Quito. 12 sep 2000. Las coyunturas son las que encienden el debate sobre
el tema en el Gobierno. Negrete asegura que no hay urgencias, luego de
superado el lío del Congreso.

Por reiteradas ocasiones, el presidente Gustavo Noboa ha hablado de
disminuir el número de diputados y de hacer una reforma política integral
en el país. Sin embargo, ahora, al igual que en oportunidades anteriores,
el Gobierno prefiere volver a archivar el tema.

El secretario de Comunicación, Alfredo Negrete, en una entrevista con
este Diario aseguró que estos cambios, que fueron comentados en la cumbre
de presidentes de América del Sur (Brasil) y del Milenio (Estados
Unidos), no están entre las prioridades gubernamentales. La razón -según
dijo- es la ausencia de conflictos políticos internos en Ecuador.

Durante agosto, los ecuatorianos fueron testigos directos de una crisis
parlamentaria, que incluso llevó a que se produzcan comentarios sobre la
disolución del Congreso. En ese momento, entonces, sí era oportuno hablar
sobre una reforma política. "Ahora no hay un escollo visible. Se ve un
horizonte de tranquilidad, porque la Función Legislativa está funcionando
y los conflictos que se mantienen se van a superar". Es decir que el
Ejecutivo confía en que el PSC, que presentó una demanda de
inconstitucionalidad la semana pasada, por la elección del titular del
Congreso, acate el dictamen del Tribunal Constitucional.

¿Está utilizando el Gobierno estas declaraciones como una estrategia de
presión? Negrete descarta esta posibilidad. "No es un pretexto, es un
tema pertinente", dice y aclara que "si otra vez los signos de
ingobernabilidad van a ser la constante del Ecuador y van a contrarrestar
los esfuerzos económicos, el Presidente tiene que escarbar la
Constitución".

Pero, para el analista y catedrático de la Universidad Andina, César
Montúfar, el Ejecutivo sí utiliza esta propuesta de reforma política como
una carta de negociación para solucionar coyunturas puntuales. "Es una
especie de amenaza velada. El discurso del presidente Noboa es como
decir, si la clase política no colabora yo voy a utilizar una
alternativa".

Ante esto, Negrete asegura que quienes están en el Ejecutivo deben
trabajar y solucionar problemas siempre bajo dos ejes: coyunturas
políticas "que copan los esfuerzos del Gobierno" y la necesidad de una
verdadera reforma política a mediano plazo.

"Todo mandatario debe evacuar las coyunturas pero también tener claras
las ideas de grandes cambios, para que en caso de que vuelva a obstruirse
la gobernabilidad, tenga a la mano una salida", manifiesta el Secretario
de Comunicación. En declaraciones recientes, Noboa habló de reformas pero
a través de un plebiscito para que el pueblo decida qué es lo que quiere.
Esto, para evitar que el país tenga más dificultades para reintegrarse al
mundo globalizado, recuperar su economía y atender lo social.

De la mano de esto, Negrete también confiesa que el Presidente piensa en
la posibilidad de hacer reformas políticas casi a diario. "Está
consciente de que el país necesita de grandes cambios, pero no es
cuestión de lanzarse por lanzarse". De allí que asegura que este tema
debe esperar hasta que se den las condiciones y la oportunidad más
adecuada. "Sería terrible para el Ecuador que una propuesta gubernamental
de este tamaño fracase. Ese riesgo político, históricamente el presidente
Noboa no lo puede correr", manifestó Negrete.

Pero, ¿no es riesgoso también que estas declaraciones proliferen como
tales y el Presidente pierda perspectiva de las reformas? La primera
respuesta es que la clase política se pueda cansar de estas amenazas. y
las palabras de Noboa -según Montúfar- pueden volverse un arma de doble
filo. "Si se cuestiona al Congreso, eso puede causar un efecto búmeran y
los diputados pueden cuestionar la legitimidad del Ejecutivo", advierte.
Esto, recordando que Gustavo Noboa llegó a la Presidencia luego del
derrocamiento del ex presidente Jamil Mahuad.

