Quito. 5 mar 97. Los sábados a mediodía, el parque La
Carolina no solo está invadido de visitantes. Los fines de
semana, la acumulación de basura es exuberante en las áreas
verdes, juegos infantiles y canchas deportivas. Así es como,
50 mil visitantes de fin de semana conviven con nueve
toneladas de basura, que no siempre se depositan en los 50
recipientes que existen en el parque.

El Municipio de Quito invierte 12 mil millones de sucres
anuales en el mantenimiento de los parques de la ciudad. No
obstante, muchos de estos espacios de recreación -verdaderos
pulmones de la ciudad- están en alarmante estado de deterioro.
Las razones: sobresaturación, reversión de funciones,
deficiente mantenimiento, uso inadecuado de sus espacios y,
entre otras cosas, la falta de colaboración ciudadana.

Lugares de transferencia peatonal

"El Municipio de Quito no tiene capacidad operativa para
encargarse de todas las áreas verdes de la ciudad", dice
Esteban Moscoso, director de Parques y Jardines del Municipio
de Quito. Informa, además, que los grandes parques de la
ciudad son atendidos diariamente; a pesar de ello, los parque
pequeños y alejados pueden ser mantenidos incluso cada seis
meses. Y es que, los costos de mantenimiento de las áreas
verdes son muy altos. Moscoso asegura que cortar un metro
cuadrado de césped cuesta alrededor de 200 sucres. La
Carolina, por ejemplo, tiene 670 mil metros cuadrados de
extensión; un 60 por ciento son áreas verdes.

Según Reynaldo Torres, subdirector del Departamento de Parques
y Jardines, otro problema de los parques de la ciudad es que
se ha rebasado su capacidad y se han revertido sus funciones
originales.

"Cuando eso ocurre, comienzan a coexistir en su interior
diferentes grupos con intereses distintos, que rompen la
armonía de estos espacios", dice. Un ejemplo de ello es el
parque El Ejido, que se utiliza más como zona de transferencia
peatonal que como una de visita. Según datos del Departamento
de Parques y Jardines del Municipio de Quito, por El Ejido
transitan diariamente un promedio de 30 mil personas de lunes
a viernes, mientras que los fines de semana lo visitan
alrededor de 10 mil personas.

El caso de La Alameda es similar. Por este parque tradicional
transitan a diario 10 mil personas, mientras que los
visitantes no son más de mil.

Definitivamente, para mantener vivos los espacios verdes de la
ciudad se necesita la participación de la comunidad.

Roque Sevilla, ecologista, y Mario Vásconez, urbanista,
proponen otras alternativas para mantener en buen estado los
parques, que hoy han rebasado la capacidad del Municipio.

Aliviar a los grandes parques

A criterio de Mario Vásconez, experto en temas urbanos de la
Fundación Ciudad, el problema de los parque es que a pesar de
existir importantes espacios verdes en la ciudad, todavía
existe un déficit de los mismos a causa de la deficiente
utilización de los parque de barrio. "Si se utilizaran
convenientemente los parques barriales, no existiría la
saturación de los grandes espacios verdes como La Carolina, El
Ejido o La Alameda", señala.

El problema, según Vásconez, es de planificación, sobre todo,
en los barrios de sectores populares, en donde no se prevé la
presencia de espacios verdes. "El acceso a lugares de
recreación se ve disminuido -afirma Vásconez-. Creo que con
poca inversión, el Municipio podría crear espacios verdes en
los barrios y promover la participación de la comunidad para
su mantenimiento, lo cual no implica que ésta deba hacerlo
directamente, sino a través de contratación con empresas
particulares. Lo importante es mantener el principio de uso
público del parque, independientemente de quién realice el
mantenimiento".

La propuesta de Vásconez es una realidad en el Parque
Metropolitano, en el cual la comunidad se ocupa de su
mantenimiento. Allí existen dos microempresas, una de limpieza
y mantenimiento y otra de guardabosques.

Crear modelos de gestión

Según Roque Sevilla, ecologista y ex concejal de Quito, se
debe cambiar el modelo de gestión para el mantenimiento de los
parques y demás espacios verdes en la ciudad. "Antes que nada
se debería establecer un número definitivo de espacios verdes
y, a partir de ello, realizar un mantenimiento intensivo de
todos ellos. Otro de los puntos que habría que solucionar en
los parques es el relacionado a su la seguridad. En esos dos
aspectos es válido un modelo de gestión que permita la
concesión de ciertos espacios a la empresa privada, no para
privatizar los espacios públicos, sino para garantizar su
mantenimiento y seguridad". "Los grandes parques -dice
Sevilla- deberían seguir bajo responsabilidad municipal y los
parques de barrio a cargo de la comunidad". Sostiene, además,
que la empresa privada también debe aportar en el
mantenimiento de los parques. (DIARIO HOY) (P. 1-B)
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