La aerolínea busca un socio para convertirse en una empresa de economía mixta. El 51% de las acciones seguirá en poder de la Fuerza Aérea.

TAME cambió su membrete de Transportes Aéreos Militares del Ecuador a Línea Aérea del Ecuador. Un paso para desvincular esta empresa de las Fuerzas Armadas, institución propietaria de las acciones a través de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE).

Hace dos años inició una polémica por la presencia de militares en la Dirección de Aviación Civil (DAC), entidad que controla la aviación, por considerar que al ser dueños de TAME eran juez y parte.

En el 2000, el Consejo de Modernización del Estado (Conam) propuso dentro de la Ley para la Promoción de la Inversión y Participación Ciudadana (Trole 2) la privatización de TAME con la venta del 51% de las acciones; pero esta parte de la reforma fue declarada inconstitucional el 7 de diciembre del 2000.

José Núñez, ex director de la Unidad de Infraestructura del Conam, dijo que el objetivo era conseguir inversiones para renovar la flota y otras mejoras que no las podía hacer el Estado por falta de recursos.

Dos años después pasó otra propuesta, pero elaborada por la propia compañía. El 18 de julio pasado, el Congreso aprobó convertirla en una empresa de economía mixta con la venta del 49% de las acciones.

Antes de pasarlo al Congreso, el entonces presidente de la República, Gustavo Noboa, envió el proyecto de TAME al Conam, pero esta institución no estuvo de acuerdo, pues para lograr vender parte de la aerolínea “se debía dar capacidad de negociación al inversionista, ningún proyecto se vende con menos del 50% de acciones”, dijo.

A esto atribuyó que aún TAME no tiene un socio para capitalizarla.

El 1 de agosto pasado se posesionó a la primera administración civil en la DAC. El proceso de transición entre los funcionarios militares y civiles está todavía en proceso.

Actualmente realiza cambios en los reglamentos de inspecciones a las compañías, que usaron los militares por cuatro décadas.

Misión de FAA sugirió control civil

Ayer concluyó la primera visita de una misión norteamericana de la Federal Aviation Administration (FAA, por sus siglas en inglés).

Entre las recomendaciones que hicieron para que Ecuador consiga la Categoría 1 en seguridad aérea está mantener el control civil en la autoridad de aviación y realizar cambios en los reglamentos de licencias.

Los técnicos vendrán al país cada mes hasta lograr la recategorización, en base a un convenio de la Dirección de Aviación Civil (DAC) y la FAA.

La primera visita estuvo integrada por el director de la FAA para América Latina, Javier Rodríguez, y los inspectores de seguridad James Dole y Don Carnicella.

La Categoría 1 permite a aerolíneas nacionales ingresar a EE.UU.

Pasajeros pueden pedir indemnización

La aerolínea TAME anunció ayer que los pasajeros del Fokker F-28, que se accidentó el pasado viernes en el aeropuerto Mariscal Sucre, pueden solicitar indemnizaciones, si consideran que sufrieron daños psicológicos o físicos por el percance.

Toa Quirola, vocera de TAME, aseveró que los 79 ocupantes de la aeronave, que se salió de la pista de la terminal, están cubiertos por un seguro que prevé compensaciones cuando existe cualquier siniestro.

“Los pasajeros que lo consideren necesario deben presentar el reclamo a la empresa, más todas las pruebas del daño causado, a fin de tramitar la posible indemnización”, indicó Quirola.

Añadió que TAME posee seguros para todas sus aeronaves con la compañía Interoceánica. No se especificó, sin embargo, los montos que podrán ser entregados.

De los 79 viajeros que iban en el Fokker F-28, 56 se desplazaron el mismo viernes a Cali, destino final del vuelo, en otro avión de la aerolínea.

José Luis Andrade, jefe del aeropuerto de Quito, informó que no existe un plazo determinado para que la Junta Investigadora de Accidentes, de la Dirección de Aviación Civil, emita su informe sobre las causas del percance.

“La Junta, en su documento, determinará la causa del accidente y emitirá las recomendaciones del caso a la compañía”, explicó Andrade.

De los informes preliminares se deduce que el aborto del despegue del Fokker se debe a la explosión de una de las llantas del avión. No obstante, los pasajeros del vuelo 120 relataron que también se observó fuego en una de las turbinas.

Rafael Dávila, presidente de la Asociación de Aviadores Civiles del Ecuador (Adace), indicó ayer que el accidente del pasado viernes no debe causar en los usuarios sensación de inseguridad ante la compañía.

“La explosión repentina de una llanta puede ocurrir en cualquier momento, como pasaría con un automóvil. El mantenimiento de los aviones tiene reglas y se hace a base de libros y cronogramas definidos”, dijo Dávila.
Manifestó que las operaciones aéreas siempre están sujetas a imprevistos.

Seguridad gira en tres ejes

TAME, que tiene una flota de siete Boeing 727, hechos en Estados Unidos, y dos Fokker F-28, fabricados en Holanda, aplica tres tipos de inspecciones para el mantenimiento de sus aeronaves.

Según la Gerencia de Operaciones de TAME, el primer control al estado del avión se hace cada día, a través de la ejecución de tres inspecciones: una en la mañana, al mediodía y la tarde. Además, los pilotos, luego de cada vuelo, llenan formularios sobre el rendimiento del avión.

Se indicó que otro tipo de revisión, más profunda, se hace cada 27 días, aproximadamente, y luego a las mil horas de operación. También hay mantenimientos mayores que consisten en desarmar la aeronave para revisarla pieza por pieza.

La aerolínea indicó que el plan de vuelo de cada frecuencia es realizado desde Londres, a través de un sistema computarizado de alcance mundial. En el informe de Inglaterra se indica la aerovía más segura a usarse en la frecuencia, la cantidad de combustible requerida y el modo de pilotaje a base de reglas de seguridad mundial.

TAME indicó que trabaja basado en la certificación que le otorgó la Dirección de Aviación Civil (DAC) como operador aéreo nacional e internacional y al Plan de Monitoreo Continuo que es fiscalizado por la autoridad del sector.

La aerolínea informó que, además, hay un Programa de Prevención de Accidentes y un sistema computarizado de control continuo de los motores de los aviones.

En las oficinas de TAME hay, permanentemente, un inspector aéreo de la DAC, que controla todas las operaciones de la compañía.

A pesar de las medidas implementadas, la compañía registra constantes problemas en la operación.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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