Quito.8 mar 98. Desde que las organizaciones femeninas optaron
por la vía de la presión para la creación de leyes en su
beneficio, los resultados están a su favor: Ley de la no
Violencia, Maternidad Gratuita, comisarías especializadas...
son sus escenarios. Pero hay otros, como el del empleo y la
universidad, donde están en todos los niveles; la empresa y la
autogestión también es un territorio donde pisan fuerte.
Aunque los logros no son para todas. En el campo, la realidad
es diferente a la de la mujer de las ciudades. Eso se ve en el
número de hijos, en la independencia, que si bien no es una
tendencia ya se nota en individualidades...

Se puede hablar de antes y después de Beijing. De antes y
después de mayo del 68. De Antes y después de la creación del
Consejo Nacional de las Mujeres...

Se puede hablar de lo que se ha obtenido. De lo que les hace
falta. De los problemas que están bien planteados. O de las
viejas ideas que, lejos de hacer avanzar las relaciones
mujer-hombre y la posición de la mujer en el conjunto social,
las bloquean.

El tema de la mujer de no es fácil (ninguno lo es) así se diga
lo contrario. Y no lo es porque no se reduce -con el perdón de
muchas militantes- a un problema de género. La sociedad se ha
ido volviendo compleja, también aquí a pesar de que no se viva
al ritmo de París, de Madrid o con el estrés de Nueva York.

Es una complejidad que toca estilos de vida, roles, reparto de
poder, nuevas tareas y, en definitiva, nuevos referentes,
nuevos valores y nuevas visiones. Los parámetros no son
solamente de hombre y mujer. Los dos, como ciudadanos
integrales por separado o como pareja, están sujetos a
acoplarse a una sociedad mutante en la que ningún papel está
escrito por adelantado.

Ese reto del pensamiento complejo, lo cual no invalida ni
principios ni aspiraciones, todavía está por asumir. Elizabeth
Badinter, en su libro El Uno y el Otro, demostró que el reto
entre los sexos, con lo social como escenario, es más su
complementaridad que su oposición.

En definitiva, el problema no es parecerse, sino reconocerse
en valores que por ser sui generis no pueden entrar en
competición. Es obvio que en lo social, lo laboral, lo
político... la ley no pueda hacer diferencia alguna.

En el país, el logro más importante en el último año fue la
Conformación del Consejo Nacional de las Mujeres, adscrito a
la Presidencia de la República.

Las comisarías para denunciar la violencia al interior del
hogar es lo más tangible y, sin duda, 1997 fue el año del
destape: 12 mil denuncias en cinco meses.

La discusión sobre los alcances y logros de las mujeres pasan
por un tamiz polémico: creer que todas son iguales, tienen las
mismas necesidades y aspiraciones, piensan en grupo... Su
incursión en territorios vedados no es nueva. Están casi en
todo. ¿Se puede hablar de un nuevo perfil? No de uno. De
muchos y su avance es ganancia para toda la sociedad

Puntos de vista

Dolores Padilla

RED DE MUJERES EN COMUNICACION

Otras condiciones, nuevas relaciones

La revolución silenciosa más importante del siglo, dice
Savater, se ha producido en la condición femenina: "ha pasado
de ser un genérico, -se hablaba de la mujer como si todas
fueran lo mismo- a ser cada una distinta".

Esta afirmación representa una lucha social de miles y miles
de mujeres, procesos personales de autoafirmación,
construcción colectiva de un nuevo sujeto histórico y la tarea
más apasionante de un ser humano, la irrenunciable posibilidad
de lograr ser uno mismo. En el Ecuador de hoy, las condiciones
de subordinación y dependencia están cambiando, la
discriminación y desventajas se neutralizan.

Especialmente para las mujeres del sector que pudo llegar a
educarse y trabajar. Ellas se concedieron a sí mismas
conocimiento, poder y libertad para crear espacios de
autovaloración, legitimidad social, participación política y
sobre todo para definir proyectos de vida que aportan y
trascienden. Pareciera que buscaban un lugar en el mundo y hoy
descubrieron que el mundo era su lugar.

