Quito. 10 feb 97. No hay cirugía sin trauma, aun cuando se usen
los procedimientos más sofisticados y, luego, se receten los
sedantes más severos. Siempre queda un dolor.

En la política el traumatismo post operatorio también es así.

Si aceptamos la figura de que la destitución del ex presidente
Abdalá Bucaram fue una intervención quirúrgica, inaplazable,
recomendada por la voluntad popular puesta de manifiesto el 5 de
febrero, estamos avocados a digerir las molestias que sentimos,
hasta que el tiempo cicatrice las heridas.

La molestia más aguda tiene que ver con la decisión legislativa
de recurrir el Art. 100 de la Constitución y, con ese instrumento
en la mano, declarar que el ex presidente estaba incapacitado
para ejercer el mando, y cesarlo en sus funciones, con 44 votos.

Consultados los "médicos" en cuerpos sociales, todos dicen que
eso no se pudo evitar, aun cuando muchos de ellos no están de
acuerdo, por principio, con el procedimiento. Consideran que
debió mediar un juicio político y una censura con 55 votos (las
tres cuartas partes del Congreso). Pero lo hecho, hecho está.

Así que ayuda aceptar que la norma tuvo que ser forzada, a fin
de evitar un mal mayor: el conflicto de la ley con la voluntad
colectiva.

El otro dolorcito proviene de las múltiples debilidades
institucionales, asentadas sobre vacíos legales y/o
constitucionales que los legisladores -es decir los partidos
políticos mediantes aquellos- han dejado sobrevivir con
intenciones perversas, o sin ellas.

De ese modo, molestará hasta cuando se calle -o le callen-, que
el ex presidente Bucaram vocifera en Guayaquil que sigue siendo
el presidente constitucional, una suerte de Nelson Mandela
equinoccial y andino.

Es que, mientras resulta penoso que todos hagamos leña del árbol
caído, debemos reconocer que el mandatario tuvo a su favor que
se ajustó a las reglas de juego constitucionales y respetó las
libertades fundamentales.

Lo ezquizofrénico, en su caso, es que, a la vez, permitió que se
desarrollasen prácticas corruptas sin precedentes cercanos en el
ejercicio del Gobierno, mientras aplicaba severas medidas
económicas a la población.

El país en su conjunto reaccionó y lo echó del poder.

En ello tuvo responsabilidad el ministro Víctor Hugo Sicouret y
el propio Bucaram. Ellos creyeron que podrían aplacar la bronca
social con la presentación inmediata del programa de vivienda
popular, simultáneamente al anuncio de las medidas económicas.
Pero Sicouret, su ministro de Vivienda, tardó 15 días en arrancar
con el programa en Durán. ¿El otro error? Iniciar el plan en
Durán y no en Quito, la ciudad que lo cercó y lo echó.

Sí. Todo esto deja un regusto amargo, pero pasará.

Receta para pasar el susto

Por Javier Ponce

Cada país tiene la Constitución y las leyes que se merece... y
las que necesita. La crisis política vivida en estos días lo
confirman. La destitución de Abdalá Bucaram y el acuerdo
posterior para su sucesión, fueron, finalmente, un "traje hecho
a la medida", de manera que las intolerancias políticas se
resuelvan, no por la vía de los consensos sino de los equívocos
que se van acumulando a cuestas de nuevos equívocos. No a base
de acuerdos transparentes sino de interpretaciones jurídicas que
permitan "pasar el susto". Luego ya se verá...

Por ejemplo, en el acuerdo suscrito en la madrugada de ayer se
afirma que el Congreso hará las reformas legales pertinentes para
viabilizar un nuevo nombramiento de presidente interino.

Según como se lea este acuerdo, la transición de Rosalía Arteaga
duraría 48 horas o 48 semanas.

Si se opta por la reforma constitucional, reunir las dos terceras
partes de la votación parlamentaria para Fabián Alarcón es misión
cuesta arriba. Si volvemos por la tradición de simplemente
interpretar los oscuros secretos de la ley, el nombramiento de
Fabián Alarcón es cosa de minutos.

De todos modos, a Rosalía Arteaga le queda el equívoco de que
permanecerá en el poder mientras se arregla todo el desajuste
jurídico e institucional que el fin de la Presidencia de Bucaram
ha ocasionado.

El propio Abdalá Bucaram pone a navegar su vivaracha estrategia
en las aguas contaminadas de la legislación ecuatoriana y el
ejercicio .

