanco no han sido revelados por las autoridades. Lo que
se conoce es el plazo, porque está fijado en la ley: un año.

En todo caso, esta decisión financiera llegó en un grave momento,
salpicado de problemas políticos y malas noticias económicas: la
soledad en la que han dejado todos los partidos al Presidente de
la República, el anuncio de la renuncia de la Ministra de
Finanzas y la tercera prolongación de la firma de la carta de
intención con el FMI.

Al tiempo que el FMI presionaba a Jamil Mahuad para que no deje
ir a la ministra Armijos, algunos banqueros presionaban a la AGD
para que se ablanden -hasta donde sea posible- las condiciones
de los créditos subordinados.

Este Semanario conoció de fuentes familiarizadas con el proceso
que algunos banqueros involucrados en los créditos subordinados
hicieron "lobby" (cabildeo) para que las tasas de interés de los
créditos sean lo más bajas posibles (niveles menores que las
tasas que cobra el Central por créditos de liquidez). Además,
habrían propuesto que los pagos, dentro del año legalmente fijado
por la ley, se estiren al máximo (se dice que querían pagos
semestrales; la AGD se habría inclinado por un esquema
trimestral).

¿Cuál fue la reacción de las autoridades bancarias? Ninguna de
las autoridades consultdas quiso pronunciarse, aunque una de
ellas respondió, al ser requerida por este Semanario, que
"ninguna de las presiones ni los requerimientos propuestos por
algunos abogados de los bancos fueron aceptados".

Según esta misma fuente, en la firmeza de las decisiones
oficiales "habría jugado un papel clave el Superintendente de
Bancos y uno que otro miembro del Directorio del Banco Central".

¿Cuánto dinero tiene comprometido el Filanbanco en los bancos
Pacífico, Popular, La Previsora y Cofiec?

Gonzalo Hidalgo, presidente de Filanbanco, hizo la revelación
(diario Hoy, 12 de agosto): esa entidad le prestó 58 millones de
dólares al Banco del Pacífico; 49 millones al Banco Popular; 37
millones al Banco La Previsora y, por último, 2,5 millones a
Cofiec.

Los bonos del Estado -que el banco deudor puede canjear por
dinero en efectivo en el Central, si lo requiere- servirán para
capitalizar esa entidad. Son bonos que se pagan íntegramente sin
importar cuánto usó cada banco en un año entero.

¿Cuándo y quiénes resolvieron dar este crédito? El miércoles 4
de agosto, la AGD en pleno -Superintendente de Bancos; ministra
de Finanzas; delegado del presidente del Directorio del Banco
Central del Ecuador y delegado de la ciudadanía- resolvieron la
entrega del crédito subordinado.

Aunque no se sabe con exactitud qué tasa de interés cobrará por
el crédito, la AGD se regirá por un concepto internacional
bancario, según el cual a mayor volumen del crédito, menor tasa
de interés, y viceversa. Quizá sea el 12%.

¿Cuál es el riesgo que corren los cuatro bancos que accedieron
a los créditos subordinados de Filanbanco? Para empezar, hay que
diferenciar estos créditos de los créditos de liquidez.

Mientras los de liquidez los otorga el Banco Central para
alimentar los flujos de caja de una institución, el subordinado
se destina, únicamente, a elevar el patrimonio del banco.

Por eso, éstos requieren mayores garantías por parte de los
dueños del banco deudor (tienen que entregar acciones por el
valor del crédito). Además, si en un año los accionistas no pagan
todo el crédito, el Estado se adueña de esas acciones. Según el
artículo 147 de la Ley de Instituciones Financieras, el
subordinado solo podrá ser pagado con un alza de capital.

Mientras que, en el caso de los préstamos de liquidez, se entrega
como garantía la cartera y otros activos del banco, sin
comprometer, necesariamente, su propiedad ni su patrimonio.