La nueva generación que debutará en los albores del próximo
milenio, tengo el presentimiento, que comienza a disfrutar de
nuevas relaciones. La pareja humana de hoy tiene la
posibilidad de ser pareja. Es muy fácil decir que "compartir
es amor" entre desiguales, cuando se confundía el afecto con
el ceder, el cariño con la renuncia, la inseguridad con el
chantaje, el poder con el amor. Hoy se vuelve un reto
imaginativo, audaz, plantearse el amor, como la mayor
expresión de respeto a la libertad del otro.

Claro que las condiciones están cambiando, hasta los puntos de
encuentro son cualitativamente distintos, el aula o la
oficina, el equipo de trabajo o el grupo de estudio,
escenarios donde confrontan capacidades, se recrean
competencias, donde les toca aceptarse semejantes y distintos.
Combinando horarios, equilibrando responsabilidades,
intercambiando roles y ritos. Se cuenta con más información
sobre la vivencia de una sexualidad más sana, ambientes menos
hipócritas, diálogos más fraternos.

Las jovencitas dicen: "dónde está la discriminación, de la que
ustedes se quejan tanto"... Yo respondo... en años de
denuncia, en cientos de talleres y conferencias, en grupos de
mujeres trabajando día y noche en proyectos que se
multiplicaron, en comisarías de la mujer, en políticas de
género... Esta ráfaga de optimismo, no desconoce que los
cambios culturales son procesos largos, que en el imaginario
la relación fuerte-débil subyace presente en la intimidad.

Jorge León

POLITOLOGO Y CATEDRATICO DE LA FLACSO

Algunos logros pero pobres en sueños

Las primeras maestras, formadas gracias a la Revolución
Liberal recibieron pedradas en su primera salida. Atentaban a
la tradición y a su rol de madres. Importaba más que cumplan
un papel de reproductora que de productora en la sociedad.
Ahora y en corto tiempo, pocos son los dominios en los que no
se encuentran; la prohibición de salir de la casa no queda
sino en minoritarios medios.

Una barrera que discriminaba a las mujeres privándoles del
mundo externo, en donde circulan más ideas, oportunidades y
ventajas para hacer frente a la vida y mejor situarse en ella,
ha caído. A su vez ya no es excepcional que un hombre cumpla
las tareas que antes eran consideradas propias de ellas. El
mundo privado ha dejado de ser exclusivo de la mujer.

Hay profesiones donde predominan, como la enfermería, la
educación parvularia, la confección, la limpieza; pero cada
vez son más numerosas en el periodismo, las ciencias sociales,
el comercio. ¡Cuánto han cambiado los espacios de
discriminación!, pero esta no ha desaparecido... se ha
modificado. Ahora es fuera del hogar. Son las mujeres las que
aún siendo mejores estudiantes, abandonan frecuentemente los
estudios para apoyar que el hombre los termine.

En el sector rural es grave aún: allá el trabajo es más
devaluado y nacer mujer puede significar más peso en la vida,
mayores barreras que sobrepasar y menores ventajas. A más de
una discriminación de género hay una social y étnica.

Aun en las organizaciones que son espacios nuevos para las
mujeres y para cambiar la mentalidad masculina, hay que hacer
prueba de heroísmo para exigir el derecho a la palabra, a la
participación...

Las políticas de promoción de las mujeres y la declaración de
nuevos principios y valores han sido útiles para los dos
sexos, pero sus impactos son diferentes en el campo o en la
ciudad, en los medios ricos o pobres, en los instruidos o
no... Las organizaciones de mujeres desgraciadamente poco han
contribuido a esos cambios profundos. Ellas han incorporado lo
que ya está en convenios y acuerdos internacionales,
desprovistos de radicalidad, exigencias y sueños.

La guerra de los sexos en los hechos es una vieja lucha por
inventar un mundo sin discriminación y tolerante. Lo
complicado es que en este caso nos toca las fibras más
profundas. Es más fácil ser el que la sociedad define para
cada cual, que ir contracorriente. ¿Quién ahora que, otra vez
la tradición y la crisis dominan, quiere ser diferente e ir
contracorriente? La tradición está a la vuelta de la esquina.

Ketty Romoleroux

ABOGADA, ESCRITORA Y CATEDRATICA UNIVERSITARIA

La lucha de género quedó atrás...