Y es que, ante la ausencia de institucionalidad y de organicidad,
ante la ausencia de identidades políticas que se ajusten a esa
institucionalidad democrática, vale más la codicia del político
que la ley misma. Y ésta se ha de acomodar a las necesidades del
político.

Así, el Ecuador ha ido acumulando leyes, interpretaciones a las
leyes y jurisprudencia para todas las coyunturas de crisis y para
todos los intereses políticos.

Del adulo a la ceguera

¿Es posible concebir que un político con la experiencia y astucia
de Abdalá Bucaram no haya podido ser sensible a la opinión
pública?
¿Por qué no hizo caso y no descargó a tiempo el peso que le
representaron los ministros Sandra Correa y Alfredo Adum?
La única explicación es que sus consejeros le cubrieron con una
mortaja de ideas, muchas de ellas tomadas de manuales. Así, le
hablaron "en difícil" y le castraron el instinto.

El grupo de asesores, entre los que estuvieron Averroes Bucaram,
Alfredo Castillo, Luis Eladio Proaño, Roberto Isaías y Jaime
Galarza, se enredaron en los conceptos tales como libertad de
expresión y derecho a estar bien informados, opinión pública y
opinión publicada.

Dio la sensación de que pusieron barreras infranqueables entre
esos conceptos y, así, entre el impulsivo mandatario y el cúmulo
de mensajes que le enviaba la sociedad, a través de voceros de
opinión, dirigentes, figuras públicas, medios de comunicación.

Bucaram no oyó más allá de lo que le permitieron escuchar sus
sabios consejeros: la "traducción" de la realidad fue, a la
larga, una difícil maniobra, parecida a eso de escupir al cielo.
Una pena.

¿Hay gobierno sin contar con las FFAA y los gringos?

Mucho se discutió y se seguirá discutiendo alrededor del papel
de las FFAA Ecuatorianas y de la Embajada de los EEUU, en la
liquidación del experimento bucaramista.

Pero lo cierto es que en estos tiempos es imposible sostener un
Gobierno sin contar con esas dos claves del poder político. No
es pertinente decir aquí si su importancia es buena o mala,
nociva, perniciosa o beneficiosa para el país.

Pero en la línea de análisis periodístico de esta página, se
destaca que tanto los gringos, cuanto los militares,
contribuyeron a la solución de la crisis con el argumento de la
polémica "neutralidad".

De ese modo, los militares "interpretando" la Constitución -lo
que no les compete-, y los EEUU "interviniendo" en asuntos
internos -lo que tampoco les compete-, dejaron sin piso al ex
presidente que, entonces, se vio despojado de un poder real, para
sostenerse en el mando.

En contrapartida, el poder civil -los políticos en el Congreso
y la ciudadanía en las calles y plazas- aportaron en el asedio
al Palacio Nacional, aunque al final sus proposiciones no
merecieron una mejor suerte. Especialmente las de la ciudadanía,
que dio muestras de un arrojo cívico incuestionable.

Desmienten al ministro de vivienda

Las afirmaciones públicas del ministro de Vivienda, Víctor Hugo
Sicouret, en el sentido en que Rumiñahui no aceptó las 2.000
casas que propone para este cantón, en el plan "Un solo toque",
generaron polémica en Rumiñahui.

Marco Villafuerte, alcalde de Rumiñahui, dijo sentirse
sorprendido por la noticia de que el Cabildo habría rechazado las
casas del plan vivienda "El ministro está mal informado o trata
de causar daño al Municipio de Rumiñahui", dijo.

"Podemos demostrar documentadamente que ninguna persona nos
planteó la posibilidad de iniciar un proyecto de vivienda en el
cantón. No hemos estado siquiera en alguna reunión para hablar
sobre este tema", señaló.

Respecto de la apertura que el Municipio Rumiñahui brindó al plan
de vivienda, Villafuerte expresó que dentro del Plan de
Desarrollo Urbano y Rural del cantón, está contemplado un sector
donde puede llevarse a efecto un proyecto de esta naturaleza.

Con esto, afirmó, reiteramos que es falso que el Cabildo de
Rumiñahui haya rechazado el plan de vivienda del Gobierno, pues
"eso sería estar en contra de la gente que quiere tener una casa
y nosotros estamos aquí para ayudar a que lo consiga y no para
interferir ese objetivo".

Por su parte, el director de Planificación del Municipio de
Rumiñahui, Patricio Sosa, aseguró que a su departamento jamás
ha llegado ninguna propuesta del plan de vivienda "Un solo
toque". (DIARIO HOY) (P.10-A)
EXPLORED
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