Quito. 5 may 97. El ambiguo discurso de Jaime Nebot, que dejó
interrogantes en el país; el entusiasmo de Rodrigo Borja, al
retomar las riendas de su partido y la separación de Freddy
Ehlers de Pachakutik y de la Coordinadora de Movimientos
Sociales, bien pueden ser considerados como el "rentrée" a la
actividad política, de los más seguros candidatos
presidenciales del 98.

Pero el panorama electoral es aún difuso. El tiempo no es el
más propicio para que los candidatos echen a rodar sus
estrategias, cuando el país tiene por delante una consulta
popular y, quizá, una nueva elección para integrar la Asamblea
Nacional.

De todas formas, Jaime Nebot y Freddy Ehlers, las dos figuras
con más alto perfil -léase intenciones de voto- dieron ya sus
primeros pasos, al marcar distancia con sus estructuras, en la
certitud de que una atadura ideológica, es un serio obstáculo
para llegar a Carondelet. Y al demostrar que rompen con el
anquilosamiento partidista.

La decisión de las dos figuras son similares, pero diferentes
a la vez. Mientras Nebot quiere desligarse de la marca
socialcristiana, el partido más representativo de la derecha,
Ehlers intenta tomar distancia de la izquierda, en la
convicción de que el país no está todavía preparado para votar
para presidente, por alguien que represente a los sectores
contestatarios del país.

Pero hay algo más. La maniobra de Ehlers puede también
entenderse como un mensaje a Rodrigo Borja, su mayor promotor
en la campaña pasada, convertido hoy en un rival de quien le
será difícil deshacerse.

"Van a disputarse el mismo electorado y nadie sabe cómo
terminará el asunto", dice un analista, que no deja de
ironizar sobre las sorpresas de la política, al recordar que,
en la pasada campaña, Borja aupó a Ehlers.
Pero hay algo más...

La distancia de Ehlers del Movimiento Pachakutik y de la
Coordinadora de Movimientos Sociales parece probar las
versiones de un cierto descontento de esos sectores con el
comportamiento de Ehlers, en quien no encuentran posiciones
contundentes frente a temas que ellos consideran vitales.
Estos sectores que respaldaron a Ehlers, de forma entusiasta,
en 1996, hoy parecen sentirse mejor con Alberto Acosta.

No pocas voces aseguran que las propuestas del analista
económico, cuando se refieren a temas como la deuda externa,
las áreas estratégicas, etc., son mucho más claras y
coincidentes con sus objetivos que las del periodista, quien
da la impresión de no tener sustento a la hora de tomar
posturas. Y cuando en otras ocasiones prefiere "abstenerse" de
comentar sobre hechos fundamentales, como en el caso de la
intervención de Fujimori para "liberar" a los rehenes de la
residencia del embajador de Japón en Lima.

El Movimiento Pachakutik y la Coordinadora de Movimientos
Sociales también ven con buenos ojos a Paco Moncayo, un
militar que en los próximos meses dejará las Fuerzas Armadas y
cuyas posiciones coinciden con las reivindicaciones sociales.

El caso de Nebot parece menos dramático, pero tampoco fácil de
conseguir.

Se sabe que el sueño de Nebot es formar un gran Frente
Nacional, en el que estaría un buen sector de la Democracia
Popular y, sobre todo, muchos independientes, para quienes
apoyar un candidato presidencial del PSC es una suerte de
estigma, pero que estarían gustosos en respaldar a un Nebot
independiente.

En busca de la fórmula perfecta

La certeza de que para ganar las elecciones presidenciales es
imperativo unirse, parece explicar la actitud de los
aspirantes a la primera magistratura, en su afán por ampliar
su base de sustentación y da pistas sobre lo que las fuerzas
políticas pueden hacer, de cara al 98.
Bajo esta perspectiva, hay varios escenarios posibles.

Para comenzar, la salud del alcalde de Quito, Jamil Mahuad,
"el mayor activo de la DP", en criterio de Ramiro Rivera,
impedirá a ese partido participar con candidato propio en los
comicios; los demopopulares no tienen un segundo hombre fuerte
para enfrentar una elección.

Rodrigo Borja, Freddy Ehlers y Jaime Nebot lo saben. También
saben que ese electorado es fundamental a la hora de contar
los voto. Por eso, un acercamiento con ellos es fundamental. Y
aunque lo "natural" sería que los "verdes" prefieran a Borja o
Ehlers, que a Nebot, las cicatrices de las campañas pasadas
no serán fáciles de sanar; en tanto que la "modernización" de
los estatutos de la DP, liderada por Osvaldo Hurtado les abre
una puerta hacia la centro-derecha.

Las grabaciones

Para quienes duden de que una fórmula Nebot-Verduga no está en
la mira de los dos políticos, hay que recodar las escuchas
telefónicas hechas por el PRE, en febrero, que posibilitó que
el país se entere de que entre el dirigente del PSC y el
ministro de Gobierno hay, por lo menos, algunas coincidencias.
Tampoco se debe olvidar que Franklin Verduga, hermano del
ministro y coideario de Nebot es un puente de contacto de los
dirigentes.
Pero Nebot tendría otras opciones. Una fórmula con la
dirigente Nina Pacari o el diputado Miguel Lluco no está
descartada, más aún si Ehlers se distanció del sector al que
pertenecen los indígenas.

Por eso Freddy Ehlers se mueve con cautela. Cuentan que Carlos
Solórzano es considerado por sus asesores como un compañero
"perfecto" para una dupleta electoral.

El perfil del presidente de la Corte Suprema de Justicia
crece, cada vez que emite una providencia, mientras que el
periodista y político cada domingo "entra" a los hogares
ecuatorianos, y mantiene alta su imagen.

¿Y qué le queda a Borja? Dicen que el líder socialdemócrata
tampoco descarta una alianza con Solórzano, a quien considera
fundamental en el proceso de moralización del país.

La impresión respecto que la participación de los
presidenciables pasa por encontrar la fórmula perfecta es una
realidad. De allí que Heinz Moeller, quien no oculta su afán
de terciar en los comicios, parece haber comenzado por este
nivel: asegurar primero un binomio, antes que hablar de su
candidatura.

Se sabe que a Moeller no le desagrada juntarse con César
Verduga o con Alexandra Vela. Su actual cercanía con el
ministro de la Política es un punto a su favor, a la hora de
tomar las decisiones.

Con este panorama, lo que sucederá en 1998 es incierto.
Igualmente no se sabe el destino que tendrán las bases del PRE
que, sin su líder, pueden inclinar la balanza en favor de
cualquier candidato. A ellas habrá que tomarlas en cuenta.
(DIARIO HOY) (P. 3-A)
EXPLORED
en Autor: Thalía Flores - [email protected]

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