Munich. Alemania. 06.02.95. El Secretario norteamericano de
Defensa, William Perry, exhortó hoy a sus aliados europeos a
ocuparse seriamente de la amenaza del integrismo islámico en la
cuenca del Mar Mediterráneo, durante un foro de altos
responsables políticos de la OTAN en Munich, sur de Alemania.

"La inestabilidad que se extiende a lo largo del Mediterráneo no
sólo amenaza a los regímenes amigos del norte de Africa, sino
también las perspectivas de una paz global en el Oriente Medio",
afirmó Perry.

Esa inestabilidad "también amenaza a Europa con nuevos problemas
de seguridad como el terrorismo y la proliferación de armas de
destrucción masiva", explicó el responsable de la defensa de
Estados Unidos.

"Algunos aliados (europeos) se resisten a dispersar recursos cada
vez más reducidos, en tanto otros se resisten a comprometer la
Alianza (Atlántica) en amenazas militares que no son
tradicionales", afirmó Perry.

Estados Unidos estima que la ampliación de la OTAN hacia el este
de Europa no debe impedir la atención en los problemas de
seguridad en la cuenca del Mediterráneo, que incluye el aumento
del integrismo islámico y la crisis en los Balcanes.

LA VERDADERA AMENAZA PROCEDE DEL SUR

La OTAN hace bien con mirar al este y a Rusia, pero tampoco debe
perder de vista que las reales amenazas inmediatas le vienen del
sur, advirtió hoy, domingo, el Secretario de Defensa
norteamericano, William Perry.

Perry tomó la palabra en la última sesión de la Conferencia de
Política de Seguridad de Munich, la antigua "Wehrkundetagung"
(jornada de ciencia de la defensa) y que celebró en este año su
32 edición.

Focos de tensión han surgido en el Mediterráneo, en el suroeste
de Asia, en los Balcanes y en Africa del Norte, y no se trata de
un problema que afecte sólo a la Europa meridional, precisó el
Secretario de Defensa.

Perry lamentó que la OTAN no haya hecho nada hasta ahora por
afrontar realmente esas amenazas, y se refirió en concreto a los
propósitos tomados por los ministros de Defensa en su reunión de
Sevilla sobre seguridad en el Mediterráneo y los de diciembre
pasado sobre un reforzamiento de los cascos azules en Bosnia, sin
que hubiese resultados concretos.

"Algunos aliados titubean a la hora de destinar recursos cada vez
más escasos, otros se resisten a que la Alianza se vea envuelta
en riesgos militares no-tadicionales", constató.

Pero Perry señaló que la inestabilidad que se expande a través
del Mediterráneo no amenaza sólo a los regímenes amigos del norte
de Africa o el futuro del proceso de paz en Oriente Medio, sino
que plantea también a Europa nuevos problemas sociales y de
seguridad, como el terrorismo o la proliferación de armas de
destrucción masiva.

El Secretario de Estado invitó a los aliados a que clarifiquen
toda una serie de cuestiones que requieren respuesta, como la de
si la OTAN debe entablar un diálogo de seguridad y relaciones con
los Estados del norte de Africa que se muestren receptivos a tal
posibilidad, y cómo han de ser esos diálogo y relaciones.

Perry se refirió en ese contexto a que varios países de la
Alianza mantienen ya acuerdos de seguridad bilaterales con
naciones del norte de Africa, ejemplo que la OTAN, si así lo
decide, podría seguir.

También el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Klaus Kinkel,
se refirió en un breve discurso al Mediterráneo, ámbito en el
que, dijo, vivirán hacia el año 2035 unos 400 millones de seres
humanos, una gran masa de jóvenes que pide puestos de trabajo y
perspectivas de futuro, y si sus esperanzas no se cumplen, podrán
surgir muchas crisis como la de Argelia.

Kinkel abogó por ello por "ayudas para la autoayuda" y comercio
libre, a fin de que los países puedan crear estabilidad mediante
la modernización de sus economías.

"No debemos cometer el error de convertir el islam en el
antagonista. No buscamos el choque de las culturas, sino el
diálogo de las culturas", añadió.

BOSNIA INQUIETA A LA OTAN

Bosnia fue el punto más controvertido de la 32 Conferencia de
Política de Seguridad que terminó hoy, domingo, en Munich, en la
que la OTAN, atacada de falta de credibilidad y de inoperancia,
se esforzó por sacar de la crisis lecciones para el futuro.

Para el Secretario de Defensa norteamericano, William Perry,
"Bosnia es un ejemplo de los desafíos que la Alianza afronta en
un mundo de después de la Guerra Fría, y muestra lo que somos
capaces de hacer".

