Quito. 15.01.94. El 23 de diciembre pasado, la ex subsecretaria
de cultura, Rosalía Arteaga, hoy ministra de Educación, convocó a
los periodistas a una rueda de prensa en la que hizo un balance
de la gestión cumplida por esta entidad publica durante el año
que terminó.

En esta evaluación anual, Rosalía Arteaga hizo una larga lista de
los proyectos cumplidos, y citó los múltiples aportes de la
Subsecretaría en cuanto a difusión de la lectura, restauración de
áreas históricas, preservación, entre otras cosas. La
subsecretaria no mencionó ningún problema que pudiera existir en
el ámbito cultural, y mostró un panorama sumamente favorable en
lo que tiene que ver con la política cultural oficial.

Desde esta perspectiva, HOY presenta la visión de tres personajes
de la cultura nuestro país, que han sido consultados en Quito,
Guayaquil y Cuenca acerca de la política cultural del gobierno
actual.

Un hecho al margen

Arturo Garrido, bailarín y coreógrafo que dirige en Quito la
Compañía Nacional de Danza -entidad que pertenece a la
Subsecretaría de Cultura- manifiesta que después de 17 años de
existencia, la institución logró adquirir un local propio, además
de un apoyo importante para la creación de un teatro experimental
y varios salones de danza dentro del local de la Compañía.

"Curiosamente en este momento tan conflictivo y difícil, la
Compañía, que tal vez sea un isla, ha experimentado desarrollos
muy importantes, en el sentido que se están dando logros que
tienen una perspectiva estratégica, como es la sede física de la
institución y los recursos conseguidos vía Subsecretaría de
Cultura" dice Garrido.

El coreógrafo explica el "logro" de esta administración, como un
hecho que al margen de las políticas culturales y las intenciones
de los distintos gobiernos, ha dependido muchísimo de la acción
personal de los funcionarios, y su disposición incluso subjetiva.
En este caso, el de Rosalía Arteaga con respecto a la danza y la
Compañía.

"Creo que el desarrollo cultural en el Ecuador, tiene su
solución, en parte, en la capacidad que tengamos los artistas y
las instituciones responsables de cultura, de insertar el
producto escénico cultural como elemento de mercado. Considero
que mientras no se desarrolle una demanda del producto cultural,
la cultura se limita a una especie de atención asistencial y de
subsidios; es decir, la cultura no anda sobre sus propios pies,
porque no es capaz de recrear sus propios recursos" explica
Arturo Garrido, quien califica la posición del gobierno
ecuatoriano como un "híbrido que tiene que irse definiendo".

"Hay una preocupación del gobierno actual por que las instancias
culturales vayan desarrollando canales propios de recuperación
económica. Sin embargo, la posición del gobierno sigue siendo un
híbrido porque a pesar de sus intenciones, no se abandona la
parte asistencial del Estado".

Garrido señala: no sé si el caso de la Compañía sea una
excepción, pero sí sé que es una de las instituciones mejor
tratadas, y afirma que la "política cultural oficial con respecto
a la Compañía Nacional de Danza no obedece a una política
estatal, como ha sucedido en Cuba, por ejemplo, donde se
desarrollaron dos compañías de danza importantísimas, que
recibieron apoyos del Estados suficientes como para tener una
presencia mundial, y una capacidad y calidad artística para
competir con producciones de las grandes capitales de la cultura
mundial, lo que permitió que estas compañías no solo sobrevivan a
partir de su producción, sino que se transformen en importantes
puntales para la recuperación de divisas. Esto no se da en
nuestro medio", dice el artista quiteño.

Asimismo, Garrido indica que uno de los problemas más graves que
ha encontrado en la gestión gubernamental con respecto a la
cultura, es la falta de agilidad de los mecanismos
administrativos y burocráticas para la consecución de recursos.
"Pienso que muchos recursos se pierden por lo enredado de los
mecanismos administrativo y por la falta de información de los
recursos que puedan existir. Las instancias que están encargadas
de dar tramite a los asuntos culturales tienen que agilitar sus
procedimientos para evitar la negligencia administrativa".

"Los espacios se cierran"

Para Lucho Mueckay, director y actor de teatro guayaquileño, "el
gobierno ha preferido ayudar más a un sólo deporte que a la
cultura".

"Mientras se abrían espacios para el fútbol a causa de la Copa
América, dice, se cerraban espacios culturales como la Casa de la
Cultura núcleo del Guayas, que necesita modernizar sus
estructuras. De igual manera se han cerrado los talleres del
Banco Central en lugares poco accesibles como la cárcel, sin que
hasta la fecha la Subsecretaría de Cultura haya dado un
explicación lógica".

Mueckay asegura que "las políticas culturales se han quedado en
el papel", y afirma que "no se puede hablar de ellas si todavía
en las escuelas y colegios no se contempla un plan de estudios
que permita la difusión de las manifestaciones artísticas; si la
mayoría de los involucrados en este quehacer no pueden alquilar
un teatro por su alto costo; si se sigue dando un tratamiento
regionalista a la distribución de presupuestos; si los libros
continúan inaccesibles para gran parte de la población; y mucho
menos si se prefiere brindar apoyo a un deporte que a la
cultura".

