Quito. 09.07.94. Cayambe es un lugar especial para la cultura
quichua. De acuerdo a un estudio realizado por Gustavo Guayasamín,
allí hay un día en el año, en marzo, en que el sol no tiene sombra.
Allí sólo allí, nace el tiempo, el nuevo año, la vida nueva, el
fuego nuevo. Es el territorio del diablo huma, ese personaje que
tiene dos rostros, de tal manera que nunca deja de mirar al sol y
que ahora en junio y julio recorre los caminos y las calles
presidiendo a los danzantes.

Cayambe también fue la tierra de la Federación Ecuatoriana de
Indios y de gente comprometida con su destino. Por los años treinta
se destacaba Rubén Rodríguez, joven cayambeño que al decir de
algunos era la pesadilla de los hacendados. En esa historia local,
como la de tantas ciudades y pueblos de la serranía ecuatoriana era
el visionario enamorado de un mundo menos injusto. Esa vida, como
es inevitable encontró su término. El momento en que la sangre
reposa decían los mayas.

Hace unos diez años, otro joven Gabriel Serrano inició un largo
periplo. Abandonó Quito dejando lo que generalmente los jóvenes
buscan y se fue a Cayambe a trabajar con los salesianos, en la Casa
Campesina. Italia fue un nuevo destino. Luego retornó a Cayambe,
con una mujer y un hijo, a vivir su compromiso con los indios de
Ayora.

Con sus manos y la ayuda de comuneros levantó su casa, junto al río
que una tarde lluviosa de junio, fue el encargado de exigirle el
más duro de los tributos que sin preguntar, ni explicar la vida
exige: la vida de un quinde, la de su hijo. De ese dolor comenzaron
a nacer de Gabriel flores y árboles, madera y piedra hasta
convertirse en jardines que tienen la magia de atraer quindes y
niños.

Las dos vidas se unen en un parque que rompe la historia de
cemento, concreto y metal de los parques de las ciudades. Un
espacio de madera, pasto, flores, piedras, agua y árboles nativos.
El parque fue diseñado por Gabriel Serrano y lleva el nombre de
Rubén Rodríguez. El 19 de junio, por las fiestas de San Pedro lo
inauguraron. Es una nueva propuesta que obliga al ciudadano a
reflexionar, a recrear la relación que tiene con su entorno, con el
espacio público, con ese mundo escencialmente simbólico de la
ciudad.

HISTORIA DE UN PEQUEÑO COLIBRI

Entre flores, jardines y parques. Así vive Gabriel Serrano junto a
su esposa de origen italiano y sus dos pequeños hijos. Rodeada de
un hermoso paisaje, la casa de Gabriel -ubicada en el sitio
bautizado por él mismo como Playa-río, en la parroquia de Ayora-
esta fabricada de manera sencilla pero muy diferente.

Entre los elementos que Gabriel utilizó para construir la vivienda
predominan la madera, el carrizo y la piedra; materiales que le dan
a la estructura un espacio espléndido para habitar.

Gabriel Serrano es un apasionado por los parques y jardines; por
eso toda la propiedad en la que vive esta sembrada de la más
variada especie de plantas y flores que existen en el país; algunas
incluso fueron traídas desde Italia.

Esa pasión que Gabriel siente por los jardines le impulsó a crear
"El Quindi" una propuesta de trabajo conjunto de obreros, artesanos
y técnicos en jardinería que se desarrolla de acuerdo a la
paisajística de la zona. "El objetivo es, según explicó Gabriel,
usar elementos decorativos sencillos y prácticos en medio de
plantas estacionales y nativas".

El atractivo turístico de Cayambe se ha ido mermando a causa de dos
factores: la construcción de la nueva panamericana
Tabacundo-Tupigachi-Cajas, que disminuyó la circulación vehicular
por Cayambe; y la paulatina e indiscrimanada tala de árboles que ha
incidido en la depredación del medio ambiente.

Frente a esta circunstancia, el proyecto "El Quindi" de Gabriel
Serrano pretende desarrollar en esta zona un "Coletivo de
jardinería" con la formación y capacitación de jóvenes jardineros;
el equipamiento, la construcción y el mantenimiento de jardines
privados y parques públicos; y, el estudio y la ejecución de una
propuesta ecológica simple pero concreta de Cayambe.

"Esto sería más bien como un plan piloto tendiente a controlar la
emisión de desechos sólidos, cuidado de ríos y playas, señalización
de senderos y caminos turísticos, ornamentación urbana, entre
otros", señala el mentalizador de "El Quindi".

Y LOS TEJADOS VUELAN EN EL CIELO

"La idea es jugar, jugar defendiendo el medio el medio ambiente. Es
un juego por la vida, por los colibríes, por los ríos, por los
árboles, con criterios prácticos y sencillos". Así explica Gabriel
Serrano su propuesta presentada al Municipio de Cayambe para
construir el parque Rubén Rodríguez, inaugurado el pasado 19 de
junio.

Según explicó Gabriel, este novedoso parque cuenta con elementos de
paisajística característicos de la zona. En él se colocaron
materiales decorativos del medio: pingos de eucalipto inmunizados
y revestidos, teja, rocas volcánicas y troncos.

Asimismo, el parque está decorado con varias estructuras de madera
tales como una torre, puente, juegos infantiles. El piso fue
recubierto con piedra limón rebocada.

El valor artístico del parque está en la combinación de elementos
de paisajística propios del medio con una bien lograda obra de
jardinería curvilínea. Los verdes potreros cayambeños se pintan en
el parque con la nitidez del césped que delimita áreas y
jardinería.

Plantas y flores juegan con sus colores en medio del verde y fondo
obscuro de las estructuras de madera.

Flores estacionales y largueras en medio de arbustivas y nativas.
Arboles nativos dispersos en todo el parque. Cerramientos
protectivos en madera cuidan el crecimiento de plantas que se
desarrollan en follaje y floración.

La madera de eucalipto rendonda "pingo" preservada y revestida en
tono obscuro forma robustas estructuras decorativas y juegos
infantiles. Pequeños tejados vuelan en el cielo. El lago jardinera
hay que cruzarlo por el puente de madera. Sencillos faroles de
hierro alumbran los andenes del parque. Cómodos basureros facilitan
la limpieza.

La idea de darle una nueva cara a Cayambe proviene del presidente
actual del Concejo Municipal, Fausto Jarrín, es un hombre bastante
sensible que prefirio, en vez de construir una mole de cemento
quizo cambiarle la imagen.

Es tal su interés por conservar el medio ambiente que en su
administración se creó el Departamento de Parques y Jardines. La
construcción del parque se inició hace seis meses y tiene un costo
aproximado de 70 millones de sucres.

En su construcción participaron artesanos cayambeños, explica
Gabriel Serrano. Es una obra muy sencilla, bonita y económica, que
mantiene toda una serie de elementos de la zona. Es un proyecto que
constituye un Cayambe en chiquito, dijo. (6B)
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 09/Julio/1994

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el