La lucha de la mujer por hacerse de su propio espacio ha
tenido un costo social, moral y económico muy elevado. Lograr
no ser mantenida eternamente, como menor de edad, primero,
bajo la férula paterna y luego bajo la protección del marido;
decidir democráticamente en las urnas; capacitarse
profesionalmente; proyectar el futuro mediante una familia
planificada; gestionar el rol ocupacional en cualquier
actividad productiva; conseguir el reconocimiento de la
igualdad de género como derecho humano, representan conquistas
entre otras tantas, que convierten a la mujer en este
instante, en sujeto activo del protagonismo social. Situación
objetiva que abre caminos a una posibilidad de aciertos más
amplios, más coherentes para una sociedad en que todo se halla
en proceso acelerado de cambio. El papel de la mujer
ecuatoriana en el actual desarrollo socio-económico del país
deviene por efectos de la Revolución Liberal Alfarista de
1895. Unos, hijos del instante político de principios
triunfantes con las armas en la mano, y otros tardíos que han
venido arrastrándose para su legitimidad durante todo el siglo
XX.

Si bien, a esta altura de la historia, en que no hay nada ya
que le pertenezca únicamente al hombre o únicamente a la
mujer, las luchas femeninas no pueden ser vistas
exclusivamente desde una óptica de género, a las ecuatorianas
todavía nos queda mucho por hacer, pues la igualdad de los
sexos, es una mera ilusión. La conquista de los derechos
fundamentales no tiene sentido, si la mujer ecuatoriana sigue
siendo relegada al ámbito de lo privado, donde se la obliga a
realizar un trabajo alienante, que no tiene horario, ni paga,
y que ni siquiera es reconocido como trabajo. Si no se le
presta la debida atención a los asuntos relacionados con su
salud física y mental en su condición de madre. Si la cultura
androcéntrica sigue considerando que el accionar político es
para los hombres, como lo es el hogar para las mujeres. Por
eso, es limitado su acceso a las altas dignidades y funciones
públicas. Reivindicar la práctica de los derechos de la mujer
ecuatoriana, será un imperativo histórico en el próximo siglo.
Las mujeres de mi generación recogimos las actitudes de lucha
que nos legaron nuestras mayores, sus sueños e ideales.
Enriquecidas con nuestra experiencia, las generaciones
femeninas venideras asumirán el reto de la continuidad de
nuestro compromiso: la realización de nuestros derechos
conquistados, y la acción en el logro de un nuevo sistema de
vida social, un sistema que lleve a la praxis del humanismo.

Cuenca

Propuestas que hacen bien al país

Un desarrollo social con liderazgo

Esas manos callosas dejan de llenar frascos de mermeladas y
tejer chompas de lana por cuatro horas a la semana para tomar
el lápiz y papel. Formalmente la Escuela para Líderes y
Liderezas en los cantones Gualaceo y Sigsig tuvo su espacio en
1997. Dos años antes a través de otros proyectos productivos
las mujeres de Sigsig ya habían fortalecido sus conocimientos
en torno a gestión, negociación y comercialización de sus
productos.

Tenían aptitudes pero también muchas desventajas frente a las
líderes de organizaciones urbanas y esas deficiencias debían
ser superadas para desarrollar los liderazgos en su
producción.

Sendas (Servicio para un Desarrollo Alternativo del Sur), que
estaba a cargo de programas que buscan mejorar la calidad de
vida de los pobladores y fortalecer el poder de pequeños
productores organizados, extendió la convocatoria a otras
mujeres líderes de organizaciones sociales de la zona. La
escuela comenzó a capacitar en temas como género,
comunicación, técnicas socio-organizativas. Pero latía la
necesidad de un trabajo más sistemático y estructurado con una
metodología basada en una educación popular para adultos.
Además de incorporar a las socias de la cooperativa artesanal
Tejemujeres de Gualaceo. Cumplida la primera fase de seis
meses ellas calladas, recelosas y temerosas asumieron una
actitud de propuesta, y mejoraron la organización y
planificación de su actividad productiva. Así lo explica
Felipe Toledo, del Sendas. "Las liderezas hoy tienen una
gestión exitosa ante las autoridades, abandonan la actitud
clientelar, de demandar servicios para asumir un rol más
positivo". La escuela se convirtió en un espacio de
capacitación en participación ciudadana, comunicación,
liderazgo, género, salud y economía del que se apropiaron las
mujeres de Sigsig y Gualaceo. El proyecto es financiado por la
Fundación Esquel, Fondo Ecuatoriano Canadiense y Cooperación
Belga. Uno de los objetivos de Sendas a través de sus
programas es lograr un cambio en las relaciones de género, en
las que mujeres y hombres tengan igualdad de oportunidades y
equidad en los impactos, por ello, buscó la participación de
líderes, aunque pocos fueron los hombres que decidieron
integrarse a la capacitación. Hoy, la escuela está constituida
por 70 liderezas.