Entonces, ¿qué cambiar y qué mantener en la Constitución? El Gobierno no
tiene claro este punto o, por lo menos, parece preferir mantenerlo en
silencio por el momento. El mismo Jefe de Estado y Negrete se han
limitado a hablar de la reducción de diputados. "La cifra actual no es
buena para el Congreso, ni para la gobernabilidad", dice el secretario de
Comunicación. La razón es que hay mucha irregularidad. Por ejemplo,
provincias con muchos habitantes eligen menos de lo que deberían.

Este discurso, sin embargo, debiera topar más puntos. Si no lo ha hecho -
dice Montúfar- es porque el Gobierno aún no está seguro de qué es lo que
se debe modificar. Una de las razones para esto es que el Ejecutivo y el
país están pasando por una etapa de pos-asamblea y quedan algunos puntos
por evacuar.

Otros cambios en los que debe reflexionar el Primer Mandatario, según
Montúfar, son los rediseños del Estado, lo electoral, el Congreso, entre
otros.

8 proyectos están en espera en el interior del Congreso

Los cambios introducidos en la nueva Constitución, que entró en vigencia
en agosto de 1998, al parecer, no son suficientes para los actuales
legisladores.

En la Secretaría General del Congreso y en la Comisión de Asuntos
Constitucionales reposan, al menos, ocho proyectos de cambios a la Carta
Política. Este Diario recogió los cinco más recientes para conocer cuáles
son los pedidos puntuales que se hacen.

La primera propuesta fue la que presentó el diputado Gilberto Vaca, en
ese entonces de las filas socialcristianas, en octubre de 1999. Su
iniciativa apunta a disminuir de 45 a 40 años, la edad mínima para ser
magistrado de la Corte Suprema de Justicia.

En noviembre del 99 otro diputado socialcristiano, Raúl Gómez, presentó
otro proyecto. Esta vez para reformar el trámite que debe seguir el
presidente del Congreso para aprobar un proyecto de Ley. El legislador
plantea que se incluya la posibilidad de que una iniciativa sea
auspiciada y calificada de urgente, siempre que tenga el apoyo del 25 por
ciento de los representantes del Parlamento. En ese caso, la Comisión
legislativa a la que le corresponda tratar la propuesta deberá presentar
su informe en 10 días.

Una tercera sugerencia fue presentada por el ex diputado Paco Moncayo
(ID), en noviembre de 1999. Él sugiere una modificación respecto al
número de diputados: que el Congreso esté integrado por 12 diputados
nacionales y por un diputado por cada provincia. Además, se elegirá otro
diputado por cada 300 000 habitantes o fracción que pase de los 200 000.
El documento también plantea cambios en el tema del presupuesto del
Estado.

En julio del 2000, el roldosista Marco Proaño Maya, presenta otro cuerpo
legal. En este caso es sobre el uso del recurso de amparo. En ese mismo
mes otro legislador del PRE, Carlos Kure, remite un texto que plantea que
todos los miembros del Consejo Provincial sean electos mediante votación
popular.

Los cambios del PSC

El PSC también tiene una propuesta de reforma política. Hace una semana,
el diputado Enrique Camposano habló de la posibilidad de realizar una
consulta popular de ocho preguntas.

La primera dice: "¿está de acuerdo con que el Congreso, en un plazo de
máximo de 120 días, reforme la Constitución, recogiendo las opiniones de
los diferentes sectores sociales, eliminando el candado constitucional?".
Si el Congreso no cumple con esto, ¿está de acuerdo con la disolución del
Congreso por una sola vez? Otras interrogantes tienen relación con la
reducción de diputados de 123 a un máximo de 80, la unificación de las
elecciones presidenciales con las seccionales y que los diputados sean
elegidos en la segunda vuelta presidencial. Además, que se decida si el
Instituto de Seguridad Social (IESS) se desmonopoliza, si el Seguro
Social Campesino se mantiene y si las penas contra quienes delinquen
deben endurecerse y aplicar la cadena perpetua. (Texto tomado de El
Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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