OLIMPO CARDENAS: CON SU VOZ Y SU PINTA DE SIEMPRE

Quito. 12.02.91. Todo empezaba en un día de 1923. La tierra
húmeda de Vinces, el calorcito cubriendo los cuerpos de los
niños que chapoteaban en el río, mientras la canción de
amanecida comenzaba ya sonar. Esa mañanita sería la que daría
a luz a una de las grandes voces del pasillo: Olimpo Cárdenas,
la voz gemela de Julio Jaramillo.

Tenía dos años cuando sus padres murieron. Pequeñito viajó a
Guayaquil en brazos de su madrina, doña María Orellana de
Morejón, quién le brindó ayuda y golosinas de la tiendita de
su propiedad.

"Echele no más/ échele lleno/ hasta el borde/la copa de
champán" sonaba ya en la radio y la rockola la voz de
Carlitos Gardel, Agustín Magaldi, el tango y Pedro Vargas. En
"La voz del litoral" se escuchaba la voz un niño de ocho años
todavía enredado entre cables y micrófonos "Yo la quize
muchachos y la quiero/ yo me emborracho por ella/ y ella quién
sabe que hará..." mientras la madrina, emocionada, le
preparaba el traje de gala para una nueva audición.

"Luego, a los 18, intervine en un programa de aficionados que
se llamaba "La corte suprema del arte" en la emisora RCE de
Guayaquil" cuenta el maestro Cárdenas, aún con la pinta y la
voz de siempre, mientras se enciende un cigarrillo tras otro y
le invaden los mil recuerdos de las aventuras típicas del
muchachito de veinte.

Con rumbo al norte

Todas las estrellas eran del norte. Los cines estaban siempre
abarrotados con películas mexicanas, las rancheras y la
novedad de los shows y revistas musicales, la bambalina, la
fama, el éxito.

Así comienza la aventura de salir, como cualquier muchacho,
después de haber pasado las negras, rumbo al norte, a la
conquista de los sueños..."Me topé con Carlos Rubira Infante,
y nació el dúo Cárdenas-Rubira, con él grabamos el primer
disco que se hizo en el Ecuador, lanzado por IFESA" juntos
partieron primero para Colombia, luego con Gonzalo Moncayo
formaron el trío "Los trovadores de Ecuador" y en una casa
grabadora de Cali le salió a Don Olimpo, su primer contrato
como solista.

El encuentro con JJ

A Julio lo conoció a los 18. Un día de bohemia cantamos juntos
y las voces de los dos grandes gustó mucho. Con él grabaron
seis discos de larga duración.

Recuerdos...

"Muchos, toda una vida de canción, un luto muy triste, el era
muy bueno, muy generoso y desprendido" dice Don Olimpo con un
poco más de nostalgia, con el gesto de dolor y del
pasillo.

Muchos viajes, diez años en México (del 57 al 67), toda una
vida en Colombia "porque uno se queda donde debe quedarse",
recuerdos tambien de las vueltas y revueltas del cantante
popular.

Daniel Santos, Leo Marini, Bienvenido Granda, entre otros que
fueron parte de su vida, que alternaron juntos en la canción
de siempre y que llegaron a marcar la época de la rockola.

De popularidad, amores, hijos

El grupo de "Chocolate Morales" se apresta al acompañamiento
de Olimpo Cárdenas, él, todo encachinado cuenta que "no me
gusta decir que soy famoso, yo soy popular, una popularidad
que tuvo mucho que ver con la suerte que me tocó, y eso es lo
más grato que me ha dado la vida". Está contento de volver
"todos vuelven a la tierra en que nacieron" y con el ánimo de
recorresrse en estas semanitas todos los rincones de su gente.
A Olimpo no le gusta la salsa, le gustan algunas baladas,
recuerda ese tiempo de bohemia y se califica como el
"retraído y recatado" de la época de oro.

-Y de amores, y de hijos

-¿Hijos, yo, ? ­Ninguno!

-¿Ninguno?

-Las mujeres de uno son las que tienen los hijos...

De amores...de todo se hace en esta vida. Un suspiro y supongo
que algo se le vino a la memoria.

Se dispone ya a cantar, con la mismísima voz de siempre y
haciendo un reclamo: "a las nuevas generaciones, sigan
trabajando en el pasillo, no lo dejen morir, estoy seguro de
que por allí existen muchos Julios y Olimpos
escondidos".

Definitivamente, Olimpo Cárdenas es la leyenda viviente del
inmortal pasillo, está igualito, cantando igualito, aunque
reconoce que "es el comienzo del final"..."El día que me
olvides alma mía/yo se que existirás en mi pena/ y al verme
solo triste y olvidado/ mi vida la haría arrancar/fuiste tu
todo mi ser/ mi amor todo te entregué..."

Empieza a sonar en su voz "Alma mía" mientras el "licor
bendito que quita los pesares" va empañando los ojos de aquel
de jueves noche, mientras se cierra la puerta del "Carmita" y
una muchacha limpia un vaso de cerveza derramado en la mesa de
fórmica. (C-1).
EXPLORED
en Ciudad N/D

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