Dicho en otros términos, si al término de un año los cuatro
bancos citados no pueden devolver el dinero, el equivalenbte en
acciones pasará a manos de Filanbanco y éste tendrá 2 opciones.
Uno: vender las acciones a interesados no relacionados con
Filanbanco ni con los 4 bancos morosos. Tiene un año de plazo.
Dos: fusionarse con otro banco para, en el futuro, ser vendido
a un inversionista privado. El plazo: 90 días.

La cuenta regresiva comenzó para los 4 bancos. LIDERES ofrece
algunas pistas de por qué llegaron a esta situación.

BANCO PACIFICO

El que más dinero recibió del Estado

Esta entidad financiera se llevó la mayor parte del pastel del
crédito subordinado para su capitalización: 58 millones de
dólares. Así lo reveló el presidente de Filanbanco (la entidad
prestamista), Gonzalo Hidalgo.

Al parecer, el banco tenía un importante déficit patrimonial,
aunque nunca se han revelado cifras ni sus directivos lo han
admitido públicamente.

La historia reciente de este banco tiene cierta similitud con la
del Popular, entre ellos, que su filial en Colombia, con 50 mil
clientes, también fue intervenida por la Superintendencia
Bancaria de Colombia, el pasado 21 de mayo de 1999.

Según autoridades colombianas, el Banco del Pacífico, que abrió
sus puertas en Colombia en junio de 1994, paulatinamente se fue
llenando de activos improductivos y de una importante cartera
morosa. Además no pudo cumplir con un plan de recapitalización
ordenado por el Gobierno de ese país.

En 1998 perdió 34 414 millones de pesos colombianos. En abril del
este año había ya acumulado un registro negativo de 7 776
millones.

La noticia de la intervención provocó un fuerte retiro de fondos
en las oficinas del Banco en Ecuador. Carlos Donoso,
vicepresidente del Pacífico, admitió al día siguiente de esa
intervención que la matriz en Ecuadior soportó el nerviosismo de
sus clientes.

Esta situación no era del todo nueva para esta institución
financiera: en septiembre de 1998 ya había experimentado una
fuerte corrida de depósitos, debida, según sus directivos, a una
serie de rumores malintencionados.

En esa etapa, y para ayudarle a enfrentar la corrida de depósitos
de mayo, la Junta Bancaria aprobó en mayo la entrega al Pacífico,
por parte del Filanbanco, de un primer crédito subordinado de 14
millones de dólares.

Este no fue el único problema que ha tenido que enfrentar esta
entidad. El 28 de junio pasado, la Dirección de Impuestos y
Aduanas Nacionales (DIAN) de Colombia denunció, penalmente, a los
principales directivos de la filial del Pacífico, por haberse,
supuestamente, apropiado de fondos del Estado (impuestos). Este
fue otro duro golpe a la imagen del banco.

Ante ello, el Pacífico respondió que, a la fecha de la
intervención, se encontraba al día en los pagos de los impuestos
recaudados. Además, señaló que el liquidador del Pacífico pagará
los pasivos del banco, entre los que se encuentran los impuestos
recaudados.

Cualquiera sea el desenlace de este punto, lo cierto es que al
golpe de su imagen se suman pasivos millonarios. Para colmo de
males, el proceso de fusión con el Popular está en la
congeladora, justo por todos estos problemas.

Así llegó el Pacífico a las auditorías y a la revisión de los
consultores: su patrimonio es positivo, aunque es inferior al
nueve por ciento exigido por la ley.

LA PREVISORA

Otra víctima de El Niño y de la crisis

Esta institución fue, según algunos entendidos en el tema, la
segunda sorpresa de las auditorías, después del Banco Popular.
¿Por qué? Porque, en general, tenía un buen desempeño.

¿Qué hizo entonces que fuera incluida dentro de los cuatro bancos
a capitalizarse? Según una fuente bancaria privada allegada al
proceso, el problema estuvo en su cartera. Aunque el banco
orienta su crédito a la actividad de consumo, parte de su cartera
la tenía colocada en el sector productivo de la Costa. Y éste se
vio seriamente afectado en su capacidad de pago por el fenómeno
de El Niño, la recesión económicos del país y el cierre de líneas
de crédito del exterior.