Quito

En los sectores urbano-marginales

Ellas son los motores del barrio...

Las relaciones de pareja en los barrios de Quito,
especialmente en los urbano-marginales, van perdiendo, desde
hace algunos años, los rasgos de violencia y opresión
generados por la tradición y la costumbre. Y se convierten en
un proceso de interacción social al interior del hogar y de
éste hacia la comunidad.

La mujer tiene un mayor protagonismo en las relaciones
comunitarias que se encaminan a la consolidación de los
barrios, la obtención de mejores servicios y la ejecución de
proyectos que faciliten su desarrollo personal y familiar.

Los centros de capacitación, las guarderías comunitarias, las
oficinas de empleo, que están en plena ejecución en sectores
como el noroccidente de Quito, son algunos ejemplos. Ellas
tienen un protagonismo que rompe viejos esquemas de lo
considerado como "solo para hombres".

Su participación en las mingas (con pala, pico y azadón en
mano), en las reuniones de los comités promejoras y en las
directivas barriales así lo demuestran. El 70 por ciento de
los dirigentes y personal encargado de los proyectos en sector
del noroccidente es mujer.

Los estudios realizados por María Cuvi, Alexandra Martínez,
Lilia Rodríguez, entre otras, describen este proceso
especialmente en sectores rurales y urbanos.

Esta necesidad comunitaria, trastocó en fondo y forma las
relaciones de pareja al interior de las familias. Los rasgos
de violencia todavía subsisten, sin embargo, se presentan en
menor escala.

La mujer es un sujeto activo que, a más de enfrentar las ya
tradicionales tareas de la casa, busca otras alternativas
productivas para mejorar las condiciones económicas de la
familia y, de ser el caso, tener independencia. La tienda del
barrio, el gabinete de belleza, la venta de productos, la
participación en las microempresas le permiten cumplir una de
sus metas.

El cuidado de los hijos, las tareas cotidianas siguen como
actividades a desarrollar con importancia y esmero. Si bien el
matrimonio es el mecanismo para "legalizar" a la pareja, la
unión libre tiene un porcentaje significativo.

Las relaciones en la pareja están también definidas por la
planificación del número de hijos que se van a tener. Esta
cifra ya no se define por el azar del destino sino por las
necesidades como familia y, principalmente, la situación
económica.

Guayaquil

La atención integral sí tiene un norte

En el Guasmo germinó un cambio

Un grupo de mujeres en el Guasmo Norte demuestra que ser
organizadas y constantes es clave de transformaciones. Ellas
viven en un sector marginal de Guayaquil, donde hay más de
100.000 personas y los problemas no son pocos. Pero la gestión
del Comité de Mujeres Unidad Progresista del Guasmo Norte y el
Cepam han logrado cambios.

Hace 13 años se promovió entre las mujeres del sector la
formación de un comité, que poco a poco se encargó de las
mejoras en el barrio. Así fue como llegaron los centros de
salud, el relleno y las escuelas. Luego el Cepam entró a
escena: buscaba instalar un dispensario para mujeres en donde
existiera un grupo organizado, ahí lo encontró.

El 10 de diciembre de 1990, el Centro de Salud Integral para
la Mujer fue fundado. Con él la organización del comité se
consolidó, y nuevos objetivos surgieron. Las mujeres querían
alcanzar otras metas: el agua y los teléfonos. En 1994 el
nombre se cambió por "Casitas del Guasmo".

