ODISEA ELECCIONARIA EN LA CASA DE LA CULTURA
Quito. 15.06.92. Desde que se creó la Casa de la Cultura
Ecuatoriana, hace 48 años, el proceso de elección para
presidente de esta institución se realizó mediante la
participación directa de sus miembros. Eran los trabajadores
de la cultura, artistas e intelectuales, a través de las
llamadas secciones académicas y de los presidentes de los
núcleos, los que elegían a su principal autoridad.
En el año 1984, el gobierno febrescorderista realizó algunas
reformas a la Ley de Cultura. Y la facultad de participar en
las elecciones pasó a manos de los presidentes de los núcleos.
Es decir, que decidían no más de 15 personas; como
consecuencia, la comunidad intelectual mayoritaria se quedó
sin participación.
En la actualidad, la administración de la CCE, presidida por
Miltón Barragán, modificó, una vez más el proceso
eleccionario. No obstante, el 8 de noviembre de 1992, en el
Registro Oficial 808, el presidente Rodrigo Borja expidió una
reforma al reglamento de la Ley de Cultura.
Tal reglamento exige que una Junta Plenaria sea la que elija
al presidente y a su subrogante de entre los candidatos que
consten en las ternas que hayan sido propuestas por las
secciones académicas.
Si seguimos esta reforma, no se puede hablar de candidatos
sino de aspirantes a la candidatura, ya que los directores de
secciones son quienes elegirán la terna de candidatos, no al
presidente. Esa terna elegirá el presidente en la Junta
Plenaria.
Los 20 núcleos provinciales -21, pero Galápagos está inactivo
- pueden tener de 3 a 15 secciones. En cada sección existe un
director acreditado, que consulta el sentir de la sección.
Después, todos los directores se reunirán en una asamblea en
Quito prevista para el 1 de julio.
La asamblea de directores (cada director es un voto) presenta
dos ternas de candidatos. Los delegados proponen nombres para
presidente y su subrogante. De ahí, de los tres candidatos que
tengan mayor número de votos se forma la terna.
Las dos ternas, una para presidente y otra para subrogante,
son las que van a la Junta Plenaria en la segunda quincena de
julio.
Hasta el momento, en el proceso electoral de la Casa de la
Cultura, nada está definido. Sin embargo, se mencionan algunos
nombres: Marco Antonio Rodríguez, Juan Valdano, Gonzalo Abad,
Fernando Cazón Vera, Jorge Salvador Lara, Camilo Restrepo.
Por otro lado, el artículo 35 de la nueva ley ha levantado
una polvareda. Allí se exige que la persona que integre las
ternas de candidatos debe ser ecuatoriano/a, mayor de 45 años
de edad y haber creado e investigado en el campo de las artes,
las ciencias o las letras. Además, que su trabajo haya sido
difundido ampliamente a nivel nacional e internacional.
Al respecto,las opiniones de los entrevistados sobre la Ley en
general y sobre este artículo en particular, son diversas.
Camilo Restrepo, exdiputado del Partido Socialista, actual
Secretario de la CCE, sustenta la mala intención en su contra
para tratar de restar posibilidades en su elección. "Es una
ley muy subjetiva -dice Restrepo-; fui afectado por la edad
que se requiere. Los creadores de la reforma creyeron que
tenía menos edad. Se equivocaron en mis datos personales y el
error, por suerte, no me afecta".
Marco Antonio Rodríguez apunta que la cuestión de la edad es
motivo de controversia. "¿Por qué no poner un hombre de 30
años, que ya puede tener una obra de trascendencia en
cualquier campo?".
Rodríguez, y Juan Valdano, otro posible candidato, están de
acuerdo en los requisitos exigidos por la ley. Coinciden en
que no puede ser presidente una persona sin intinerario
vital, desvinculada, improvizada y sin intimidad con el hecho
cultural.
"No puede ser que en núcleos recién aparecidos-dice Rodríguez-
como los orientales, surjan 10 o más secciones académicas,
igual que en el del Guayas, mientras que el núcleo del Carchi,
de formidable trabajo, tenga solo 3 secciones. Es una argucia
política que no puede prevalecer".
