Las evaluaciones del paro de Pichincha fueron opuestas. Mientras el Gobierno lo calificó como un fracaso, las autoridades seccionales (el alcalde Paco Moncayo y el prefecto Ramiro González) lo catalogaron como un triunfo.
Luego de mantener una reunión con el presidente Gutiérrez, con quien monitoreó el desarrollo de la protesta, Ayerve descartó la posibilidad de una mediación de la Iglesia o de organismos internacionales, que él mismo había sugerido. "No será necesario. Queda, en estas próximas horas, definir quiénes serán los responsables de conformar la comisión calificadora que permita escoger a los magistrados de la nueva Corte", agregó.
Por la noche, el presidente Gutiérrez aseguró: "Creo que ha ganado este inmenso país real, profundo, trabajador y ha perdido ese minúsculo país político, que de espaldas al pueblo y engañándolo en su beneficio personal intentaron paralizar Quito y Pichincha".
Moncayo, en cambio, dijo que nunca se convocó a una marcha, sino a concentraciones en diversos puntos de la ciudad, para evitar enfrentamientos con la Policía. Según dijo, la idea de la medida era que la ciudadanía actuara en sus respectivos barrios, comunidades o parroquias y en los 15 puntos de concentración. Y sostuvo que la Asamblea de Quito se reunirá en las próximas horas para evaluar la medida y continuar con las movilizaciones por la dignidad y la democracia.
A ello, el prefecto González añadió que se cumplió con el objetivo de "concienzar a las personas frente a la desgracia en la que vive el país". Se lucha, dijo, porque no se viva en una dictadura y se retorne al estado de derecho. (MA-GC-PBM)

La Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema, convertidas en búnkers

Operativos de control comenzaron temprano; Omar Quintana y Guillermo Castro ordenaron que no se abriera el Congreso y la CSJ

Los alrededores de las sedes de las tres funciones del Estado fueron fuertemente custodiadas por miembros de la Policía y del Ejército.
En el Palacio de Carondelet, pese a que se dijo que había tranquilidad, se ordenó sitiar el complejo a tres cuadras a la redonda, con 1 000 uniformados, entre policías y militares. Ninguna vía de acceso a la Plaza Grande fue descuidada. Allí se ubicaron barricadas, alambres y piquetes de la fuerza pública, para impedir el tránsito de personas y vehículos.
Únicamente ingresaron los empleados públicos con sus credenciales por la intersección de las calles Benalcázar y Mejía. La prensa ingresó pasadas las 10:00, bajo la condición de no salir de Carondelet, ni siquiera a los pretiles.
El secretario de Comunicación de la Presidencia, Iván Oña, justificó el despliegue de seguridad: "En casos especiales como este, se redobla el control. Es lógico que se proteja la Casa de Gobierno". En la Corte Suprema de Justicia de facto y en el Congreso, que permanecieron cerradas por orden de sus presidentes, Guillermo Castro y Omar Quintana, respectivamente, también hubo un fuerte control, aunque no mucho trabajo.
A la Corte llegaron grupos de Ciudadanos por la Democracia y de la Administración Norte del Municipio. Al Congreso ni siquiera pudieron acercarse, porque se frenó a los manifestantes en las inmediaciones del Consejo Provincial de Pichincha, donde hubo una lluvia de gases lacrimógenos. (GC-MAR-GFS)

El debate de la crisis jurídico-política continuará según oposición y Gobierno

En un manifiesto, la Federación de Judiciales dio su apoyo a los vocales de la Judicatura destituidos por el pleno de la CSJ de facto

En un solo punto hay acuerdo entre la oposición y el Gobierno, aunque mantengan objetivos distintos: seguir discutiendo la crisis de la Corte Suprema de facto. Los primeros con la esperanza de cambiarla y los segundos, para ganar tiempo en favor de ella.
Ayer, el ministro de Gobierno, Óscar Ayerve, repitió que el escenario donde se debe encontrar una solución a la crisis es el Congreso y que, en su condición de colegislador, el Ejecutivo insistirá en los diálogos, sobre los cuales dijo sentirse optimista, con base en su proyecto de Ley Orgánica de la Función Judicial. Además, sostuvo que lo único que el presidente puede hacer es pedir al titular del Legislativo, Omar Quintana, que convoque a sesiones extraordinarias para analizar el tema.
La oposición, en cambio, confía en haber logrado el respaldo que le faltaba, tras las protestas. Incluso, los diputados Ernesto Pazmiño, Hugo Ruiz y Myriam Garcés (ID), y Julio González (PK) estuvieron en las calles para medir el apoyo.
A nivel de la Función Judicial, los trabajadores desconocerán las resoluciones de la CSJ de facto que destituyó a los vocales de la Judicatura, Germánico Maya y José Robayo, por liderar el paro judicial.
El presidente (e) de la Fenaje, Girar Vernaza, señaló que los magistrados nunca respetaron el debido proceso.
Por otro lado, la Cámara de Industriales planteó que la Curia y el Consejo de Universidades haga de mediador en la búsqueda de una salida al tema de la Corte de facto. (GC-MAR-CB)

Algunos hechos

El jefe del operativo de seguridad de la Corte, Oswaldo Aguilar, dijo que la disposición era permitir la protesta, mientras no se atentara contra la propiedad.