La atención aumentó, cubren la décima parte de la demanda del
sector, 10.000 personas entre hombres, mujeres y niños. Al
equipo original -dos doctoras del Cepam- se unieron un
pediatra y una odontóloga. Instalaron una botica y un
laboratorio. Pero la atención no cambió. Se mantuvo la
filosofía de trabajo: escuchar y atender bien. Existe un
vínculo de confianza entre médicos y pacientes.

El cambio alcanzó a las mismas mujeres y la propuesta se
mantiene: valorizarlas como personas, concientizarlas de la
necesidad de que asuman el papel de iniciadoras de
transformaciones (unidad de los habitantes, creadoras de
espacios de diálogo...) más allá del discurso de género. Se
comenzó por darse cuenta de que los niños, la comida y el
marido las absorbían de tal manera que ellas habían pasado a
segundo plano. Fueron comunes casos como el de Digna, quien
pendiente de sus hijos se había descuidado a tal punto que
sufría de cáncer al útero y no sabía.

Las mujeres participan en la planificación, difusión y
evaluación de las actividades. Nadie como ellas para evaluar
las necesidades. La participación de los hombres es casi nula,
solo cuando hay reuniones de la comunidad. Las mujeres han
tomado las riendas. Los resultados están a la vista: sanas,
entusiastas organizadas y locuaces y niños bien nutridos.

Desarrollo

En 6 provincias el trabajo es en pareja
7.177 campesinas siembran árboles
El Proyecto Desarrollo Forestal Campesino en los Andes del
Ecuador ejecuta actividades agroforestales en seis provincias
de la Sierra: Imbabura, Pichincha, Bolívar, Riobamba, Azuay y
Loja.

El número total de comunidades que participan es de 248, con
6.401 familias que se benefician directamente.

7.177 participantes son mujeres, es decir, el 45 por ciento de
la cobertura.

Los Países Bajos son el principal donante y la contraparte
nacional es el Inefan. Su eje articulador es la equidad entre
mujeres y hombres, no solamente en la realización de las
actividades concretas del Proyecto sino también en las
oportunidades y beneficios que ofrece. Los principales son:
capacitación, iguales derechos en la repartición de plantas y
poder de convocatoria para las mingas. Partir de la equidad,
entre mujeres y hombres, no se limita a hacer un análisis de
los papeles y la división del trabajo tradicionalmente
establecida, sino que incluye la creación de nuevos espacios
de pensamiento, acciones, decisiones políticas y operativas,
señala Ineke van de Pol, experta en género.

Luz María Cañamar, extensionista y capacitadora del Proyecto
Desarrollo Forestal Campesino en la provincia de Imbabura,
apunta que la capacitación en las zonas rurales tiene éxito
cuando participan juntos hombres y mujeres.

En las comunidades, la familia es muy importante, si las
mujeres asisten a los cursos de agroforestería o manejo de
huertos solas, no es suficiente para cambiar la pobreza: tiene
que intervenir también el esposo y los niños. Este proyecto
les ha traído muchos beneficios, el más importante es cómo la
dieta de las familias en ocho comunidades está cambiando.
Ahora ellas tienen que hacer ensaladas con brócoli, remolacha,
col, zanahoria y lechuga para combinar con las papas, el maíz
y la cebada que han sido siempre sus alimentos.

Antes, simplemente, no conocían que podían tener huertos para
ellas. Aquí ellas lideran grupos, capacitan a otras mujeres y
hombres, y juntos planifican cómo conservar el suelo, cómo
evitar que siga la erosión, la pareja va pensando en sembrar
árboles de quishuar para protegerse de los vientos. 'Así es
en nuestra tierra, en nuestra cultura hombre y mujer van
juntos. Las mujeres lideran y ejecutan, los hombres son la
fuerza", dice Cañamar.

Presencia

En el país hay alrededor de 500 organizaciones
representativas. También están en Internet
Cambios en la historia
El Movimiento de Mujeres...
Autora: Ketty Romoleroux
Género: Historia, 343 páginas.
El libro es un rescate de testimonios, conquistas y
reivindicaciones alcanzadas por los movimientos de mujeres del
Ecuador.

