OEA INTENTARA CASTIGAR A PERU Y REFORZAR SANCIONES CONTRA
HAITI. Por Enrique Guzmán de Acevedo
Nassau. 15.05.92. Estados Unidos, Canadá y 31 países
latinoamericanos están dispuestos a reforzar las sanciones
contra Haití e intentar castigar a Perú para que ambos países
retornen pronto a la plena democracia, comentaron el viernes a
la AFP diplomáticos acreditados para la Asamblea Ministerial
de la OEA, a inaugurarse el lunes próximo en Bahamas.
La Asamblea estará precedida, el domingo, de una Reunión
Informal -que nada tiene de "informal"- de Cancilleres, para
revaluar por separado la situación reinante en Perú y en
Haití, así como también para reexaminar las amenazas sufridas
por la democracia en Venezuela.
Una delegación oficial del Perú -34 Estado miembro de la OEA-
tratará de amortiguar los efectos de la creciente presión
regional para que el país sudamericano retorne con urgencia a
los cauces democráticos.
Haití, por el contrario, estará representado por el Canciller
en el exilio del depuesto presidente Jean Bertrand Aristide,
quien abogará por "mayores sanciones contra los militares
golpistas".
Los ministros reorientarán la posición hemisférica con el afán
de reforzarla, pero hoy existían aún "serias dificultades"
para lograr el consenso necesario, según confió a la AFP un
embajador sudamericano, que hizo particular referencia a la
"resistencia de México y a otros países por asociarse a la
postura mayoritaria" sobre eventuales sanciones a Perú.
Perú, Venezuela y Haití constituirán el triángulo que
monopolizará el debate hemisférico en Nassau, sobre el
atentado a la democracia y a violaciones de los derechos
humanos.
Existe la idea generalizada de imponer severo castigo a
quienes atenten contra la democracia continental, pero el
propio Secretario General de la Organización de Estados
Americanos (OEA), Joao Baena Soares, descartó la posibilidad
de "contemplar la acción militar" en cualquier caso actual o
futuro basado en eventuales reformas de la Carta del Organismo
para reforzar su rol en el área política.
Sobre los derechos humanos, Baena Soares reconoció que -según
la CIDH- "ahora, con democracias en el continente, las
denuncias sobre violaciones han aumentado".
"Antes con las dictaduras, los denunciantes tenían temor. Hoy
la democracia alienta las denuncias", agregó Baena Soares al
referirse a los dos pasados decenios (70-90) que América
Latina vivió bajo la prepotencia y la injusticia de la bota
militar.
Y, en medio de esta misma democracia generalizada, la OEA ha
visto frustrados sus esfuerzos por coronar con éxito sus
gestiones tendientes a imponer una verdadera solución a la
crisis institucional de Perú y Haití.
Voceros del organismo reconocieron la decepción del fracaso en
Perú, asegurando que "en Haití se han logrado avances, aunque
persista el problema".
En Perú, donde el pasado 5 de abril el presidente Alberto
Fujimori decidió gobernar con los militares tras suspender la
Constitución, disolver el Congreso y destituir importantes
miembros del Poder Judicial, la OEA fracasó en su intento por
abrir el diálogo entre los sectores peruanos en conflicto.
Además, vio frustradas las mieles del triunfo diplomático al
saborear con amargura la negativa rotunda de Fujimori para
recibir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) y autorizarla para visitar la cárcel asaltada por
fuerzas militares para evacuar y trasladar a otro penal a
guerrilleros que habían controlado el recinto.
En Haití, fueron los militares quienes el pasado 30 de
setiembre decidieron por la fuerza gobernar junto a los
civiles y, desde entonces, la OEA ha visto frustrada su
esperanza de lograr el "objetivo final" de reinstalar en el
poder al destituido Aristide.
Un embargo comercial hemisférico adoptado en octubre por todos
los países del continente fue violado en varias ocasiones y el
propio Estados Unidos decidió "modificar" -en favor de Haití-
el impacto de su embargo bilateral.
Sin esa arma del embargo, que en principio era la "única arma"
para luchar contra los golpistas, habrá que tener mucha
imaginación para pensar en el "próximo paso" que pueda
convencer a los haitianos del "urgente e inmediato" retorno de
Aristide al poder, pedido por los Cancilleres del Hemisferio
hace ocho meses en Washington.
El próximo paso?. Estamos decididos a hacer algo más, pero
qué hacer?, eso no podemos pronosticarlo hoy. Es muy
dificultoso. Debemos esperar la reunión de ministros. Hay
varias ideas que circulan", se atrevió a confesar un embajador
latinoamericano.
En Venezuela, la democracia también se sintió herida y
tambaleante el pasado 4 de febrero, con el frustrado intento
militar por derrocar y asesinar al presidente Carlos Andrés
Pérez.
Pérez, que pretende ser el primer abogado de la democracia
latinoamericana, fue el primero y único que reaccionó con una
inmediata suspensión de relaciones diplomáticas con Perú,
cuando Fujimori se convirtió -según sus detractores- en el
"presidente de los militares", tras su histórico y sin
precedentes autogolpe.
Según las mismas fuentes diplomáticas de la OEA, se espera que
unos 20 Cancilleres acudan a la cita. Los otros países -como
Estados Unidos, que enviará al subsecretario de Estado
Lawrence Eagleburger- estarán representados por sus
vice-ministros de Relaciones exteriores o por sus embajadores
en Washington.