De otro lado, Restrepo asegura poseer nueve núcleos en su
respaldo de los 20 totales. Asegura que las ubicaciones
finales serán así: primero, Restrepo, luego Cazón Vera y
después Gonzalo Abad. "Es imposible la candidatura de
Rodríguez, él se maneja por la opinión pública, cree que va a
ir al Congreso; ha tenido únicamente reveses de sus mismos
colaboradores como se demuestra en los remitidos de prensa
publicados. Todos rechazan los ataques contra la
administración de Barragán".
UNA DENUNCIA
"No hablo de 19 núcleos o 27, como el caso de Restrepo,
secretario de la CCE, que por ese hecho no puede ser candidato
-dice Rodríguez. Lo denuncio por ser coordinador y creador de
algunos núcleos fantasmas; maneja los cheques, manda y recibe
de los núcleos la correspondencia de la CCE. Por ética, no
puede ser candidato, menos inventando secciones".
Los precandidatos coinciden en el exceso de la construcción
física en la actual administración; dicen que ha privilegiado
esto en detrimento del hacer cultural. "En lo personal, tengo
consideraciones al actual presidente de la CCE; sin embargo,
creo que no recibió el apoyo que la institución debe recibir
del gobierno", dice Marco Antonio Rodríguez.
Juan Valdano, con igual énfasis, defiende la cultura como un
bien universal. "Todos tenemos derecho a la cultura y es un
deber del Estado rescatarla. Se necesita una persona que la
consolide como lo que es: la cultura".
Rodríguez, por su parte, anota que "La cultura ya no es el
simple rincón de las bellas artes, hoy es la migración
campesina, la problemática de la conciencia histórica
nacional, el urbanismo, la ecología..."
Para Restrepo, la solución de la nueva política cultural
depende de la buena administración central, del trabajo
autónomo de las secciones académicas y de la descentralización
de los fondos de cultura.
El diputado socialista Enrique Ayala apareció entre la lista
de apoyo a Marco Antonio Rodríguez, siendo un coideario de su
partido Camilo Restrepo. "Es un reglameto que viola la
Constitución para elegir a dedo al presidente, son normas
adjetivas que no están en la norma sustantiva. La gran ventaja
de los historiadores es que están entrenados para explicar el
pasado y no predicar el futuro... no sé quién va ha ser el
presidente de la CCE, ni del país", concluye Ayala. (3c)
Quito. 15.06.92. Desde que se creó la Casa de la Cultura
Ecuatoriana, hace 48 años, el proceso de elección para
presidente de esta institución se realizó mediante la
participación directa de sus miembros. Eran los trabajadores
de la cultura, artistas e intelectuales, a través de las
llamadas secciones académicas y de los presidentes de los
núcleos, los que elegían a su principal autoridad.
En el año 1984, el gobierno febrescorderista realizó algunas
reformas a la Ley de Cultura. Y la facultad de participar en
las elecciones pasó a manos de los presidentes de los núcleos.
Es decir, que decidían no más de 15 personas; como
consecuencia, la comunidad intelectual mayoritaria se quedó
sin participación.
En la actualidad, la administración de la CCE, presidida por
Miltón Barragán, modificó, una vez más el proceso
eleccionario. No obstante, el 8 de noviembre de 1992, en el
Registro Oficial 808, el presidente Rodrigo Borja expidió una
reforma al reglamento de la Ley de Cultura.
Tal reglamento exige que una Junta Plenaria sea la que elija
al presidente y a su subrogante de entre los candidatos que
consten en las ternas que hayan sido propuestas por las
secciones académicas.
Si seguimos esta reforma, no se puede hablar de candidatos
sino de aspirantes a la candidatura, ya que los directores de
secciones son quienes elegirán la terna de candidatos, no al
presidente. Esa terna elegirá el presidente en la Junta
Plenaria.
Los 20 núcleos provinciales -21, pero Galápagos está inactivo
- pueden tener de 3 a 15 secciones. En cada sección existe un
director acreditado, que consulta el sentir de la sección.
Después, todos los directores se reunirán en una asamblea en
Quito prevista para el 1 de julio.
La asamblea de directores (cada director es un voto) presenta
dos ternas de candidatos. Los delegados proponen nombres para
presidente y su subrogante. De ahí, de los tres candidatos que
tengan mayor número de votos se forma la terna.
Las dos ternas, una para presidente y otra para subrogante,
son las que van a la Junta Plenaria en la segunda quincena de
julio.