Perry recordó la rápida respuesta aérea de la OTAN de hace un año
a la bomba en el mercado central de Sarajevo, y que supuso una
"importante lección positiva". Con una precisa definición de los
resultados deseados, apoyada por misiones militares realizables,
puede influir la OTAN sobre esfuerzos pacificadores.

En Bihac, en cambio, ve el secretario de Defensa una lección
negativa para la OTAN, ya que la ONU, aunque incapaz de poner fin
a los combates, no pidió ayuda a la OTAN por temor a represalias,
y "la OTAN tuvo que pagar un alto precio a costa de su
credibilidad".

Según Perry, la Alianza tiene que aprender de su experiencia
bosnia y saber en el futuro exactamente a dónde quiere llegar,
qué se compromete a hacer, si se trata de operaciones militares
limitadas o de una expansión de sus garantías de seguridad.

En cuanto al papel de la OTAN en el conflicto de la ex
Yugoslavia, numerosos participantes en los debates de hoy y del
sábado insistieron en que muestra la absoluta necesidad de que la
Alianza clarifique de una vez cuál ha de ser su cometido, una vez
superada la confrontación este-oeste de la que nació.

Para el ministro de Defensa alemán, Volker Rühe, la lección que
la OTAN ha de sacar de su experiencia en Bosnia es que no puede
ser "sólo órgano ejecutor", que en el futuro actúe por orden de
la ONU únicamente "cuando todos los aliados acepten los objetivos
políticos, cuando exista una línea militar-operativa realizable y
cuando pueda desplegar sin restricciones sus fuerzas y medios".

Su predecesor en el cargo, el también cristianodemócrata Rupert
Scholz, le secundó al afirmar que la OTAN, en su actual
estructura, no sirve como "receptor de mandatos", ya que como
simple ejecutor de órdenes de la ONU resulta imposible impedir
que afloren los intereses e inclinaciones nacionales y minen su
tarea.

El ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, ve en el
conflicto de Bosnia la mejor demostración de la urgente necesidad
de que Europa llegue a ser capaz de asumir su propia defensa,
objetivo al que dedicó un discurso pronunciado el sábado, y que
provocó algunas susceptibilidades entre los invitados
estadounidenses, pero también entre algunos europeos.

También el ministro de Defensa alemán se mostró convencido de que
"Bosnia no es la demostración del fracaso de la política exterior
y de seguridad común europea, sino la prueba de su urgente
necesidad".

Tanto Juppé como el ministro de Defensa británico, Malcolm
Rifkind, rechazaron las duras críticas vertidas a lo largo de la
Conferencia, sobre todo por miembros del Congreso de Washington,
que denunciaron lo que ven como total inoperancia de Europa y
Occidente en general, que la población bosnia, sobre todo la
musulmana ha de pagar con duros sufrimientos.

Richard Perle, del "Americdan Entreprise Institute", uniéndose a
los alegatos de congresistas por el levantamiento del embargo de
armas para Bosnia, había abogado con anterioridad abiertamente
por una retirada de los "cascos azules" de las zonas de
conflicto.

Las fuerzas de la ONU no pueden cumplir sus cometidos y su
presencia podría ser vista incluso como protección de los
territorios conquistados por los serbios, por lo que ha llegado
posiblemente el momento para su ordenada retirada, seguida del
levantamiento de armas, aun a riesgo de que siga una guerra más
amplia, declaró Perle.

El ex general de la OTAN, Wolfgang Altenburg, admitió en su
respuesta al norteamericano que puede haber razones para pedir la
retirada de las tropas de la ONU, pero hay que saber que, al
hacerlo, se abren las puertas para que "empieza la verdadera
guerra".

El presidente de la oposición socialdemócrata alemana, Rudolf
Scharping, advirtió en su ponencia sobre seguridad transatlántica
contra toda forma de iniciativas en solitario "que minan la
solidaridad en el seno de la Alianza".

Para Scharping, un ejemplo de ello lo constituiría el
levantamiento unilateral del embargo de armas para Bosnia, que
aumentaría dramáticamente los enfrentamientos, haría aún más
difícil la ayuda humanitaria y, en último término, erosionaría
aún más la credibilidad de la OTAN y la capacidad de actuación de
la ONU.

El presidente del Partido Socialdemócrata (SPD) instó por ello al
Congreso estadounidense a que tenga en cuenta las consecuencias
de tales iniciativas, tanto en la cuestión de Bosnia como en
otros asuntos esenciales para la seguridad de Europa, como las
relaciones con Rusia o la ampliación de la OTAN.

Y una retirada de las tropas de la ONU "conllevaría un grave
reforzamiento de la guerra y aumentaría aún más los sufrimientos
de la población", por lo que sería "irresponsable" todo acto que
favorezca tal evolución, añadió. (EFE) (12A)
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en Ciudad N/D

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