El periodista ecuatoriano Arturo Torres, quien acaba de publicar su libro "El juego del camaleón, los secretos de Angostura", denunció hoy que un teniente coronel del Ejército ecuatoriano tuvo al menos un encuentro en la selva con el frente 48 de las FARC y que la justicia militar lo procesa por ese motivo.
Torres, explicó que al teniente coronel José Hidalgo se le abrió una investigación en 2007, cuando estaba al mando de un batallón de Sucumbíos, acusado de infracción contra la existencia y seguridad nacional.
En su libro, Torres señala que, de acuerdo con un informe del Ejército, Hidalgo permitió que un grupo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) escapara cuando entre febrero y marzo de 2007 su batallón tuvo un "encuentro fortuito" con un campamento de la guerrilla colombiana en territorio ecuatoriano.
El encuentro, según Torres, se produjo en las orillas del río San Miguel, en Sucumbíos, pero al constatar que los militares ecuatorianos "estaban en inferioridad numérica, básicamente prefirieron dialogar" con una subcomandante del Frente 48 de las FARC.
En el informe que recoge Torres en su libro, Hidalgo "cuenta detalladamente que en vista de que él veía que podía ser negativo o perjudicial para su gente, prefirió no actuar ni intervenir directamente en el tema".
En el testimonio que el periodista recoge, la subcomandante de las FARC, que identifica con el alias de "Marleny", le afirma al militar: "Reconocemos que entramos a su territorio, pero sólo a descansar luego de los combates", a lo que Hidalgo le respondió: "Nuestro trabajo es evitar que elementos de la insurgencia se pasen a Ecuador".
Torres indicó que "Hidalgo lo reportó al mando y dijo que no la capturó porque no quiso arriesgar la vida de los hombres que estaban a su cargo", pero el Comando Conjunto de las FFAA lo relevó de su cargo el mismo día, y aunque otros militares volvieron a la zona no encontraron a los guerrilleros.
Al parecer, en un segundo operativo ecuatoriano se incautaron de documentos en el campamento guerrillero (que Torres reproduce en su libro), entre ellos una libreta del líder Luis Edgar Devia, alias "Raúl Reyes", segundo al mando de las FARC y que murió en el bombardeo colombiano en Angostura, en territorio de Ecuador, el 1 de marzo de 2008.
"En ese (segundo) patrullaje ellos encuentran una serie de materiales y, sobre todo, el cuaderno de Raúl Reyes, en el cual él describe escenarios políticos y escenarios de las elecciones de Ecuador. Él tenía mucha información", afirmó Torres.
Por otro lado, Torres se refirió a la una supuesta red de contactos que las FARC mantienen en Ecuador, un tejido a diferentes niveles, pero que el mismo reportero admite que no ha logrado probar.
"No tengo ningún documento o algo más testimonial de que estén estructurados con el Gobierno" del presidente Rafael Correa.
"Ellos (las FARC) necesitaban una red de abastecimientos, contactos políticos y Ecuador se convirtió en una zona indispensable porque en Colombia había mucha presión del Ejército y (aquí) podían tener facilidades, de hecho, tienen en la actualidad, para moverse en la franja" de frontera, según Torres.
Según el periodista, "una salida política, es la única que Colombia debe entender" ante la problemática de la violencia. (EFE)
Torres, explicó que al teniente coronel José Hidalgo se le abrió una investigación en 2007, cuando estaba al mando de un batallón de Sucumbíos, acusado de infracción contra la existencia y seguridad nacional.
En su libro, Torres señala que, de acuerdo con un informe del Ejército, Hidalgo permitió que un grupo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) escapara cuando entre febrero y marzo de 2007 su batallón tuvo un "encuentro fortuito" con un campamento de la guerrilla colombiana en territorio ecuatoriano.
El encuentro, según Torres, se produjo en las orillas del río San Miguel, en Sucumbíos, pero al constatar que los militares ecuatorianos "estaban en inferioridad numérica, básicamente prefirieron dialogar" con una subcomandante del Frente 48 de las FARC.
En el informe que recoge Torres en su libro, Hidalgo "cuenta detalladamente que en vista de que él veía que podía ser negativo o perjudicial para su gente, prefirió no actuar ni intervenir directamente en el tema".
En el testimonio que el periodista recoge, la subcomandante de las FARC, que identifica con el alias de "Marleny", le afirma al militar: "Reconocemos que entramos a su territorio, pero sólo a descansar luego de los combates", a lo que Hidalgo le respondió: "Nuestro trabajo es evitar que elementos de la insurgencia se pasen a Ecuador".
Torres indicó que "Hidalgo lo reportó al mando y dijo que no la capturó porque no quiso arriesgar la vida de los hombres que estaban a su cargo", pero el Comando Conjunto de las FFAA lo relevó de su cargo el mismo día, y aunque otros militares volvieron a la zona no encontraron a los guerrilleros.
Al parecer, en un segundo operativo ecuatoriano se incautaron de documentos en el campamento guerrillero (que Torres reproduce en su libro), entre ellos una libreta del líder Luis Edgar Devia, alias "Raúl Reyes", segundo al mando de las FARC y que murió en el bombardeo colombiano en Angostura, en territorio de Ecuador, el 1 de marzo de 2008.
"En ese (segundo) patrullaje ellos encuentran una serie de materiales y, sobre todo, el cuaderno de Raúl Reyes, en el cual él describe escenarios políticos y escenarios de las elecciones de Ecuador. Él tenía mucha información", afirmó Torres.
Por otro lado, Torres se refirió a la una supuesta red de contactos que las FARC mantienen en Ecuador, un tejido a diferentes niveles, pero que el mismo reportero admite que no ha logrado probar.
"No tengo ningún documento o algo más testimonial de que estén estructurados con el Gobierno" del presidente Rafael Correa.
"Ellos (las FARC) necesitaban una red de abastecimientos, contactos políticos y Ecuador se convirtió en una zona indispensable porque en Colombia había mucha presión del Ejército y (aquí) podían tener facilidades, de hecho, tienen en la actualidad, para moverse en la franja" de frontera, según Torres.
Según el periodista, "una salida política, es la única que Colombia debe entender" ante la problemática de la violencia. (EFE)
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