Hasta el momento, en el proceso electoral de la Casa de la
Cultura, nada está definido. Sin embargo, se mencionan algunos
nombres: Marco Antonio Rodríguez, Juan Valdano, Gonzalo Abad,
Fernando Cazón Vera, Jorge Salvador Lara, Camilo Restrepo.
Por otro lado, el artículo 35 de la nueva ley ha levantado
una polvareda. Allí se exige que la persona que integre las
ternas de candidatos debe ser ecuatoriano/a, mayor de 45 años
de edad y haber creado e investigado en el campo de las artes,
las ciencias o las letras. Además, que su trabajo haya sido
difundido ampliamente a nivel nacional e internacional.
Al respecto,las opiniones de los entrevistados sobre la Ley en
general y sobre este artículo en particular, son diversas.
Camilo Restrepo, exdiputado del Partido Socialista, actual
Secretario de la CCE, sustenta la mala intención en su contra
para tratar de restar posibilidades en su elección. "Es una
ley muy subjetiva -dice Restrepo-; fui afectado por la edad
que se requiere. Los creadores de la reforma creyeron que
tenía menos edad. Se equivocaron en mis datos personales y el
error, por suerte, no me afecta".
Marco Antonio Rodríguez apunta que la cuestión de la edad es
motivo de controversia. "¿Por qué no poner un hombre de 30
años, que ya puede tener una obra de trascendencia en
cualquier campo?".
Rodríguez, y Juan Valdano, otro posible candidato, están de
acuerdo en los requisitos exigidos por la ley. Coinciden en
que no puede ser presidente una persona sin intinerario
vital, desvinculada, improvizada y sin intimidad con el hecho
cultural.
"No puede ser que en núcleos recién aparecidos-dice Rodríguez-
como los orientales, surjan 10 o más secciones académicas,
igual que en el del Guayas, mientras que el núcleo del Carchi,
de formidable trabajo, tenga solo 3 secciones. Es una argucia
política que no puede prevalecer".
De otro lado, Restrepo asegura poseer nueve núcleos en su
respaldo de los 20 totales. Asegura que las ubicaciones
finales serán así: primero, Restrepo, luego Cazón Vera y
después Gonzalo Abad. "Es imposible la candidatura de
Rodríguez, él se maneja por la opinión pública, cree que va a
ir al Congreso; ha tenido únicamente reveses de sus mismos
colaboradores como se demuestra en los remitidos de prensa
publicados. Todos rechazan los ataques contra la
administración de Barragán".
UNA DENUNCIA
"No hablo de 19 núcleos o 27, como el caso de Restrepo,
secretario de la CCE, que por ese hecho no puede ser candidato
-dice Rodríguez. Lo denuncio por ser coordinador y creador de
algunos núcleos fantasmas; maneja los cheques, manda y recibe
de los núcleos la correspondencia de la CCE. Por ética, no
puede ser candidato, menos inventando secciones".
Los precandidatos coinciden en el exceso de la construcción
física en la actual administración; dicen que ha privilegiado
esto en detrimento del hacer cultural. "En lo personal, tengo
consideraciones al actual presidente de la CCE; sin embargo,
creo que no recibió el apoyo que la institución debe recibir
del gobierno", dice Marco Antonio Rodríguez.
Juan Valdano, con igual énfasis, defiende la cultura como un
bien universal. "Todos tenemos derecho a la cultura y es un
deber del Estado rescatarla. Se necesita una persona que la
consolide como lo que es: la cultura".
Rodríguez, por su parte, anota que "La cultura ya no es el
simple rincón de las bellas artes, hoy es la migración
campesina, la problemática de la conciencia histórica
nacional, el urbanismo, la ecología..."
Para Restrepo, la solución de la nueva política cultural
depende de la buena administración central, del trabajo
autónomo de las secciones académicas y de la descentralización
de los fondos de cultura.
El diputado socialista Enrique Ayala apareció entre la lista
de apoyo a Marco Antonio Rodríguez, siendo un coideario de su
partido Camilo Restrepo. "Es un reglameto que viola la
Constitución para elegir a dedo al presidente, son normas
adjetivas que no están en la norma sustantiva. La gran ventaja
de los historiadores es que están entrenados para explicar el
pasado y no predicar el futuro... no sé quién va ha ser el
presidente de la CCE, ni del país", concluye Ayala. (3c)
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