HAITI. Por Enrique Guzmán de Acevedo
Nassau. 15.05.92. Estados Unidos, Canadá y 31 países
latinoamericanos están dispuestos a reforzar las sanciones
contra Haití e intentar castigar a Perú para que ambos países
retornen pronto a la plena democracia, comentaron el viernes a
la AFP diplomáticos acreditados para la Asamblea Ministerial
de la OEA, a inaugurarse el lunes próximo en Bahamas.
La Asamblea estará precedida, el domingo, de una Reunión
Informal -que nada tiene de "informal"- de Cancilleres, para
revaluar por separado la situación reinante en Perú y en
Haití, así como también para reexaminar las amenazas sufridas
por la democracia en Venezuela.
Una delegación oficial del Perú -34 Estado miembro de la OEA-
tratará de amortiguar los efectos de la creciente presión
regional para que el país sudamericano retorne con urgencia a
los cauces democráticos.
Haití, por el contrario, estará representado por el Canciller
en el exilio del depuesto presidente Jean Bertrand Aristide,
quien abogará por "mayores sanciones contra los militares
golpistas".
Los ministros reorientarán la posición hemisférica con el afán
de reforzarla, pero hoy existían aún "serias dificultades"
para lograr el consenso necesario, según confió a la AFP un
embajador sudamericano, que hizo particular referencia a la
"resistencia de México y a otros países por asociarse a la
postura mayoritaria" sobre eventuales sanciones a Perú.
Perú, Venezuela y Haití constituirán el triángulo que
monopolizará el debate hemisférico en Nassau, sobre el
atentado a la democracia y a violaciones de los derechos
humanos.
Existe la idea generalizada de imponer severo castigo a
quienes atenten contra la democracia continental, pero el
propio Secretario General de la Organización de Estados
Americanos (OEA), Joao Baena Soares, descartó la posibilidad
de "contemplar la acción militar" en cualquier caso actual o
futuro basado en eventuales reformas de la Carta del Organismo
para reforzar su rol en el área política.
Sobre los derechos humanos, Baena Soares reconoció que -según
la CIDH- "ahora, con democracias en el continente, las
denuncias sobre violaciones han aumentado".
"Antes con las dictaduras, los denunciantes tenían temor. Hoy
la democracia alienta las denuncias", agregó Baena Soares al
referirse a los dos pasados decenios (70-90) que América
Latina vivió bajo la prepotencia y la injusticia de la bota
militar.
Y, en medio de esta misma democracia generalizada, la OEA ha
visto frustrados sus esfuerzos por coronar con éxito sus
gestiones tendientes a imponer una verdadera solución a la
crisis institucional de Perú y Haití.
Voceros del organismo reconocieron la decepción del fracaso en
Perú, asegurando que "en Haití se han logrado avances, aunque
persista el problema".
En Perú, donde el pasado 5 de abril el presidente Alberto
Fujimori decidió gobernar con los militares tras suspender la
Constitución, disolver el Congreso y destituir importantes
miembros del Poder Judicial, la OEA fracasó en su intento por
abrir el diálogo entre los sectores peruanos en conflicto.
Además, vio frustradas las mieles del triunfo diplomático al
saborear con amargura la negativa rotunda de Fujimori para
recibir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) y autorizarla para visitar la cárcel asaltada por
fuerzas militares para evacuar y trasladar a otro penal a
guerrilleros que habían controlado el recinto.
En Haití, fueron los militares quienes el pasado 30 de
setiembre decidieron por la fuerza gobernar junto a los
civiles y, desde entonces, la OEA ha visto frustrada su
esperanza de lograr el "objetivo final" de reinstalar en el
poder al destituido Aristide.
Un embargo comercial hemisférico adoptado en octubre por todos
los países del continente fue violado en varias ocasiones y el
propio Estados Unidos decidió "modificar" -en favor de Haití-
el impacto de su embargo bilateral.
Sin esa arma del embargo, que en principio era la "única arma"
para luchar contra los golpistas, habrá que tener mucha
imaginación para pensar en el "próximo paso" que pueda
convencer a los haitianos del "urgente e inmediato" retorno de
Aristide al poder, pedido por los Cancilleres del Hemisferio
hace ocho meses en Washington.
El próximo paso?. Estamos decididos a hacer algo más, pero
qué hacer?, eso no podemos pronosticarlo hoy. Es muy
dificultoso. Debemos esperar la reunión de ministros. Hay
varias ideas que circulan", se atrevió a confesar un embajador
latinoamericano.
En Venezuela, la democracia también se sintió herida y
tambaleante el pasado 4 de febrero, con el frustrado intento
militar por derrocar y asesinar al presidente Carlos Andrés
Pérez.
Pérez, que pretende ser el primer abogado de la democracia
latinoamericana, fue el primero y único que reaccionó con una
inmediata suspensión de relaciones diplomáticas con Perú,
cuando Fujimori se convirtió -según sus detractores- en el
"presidente de los militares", tras su histórico y sin
precedentes autogolpe.
Según las mismas fuentes diplomáticas de la OEA, se espera que
unos 20 Cancilleres acudan a la cita. Los otros países -como
Estados Unidos, que enviará al subsecretario de Estado
Lawrence Eagleburger- estarán representados por sus
vice-ministros de Relaciones exteriores o por sus embajadores
en Washington.
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