Como el eje principal de las auditorías fue la calidad de sus
carteras, entidades como La Previsora fueron seriamente
castigadas. Los auditores hicieron una recalificación de sus
carteras y consideraron que no tenían un respaldo suficiente. Por
ello, este banco, que ya vivió una quiebra hacia finales de los
70s, se vio obligado a aumentar su nivel de provisiones y esto
deterioró su patrimonio.

De los tres grandes bancos que no alcanzaron (excluido Cofiec)
el 9 por ciento requerido por la ley, La Previsora fue la que
menos dinero recibió por parte de Filanbanco. El préstamo que
éste le otorgó alcanzó los 37 millones de dólares. Este monto
servirá para cubrir las provisiones y por tanto mejorar el
patrimonio técnico.

Según fuentes bancarias, la tasa que se les cobrará por el
crédito, tanto a La Previsora como a los otros bancos, será del
12 por ciento, aunque la cifra no pudo ser confirmada por
LIDERES.

Ahora bien, ¿por qué no logró el banco aumentar su capital para
así cumplir con los requerimientos de las auditorías? A primera
vista, quizá porque se trata de uno de los pocos bancos en el
país, con una amplia gama de accionistas. Por lo tanto, le es
difícil lograr una capitalización inmediata.

En todo caso, el que su cartera tenga problemas no quiere decir,
necesariamente, que el banco tenga grandes líos. Según la misma
fuente, su situación es en ciertos aspectos mejor que la de otros
bancos considerados viables. "Algunos bancos pueden tener
patrimonio positivo, pero pueden no haber generado buenas
utilidades y tener problemas de liquidez".

La Previsora, en cambio, se ha caracterizado por tener un fondeo
(captaciones) regular. Por eso, tiene una buena generación de
utilidades. De ese modo, si resuelve su hueco patrimonial tiene
buenas oportunidades de recuperarse rápidamente. A diferencia de
otros bancos que aunque presentan un patrimonio positivo pueden
presentar posteriormente problemas de liquidez.

Este banco, como otros, aparentemente dispone de la ventaja de
tener un buen margen de negocios y un adecuado posicionamiento
en el mercado.

BANCO COFIEC

Soporte estatal de USD 2,5 millones

Hasta hace poco tiempo, Cofiec era considerado, entre los
entendidos, como uno de los bancos más eficientes del sistema.
Sin embargo, esa entidad, cuyo nicho de mercado es el
corporativo, está hoy entre las cuatro instituciones que no
pasaron por completo la prueba de las auditorías. Aunque es un
banco viable y su patrimonio técnico resultó positivo, no alcanzó
el nueve por ciento requerido por la ley.

Por eso acaba de recibir, según Gonzalo Hidalgo, presidente de
Filanbanco, 2,5 millones de dólares de crédito subordinado para
reforzar su patrimonio.

¿Por qué, siendo un banco eficiente, Cofiec vio deteriorarse su
situación? Según varios analistas, los problemas arrancaron
cuando se anunció, en noviembre de 1998, su fusión con el Banco
del Progreso. Se sabe que algunos de sus clientes decidieron,
tras el anuncio, retirar sus fondos; esto afectó al Banco que,
al final, no logró recupar terreno. Raúl Andrade, presidente de
Cofiec, admite que las captaciones totales del banco cayeron, en
marzo, en un 20 por ciento frente a las registradas en diciembre.
"Pero sería injusto decir que todas las captaciones cayeron por
el mero anuncio de una fusión con el Progreso. También cayeron
porque se instauró el pago del 1 por ciento a la circulación de
capitales, por las desinversiones en dólares y por el
desfavorable entorno económico".

Por otro lado, y como parte del proceso de fusión que se había
iniciado, Cofiec realizó operaciones interbancarias con el
Progreso. Pero éstas no pudieron ser pagadas por el Progreso, que
cerró unilateralmente sus puertas el 22 de marzo de este año.

