Quito. 29 oct 99. A partir de este día, el Fisco no pagará los
vencimientos de capital de la deuda interna en manos del sector
privado.

Los vencimientos serán diferidos por siete años, con dos de
gracia, confirmó ayer el Ministro de Economía, Javier Espinosa,
al revelar la estrategia de reestructuración de la deuda interna.


La reestructuración consistirá en ampliar por siete años los
vencimientos de capital en dólares, que se cumplan desde hoy
hasta diciembre del año 2000.

La reprogramación se aplicará a las deudas que el Fisco asumió
al emitir bonos del Estado en dólares, con plazos originales de
un año.

La ampliación contempla dos años de gracia, y reprogramar las
tasas de interés a una tasa Libor (7%) más dos por ciento
adicional, lo que implica una tasa del 9%. Originalmente, los
papeles del Estado fueron emitidos con tasas de interés de entre
el 12% y el 19%.

La fórmula solo será aplicada para el capital. Sí se van a pagar
intereses, lo que de aquí hasta fines de año significa alrededor
de 150 millones de dólares, según Espinosa.

La estrategia no contempla la reducción del monto de la deuda,
sino el canje de bonos en el caso de los que fueron negociados
en dólares, y se encuentran en manos de acreedores privados,
citaron fuentes próximas a la reestructuración de este segmento
de deuda.

Con la soga al cuello

Este día el Fisco enfrenta el vencimiento de 59,3 millones de
dólares en papeles de deuda interna.

Al cierre de edición, estaba confirmado el pago de 10,5 millones
de dólares en intereses de la deuda, pero aún se desconocía qué
monto de los 48,8 millones de dólares restantes, que corresponden
a amortizaciones de capital, se pagarían.

Para determinar qué monto será pagado, el Banco Central debe
establecer cuál es la tenencia actual de los papeles: si se
encuentran en poder del sector público serán cubiertos con
puntualidad, pero si están en manos del sector privado, se
planteará diferir por siete años el pago.

Según datos preliminares, de este total, 34 millones se
encuentran en manos del sector público. No obstante, estos
papeles del Estado podrían haber sido negociados en bolsas de
Valores en las últimas semanas, de manera que es imposible tener
un registro actualizado de tenedores de los papeles.

Los 48,8 millones corresponden a una emisión de bonos, que
plantea vencimientos a 3, 5 y 7 años. Hoy se cumple el primero
de esos plazos. En cambio, el próximo 3 de noviembre de este
mismo año vence un nuevo tramo de 14,7 millones de dólares.

Para el país, los pagos implican tener una soga al cuello. Según
el analista económico Paúl Rosero, el pago de la deuda interna
en los próximos dos años representaría un flujo de pagos no menor
a 1.126 millones de dólares: 800 millones de dólares en el año
2000 y 400 millones de dólares en el 2001 lo cual es
insostenible, si se compara con la producción nacional',
comentó.

El canje para la deuda Brady

QUITO. Dentro de un mes y medio, Ecuador anunciará a los
acreedores de los bonos Brady las condiciones en que se
reestructurará este segmento de su deuda.

La reestructuración implicará el canje de los Brady con nuevos
papeles, denominados bonos Globales, con descuentos, tasas de
interés y plazos específicos, explicaron ayer fuentes cercanas
a la negociación.

Según reportes recibidos desde Nueva York, este fue uno de los
mensajes de la reunión que ayer mantuvieron el Ministro de
Finanzas, Alfredo Arízaga, y el Superintendente de Bancos, Jorge
Guzmán Ortega, con los acreedores de la deuda en Brady,
representados por un Grupo Consultivo.

El mensaje que Arízaga presentó a los acreedores fue directo:
esta vez, la reestructuración se realizará con miras a un alivio
del peso en el largo plazo, pues, en caso contrario, en cuestión
de poco tiempo el país se verá obligado a incurrir en una nueva
reestructuración.

Esperan aceptación

Según las expectativas oficiales, el Gobierno ecuatoriano espera
que una masa crítica de entre el 70% y el 80% de los acreedores
de bonos Brady acepte la propuesta y canjee los papeles.

El Ministro de Finanzas debía exponer sobre la situación de la
economía ecuatoriana y el Superintendente de Bancos, de su lado,
sobre la situación del sistema financiero, advirtieron las
fuentes, al precisar que en esta fase, más que negociaciones en
estricto sentido, son consultas sobre las posibilidades de
renegociación con los acreedores y exposiciones sobre la real
capacidad de pago del país.

Los bonos Brady tienen un peso. La propuesta de canje se haría
extensiva también a los eurobonos, cuyo peso total es de 500
millones de dólares.

Según las fuentes, los eurobonos tienen un vencimiento más corto
que los Brady: vencen en el 2002 y en el 2004. Tendrán
condiciones distintas, el descuento será más pequeño que en los
Brady. En total, hay por lo menos dos mil acreedores de la deuda
en Brady.

De ellos, entre los más importantes se mencionan: el Travelers
Group, Alliance Capital Management, Ashmore Investment
Management, ABN-Amro Bank, Lloyds Bank, y la familia
estadounidense de apellido Dart, que poseería la cuarta parte de
los bonos PDI.

Carga para la banca local
QUITO.-- Los bancos privados deberán compartir la carga con los
acreedores externos del Estado. Al menos la mitad de los
eurobonos, esto es 250 millones de dólares, se encuentran en
manos de la banca privada.

En cambio, entre el 5% y el 10% de los bonos Brady, en sus cuatro
denominaciones, los tienen los bancos privados nacionales.

No ocurre lo mismo con la deuda interna, pues la mayor parte de
estos papeles del Estado se halla en poder de los bancos. Sin
embargo, la reestructuración de la deuda interna no afectará la
situación patrimonial de los bancos acreedores, dijeron fuentes
cercanas a la renegociación.

No se bajará el monto de la deuda interna privada, así que no se
afectará la posición patrimonial (la solvencia de los bancos),
pues este es un activo que mantiene su valor, explicaron las
fuentes. Empero, admitieron que la situación sí reducirá el flujo
de caja.

La presencia del Superintendente de Bancos, Jorge Guzmán Ortega,
en la ciudad de Nueva York para las reuniones con los acreedores
de los Brady conlleva ese objetivo: describir la situación del
sistema financiero nacional y presentar sus esfuerzos por
compartir el peso que, para los acreedores, implicará reducir la
deuda del Ecuador.

Un capítulo aparte merece la situación de los bancos cerrados
controlados por Agencia de Garantía de Depósitos. Ellos
constituyen el reverso de la medalla, ya que en lugar de ser
acreedores son deudores de más de 150 millones de dólares con
bancos externos. (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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