Expertas en violencia doméstica * El Centro de Promoción y
Acción de la Mujer (Cepam), Casa Refugio y asesoría legal
230844 y el Centro de Estudios e Investigaciones de la Mujer
(Ceime) 550615.

Participación política * Coordinadora Política de Mujeres
Ecuatorianas, 522739 y el Programa Participación Política y
Mujer (PPM) del Cedime, 212211 .

Políticas de género * Consejo Nacional de las Mujeres,
(Conamu), 259763. Ofrece libros, revistas, y vídeos
especializados en su centro de documentación.

Del Cairo a Beijing...
La plataforma de acción 1995
Autor: Compilación del Fondo de Población
Género: Documentos, 160 páginas.

La Conferencia Internacional de la Mujer, marca un avance
definitivo en el reconocimiento de los derechos de la mitad de
la humanidad.

La línea de capacitación * Corfec y su Instituto de Formación
Técnica de la Mujer 565295; y el Iecaim 525517.

Autogestión y financiamiento * Fundación Esquel 520001; Fondo
Canadiense de Equidad de Género 225825; Embajada Real de los
Países Bajos 229230.

En Manta * Asociación de Mujeres Empresarias, 621306 y el
Proyecto Hoppe que ayuda a mujeres pobres 632694.

En Cuenca * Sendas 816059; Fundación HabiTierra, 847260 y
Corporación Mujer a Mujer, 843988.

La reciente participación
Ellas en la política masculina
Autora: Mónica S. Brito M.
Género: Investigación, 144 páginas.
Cuatro capítulos sintetizan la intervención de las mujeres en
las esferas políticas. Cifras e historia arman un buen
acercamiento al tema.

Honor y Violencia Conyugal
La primera alianza, 1750-1800
Autora: Natalia León Galarza
Género: Historia, 189 páginas.
Un estudio solvente y minucioso que aborda las diversas
facetas del matrimonio obligado, en la colonia, y los
entretelones de la violencia.

El Movimiento Femenino
Sus demandas a la sociedad
Autora: Martha Victoria Larrea
Género: Ensayo, 164 páginas.
La obra se centra en el análisis de las demandas femeninas.
Sostiene que el avance de la sociedad se mide por el avance de
las mujeres.

De Bastión * Grupo de Mujeres de Bastión Popular. Proyecto
Casa Amiga
Responsable: Jackeline Villanzaka
Bastión Popular Bloque 10 A Mz. 1187 .

Del Guasmo * Grupo de mujeres "Despertando". Responsable:
Malena Lara
Guasmo Norte Cooperativa Río Guayas.
De la Trinitaria * Grupo de mujeres Isla Trinitaria.
Cooperativa 12 de septiembre

Coordinación comunitaria: Alba Villamar.

Género y Desarrollo Rural
Una guía de proyectos
Autoras: Gloria Camacho y Mercedes Prieto
Género: Guía para capacitación, 50 págs.
Este trabajo combina actividades individuales de aprendizaje
para la ejecución de proyectos de desarrollo. Su estructura es
muy ágil.

Grupos de Guayaquil * Grupo de Mujeres Pablo Neruda del Guasmo
Sur, Grupo de Mujeres de Durán, "Mujeres trabajando unidas",
864207; Grupo de Mujeres Cristo Liberador, La Ferroviaria,
206699.

Contra la violencia * La Fundación María Guare apoya y ofrece
alternativas a las mujeres víctimas de violencia doméstica y
sexual. También brinda asesoría legal.

Trabajo en los barrios de Quito * El Taller de Comunicación
Mujer, trabaja en seis barrios urbano marginales capacitando a
mujeres y con guarderías, 508256.

Mujer y Migración...
Alcance de un fenómeno nacional
Autoras: Ana Luz Borrero y Silvia Vega Ugalde
Género: Estudio, 116 páginas.
Los cambios e impactos socio culturales y económicos del
fenómeno migratorio, que afecta a las mujeres, es analizado en
este libro.

Cifras de la desigualdad
Educación y empleo en el país
Autores: Carolina Reed, Carlos Larrea y M. Prieto.
Género: Estudio e indicadores, 153 págs.
El libro es una confiable base de datos, combinada con
análisis y reflexiones de la problemática de la mujer en
empleo y educación. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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