Quito. 28 ago 2000. Los niños son los más sensibles a sus efectos. Los
perfumes a base de alcohol irritan la piel. El bloqueador solar y el
tomar líquidos son buenas opciones.

En estos días de verano y de cielos despejados no hay nada mejor que
disfrutar del sol y sus bondades. El astro rey, entre otras propiedades,
ayuda a estimular la circulación, equilibrar el sistema nervioso,
favorecer la formación de vitamina C; también evita la osteoporosis, e
incluso, combate el cansancio, la depresión y el estrés.

Pero sin las debidas precauciones, el sol puede convertirse en un mortal
enemigo, por lo que tener cuidado no está de más. "Desde la niñez se debe
proteger de las radiaciones ultravioletas, en especial las Alfa y Beta",
recomienda el dermatólogo Holger Garzón. Éstas producen a nivel de la
piel una fotosensibilidad (sensibilidad a la luz del sol) y lesiones
externas, llamadas eczemas. Aquellas radiaciones, según el especialista,
pueden acumularse paulatinamente y, con el avance de los años, producir
fotodermatosis (manchas en la piel). Son precisamente este tipo de
trastornos los más comunes en verano.

Para la dermatóloga Mariana Romero el sol tiene tres tipos de
radiaciones: A, B y C. Las dos primeras son las más perjudiciales para
las personas y solo la última proporciona beneficios. Por ello, no hay
que exponerse al sol por un largo período. En cambio, la clave para no
quemarse, según Garzón, es tomar el sol gradualmente. No más de 20
minutos los primeros días (los niños pequeños solo deben hacerlo máximo
10). Después, se aumenta de forma progresiva el tiempo.

Para evitar laceraciones en la piel por el exceso de calor, Romero
recomienda la utilización de bloqueadores. El protector número 15 para
las personas morenas y el 30 para las que tienen piel sensible.

En la Sierra, por efectos de la altura, los rayos alcanzan la piel con
mayor potencia. En la regiones ecuatoriales del planeta la luz solar cae
de forma perpendicular y sus consecuencias son más notorias.

Las implicaciones de una sobre exposición al sol son graves: al principio
se presentan pequeños eritemas (enrojecimiento del tejido dérmico), que
dan paso a quemaduras y afecciones precancerosas, especialmente en los
adultos. También se presenta la dermatitis solar (granos) y el cloasma
(paño).

Pero no todos tienen la misma sensibilidad al sol. Las personas de piel
blanca, ojos claros y cabello rubio deben extremar los cuidados. "Para
ellos la protección debe ser mayor, especialmente a las 10:00, 12:00 y
15:00", aconseja Garzón. Ante esto Romero recomienda tomar baños de sol
antes de las 09:00 y después de las 15:00. El mediodía es mortal para la
piel ya que es la hora en la que los rayos son perpendiculares.

El dermatólogo Guillermo Izurieta conoce muy de cerca estas afecciones.
"Hay una cosa que se llama fitofotosensibilidad que es una sensibilidad
mediada por ciertas plantas. Su contacto y la acción del sol, producen
manchas desagradables".

Izurieta aconseja que cuando una persona está en la playa evite chupar
cítricos (limones, naranjas), ya que pueden ocasionar manchas oscuras muy
marcadas en la boca y manos. Romero dice que la radiación solar se va
agrupando en la piel de las personas y con más frecuencia en los niños.
Una excesiva acumulación provoca la denominada alergia al sol o
dermatitis. "Hay momentos en que la piel tiene tantas radiaciones
agrupadas que ya no soporta un minuto los rayos solares".

Los médicos solicitan precaución frente a las afecciones de la temporada
de verano. Entre los principales problemas está la fotosensibilidad o
fotoalergia que se produce por la exposición exagerada al sol. Las
manchas de la piel o fotodermatosis son otro problema preocupante. Y la
insolación que causa fiebre, mareo y vómito.

Es bueno hidratarse

Es mejor si usa un hidratante luego de la exposición a los rayos
ultravioletas y así evitará una excesiva resequedad.

El uso de sandalias en las piscinas, baños públicos, duchas, saunas,
entre otros, evita un posible contagio de micosis o tiña de los pies (pie
de atleta). Utilice cremas con mayor índice de protección en las zonas
más sensibles: rostro, nariz, labios. En el mercado existen protectores
específicos.

Proteja los ojos y su contorno con gafas de sol de cristales polarizados
y tenga especial cuidado con los reflejos solares en el agua. Después del
baño de sol, agua de mar o piscina, dúchese con agua fresca y dulce para
eliminar el salitre o el cloro que dañan la piel. Protectores y
bronceadores son la mejor elección. El bloqueador funciona de dos formas:
a través de compuestos químicos (filtros solares) o físicos, (polvos a
base de oxido de titanio o zinc), que actúan como pantalla solar haciendo
que los rayos reboten. "Recomiendo que se utilice uno mixto", dice el
médico Guillermo Izurieta. Una buena alimentación y la constante
hidratación ayudan a conservar la piel saludable.

Las personas deben comer en su dieta diaria de preferencia verduras y
frutas. Si se encuentra en un lugar muy cálido tome constantemente
líquidos. Los jugos naturales calman la sed, hidratan y proporcionan
vitaminas al cuerpo.

Salud * Una especialista en nutrición asesora al Ecuador. (Texto tomado
de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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