La fusión quedó entonces en el aire. Luego, Cofiec hizo una junta
de accionistas que anuló la fusión por absorción. Ciertas
versiones aseveraban que la deuda del Progreso con Cofiec era de
13 millones de dólares. Andrade niega enfáticamente esa cifra y
afirma que la deuda es sustancialmente menor. En todo caso, el
banquero asegura que esas deudas se recuperarán gracias a los
mecanismos previstos en la Ley.

Andrade considera que hubo otras causas para no alcanzar el
patrimonio del nueve por ciento: ciertas posiciones, a su juicio
inadecuadas, adoptadas por la Agencia de Garantía de Depósitos.
Esta les obligó, por ejemplo, a provisionar en el 100 por ciento
operaciones de crédito y las operaciones realizadas con el Banco
del Progreso. Además, Andrade explica que les perjudicaron
ciertos ajustes requeridos por la auditoría externa. "Obligaron
a todos los bancos a provisionar el 15 por ciento sobre los Bonos
del Estado, cuando se supone que éstos son papeles muy seguros".

En todo caso, está optimista: asegura que su deficiencia
patrimonial, que no llega ni a los tres millones de dólares, será
superada en dos o tres meses.

BANCO POPULAR

La institución que causó sorpresa

El anuncio de que el Banco Popular estaba entre los cuatro bancos
que debían capitalizarse fue el que más sorprendió a la
población. Hasta el 30 de julio, día en que se anunció la lista
de bancos viables e inviables, esta entidad había mantenido
sólida su imagen de fortaleza y confiabilidad.

Aunque las autoridades del Popular respondieron en seguida al
anuncio, con un comunicado en el que expresaban su inconformidad
con los resultados de las auditorías, ya habían antecedentes de
sus problemas.

El primero de ellos se dio el 21 de mayo de este año, cuando el
Gobierno colombiano decidió intervenir el Banco Andino de
Colombia, y luego se ordenó su liquidación. Este banco era
propiedad del holding Ceval, que controla también la mayoría de
acciones del Banco Popular de Ecuador.

Según Nicolás Landes, presidente ejecutivo del Popular, las
autoridades colombianas habían pedido una recapitalización del
Andino en 10 millones de dólares, pero ésta no se pudo hacer.

Aunque pequeño, el Andino tenía activos por 250 millones de
dólares y un patrimonio de 17 millones de dólares.

La quiebra del Andino le significó al grupo Ceval una pérdida
importante, estimada en 30 millones de dólares.

Adicionalmente, en junio, la Dirección de Impuestos y Aduanas
Nacionales de Colombia (el SRI colombiano) denunció penalmente
a los principales directivos del Banco Andino ante la Fiscalía
colombiana por haberse apropiado de impuestos del Estado.

Todo esto frenó el proceso de fusión en el que estaba inmerso ese
Banco con el Pacífico, y puso al Popular en una difícil
situación. Para entonces, las auditorías internacionales de la
banca ecuatoriana estaban en camino. Cuando los auditores
entregaron su informe sobre el Popular, un grupo de consultores,
dirigido por el argentino Eugenio Pendás, se dedicó a revisar los
resultados, como se hizo con el resto de la banca.

Una fuente dice que Pendás, quien fue superintendente bancario
en Argentina, opinó que las inversiones del Popular eran
volátiles y que, por lo tanto, ese banco debía aumentar sus
provisiones a fin de tener mayor respaldo.

Las provisiones que tuvo que hacer el Banco, calculadas en unos
30 millones de dólares, implicaron una reducción de su
patrimonio.

Esta sería una de las razones por las que el Popular no habría
alcanzado el nueve por ciento de patrimonio técnico, requerido
por los cánones legales del país.

A fin de ayudarlo a capitalizarse, el Filanbanco le otorgó un
préstamo subordinado de 49 millones de dólares. Por lo menos así
lo aseguró Gonzalo Hidalgo, presidente de Filanbanco, en una
entrevista con diario Hoy.

Este Semanario intentó obtener la versión del presidente
ejecutivo del Popular, Nicolás Landes, sobre lo ocurrido, pero
no fue posible. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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