En las dependencias del Consejo de Seguridad Nacional se concentró un numeroso grupo de militares listo para actuar si había problemas.

Las labores en la Fiscalía General del Estado y en el resto del Ministerio Público se desarrollaron con normalidad y escasa vigilancia pública.

A la altura del edifico Benalcázar 1 000, el alcalde de Quito y el prefecto de Pichincha fueron abucheados. Decían que la ID buscaba oportunismo electoral.

Esas decenas de personas, sin embargo, también pedían la salida inmediata de las tres funciones del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Un grupo de indigentes, cargadores y vendedores de mercado estuvieron en San Francisco para recibir comida y sumarse a la marcha del Gobierno.

Carlos Arboleda, quien estuvo en la marcha pro Gobierno, se fue a su oficina de la AGD al mediodía, "para trabajar como el resto del país".

El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Víctor Hugo Rosero, mantuvo una larga reunión con el presidente Gutiérrez, a puerta cerrada.

Los heridos suman 79 en las protestas callejeras

Los casos se registraron en Quito; en las otras provincias no hubo lastimados

Los servicios de emergencia y socorro, 911 y la Cruz Roja, reportaron 79 personas heridas durante la jornada de protestas de ayer. La mayoría fue por asfixia, caídas, empujones e impactos de bombas.
Tres personas debieron ser trasladadas a casas de salud por impactos de bomba: Édgar Zúñiga, recibió el golpe en su oreja; Patricio Velásquez, en una de sus piernas; y una tercera persona, en la cabeza. Además, tres policías fueron llevados al hospital de su institución.
Pese a que la represión de la Policía y del Ejército fue similar a la semana pasada, la cifra de heridos disminuyó. En las jornadas del martes 5 y miércoles 6 de abril hubo más de 100 personas lastimadas.
En Azuay se habría producido una denuncia sobre dos personas heridas, pero el hecho no fue confirmado. En Chimborazo e Imbabura no se registraron lastimados. (APG-SL)

Marcha en favor de régimen se da en el centro histórico

Sociedad Patriótica reunió alrededor de 4 000 personas en plaza de San Francisco

El Gobierno también tuvo su protesta ayer. Luego de tres horas, aproximadamente 4 000 personas, muchas de Guayas y Manabí, lograron reunirse en la plaza de San Francisco, para gritar vivas a favor del presidente Gutiérrez, como "¡una sola lucha!" o "¡en la lucha del pueblo, nadie se cansa!".
La concentración comenzó en la plaza de La Merced, en el centro de Quito, donde un pequeño grupo gritaba y paraba a los pocos carros que circulaban por el lugar, para obligarlos a pitar. Cuatro calles más abajo estaban unas 500 personas con pitos en la boca, palos y carteles con la cara de Gutiérrez y varias leyendas, que luego se les unieron.
Mientras se acercaba el mediodía, llegaron más personas, entre ellas, el gerente de la AGD, Carlos Arboleda, quien en vano trató de unir a los grupos que se habían formado y liderar la caminata hasta San Francisco. No obstante la caminata se dio. (EA)



Quito, ciudad acorazada por el paro

Dos cercos policiales se ubicaron en Santa Prisca y en los bajos del Banco de Fomento. Alrededor de 2 000 manifestantes se dispersaron debido a que la Policía lanzó bombas lacrimógenas sin parar. Una nube gris cubría el sector ubicado entre la avenida Patria, El Arbolito y la Plaza de la República. Los participantes de la huelga no lograron llegar al Congreso ni a la Plaza Grande, cercados por cientos de uniformados. Entre tanto el ministro de Educación dijo que se reanudan las clases desde hoy

