WASHINGTON. 22 mar 96. El Congreso de Estados Unidos se ha
estado reuniendo con el objetivo de resolver los problemas de
inmigración y este miércoles decidió dejar a los hijos del
problema sin salud ni educación.

Dole y Clinton se juntaron ese mismo día para resolver la
crisis presupuestaria, pero decidieron hablar de baloncesto.

La campaña electoral no ha inspirado a ningún miembro del
Gobierno estadounidense para tomar el toro por los cuernos y
aprobar el presupuesto fiscal de este año.

Tampoco se les ha exigido a los candidatos una respuesta a los
cuatro millones -se calcula- de residentes ilegales en Estados
Unidos, en su mayoría latinoamericanos. Esta cifra aumenta
anualmente con el flujo de 300 mil indocumentados que, en
especial, ingresan por la frontera con México.

Mientras el Congreso de Estados Unidos aprobaba duras medidas
contra los inmigrantes ilegales, el presidente Bill Clinton y
su rival republicano Bob Dole hablaban sobre sus equipos de
baloncesto favoritos, este miércoles, en su primera reunión
desde que comenzó la campaña presidencial.

El presidente de los Estados Unidos debía discutir -con la
participación de cuatro líderes demócratas y republicanos del
Congreso- la crisis presupuestaria que afecta al país.

Pero en el encuentro de más de una hora, no se resolvió nada
sobre la crisis que enfrenta al Congreso y la Casa Blanca
desde hace más de seis meses. La falta de un acuerdo ha
impedido la aprobación del presupuesto de este año fiscal, que
comenzó el 11 de octubre de 1995.

Año de comicios

En plena campaña electoral, como se previno el año pasado, las
palabras del ultraconservador Pat Buchanan se hacen verdad en
las decisiones de la Cámara de Representantes, que refuerzan
la campaña contra los inmigrantes -la cual se ha intensificado
en esta época de comicios.

La autorización, este miércoles, de la Cámara de
Representantes a los Estados de negar educación a los hijos de
extranjeros indocumentados y asistencia médica a sus hijos
nacidos en Estados Unidos respalda a la polémica proposición
187, que fue aprobada hace casi dos años por los electores del
estado de California.

La decisión desafía una disposición de la Corte Suprema de
Justicia de Estados Unidos, que reconoce desde 1982 el derecho
de todo niño a la educación y la atención de emergencia,
independientemente de su situación de residencia.

La Cámara de Representantes también respaldó el miércoles el
establecimiento de un programa que permitirá a los empresarios
verificar el status de los inmigrantes que vayan a solicitar
empleo.

Otra de las enmiendas aprobadas fue la relativa a la
prohibición de otorgar visa de ingreso a los indocumentados
que sean capturados y deportados a sus países.

Queda pendiente

El Congreso estadounidense debate ahora las más importantes
reformas de la ley de Inmigración en más de medio siglo,
destinadas esencialmente a reducir las autorizaciones anuales
de residencia legal, que fueron 775.000 en 1995, e
intensificar la represión contra los indocumentados.

En el Comité Judicial del Senado se continúa debatiendo el
proyecto de la nueva ley de inmigración, entre cuyas
previsiones se incluye el incremento del presupuesto de la
patrulla de la frontera y los nuevos métodos para la
verificación de los documentos de identificación para los
inmigrantes.

La Federación Nacional de Empresas Independientes se opone a
la reducción del número de extranjeros que son contratados por
compañías privadas por su capacitación o especiales
habilidades. Uno de los sectores amenazados es la agricultura,
que requiere indispensablemente obreros temporales para las
cosechas.

Como Clinton y Dole no han podido resolver el diferendo
presupuestario, el Estado federal funciona, desde el 1 de
octubre, gracias a sucesivas leyes de finanzas provisionales,
la última de las cuales expirará hoy a medianoche.

CENSO DE MINORIAS PUDO BLOQUEAR PRESUPUESTO

El tribunal supremo de Estados Unidos rechazó el miércoles un
recurso presentado por varias importantes ciudades en el que
se pide un nuevo censo de la población, lo cual permitiría
desbloquear fondos federales suplementarios.

Según las denuncias, estos se habrían bloqueado por que el
censo infraevaluaba la existencia de minorías.

Varias ciudades y condados de Estados Unidos presentaron
recursos contra el censo de 1990 después de que la Oficina del
Censo admitiera que no se tomaron en cuenta un 5% las
comunidades hispánica, negra y amerindia, y en 3% la población
de origen asiático.

"Es inexcusable que el Gobierno federal haya obviado
conscientemente a cerca de cinco millones de ciudadanos",
declaró Tom Cochran, presidente de la Conferencia nacional de
alcaldes.

La más alta jurisdicción justificó su decisión explicando que
nunca ha habido censos "sin errores" y que el Gobierno federal
realizó "un esfuerzo extraordinario" en 1990 para tomar en
cuenta las minorías.

Las cifras establecidas en cada censo sirven para determinar
el montante de la ayuda federal en una serie de programas como
la construcción de carreteras y los servicios sociales.

El próximo censo en Estados Unidos está previsto para el año
2000. Las ciudades, entre ellas, Washington, Los Angeles,
Nueva York, Boston y Chicago, opinan que un nuevo censo
permitiría desbloquear los fondos federales suplementarios que
necesitan.

CONTROL Y AMENAZAS

-El departamento de Justicia de Estados Unidos anunció ayer
que expiró el plazo para que los extranjeros con "tarjeta
verde" (permiso de residencia) cambien sus antiguas tarjetas
por un nuevo modelo electrónico y de difícil falsificación.

-La nueva "tarjeta verde" lleva la foto y la huella digital
del residente, impresas electrónicamente, además de otros
datos que aparecen codificados por ordenador, y cuesta 75
dólares al solicitante.

-Se han estimado en 1,5 millones de ciudadanos los poseedores
del antiguo formato de permiso de residencia, y de que hasta
el momento 700 mil han realizado ya el cambio y otros 250 mil
han solicitado la nacionalidad estadounidense.

-Para obtener la ciudadanía estadounidense se exige ser mayor
de 18 años, vivir en el país al menos cinco años como
residente legal (con tarjeta verde), leer, hablar y escribir
inglés básico, renunciar a su anterior nacionalidad, conocer
la historia, gobierno y Constitución y ser leal a Estados
Unidos.

-Estados Unidos abrió este miércoles un nuevo foco de lucha
contra la inmigración ilegal al anunciar una batalla sin
cuartel contra los falsificadores de documentos, contra los
"coyotes" traficantes de humanos en la frontera con México y
contra los patrones poco escrupulosos que contratan a
indocumentados. El anuncio lo hizo el Servicio de Inmigración
y Naturalización (INS).

-La subcomisionada del INS, Chris Sale, explicó que esta fase
de la lucha será incrementada con 600 nuevos investigadores
que seguirán en el interior del país las huellas del delito
fronterizo. (AFP-EFE) (DIARIO HOY) (P.12-A)
EXPLORED
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