En lo que se refiere al problema de la Casa de la Cultura que
hace alrededor de dos meses está paralizada por segunda ocasión
en el período 93-94, Lucho Mueckay dice: "hay muchas falencias
dentro de esta institución precisamente a causa del regionalismo
con que se trata a los distintos núcleos, por la excesiva
burocracia. ¿Qué ha hecho el gobierno? Nada".

Las políticas culturales están engavetadas, asegura el teatrista,
y agrega que hay que pensar que el producto cultural debe ser una
inversión rentable. "Nosotros vivimos de esto. No nos oponemos a
ser autopromotores pero si necesitamos que el gobierno asuma el
papel que le corresponde", indica este artista guayaquileño que
actualmente es presidente de la Asociación Cultural Sarao, y
Director de la Escuela de Danza de la Casa de la Cultura.

La cultura no puede privatizarse

Para Eliecer Cárdenas, uno de los escritores ecuatorianos más
importantes en las dos últimas décadas, "no solo este gobierno,
sino gobiernos anteriores no han tenido una verdadera política
cultural; se han diseñado planes, proyectos, pero no una política
de largo alcance". Cárdenas, además de su actividad literaria,
es el actual presidente del núcleo del Azuay de la Casa de la
Cultura y nos participa sus criterios sobre varios aspectos de
nuestra realidad cultural.

Considera que "lamentablemente en el país pensamos a corto plazo"
siendo esta la razón para que "ningún gobierno (ste tampoco por
supuesto), haya logrado diseñar una política cultural sino
acciones aisladas y coyunturales". Reflexionando sobre los
problemas de gestión cultural en Ecuador, cree que "no puede ni
debe ser una cosa fría, de meros números, de mera eficiencia
empresarial" y es definitivo a sostener que "no puede tomarse a
la cultura como una actividad mas que pueda privatizarse, pues en
ningún país del mundo puede dejarse a la cultura a la buena de
Dios, a la que se la maneje con criterios de utilidad económica.

El Estado debe continuar a cargo de buena parte de la cultura y
obviamente de la educación"

¿Qué debería definir una política cultural?

"Toda entidad, en mayor o en menor medida -dice Cárdenas-,
trabaja hacia un determinado sector, abstrayendo o dejando de
lado toda la gran potencialidad cultural del Ecuador. No se
toman en cuenta las necesidades culturales, de recreación de los
grandes sectores urbanos, para poner un ejemplo". El escritor
advierte luego el riesgo de "caer en el populismo y la demagogia
al masificar la cultura", pero encuentra caminos válidos pues "la
cultura de masas no tiene por que ser de mala calidad, ese es un
prejuicio de los intelectuales, debemos reivindicar el papel de
la televisión y de los grandes medios de comunicación para
hacerlos vehículos de cultura"

Casa de la Cultura y su Secretaría de cultura

Opina Eliecer Cárdenas que "lo básico sería decentralizar la
cultura, no concentrarla en grandes entes sino promoverla desde
e Estado o la empresa privada permitiendo su desarrollo mediante
una serie de proyectos efectivos". Considera que "la casa debe
replantearse. Estamos viviendo el cincuentenario de a Casa de la
Cultura Ecuatoriana y de cincuenta años a esta parte las
realidades han cambiado, los sujetos se han diversificado, se han
vuelto mucho más complejos. La misma ley resulta estrecha, hasta
cierto punto regresiva puesto que pretende perpetuar un organismo
de intelectuales para intelectuales, que irradie cultura de
élite; y a veces ni eso, sino manifestaciones muy restringidas
perdiendo a los nuevos sujetos de la cultura"

Respecto a la Subsecretaría de Cultura cree que: "debe
especificar su actividad. Sería excelente que se dedique
estrictamente al trabajo cultural en el sector educativo que es
en donde están faltando muchísimo, porque la cultura y la
educación tienen que ir íntimamente ligada. La Subsecretaría
debe tomar el espacio educativo, preocuparse junto con los
profesores y los alumnos de fortalecer la cultura en la educación
y dejar a otras entidades los espacios para el desarrollo
cultural comunitario y social. De hecho, la Casa, la
Subsecretaría y otros organismos deberían trabajar en base a un
gran plan para no desperdiciar recursos, para no duplicar
actividades en estos momentos cuando los dineros para cultura son
tan escasos"

Esperanzas de coordinación con Rosalía Arteaga en el ministerio

Eliecer Cárdenas cree que si las hay porque "Rosalía además de
intelectual es educadora y ha tenido una basta experiencia en a
gestión cultural además un gran desempeño como subsecretaria de
Cultura".

Aunque "a veces no depende solo de una persona, la inercia
burocrática, el crecimiento mismo de los organismos, crea
intereses para evitar que una entidad deje de abarcar tanto y se
constriña, se circunscriba a lo que debe hacer".

Recomienda finalmente a la nueva ministra "implementar una amplia
reforma en el campo educativo y en el de la cultura en general.
Unir hechos que son próximos, muy conexos, no existe la una sin
la otra; tomar las dos caras de una medalla y darles la misma
importancia: educación con cultura y cultura con educación. Si
lo logra, será un gran salto hacia delante" (4B)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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