La vigilia empezó el martes. Alrededor de 200 estudiantes de la Universidad Salesiana intentaron llegar al Palacio desde las 21:00. Los 300 policías que cercaban la Plaza Grande lo impidieron.
También, en la Plaza de la República, a eso de las 22:30, otro grupo de jóvenes entonaba canciones de JJ, Pueblo Nuevo, las más solicitadas. Pablo García (35 años) salió de su casa la mañana del martes. A su esposa le dijo que no llegaría a dormir porque iba a participar en la vigilia: "Este es mi país y no pienso dejar que estos políticos acaben con mi tierra y, de paso, con el futuro de mis hijos".
Ayer, unos 50 malanochados tomaban café caliente. A las 07:00, salieron a la esquina de la av. Diez de Agosto y Arenas a encender llantas y obstaculizar el tráfico vehicular. La Policía lanzó bombas lacrimógenas.
Durante el día, en esta zona se concentraron centenares de protestantes que querían avanzar al Congreso, pero fueron repelidos con violencia.
También, cerca de 100 mujeres con sus hijos cerraron la av. Oriental. Rosa Pilacuán, dirigente de los condominios Itchimbía, salió porque "es indignante ver lo que está haciendo con el Ecuador". En una asamblea general, los vecinos decidieron apoyar el paro y se turnaron, entre adultos y niños, a lo largo del día, para mantener la medida: "Los guaguas deben aprender a defender sus derechos".
Un escuadrón de 15 militares impidió el cierre completo de la vía. El subteniente Andrés Velasteguí, responsable del operativo de seguridad, cumplía la orden de que se respete a las personas que no desean participar del paro: "Nosotros no queremos agredir a nadie".
Hubo "despistados": Rodrigo Quintero, a las 11:00, esperaba a sus compañeros del Foro Urbano para concentrarse y marchar hacia el Consejo Provincial. Nadie llegó: "Igual marcharé. Voy a ir al parque de El Arbolito para ver qué hay y sumarme a la protesta contra la corrupción".
Pocos salieron de viaje. En la terminal terrestre hubo poca gente. Según el coordinador César Zapata, a diario salen 1 100 unidades, pero ayer hasta el mediodía no sumaban ni 100. Lady Mendoza (17 años) quería llegar a Santo Domingo de los Colorados, pero las cooperativas que van a ese cantón pichinchano no laboraron: "No sé qué hacer. Me quedé atrapada en Quito y tengo que ir de urgencia a mi ciudad".
Blanca Mendieta, de la Asociación de Comerciantes Cumandá, madrugó para llegar a su puesto de trabajo. Hasta las 11:00, no vendía nada: "A esta hora ya saco lo de la comida cuando está malo el día. Pero ahora creo que me tocó ayunar".
Pero cuando la paralización en Quito parecía haber concluído, desde las 21:00 unas 5 mil personas, convocadas por Radio La Luna, se reunieron en la tribuna de la Av. Los Shirys, donde, con cacerolazos y haciendo sonar las vocinas de sus automoviles, pidieron la salida del presidente Gutiérrez.
Luego, los manifestantes fueron hasta el edificio de la CSJ. Allí, la Policía los reprimió con bombas lacrimógenas, que incluso fueron lanzadas al cuerpo de los manifestantes, algunos de ellos niños y ancianos. Pasadas las 00:00, los manifestantes se retiraron. (RGC-PBM)

Angélica Martínez regresa a casa en taxi con su bebé

En los hospitales públicos sí se atendió en áreas de emergencia; hubo pocos pacientes

Susana Nesevilla, de 45 años, a las 08:00, llegó desde Tumbaco a la Maternidad Isidro Ayora en la moto de su hijo. No encontró buses. Tenía urgencia de ver a su nuera Angélica Martínez, quien dio a luz el domingo. Le avisaron que le darían de alta. Susana salió a toda para pagar la cesárea sin saber que no tenía costo y para llevar a su cuñada de vuelta a casa: "Encima me va a tocar alquilar taxi".
En los hospitales públicos de la capital, los servicios de hospitalización y emergencia fueron normales. Lo que permanece suspendido por el paro médico es consulta externa.
En el Eugenio Espejo, a las 11:30, ya se habían atendido más de 60 urgencias.
De 120 atenciones diarias promedio, ahora son 180: "Y es que desde la paralización, hay más pacientes, pues no tienen adónde más acudir", agrega Vicente García, jefe de Emergencias.
Al norte, en San Carlos, en el hospital Pablo Arturo Suárez, a la sala de emergencias solo llegaron tres pacientes hasta las 13:00, y el personal médico cumplía sus horarios. En la zona, tampoco hubo manifestaciones. En el hospital Enrique Gárces, en el sur, nadie salió a protestar. Igual se atendió en la unidad de Emergencias. Nelly Aguas, jefa de personal, indicó que un 5% del personal no llegó a trabajar. (GV-PAG-NJ)
EXPLORED
en Ciudad QUITO

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