Quito. 27 dic 99. Vísperas del término del milenio y considerando
que la reactivación económica depende de la modernización
hidrocarburífera, el Centro de Estudios y Análisis (CEA) realiza
un análisis de la importancia y evolución del sector petrolero
durante 25 años, además de las perspectivas.

La evolución petrolera · Desde el inició del primer año completo
de actividad hidrocarburífera (1973) hasta 1999 se extrajeron 2
673 millones de barriles de crudo, de los cuales se exportaron
1 764 (66 por ciento del total) y 909 se destinaron a la
refinación interna en el país. La drástica elevación del precio
del petróleo de USD 4,2 por barril en 1973 a USD 23,5 por barril
en 1979 coadyuvó al fortalecimiento del sector. En este período
la participación de los ingresos petroleros en los ingresos
totales del gobierno central aumentaron del 27 al 37 por ciento.
En cambio, las exportaciones petroleras sobre el total exportado
por el país disminuyeron levemente del 56 al 51 por ciento; y,
el Producto Interno Bruto (PIB) petrolero sobre el PIB total
decreció del 19 al 12 por ciento. El rompimiento del oleoducto
redujo la producción de este insumo en el 40 por ciento.

Como si fuera poco, los precios de exportación que alcanzaron un
tope máximo de USD 35 el barril en 1980 desciendieron en 1986
(justo un año antes de este desastre natural) a su menor nivel
registrado hasta ese entonces: USD 12,5. Estos factores
determinaron que en 1987 el PIB petrolero experimente su peor
caída registrada en estos últimos 25 años, al pasar de 24 513
millones de sucres a 11 107 millones de sucres. Afortunadamente,
el incremento en el volumen exportado (73 por ciento) a 24,5
millones de barriles en 1988 contribuyó a que el crecimiento real
del sector sea de 116 por ciento en el 88. A pesar que en el
último decenio los precios del barril se estabilizaron en niveles
de USD 15, es justamente en los noventa donde se generó el 48,
46 y 49 por ciento del total de la producción, exportación y
refinación acumulada en estos últimos 25 años.

El saldo exportable · Considerando el volumen real de
exportación, es decir, la diferencia entre la carga a las
refinerías y el crudo de compensación, las exportaciones netas
de crudo no crecieron significativamente en 25 años. De un saldo
exportable promedio anual de 47 millones de barriles de crudo en
la década de los setenta, de los cuales las empresas privadas
tuvieron una participación del 63 por ciento y Petroecuador del
37 por ciento, se pasó a 59,9 millones de barriles para los
noventa, de los cuales las empresas privadas en el total
exportado bajó al 16 por ciento y el de Petroecuador aumentó al
84 por ciento debido a la reversión de Texaco hacia el Estado.

Considerando únicamente el saldo neto exportable, los ingresos
petroleros experimentaron una fuerte volatilidad. En 1973 se
tuvieron ingresos por USD 299 millones, luego en 1985 se alcanzó
un pico de USD 1 543 millones mientras que los ingresos
acumulados entre enero y octubre del presente alcanzan a USD 974
millones, prácticamente el triple que el logrado durante 1998
(USD 333).

¿Las razones?, el precio promedio de exportación alcanzó a USD
9 el barril en el 98 mientras que el promedio de este año
bordeará los USD 15 el barril.

Uno de los factores que explican el estancamiento del saldo neto
exportable es la continua incorporación de plantas
termoeléctricas con base de turbinas de diesel, lo que determinó
que las importaciones de este insumo para las plantas térmicas
aumente drásticamente en la última década: en 1990 el volumen
importado llegaba a 218 mil barriles anuales y el consumo de
diesel para el sector eléctrico era nulo, para 1998 las
importaciones de diesel se incrementan a 7,1 millones de barriles
(33 veces más que a inicios de la década) y el consumo de este
combustible en el sector eléctrico sube a la desbordante cifra
de 4 millones de barriles.

El mercado interno · Para la mayoría de ecuatorianos constituye
un enigma el que a pesar de que Ecuador sea un país productor de
370 barriles diarios de petróleo,y, con un consumo interno que
bordea los 130 mil barriles, deba importar derivados. La
respuesta a este interrogante es la relación no proporcional
entre la demanda de derivados livianos y la producción de los
mismo en las refinerías. En efecto, a 1998 el país consumió 99
391 barriles diarios de derivados livianos (gas licuado de
petróleo, diesel y gasolinas) y las refinerías solo produjeron
65 185, es decir, un 34 por ciento de déficit, mientras que por
el otro lado, las refinerías produjeron 59 262 barriles diarios
de fuel-oil (derivado pesado) casi el doble de lo requerido
internamente en el país: el consumo del mismo tan solo fue de 26
873. Al analizar esta misma situación hace 11 años se tiene que
con respecto al fuel-oil la relación se mantiene igual:
producción diaria de 41 128 y consumo nacional de 18 344, es
decir, 55 por ciento de sobreoferta. No obstante, la situación
se agravó para los derivados livianos pues la relación entre
producción (58 317 barrilles diarios) y consumo (61 083
barrilles), igual al 5 por ciento de déficit, mientras ahora el
déficit es del 34 por ciento.

Los líos administrativos · La injerencia política en el sector
(CEPE y Petroecuador han constituido en estos años una especie
de caja chica para el Estado) y la falta de continuidad
administrativa mermaron los ingresos del sector impidiendo su
fortalecimiento institucional y su planificación estratégica a
futuro.

Por otro lado, el exceso de personal y el sindicalismo
conllevaron a una congestión administrativa dentro de la entidad
estatal. A 1998, los gastos de personal sobre el total de egresos
de Petroecuador representaban el 14 por ciento del total mientras
que 10 años atrás constituían la mitad (siete por ciento). Así
mismo, la productividad por empleado en el sector descendió en
un 90 por ciento entre 1973 y 1998 pues en el primer año se
producían 300 mil barriles diarios con apenas 251 empleados
mientras que en 1998 la producción por empleado descendió a 24
mil barriles.

Conclusiones · Hasta la década de los 40, las empresas privadas,
en su mayoría internacionales, tuvieron un papel trascendental
en la capitalización y formación del sector petrolero
latinoamericano. Con el modelo de sustitución de importaciones
y crecimiento hacia adentro, el Estado asumió una función activa
en la "estratégica" industria petrolera. Hoy en día, la
competitividad global obliga a una misión dinámica de las
empresas privadas, pues el sector demanda cuantiosas inversiones.
La década de los setenta en que el Ecuador tuvo los mejores
indicadores del continente en crecimiento (9,5 por ciento anual)
estabilidad cambiaria e inflación (8 por ciento), se debió al
dinamismo del sector.

El futuro del país puede reeditar esa época de bonanza, a través
de pocas decisiones firmes, con lo que puede duplicarse la
producción petrolera. Es irónico que en la grave crisis del
momento, por limitaciones de transporte de crudo se desaprovechen
180 mil barriles diarios que representan el 10 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB). (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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